Ficciones 12. Muñecas y nazis
Una mañana mi prima me llamo para
una cita con unos políticos amigos suyos. Ella era abogada y estudiaba en esos años 2000 en la
Inca Garcilazo de la Vega, universidad infestada de apristas y grupos de
derecha. Ella me contaba que había conocido a unos caballeros mayores y como de
mi edad que habían enfrentado a los apristas, y que tenìan serios motivos en
tumbarse la dictadura por ir en contra de la naturaleza hispanista del país. Me
dio curiosidad y asistì muy tarde a una casa muy grande en la urbanización
constructores de La Molina. Me recibieron cordialmente y como prima es una
mujer muy atractiva conversaban de temas usuales y candorosos donde escuchaba
la risa altisonante de mi pariente. Al ingresar en la sala sentí su atención
disimulada y empece a conversar con
todos ellos. Luego de unas dos horas de
intensa conversación su discurso me era harto desconocido pero muy erudito e
interesante. Yo por esos años tenía una formación poética y me había acercado
al estudio de la escuela de Frankfurt, y del psicoanálisis freudiano en la
biblioteca del Instituto Goethe. E n
cuanto escucharon mi parloteo algo informado ellos me mencionaron a Karl Jung y
Ernst Junger, verdaderos estudiosos de la psicología humana en base a la fuerza
y abolengo. Luego me contaron de los
aportes al estudio de la filosofía poitica de Leo Strauss y EriK Vogeleine , y
los versos de los mejores poetas de habla alemana. Supuse que eran algo asi
como fascistas cultos, pèro lo que no entendia era su cercanìa algo presuntuosa
al hispanismo peruano, y las corrientes de la iglesia.
Unos de sus dirigentes un señor
algo mayor se aprecibió cerca de mi y luego de degustar un sabroso bistek a lo
pobre me sugirió que escuchara todo con mente abierta, que el sabìa por mi
procedencia universitaria podía ser de izquierda, y que no sería algo fácil
para mi asimilar ideas tan desconocidas en estos lares. Asentì con la cabeza y
me limite a escuchar una conversación que rayaba entre el desacuerdo con las
izquierdas y el aprismo, y la verdadera naturaleza ontológica de la patria. Al
escuchar estos motivos que ya por esos años engloriaba a la nación peruana,
participe y dije que el país necesitaba reencontrarse con su espíritu oriundo y
sobre esa base construir una nueva realidad integrada. Ellos que eran como 10 caballeros
enchaquetados con vestuario muy casual
pero lujoso, me corrigieron que el verdadero origen de la nación se hallaba en
la Colonia y su filosofía hispanista. No estuve de acuerdo y sostuve que el
origen de nuestra patria era las culturas precolombinas y la síntesis del mundo
Incaico. Discutimos toda esa tarde y
supe por prima que todos ellos eran gerentes en bancos y agregados culturales
en varias embajadas del mundo. Ella salía con el gerente del banco de crédito.
Este señor cuyo apellido no recuerdo me invito a una recepción en una embajada
de Ruisa donde presentarían el libro “Deconstruyendo
la juridicidad” de uno de sus ideólogos. Hasta lo que pude percibir eran unos fascistas con mucho
billete.
Para la recepción fue todo un
problema. Ya vivía en Surco y por acanga alquilar un traje resulta caro y a mi
no me gusta usar terno. Soy demasiado informal y pacharaco para vestirme. Bueno
lo resolví usando una pantalòn bahía negro, una camisa negra labrada que poseía
para tonos, y un bleizer azul que me prestaron mis hermanos. Presente la
invitación en la entrada que me habían hecho llegar por mensajerìa, y en la
puerta que da para la avenida Salaverry, estaban fumándose un huiro dos jóvenes
muy bien ataviadas en unos vestidos aterciopelados negros, chal en los hombros
y una joyería fina que no se ve en ninguna parte de Lima. Las vi por un momento
y una de ellas era blanca con una cabellera azabache, preciosa con ojos verdes
y una risita que denotaba que se las sabía todas. Y la otra era una mujer mas
armada, rubia, con una elegancia y expresión sobrebia propia de las reinas de
Europa. Debido al efecto de los huiros se reían desembozadamente, y al pasar
por su lado, la blanquiñosa me silbo como si fuera una chica. Yo sólo me limite
a sonreír me di la vuelta y les hice una reverencia graciosa. Me dijeron algo
en ruso que no entendí ni papa. Me adentre en un salón buscando a estos faschos
adinerados o mi prima para no sentirme solo. Al no apreciarlos entre tanto
caballero y dama bien vestidos, me acerque al bufett criollo y comida rusa que
se apostaba cerca del jardín,, y otro salón principal donde el decorado era
medio renacentista con motivos medievales.
