lunes, 9 de julio de 2018

Ficciones 12. Muñecas y nazis





Una mañana mi prima me llamo para una cita con unos políticos amigos suyos. Ella era  abogada y estudiaba en esos años 2000 en la Inca Garcilazo de la Vega, universidad infestada de apristas y grupos de derecha. Ella me contaba que había conocido a unos caballeros mayores y como de mi edad que habían enfrentado a los apristas, y que tenìan serios motivos en tumbarse la dictadura por ir en contra de la naturaleza hispanista del país. Me dio curiosidad y asistì muy tarde a una casa muy grande en la urbanización constructores de La Molina. Me recibieron cordialmente y como prima es una mujer muy atractiva conversaban de temas usuales y candorosos donde escuchaba la risa altisonante de mi pariente. Al ingresar en la sala sentí su atención disimulada y empece  a conversar con todos ellos.  Luego de unas dos horas de intensa conversación su discurso me era harto desconocido pero muy erudito e interesante. Yo por esos años tenía una formación poética y me había acercado al estudio de la escuela de Frankfurt, y del psicoanálisis freudiano en la biblioteca del Instituto Goethe.  E n cuanto escucharon mi parloteo algo informado ellos me mencionaron a Karl Jung y Ernst Junger, verdaderos estudiosos de la psicología humana en base a la fuerza y abolengo.  Luego me contaron de los aportes al estudio de la filosofía poitica de Leo Strauss y EriK Vogeleine , y los versos de los mejores poetas de habla alemana. Supuse que eran algo asi como fascistas cultos, pèro lo que no entendia era su cercanìa algo presuntuosa al hispanismo peruano, y las corrientes de la iglesia.

Unos de sus dirigentes un señor algo mayor se aprecibió cerca de mi y luego de degustar un sabroso bistek a lo pobre me sugirió que escuchara todo con mente abierta, que el sabìa por mi procedencia universitaria podía ser de izquierda, y que no sería algo fácil para mi asimilar ideas tan desconocidas en estos lares. Asentì con la cabeza y me limite a escuchar una conversación que rayaba entre el desacuerdo con las izquierdas y el aprismo, y la verdadera naturaleza ontológica de la patria. Al escuchar estos motivos que ya por esos años engloriaba a la nación peruana, participe y dije que el país necesitaba reencontrarse con su espíritu oriundo y sobre esa base construir una nueva realidad integrada.  Ellos que eran como 10 caballeros enchaquetados con  vestuario muy casual pero lujoso, me corrigieron que el verdadero origen de la nación se hallaba en la Colonia y su filosofía hispanista. No estuve de acuerdo y sostuve que el origen de nuestra patria era las culturas precolombinas y la síntesis del mundo Incaico.  Discutimos toda esa tarde y supe por prima que todos ellos eran gerentes en bancos y agregados culturales en varias embajadas del mundo. Ella salía con el gerente del banco de crédito. Este señor cuyo apellido no recuerdo me invito a una recepción en una embajada de Ruisa donde presentarían el libro “Deconstruyendo la juridicidad” de uno de sus ideólogos. Hasta lo que pude  percibir eran unos fascistas con mucho billete.

