jueves, 12 de julio de 2018

Barahúndas por mi Cuca...





Un buen día en el colé de Barrios Altos insultaron a mi tía Josefa a la postre finada por un cáncer al cerebro. Ella era solterona y por sufrir un leve retraso era muy inocente y cariñosa con nosotros. Siempre que llegábamos del colé, le poníamos la cara del gato con botas, y nos dejaba salir al mar rojo a pelotear con nuestras puntas. Al anochecer nos gritaba,, "lonche" y mas feliz que un perro con Dos colas nos metíamos y tomábamos leche encima con café pasado. Mi tía era una mujer normal, hacia el mercado de 1 de Julio, cocinaba delicioso, conversaba con su amiga Maritza, y por las noches veía novelas venezolanas como "Leonela o Mi amada Beatriz" m tejía de la puta madre y siempre compraba detalles para el hogar. Mis compañeros desalmados como todo niño insolente le decían la eléctrica, sobre todo el loco, cara de galleta y Richard. Yo aguantaba sus bromas pues eramos cuños y porque en realidad sabían mechar mejor que yo. 

Pero la gota rebalsó el vaso cuando cara de galleta, se burlo de ella en mi cara y como ella no entendía , lloro en mi casa sin entender pero ofendida. Ahí si me calenté y a pesar de ser un flaquito medio marrulengo tenis buena pegada y sabía guerrear en el suelo. Una tarde Richard se cago de la risa en mi cara le mente la madre, se levanto me tiro un puñete, lo bloque con la mano y con la izquierda le deje el ojo morado. Entro el supervisor y nos dimos un abrazo, pero ya Richard era un pirata. Luego me fui contra cara e galleta me madrugó en el patio de recreo, le di un patadón en los huevos y el me iba a gomear sino era por Carlos el brigadier que me defendió. Y el cara e galleta se seguía burlando de mi núbil tiita. De lejos se la juraba pero luego no hice nada contra el pues era un gordito que la tenia yuca en la vida. La gota que me ardió en furia fue cuando el loco se burlaba haciendo la imitación de Patricia Alquinta la eléctrica y me le fui encima en el baño y el hijo de la directora, nos separo y lo acuse de insultar a mi pobre tía. Al entrar en el lonza Carlos y la gente me hicieron ver que había roto un código, y me di cuenta que debía desafiarlo así me gomearan. El loco entro luego de ser castigado me amenazo y yo le dije vamos al pampon a ver quien es quien. Saludos en la noche abrazándonos con Richard al lado. Era oscura y solitaria la calle y llena de orines, y nos dimos uno que otro golpe, el unos patacones al muslo y la cadera y yo unos golpes en el estómago y la nuca. Ya nos estábamos riendo en el suelo, y Richard una mierda le yo le apiste al loco. Salimos de ahí abrazados como dos borrachines, y un vagabundo sabio que reciclaba nos dijo así son los amigos, pacto de sangre. El se disculpo y Richard igual y nos fuimos s jugar pimbol y comer una rica salchipapa. Al otro día había recuperado el respeto de mis amigos y aunque yo no era tan avispado como ellos había un cariño brutal y solidario. 

Cuando mi tía pereció víctima de esa terrible enfermedad y yo andaba entre estibadores ebrios y maleantes del Callao chupando ron y cañazo porque trabajaba en carga. Siempre hago esto cuando la academia me llega al chompiras. Cuando ella moría me decía retoma tu carrera y estudia la maestría. Le compre su helado y en cinco días luego de no soportar la operación de dos tumores en el cerebelo, un paro respiratorio se la llevo sin que yo pudiera despedirla y mi madre. Cuando mi tía Ibón y yo fuimos a la morgue a reclamar el cuerpo y vimos que sangraba por todos lados, hinchada y pálida, supimos que había sido un cáncer terminal. El cirujano quizo hacerle estudios y su hermano con amenazas logro el cuerpo para la familia. Deje que pasaran las exequias me averigüe secretamente el nombre del doctor y supe que era un pendejo que cobraba bien por pacientes de cáncer así los curara o no. Supe su teléfono fijo y por orden de un buen amigo hoy en cana le dije que se fuera del país con su familia y hasta su perro y que nunca mas volviera, carnicero de mierda. Por eso siempre tengan su mente abierta, el que busca encuentra. En sueños siempre se me presenta con una sonrisa y cuando yo desfallecía en selva me decía papa despierta y a la larga yo le hice caso. Extraño su comida perdóname por haber estado en la oscuridad y no haberte salvado. Tu me enseñaste a amar al todo.

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