Mientras degustaba aperitivos en base a mariscos y salsa algo raras,
miraba de reojo a toda esa gentita, que hablaba en castellano historias de
viaje por todo el mundo, yates, paseos
en crucero, las bondades de la comida francesa, las excentridades de las
culturas asiáticas. Eran damas no simplonas sino muy bellas, familiares de intelectuales y diplomáticos de
todo el mundo, que desarrollaban un verbo ágil y culto que llamaba a la
admiración. De pronto alguien me toco el hombre derecho y embelezado por tanto
lujo y desparpajo de cultura, era el señor César, que con una sonrisa de oreja
a oreja me estrechaba en un gran abrazo y me condujo a donde estaba el resto,
mi prima envuelta en un vestido negro enchapado en zafiros y dulces colores. Me
animaron a que perdiera el temor a la gente adinerada, y si conversara con
ellos siempre lo hiciera con una copa de champaña en la mano y sugiriendo
cultura y garbo en mi formación académica.
Empezo la presentación del libro
del que a la postre era el cuñado del señor César, un filosofo que enseñaba en
la Católica y en el doctorado de San Marcos. Y al escuchar a los agregados de
España y de Rusia hablar del texto y de las contribuciones del mismo autor
supuse que al citar mucho a Karl Shmitt en crítica constante con Max Weber,
eran definitivamente personajes cercanos a la ideología conservadora del país.
Vi a los hermanos Tudela, preguntar desde los auditores, y agregados culturales
extranjeros citar otras ideas que se limitaban a sugerir que el modelo que
debió seguir el Perú desde su emancipación debio ser una monarquía
constitucional, u no una republica que era antinatural con el perfil cultural
de los peruanos. En eso tuve una corazonada violenta que lo que se juzgaba en
aquella reunión era versomil. Aplaudieron el esfuerzo del filósofo en construir
una juridicidad alternativa a la democrática, pero sentí en ciernes el
desconocimiento cultural de la sociedad en la que mandaban. Mi prima me jalo un
momento del grupo en el que ya hallaba chispas y me saco a un jardín donde
curiosamente estaban dos damas de sociedad, apellidadas Quintana, quienes eran
sus amigas. Ellas deseaban una opinión masculina acerca de sus trajes de
gala, y resultaba que eran esas dos traviesas damitas de la entrada que
chapoteaban en la piscina con sus zapatillas regadas por la orilla de la
piscina. Mi prima que siempre me empujaba a una que otra aventurita me las
presentó, y la mas blanquiñosa se llamaba Pierina, y la rubia con un tipo ruso
Ivana.
-
Sacate los zapatos amigo, no mordemos, además es verano.
-
No lo se sus padres deben estar por aca y quizás
me lleve un lio con ellos.
-
Primo no te chupes ellas solo quieren hablar
contigo, les dije que eras sociólogo y deseaban conocer como sab… como piensan
los sociólogos….
-
Jajajajajaja, esa reuniònes de mi padres y de
esa gente tan estirada son muy aburridas, hablan de cosas que no sirven para la
vida, que nadie entiende. Consentí en silencio con la cabeza, pues las veía
medio aceleradas y tomando con la
botella de champaña en mano, no deseaba contrariarlas.
-
Oe te comieron la boca los ratones o es que me
tienes miedo- Y Pierina me mando una mirada mientras ligeramente me mostraba su
lengua saciada por sus labios- Ven, ven a mi lado matoncito, cree que nos
sabemos por tu prima que eres de un
barrio.
-
Si lo soy y a mucha honra, pero aquí entre
ustedes estoy faltando el respeto, es esta una reunión de personas de mucho
alcurnia y galones que no tengo.
-
Todos son iguales Ronald, te llamas creo?, aca
hay mujeriegos, infieles, borrachas, despilfarradoras, drogadictas, con la
única diferencia que lo esconden muy bien, y vieras las cosas que hacen cuando viajan….