Para la recepción fue todo un problema. Ya vivía en Surco y por acanga alquilar un traje resulta caro y a mi no me gusta usar terno. Soy demasiado informal y pacharaco para vestirme. Bueno lo resolví usando una pantalòn bahía negro, una camisa negra labrada que poseía para tonos, y un bleizer azul que me prestaron mis hermanos. Presente la invitación en la entrada que me habían hecho llegar por mensajerìa, y en la puerta que da para la avenida Salaverry, estaban fumándose un huiro dos jóvenes muy bien ataviadas en unos vestidos aterciopelados negros, chal en los hombros y una joyería fina que no se ve en ninguna parte de Lima. Las vi por un momento y una de ellas era blanca con una cabellera azabache, preciosa con ojos verdes y una risita que denotaba que se las sabía todas. Y la otra era una mujer mas armada, rubia, con una elegancia y expresión sobrebia propia de las reinas de Europa. Debido al efecto de los huiros se reían desembozadamente, y al pasar por su lado, la blanquiñosa me silbo como si fuera una chica. Yo sólo me limite a sonreír me di la vuelta y les hice una reverencia graciosa. Me dijeron algo en ruso que no entendí ni papa. Me adentre en un salón buscando a estos faschos adinerados o mi prima para no sentirme solo. Al no apreciarlos entre tanto caballero y dama bien vestidos, me acerque al bufett criollo y comida rusa que se apostaba cerca del jardín,, y otro salón principal donde el decorado era medio renacentista con motivos medievales.  Mientras degustaba aperitivos en base a mariscos y salsa algo raras, miraba de reojo a toda esa gentita, que hablaba en castellano historias de viaje por todo el mundo, yates,  paseos en crucero, las bondades de la comida francesa, las excentridades de las culturas asiáticas. Eran damas no simplonas sino muy bellas,  familiares de intelectuales y diplomáticos de todo el mundo, que desarrollaban un verbo ágil y culto que llamaba a la admiración. De pronto alguien me toco el hombre derecho y embelezado por tanto lujo y desparpajo de cultura, era el señor César, que con una sonrisa de oreja a oreja me estrechaba en un gran abrazo y me condujo a donde estaba el resto, mi prima envuelta en un vestido negro enchapado en zafiros y dulces colores. Me animaron a que perdiera el temor a la gente adinerada, y si conversara con ellos siempre lo hiciera con una copa de champaña en la mano y sugiriendo cultura y garbo en mi formación académica.

Empezo la presentación del libro del que a la postre era el cuñado del señor César, un filosofo que enseñaba en la Católica y en el doctorado de San Marcos. Y al escuchar a los agregados de España y de Rusia hablar del texto y de las contribuciones del mismo autor supuse que al citar mucho a Karl Shmitt en crítica constante con Max Weber, eran definitivamente personajes cercanos a la ideología conservadora del país. Vi a los hermanos Tudela, preguntar desde los auditores, y agregados culturales extranjeros citar otras ideas que se limitaban a sugerir que el modelo que debió seguir el Perú desde su emancipación debio ser una monarquía constitucional, u no una republica que era antinatural con el perfil cultural de los peruanos. En eso tuve una corazonada violenta que lo que se juzgaba en aquella reunión era versomil. Aplaudieron el esfuerzo del filósofo en construir una juridicidad alternativa a la democrática, pero sentí en ciernes el desconocimiento cultural de la sociedad en la que mandaban. Mi prima me jalo un momento del grupo en el que ya hallaba chispas y me saco a un jardín donde curiosamente estaban dos damas de sociedad, apellidadas Quintana,  quienes eran  sus amigas. Ellas deseaban una opinión masculina acerca de sus trajes de gala, y resultaba que eran esas dos traviesas damitas de la entrada que chapoteaban en la piscina con sus zapatillas regadas por la orilla de la piscina. Mi prima que siempre me empujaba a una que otra aventurita me las presentó, y la mas blanquiñosa se llamaba Pierina, y la rubia con un tipo ruso Ivana.
-          Sacate los zapatos  amigo, no mordemos, además es verano.
-          No lo se sus padres deben estar por aca y quizás me lleve un lio con ellos.
-          Primo no te chupes ellas solo quieren hablar contigo, les dije que eras sociólogo y deseaban conocer como sab… como piensan los sociólogos….
-          Jajajajajaja, esa reuniònes de mi padres y de esa gente tan estirada son muy aburridas, hablan de cosas que no sirven para la vida, que nadie entiende. Consentí en silencio con la cabeza, pues las veía medio aceleradas  y tomando con la botella de champaña en mano, no deseaba contrariarlas.
-          Oe te comieron la boca los ratones o es que me tienes miedo- Y Pierina me mando una mirada mientras ligeramente me mostraba su lengua saciada por sus labios- Ven, ven a mi lado matoncito, cree que nos sabemos por tu prima que eres de un  barrio.
-          Si lo soy y a mucha honra, pero aquí entre ustedes estoy faltando el respeto, es esta una reunión de personas de mucho alcurnia y galones que no tengo.
-          Todos son iguales Ronald, te llamas creo?, aca hay mujeriegos, infieles, borrachas, despilfarradoras, drogadictas, con la única diferencia que lo esconden muy bien, y vieras las cosas que hacen cuando viajan…. Ah Ah Ah y si notas cultura es porque son personas muy bien preparadas, pero no pasa de ello….Son temas aburridos si o no Ivana.
-          Definitivamente, son temas aburridos y me hizo la señal de V” Amor y paz.
-          Ustedes son hippies o algo asi?
-          No solo somos dos borrachitas que se quieren bañar en la piscina desnudas, pero no se puede hasta el mozo por acanga es un estirado.
-          A ver- Y al verlo era un causa del barrio que estaba en la puerta que da al jardín y que yo conocía- Oe Teo te acuerdas de mi?
-          Hola socio! Cuantos años sin verte, que desean que haga.
Se acercó a nosotros y Teo era un pesista muy conocido en Barrios Altos, pues todos sus hermanos se dedicaban a esa jarana. Al vislumbrarlo Ivana se precipito hacia el, y como si perdiera el equilibrio cayo en sus brazos, y le dijo algo cerca del rostro que lo sonrojó mucho. _
_ Hermanos ahorita vengo, tengo que despertar a esta estirada rusa. Y desapareció en el enorme jardín, entre unos arboles sombreados.
-          Conociendo a mi prima se lo ha de estar tirando. Y tú que cuentas. Vamos al salón de las reliquias y te enseño las mamutchkas.
-          Bueno- me dije para mis adentros-  esta loquilla quiere algo de mi. Me llevo de la mano, mientras la algarabía de la noche destartalaba risas y carcajadas en las estancias vecinas, y en realidad la vigilancia hacia un par de chiquillos era mínima.

