martes, 10 de julio de 2018

Ficciones 13. Amigos. Poesía y rebelión




Conocí un pata en segundo año de carrera, por una publicación que hicimos con unos patas de historia. Recuerdo que escribí algo sobre Hamelin y Blondel y las energías. El era muy chabacano y amiguero y le gustaba estar de chapa en chapa como todos los de historia. Como dije antes yo era sociólogo y un poeta en ciernes, pero me gustaba conversar con todo tipo de especialidades. A el llegue por intermedio de un flaquito que lo jodían porque se parecía a Maroi

ategui, y era muy gracioso. Cuando lo conocí hablaba de Shopenhauer y la filosofía vitalista. Por esas épocas me había fascinado Parerga y Paralipomena, y libros acerca de el como la voluntad de vivir, y los años salvajes de filosofía. Converse un gran rato con el. Y luego empecé a chupar los famosos Fujimori, y un club selecto de bolches que solo tomaban ron. Me acuerdo que antes de la universidad ya era cabeza de pollo, pero esa noche en el parque cerca a la puerta 3 nos dimis una jarana que empecé a conversar y procesar de todo. Me agrado estos puntas pues eran leídos, sencillos, con harta calle y con aspiraciones de cambio. Yo venia de una veta vitalista, y ellos eran boliches y socialistas. Yo sentía el cambio como una transmutación vitalista y no como algo pensado de antemano.

Shopenhauer era un pensamiento que entendía el mundo como una carga, donde la vida hace el intento trágico de incrementarse y abrirse paso ante el desconsuelo de la muerte. La felicidad era un estoicismo radical y huir del mundo. Este mundo no pudo ser creado sino por el diablo. En esa noche cubrí mi corazón con una generación de jóvenes que querían algo y buscaban mas que la democracia o la caída de la dictadura. Me euforice tanto que termine ebrio de muerte y creó que el flaquito me subió a una combi, donde devolví a la altura de la Cato, por la ventana. Luego creí que desperté por Canevvaro, y medio ebrio subí a una combi rumbo a Surco. El cobrador me saco pues otra vez requería soltar el estómago, y luego de amanecida recuerdo que desperté tirado en un jardín atrás del IPCNA de Miraflores. Esos Fujimoris si que son revolucionarios pensé mientras ya repuesto viaje hacia mi casa. Ese día estuve por la tarde y la mayoría de historia se mataba de risa en mi cara. Yo solo atinaba a reír y a seguirles la corriente. Nuestros lazos se estrecharon y mi amigo Luis metalero me llevaba a los conciertos de rock metalero en el centro de Luma, en lugares públicos como si fuera una contracultural. Yo no tengo rostro de metalero ni me vestia como ellos pero me curioseaba sentir su música y conocer más gente divertida e ilustrada. Una noche antes de ir a un concierto de metal preparamos la barriga para los fujimoris comiendo en un descampado de la avenida Venezuela los famosos higaditos. Un platillo de guerra de higadito asado, yuca sancochada, y salsa de huacatay y rocoto molido con venas. Comimos buenazo y en combi caímos cerca de washintong, y nos precipitamos hacia la mancha de rockeros apostados en plena pista, deleitándose con una música que erizaba a mis propios gatos merengueros. Yo sentía el rock metalero como una estridencia de rebeldía que intenta desde siempre subvertir los valores de la burguesia, destruir los corsets formales que no permitían a la juventud vivir su vida como pensamiento y un nuevo sistema alternativo. Me adentre con Luis Y otro amigo a una patota donde en pleno suelo estaban dos guardaespaldas mas fieles que cualquier canchero de Barrio jugando ocho locos. Jugué con ellos un ratazo y para que además de ser muy informados eran eruditos del rock,. La música era buena, pero para esos oídos metaleros no era suficientes, hasta que toco un grupo, de nombre que no recuerdo y lo que era un centro peleándose pogeando , se expandió como una ola de empujones y algunos golpes. Las cartas se extraviaron y una risotada general se apodero de nosotros. Eran todos rockeros, peluconed y con lompas pitillo. Chicas con tatuajes y piercing por todo el rostro, bellas pero con colores rebeldes en el cabello y con una mirada expuesta y silente. Me acuerdo que de la nada llegaron una gente con trago y cerveza, nos hicimos una ronda y la conversa se fijo en la política y en la represión al movimiento estudiantil. 