Ah Ah Ah y si notas cultura es porque son personas muy bien preparadas, pero no
pasa de ello….Son temas aburridos si o no Ivana.
-
Definitivamente, son temas aburridos y me hizo
la señal de V” Amor y paz.
-
Ustedes son hippies o algo asi?
-
No solo somos dos borrachitas que se quieren
bañar en la piscina desnudas, pero no se puede hasta el mozo por acanga es un
estirado.
-
A ver- Y al verlo era un causa del barrio que
estaba en la puerta que da al jardín y que yo conocía- Oe Teo te acuerdas de
mi?
-
Hola socio! Cuantos años sin verte, que desean
que haga.
Se acercó a
nosotros y Teo era un pesista muy conocido en Barrios Altos, pues todos sus
hermanos se dedicaban a esa jarana. Al vislumbrarlo Ivana se precipito hacia
el, y como si perdiera el equilibrio cayo en sus brazos, y le dijo algo cerca
del rostro que lo sonrojó mucho. _
_ Hermanos
ahorita vengo, tengo que despertar a esta estirada rusa. Y desapareció en el
enorme jardín, entre unos arboles sombreados.
-
Conociendo a mi prima se lo ha de estar tirando.
Y tú que cuentas. Vamos al salón de las reliquias y te enseño las mamutchkas.
-
Bueno- me dije para mis adentros- esta loquilla quiere algo de mi. Me llevo de
la mano, mientras la algarabía de la noche destartalaba risas y carcajadas en
las estancias vecinas, y en realidad la vigilancia hacia un par de chiquillos
era mínima.
Me deje llevar y luego de
franquear algunas cortinas y zaguanes estrechos llegamos a un salón donde se exhibían
recuerdos militares de la segunda guerra mundial, y esas muñequitas tan
populares al fondo de la habitación. Las contemple con curiosidad y cuando le
iba a preguntar el significado de ellas, Pierina tomo una de ellas, la mas
pequeñita y se la introdujo en su escote, retándome con la mirada a que la
sacara. Empujado por el deseo de tocarla, pues ya en la piscina varias veces me
había enseñado parte de sus bien contorneadas piernas, me le fui pa encima, y
cuando la iba a coger con mis brazos, se zafo y me hizo caer en el suelo. Sabía
pelear la muy condenada y riéndose me mostraba sus bragas y con la lengua me
incitaba a que la persiguiera por el salón. Cuando por fin pude sujetarla, me mordió
los labios y me tumbo al suelo, empezando a deleitarse con mi animal al fierro y
echándose champaña por todo su pecho, enzimándome al deseo mas ardiente. No se
cuanto duro eso, pero esta guarrilla medio rusa, medio peruana, era un huracán.
Desnudos nuestros cuerpos giraban por toda la alfombra, y se entrechocaban con
los muebles antiacuarios de ese lujoso salón. Su piel era tersa, y endurecida
por entrenamiento; le di con todo con lo que tenía y la muy traviesa parecía concierto
metalero, pues me arañaba la espalda y me decía si eres macho dale mas fuerte,
mas fuerte!..... ¡Pégame mierda¡…. ¡Los negros cachan mejor que tu¡… Me achoré
y la estaba terminando, cuando su prima y mi yunta entraron en la estancia
completamente drogados. “Oe loco no te conocía esas… estas tucas si que son
sucias”- Si me hacen recordar a las
achoradas del barrio no sin tanto perfume….Al final con modales o sin modales,
con galones o sin galones todos somos animales y cualquier atracción que se
incite debe ser saciada……. ¡Ya perros de mierda denlos o los acusamos que nos
han violado¡… Una y otra estaban inclinadas esperando nuestras asestadas cerca
de un sillón rojo enorme…. Les dimos con todo y sino fuera porque les callábamos
la boca con nuestras manos eso hubiera sido un escandalo y segura prisión. Su
perfume melifluo de reinas de la noche mezclado con el aroma a marihuana que
recorría la estancia nos dio un poder sobrenatural para hacer hablar a esos
remotos cuerpos. Duras cicatrices de tiempos inmemoriales eran extraídas de
esos labios ardientes y de esos alaridos incomprensibles y vulgares. Nosotros
solo atinábamos a reírnos de cualquier tontería y mientras ya mi arma se
irritaba con el calor incandecente de
Pierina y Ivana podía ver alucinaciones correr por toda la estancia, como
duendecillos azules….. terminamos los cuatros derrumbados en el sillón rojo
aterciopelado y conversando Teo que era mayor que este servidor decía “ Vez que
los Romaña tenían razón, estas rucas están
tan aburridas con tanto billete que no saben lo que es un verdadero varón”. Yo por no ser un mal educado solo me
carcajeaba inexplicablemente y sentía que el mundo se me derretía en un santiamén…..
