Presintiendo aires y sabores.
La primera vez que diete plantas
de poder para sanar de una afección terminal estaba tan aburrido en casa que
decidí salir a comprar mi propia medicina a la Parada. Era el año 2015 y el
único modo de llegar con prontitud a la calle donde están los hierberos y
brujos era por intermedio del metro de
Lima. Ya había sido arkaneado y ya podía asearme con normalidad, pero estaba
extremadamente delgado, ojeroso y muy débil. Me aliste lo mejor que pudo y el
aire rancio de la ciudad a la altura de estación de Atocóngo invadió mi ser. Logre adquirir la tarjeta verde, y la
cargue con diez soles recuerdo. Subí a esperar el metro y un mar de gente y
muchedumbres aguardaban para ir de seguro a Gamarra. Y a las inmediaciones de
la Parada. Me colgué con la poca fuerza de que disponía de la puerta en un metro
repleto de pasajeros, y cerré los ojos para serenarme y concentrarme en algo un
poco mas productivo. Entonaba cada vez
que me aburría en cualquier lugar una salsa sensual, para sazonarme la mente,
pero en pleno tren una música del grupo Néctar ensordecía el ambiente. Las
expresiones de esos rostros de trabajadores y comerciantes eran graves y
macizas, como perdidos en sus pensamientos y a la vez hartos de una ciudad que
estresa y golpea sus ilusiones. Las madres ingresaban empujando y sin pedir
permiso, y una que otra joven debía estar alerta ante la punteadera de algún gracioso
o pervertido que nunca faltan.
Mi maestro me había dicho que no
me concentrara sino era necesario, pero al estar ahí embuído en ese mar de
gente sentí la querencia de cerrar los ojos y percibir la energía de ese
tumulto de migrantes y gente de la cultura popular. Y lo que sentí fue su aire
enrarecido por la frustración y la rabia de no tener lo que sus sueños le
empujaban. La energía de las mujeres con la regla era muy fuerte y
desestabilizadora, y muchos hombres solo pensaban en sexo y en escenas
calamitosas de venganza o desenfreno. A pesar que me golpeaban el cuerpo y era
sólo un guiñapo pálido sostenido de una baranda de metal, podía sentir el deseo
y la frustración acumulada de aquellos paisanos y lo mal que la ciudad los
trataba. Y en gran medido el silencio de zoombies y la inmutabilidad ante la música
de Chacalón expresaban un cuadro de soledad y desafección que yo ya había visto
en otras oportunidades. Cuando llegaba a
mi paradero final, el mar de gente que salía hacia Gamarra me asesto varios
empujones y sólo en mi alelamiento sentía la voz de algunos de los transeúntes “
Cuidado sobrino voy a pasar”….. Estaba confuso y mas débil que nunca debido a
que en cierta medida por curiosidad había chupado la energía acumulada de aquel
gentío. Me sople sin que me vieran un mapacho, y salí raudo a comprar mis
hierbitas. Pensaba que tal potencial concentrada y a la vez tanto miedo a su
energía. Compre esa mañana Chia negra, calaguala, papa-madre, miel de abeja de
selva, y diversas hierbitas para mi madre. Las mamachas al verme todo pálido y escuálido
me obsequiaban mas de lo debido, y uno que otro sapo me miraba las alforjas
para bolsiquearme.
A mi retorno aún estaba
tambaleando y como no deseaba estar nuevamente como sardina en el metro de
Lima, me subí a una custer que me traía hasta la bolichera. Yo estaba medio enfiebrado
y tiritaba mas por el frio de Lima que por otra cosa. Me apacenté y silbaba
unas bachatas de la época para alegrarme…. Me dolía todo el cuerpo, y abría los
ojos hacia la calle para distraerme con las hormigas andantes y silentes de la
ciudad, y no se porque el haber percibido tal aglomeración de energías confusas
y estridentes alucinaba imágenes y rostros malignos voltear hacia mi, como si
algo extraño no deseara que me
sanara. Me concentre en la mirada de una
dama que me veía con impaciencia y a la vez compasión. Se sentó al lado mío
cuando ya la custer se vaciaba y me inquirió porque estaba tan enfermo. “ con
los ojos cerrados le conteste que por hacer travesuras ñorsa” y cuando abría
los ojos para fijarme en su expresión condoliente tal dama había desaparecido
de mi asiento. Sólo quedaba una carta de esas de lectura como un sello al lado
de mi asiento, carta que arroje con la mano por discernir que algo malo
era. Apreté mis hierbitas y mis
menjurjes y cuando la vista ya me fallaba contemplé por la ventana a una mujer
regordote tirada en la acera con una mirada aguzada y maléfica que se reía de
mi. Luego sentí risas por todos lados y hasta las voces de los pasajeros que
conversaban se me hacían lejanas y con risas y carcajadas por todos lados. Recupere
la conciencia, era un sueño. Llegue a al Bolichera me embale en mi combi y
llegue a mi casa mas trapo que de costumbre….. La energía de las culturas
populares encierra secretos de dolor y
desapasionamiento que no saben lo que son. Esa tarde me limpie con
tabaco y me bañe limitándome a ver TV y cine en mi casa.