Me deje llevar y luego de franquear algunas cortinas y zaguanes estrechos llegamos a un salón donde se exhibían recuerdos militares de la segunda guerra mundial, y esas muñequitas tan populares al fondo de la habitación. Las contemple con curiosidad y cuando le iba a preguntar el significado de ellas, Pierina tomo una de ellas, la mas pequeñita y se la introdujo en su escote, retándome con la mirada a que la sacara. Empujado por el deseo de tocarla, pues ya en la piscina varias veces me había enseñado parte de sus bien contorneadas piernas, me le fui pa encima, y cuando la iba a coger con mis brazos, se zafo y me hizo caer en el suelo. Sabía pelear la muy condenada y riéndose me mostraba sus bragas y con la lengua me incitaba a que la persiguiera por el salón. Cuando por fin pude sujetarla, me mordió los labios y me tumbo al suelo, empezando a deleitarse con mi animal al fierro y echándose champaña por todo su pecho, enzimándome al deseo mas ardiente. No se cuanto duro eso, pero esta guarrilla medio rusa, medio peruana, era un huracán. Desnudos nuestros cuerpos giraban por toda la alfombra, y se entrechocaban con los muebles antiacuarios de ese lujoso salón. Su piel era tersa, y endurecida por entrenamiento; le di con todo con lo que tenía y la muy traviesa parecía concierto metalero, pues me arañaba la espalda y me decía si eres macho dale mas fuerte, mas fuerte!..... ¡Pégame mierda¡…. ¡Los negros cachan mejor que tu¡… Me achoré y la estaba terminando, cuando su prima y mi yunta entraron en la estancia completamente drogados. “Oe loco no te conocía esas… estas tucas si que son sucias”-  Si me hacen recordar a las achoradas del barrio no sin tanto perfume….Al final con modales o sin modales, con galones o sin galones todos somos animales y cualquier atracción que se incite debe ser saciada……. ¡Ya perros de mierda denlos o los acusamos que nos han violado¡… Una y otra estaban inclinadas esperando nuestras asestadas cerca de un sillón rojo enorme…. Les dimos con todo y sino fuera porque les callábamos la boca con nuestras manos eso hubiera sido un escandalo y segura prisión. Su perfume melifluo de reinas de la noche mezclado con el aroma a marihuana que recorría la estancia nos dio un poder sobrenatural para hacer hablar a esos remotos cuerpos. Duras cicatrices de tiempos inmemoriales eran extraídas de esos labios ardientes y de esos alaridos incomprensibles y vulgares. Nosotros solo atinábamos a reírnos de cualquier tontería y mientras ya mi arma se irritaba con el  calor incandecente de Pierina y Ivana podía ver alucinaciones correr por toda la estancia, como duendecillos azules….. terminamos los cuatros derrumbados en el sillón rojo aterciopelado y conversando Teo que era mayor que este servidor decía “ Vez que los Romaña tenían razón, estas  rucas están tan aburridas con tanto billete que no saben lo que es un verdadero varón”.  Yo por no ser un mal educado solo me carcajeaba inexplicablemente y sentía que el mundo se me derretía en un santiamén….. Se oyeron voces cercas y nos vestimos lo mejor que pudimos…. Salí con las dos primitas y Teo desapareció cerca del área de servicio….