Se oyeron voces cercas y nos vestimos lo mejor que pudimos…. Salí con las dos
primitas y Teo desapareció cerca del área de servicio….
César y otra gente me buscaban y
como era ya una madrugada super-avanzada se despidieron de mi y de mi prima……
Primo que habrás hecho que tienes colorete en la camisa. Te llevo a tu casa…. –Prima
ellas quienes son?- Las que te has tirado?------SSsi!- Son las hijas del embajador de Rusia…. Las
dos han nacido en Perú y viven en La
Molina hace tiempo…. De una buena te has salvado…. Bueno Cesar me dejo dicho
que mañana fueras a su casa en Pueblo Libre que te tiene unos libros y una
jornada un poco agitada por ssi te interesa seguirlos, pues son medios y harto locos….Si claro que
me interesa y me dio el teléfono fijo del Doctor para quedar….
Al otro día era Domingo, y llegue
medio trajinado a la casa de César cerca de la Avenida Brasil. En cuanto me
tuvo cerca me dio una rezondrada muy casualmente como si fuera un amigo, y me
dijo que no me preocupara pues jamas volvería a ver a esos pares. Me hizo
ingresar en la casa de su señora, una profesora de arte contemporáneo de la
PUCP, y me presento al filósofo cuyo libro había sido presentado con éxito. Era
un tipo alto y macizo como piedra, algo colorado y con cabello castaño….. Me
dio unos alcances de la filosofía alemana que me interesaba y me dijo como
había que leer a los alemanes. Me sugirió que empezara con los románticos y el
idealismo, y luego fuera hacia los irracionalistas y los neoconservadores. Me
regalo un texto que hasta ahora conservo de Jaspers acerca de la esquizofrenia,
y conversamos por espacio de media hora sobre cultura y el escenario
internacional hasta que Ramiro, el amigo de César y otros dos jóvenes mayores
que yo nos subimos en una camioneta enorme, que para mi sorpresa llevaba
rifles, fusiles y pistolas de asalto en la parte posterior…. ¿Que vamos a hacer
César?---- Nada solo practicar, somos aficionados a la cacería y a coleccionar
armas. Uno nunca sabe con estos tiempos de tanta criminalidad---- Si supieras
en la mi casa- dijo Ramiro- tenemos una pieza de artillería y granadas tipo
piña que hacen estallar una cuadra entera. Llegamos al triangulo del Rímac,
donde me contaron existía un terreno extenso dedicado al tiro de los soldados y
a los que tenían permiso de portar armas entre los civiles…. En esos años las
reglas eran menos estrictas para portar armas así que medio cenizo acepte a
practicar tiro con estos locos. Recuerdo muy vagamente el arma de mi tío
policía, un arma negra y grande quema duras penas podía coger con ambas manos.
O el rifle de asalto que traía consigo cuando salía de la escuela. Siempre me
atrajeron las armas, pues veía cohetes robados en Tacora, y en el barrio a lo
lejos uno que otra balazo me ardía la curiosidad por saber como eran.
Llegamos a la base del Rímac y
con credenciales en mano nos adentramos hasta un cerro donde una soldadezca
practicaba tiro con fusiles Akm. Ahí César me enseño su Colt 45 plateada, y
Ramiro una magnum 357 con empuñadura de madera, y un rifle para matar
elefantes, plateado y con una munición del largo de mi mano. Los otros dos
muchachos al parecer discípulos del filósofo que no había venido con nosotros,
se quedaron en el polígono de tiro y ensayaban con revólveres ruidosos a los
blancos lejanos del salón, donde otros milicos también curtían sus habilidades.