Otro día aburrido, pero ya mas entrado en carnes y con el brillo de la
ayahuma y la renaquilla, le hice un favor a ,mi hermano. El acababa de estudiar
una maestría en la Universidad de Lima, y deseaba porque no tenía tiempo regresar
un texto de consulta a la biblioteca de esa universidad. Como a mi me gusta
estar en el fango pero a veces entre Versalles y bellezas, le dije que no había
problemas. Salí por la tarde bien comido, y con mi mapacho salvador en los
bolsillos. Tome la S y legue cerca del Jockey Plaza, y luego de registrarme en
el control de la universidad ingresé en el campus, y yo sabía porque las
miradas de mujeres muy hermosas se posaban en este servidor sin que yo fijara
mi mirada en ellas. Yo estaba sanando de algo rabioso y tenía que evitar
emocionarme con el sexo opuesto o sino retrasaba mi tratamiento. Al pasar al lado de estos tucos
y tucas no podía percibir sino muy levemente su energía. Eran hermosas y muchos
muchachos se hallaban agolpados cantando y tocando la guitarra en los jardines
y en las zaguanes de las facultades. Cerraba los ojos cada vez que me acercaba
a una dama muy bella y no sentía sino una energía muy leve. Y era igual con los
caballeritos, no sentía nada. Pensé ellos liberan y creen en todo lo que ven en
sus posesiones y riquezas. El espíritu en ellos no existe mas que levemente o
esta alterado por la superficialidad. Cuando cavilaba esto paso por mi lado de
modo silencioso una muchacha vestida de forma sombría, y con un chal verde sobre
el cuello. Vi sus tatuajes y supuse que sabía de las artes. Me miro fijamente y
sonrió volteando el rostro, sabiendo
quien era. Saque con alerta mi mapacho y ella se alejo en las multitudes abrazándose
de alguien que parecía ser su enamorado.
Deje el texto en la biblioteca,
me regrese por los caminos del campus y seguía sintiendo la mirada coqueta de
la mayoría de mujeres muy bellas incluso más altas que este servidor. Salí de allí
pues ya me estaba calentando y tome una custer amplia que me sacaba hacia
Benavides. Iba parado y un aroma a cortezas de sahumerio me invadió el cuerpo.
Volteaba para distraerme pues las imágenes de la enfermedad eran implacables
conmigo y veía radiantes sirenas tucas por todos lados. Recuerdo que al pasar
por mi lado una traviesa muchachita me pincheteo el trasero, lo que motivo un
altercado con su enamorado, al que sólo trabaje de boquilla, pues convaleciente
no podía mostrar las uñas. Baje medio
alelado nuevamente en Benavides y me escondí por un parque cerca a la ANR. Y me
sople para protección. Deduje que aunque en un mundo indiferente de hombres y
mujeres racionales las malas artes estaban al flor del día. Cada quien estaba
ingresando en este mundo del manejo de las malas energías, y había que estar al
acecho de que no robaran la mía, que tanto trabajo me costó acumular para
sanar. Ya en mi casa me encerré hasta mejorar y luego de unos trucos me puse a
trabajar, siempre con mi mapacho para cualquier eventualidad o para presumir
que me gustaba fumar ese tabaco tan sabroso. En esos momentos recuerdo a Luciana aquella chiclayana que
conocí en uno de mis viajes de trabajo, diciéndome al oído “ Hay realidades mas
allá de la comprensión humana de estos pobres borregos absurdos. Si me engañas
te mueres, lindura”…. Trague saliva y al otro día ya estaba embarcado en
Oltursa rumbo a Lima…. Que tal embrujo….Pero esto es ficción sólo eso.
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