Las chicas eran blanquiñosas y muy bellas, y los chicos también medio finos, pero todos vestidos muy informalmente y con una labia que convencía al mismo diablo. Escuchaba sus alegatos a la dictadura, y Luis intervenía con autoridad hablando del sentido de la historia, mientras que esta mancha la mayoría antropólogos y sociólogos de años avanzados consentían pero tenían una mirada mas heterodoxa de la liberación política, eran a su modo unos socialistas democratas. Curioso seguí a uno de ellos con otro para y recogí una mirada muy erudita y poética de la existencia que me agrado tanto que me quede con ellos casi toda la noche. Se iban a seguir perdiendo en la casa de este líder de izquierda que ponia la chelasy el ron, y ya no la seguí pues era.cabeza de pollo y no quería hacer otro espectáculo. Solo recuerdo la miradita aguzada de una chiquita algo bella pero con una expresión de hembra que se quería comer el mundo. Llegue entusiasmado al otro dia, y me halle con Luis y otros amigos de historia y la seguimos ese día en el parque fulminando los famosos fujimoris. Yo siempre andaba con cuatro soles, pasaje, separatas y un sol para el trago. Eran conversas interminables sobre la izquierda, los liberales, el sentido de la historia, literatura, filosofía y prenociones sobre las clases que no compartía pues yo había estado en la mugre y en la oligarquía. Ellos tenían un sentido de la historia como una sujeto que se desarrolla y cambia por etapas de revolución inevitables, donde la semilla de lo nuevo esta germinada en la etapa anterior. Era un progreso en la medida asignado a Hegel y Marx. Yo solo escuchaba y discutía algunos pormenores pues yo era poeta hasta lo huesos y entendía la vida como un incremento musical desde la desesperación hasta el éxtasis y la alegría. Seguí sus marchas por sentir la calidez y rebeldía de lo que era ser un joven político en ese tiempo de agitación y represión. Sentí una unidad y una esperanza por cambiar el mundo, que denotaba compromiso ysoludaridad. Lo que no me gustaba era su visión de los ladrones, los locos y los sectores populares, a los que ellos llamaban lumpenes. Yo me había criado entre ellos, y ahí la solidaridad nacía en la amistad y no al revés. Sentí solo propuestas y no planes pensados con gran raciocinio. Casi todos pensaban una sola consigna pero no algo adaptado al país. Hablaban de Mariategui y el socialismo indoamericano y me gustaba eso, pero su idea de lucha de clases y la vida pensada como un sistema dialéctica. Era algo forzado que no percibís yo en mis paseos por todo Lima, donde el caos y la trasgresión eran el pan del día. Luis y otra gente también se daban cuenta, pero ellos inspirados por un profesor leyenda en historia hablaban que faltaba radicalismo a esas propuesta y que no pasaban de ser declaraciones. Igual pensaba pero yo por ser sociólogo y s la vez un filósofo poeta me internaba en conocimientos msd ligados a la búsqueda del orden y el equilibrio orgánico. En mi cabeza ya estaba Novalis y Shiller, así como Fichte y Holdderlin. Yo buscaba antes que violencia la agitación poética. Unos meses antes de las famosas marchas del 98 y del 99, percibia ademanes parecidos a mis estimados amiguitos de Lasalle, ladrar pero no morder cuando a palazos nos reprimían en las calles. 

En cambio Luis y su gente si le iban a la agresión y s mi también eso me gustaba. Al ver esas marchas enormes y emocionales que huían por las calles en medio de comerciantes y coloridas banderolas nosotros pensábamos en algo más contundente. Yo era como un anarca, dedicado a la poesía social y sagrada y por tanto alejados de las masas y los genios. Para crear y escribir hay que salirse del mundo y hacerlo con todo el cuerpo. Por eso es un riesgo y a la vez una delicia crear. Una noche mientras tomábamos ese cañazo con kola real de piña. Un grupo medio borracho que le decían el gremio roneri se acerco a ver si había trago para seguir comí zancudos. Entre ellos había un pintor desgarbado y con lentes empañados. No se porque hablando de anecdotas con chicas yo hablaba de las achoradas y el todo borracho se rio de mi diciéndome que era un chibolo que no sabia nada. Furioso le iba dar como campesino pero Luis y Jorge me contuvieron. Ya la conversa era medio tensa, pues se sentía esa desprecio y arribismo que ya les había sentido a pesar de llamarse radicales. Y Jorge medio borracho si lo iba sonar y el grupo se alejo de nosotros temerosos de los guardaespaldas. A uno de ellos le dio ganas de devolver y nos sacaron las patrullas del parque. Una noche mientras enamoraba a mi huaracina de la escarcha y era beso y beso con ella en el parque cívico donde hasta calatos se concibieron, regrese a la facultad y me halle con Luis y me contaba de la toma de la Villarreal y en su mente retórica y de estratega Vokteireano se dibujo una idea. Habia. Que pasar a la acción. Lo escuche un momento y se fue a cranear. El me llamo luego, cuando vio las traiciones y los intereses. Gracias a el y otros seres que deambulaban por ahí supe las miserias de la política socialista y del movimiento estudiantil. Yo solo influenciaba y me puse a dar testimonio de aquella época, de lo que se vio y de lo que no se vio. Escribí un ensayo hace como 8 años contando el proceso político de nuestra alternativa, pero no contare sino muy adelante de lo que estaba en juego en aquella época. Se confundió un proceso de recambio generacional y de paradigma político como un recambio de poder, y gran parte de esos libertarios simplemente se vendieron o se acomodaron en la falsa democracia que nos tejió el poder internacional. Yo deje la poesía para pensar la realidad que hoy dejado en ensayos durante casi 20años. Hoy solo soy un cuenta cuentos en delirio por la vida. Yo si viví toda la filosofía y lo que creaba, pocos genios de mi generación no lo hicieron siguen creyendo en lo que ven. La teoría es la enfermedad de los hombres deshonestos. El espíritu del Perú esta renaciendo y la intelectualidad sigue en Europa. Bendiciones.

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