Como sólo éramos tres los cachacos se nos acercaban y nos veían las armas y
conversaban su orígen y que tanto daño hacían a cierta distancia. Ramiro y
Carlos eran dos especialistas, y a parte de ser muy eruditos en ver la historia
de otro modo eran personas muy amables y con dedicación para enseñar. A lo lejos
unos jóvenes dementes hacían tiros al aire, desde sus pistolas, y ametrallaban
blancos que sólo en el cerro se veían.
Empezó el entrenamiento. A lo
lejos se veían construcciones en cemento armado con blancos oscuros y de
colores en forma de círculo. Ramiro me dijo que me achara en el suelo y pusiera
la culata del rifle en el hombro derecho para aguantar el golpe de la bala al
salir. Que debía agarrarle maña que no todo era fácil al principio. Sostuve el
rifle de cacería y me eche al suelo areniento y acaricie el arma con mucha
curiosidad. Fije la vista en el blanco lejanos unos 200 metros, y calculando apreté
el gatillo y un sonido ensordecedor se apodero del lugar. Pufff muy lejos del
objetivo y me dolía el hombro. Ramiro, era su turno me demostró lo puntero que
era, casi en medio del objetivo. Carlos sólo desenfundo su Colt 45 y bang! En medio de los ojos del pobre desafortunado.
Eran demasiado precisos y luego de tomarnos unas aguas energizadas de aquel
tiempo me contaron que tenían
preparación especial en artes marciales, y que muchos grupos de ellos en el
extranjero se dedicaban a repensar las posibilidades de la naturaleza como
forma de devolverle a la modernidad un componente consustancial extraviado.
Hablaron de los Talibanes y del atentado a las torres gemelas del año 2001,
como formas preventivas de defensa, los grupos terroristas en Japón, el ETA,
los grupos terroristas de Irlanda, y la
desfiguración de la historia a causa del inventado holocausto de los nazis. Me
hicieron ver no como forma de propaganda lo que era la lucha entre la
naturaleza y la historia. En su opinión el triunfo de la democracia y de los
aliados fue un subterfugio para tecnificar el mundo, para despersonalizarlo y
quitarle toda capacidad de conexión con su sagrado origen. Aunque eran unos
locos recibí de ellos un entrenamiento en básica defensa personal, y en el manejo de la colt 45, y revólveres calibres 23 para
tiros de distancia y luego de varios retiros a Chosica, pude perfeccionar
algunas habilidades con las armas. Pero en cuanto a su erudita pero
extravagante cosmovisión del mundo estaba completamente desacuerdo. En
principio pues notaba que todos ellos pertenecían a distintos estratos
adinerados de Lima y de provincia, y porque en base a sus lecturas que las
dirigía un finado filósofo que la izquierda le quito todo su apoyo, por decir
que los patriotas fueron los que organizaron el atentado a las torres gemelas,
y el autor de “Deconstruyendo la
juridicidad” supe que su ontología, es
decir su cosmovisión para entender este país tan complejo era la correcta pero
solo en forma. El esqueleto de sus
herramientas genealógicas para sentir este país tan desgarrado y desolado carecía
de la sangre y piedra de aquellos pobladores a los que ellos no habían visitado
sino por turismo o investigación prejuiciadas. Bueno aprendí algo de armas, y
en poco más de ese año 2001 asistí a sus conversas en la Molina, y salía de
paseo con ellos en yate, y excursiones de supervivencia en Chosica y Matucana.
Ellos tenían la intención de
conformar una agrupación política para las elecciones del 2006, pero se
diluyeron en el camino. La desaparición del autor de “Las tierras Baldías” y la
desconexión de sus principales líderes por cambios en el escenario
internacional, me dejaron sin esas fiestas de gala y siempre ese deseo secreto
de volver a hallar a aquella loquita de Pierina, que sólo supe años después se
caso con un cortesano de Inglaterra…. Su embrujo de hechicera aun queda en mi
piel, tan solo con concentrarme. Y la pólvora y las locuras de internarme en la
llanura para hacer limpieza de tanto
pendejo han quedado en el pasado como etapas de una enorme inmadurez. El fierro
como me decían unos poetas drogos tirados en el Callejón de las Siete Puñaladas
es sólo para aquel que ya no puede volver atrás. Quien mata esta obligado a
volver hacerlo. La liberación no provendrá de la mano del guerrero, sino de
aquel que transmita paz interior….. La historia dirá quien tuvo la razón…..
Comentarios
Publicar un comentario