César y otra gente me buscaban y como era ya una madrugada super-avanzada se despidieron de mi y de mi prima…… Primo que habrás hecho que tienes colorete en la camisa. Te llevo a tu casa…. –Prima ellas quienes son?-  Las que te has tirado?------SSsi!-  Son las hijas del embajador de Rusia…. Las dos han nacido en Perú  y viven en La Molina hace tiempo…. De una buena te has salvado…. Bueno Cesar me dejo dicho que mañana fueras a su casa en Pueblo Libre que te tiene unos libros y una jornada un poco agitada por ssi te interesa seguirlos,  pues son medios y harto locos….Si claro que me interesa y me dio el teléfono fijo del Doctor para quedar….

Al otro día era Domingo, y llegue medio trajinado a la casa de César cerca de la Avenida Brasil. En cuanto me tuvo cerca me dio una rezondrada muy casualmente como si fuera un amigo, y me dijo que no me preocupara pues jamas volvería a ver a esos pares. Me hizo ingresar en la casa de su señora, una profesora de arte contemporáneo de la PUCP, y me presento al filósofo cuyo libro había sido presentado con éxito. Era un tipo alto y macizo como piedra, algo colorado y con cabello castaño….. Me dio unos alcances de la filosofía alemana que me interesaba y me dijo como había que leer a los alemanes. Me sugirió que empezara con los románticos y el idealismo, y luego fuera hacia los irracionalistas y los neoconservadores. Me regalo un texto que hasta ahora conservo de Jaspers acerca de la esquizofrenia, y conversamos por espacio de media hora sobre cultura y el escenario internacional hasta que Ramiro, el amigo de César y otros dos jóvenes mayores que yo nos subimos en una camioneta enorme, que para mi sorpresa llevaba rifles, fusiles y pistolas de asalto en la parte posterior…. ¿Que vamos a hacer César?---- Nada solo practicar, somos aficionados a la cacería y a coleccionar armas. Uno nunca sabe con estos tiempos de tanta criminalidad---- Si supieras en la mi casa- dijo Ramiro- tenemos una pieza de artillería y granadas tipo piña que hacen estallar una cuadra entera. Llegamos al triangulo del Rímac, donde me contaron existía un terreno extenso dedicado al tiro de los soldados y a los que tenían permiso de portar armas entre los civiles…. En esos años las reglas eran menos estrictas para portar armas así que medio cenizo acepte a practicar tiro con estos locos. Recuerdo muy vagamente el arma de mi tío policía, un arma negra y grande quema duras penas podía coger con ambas manos. O el rifle de asalto que traía consigo cuando salía de la escuela. Siempre me atrajeron las armas, pues veía cohetes robados en Tacora, y en el barrio a lo lejos uno que otra balazo me ardía la curiosidad  por saber como eran.

Llegamos a la base del Rímac y con credenciales en mano nos adentramos hasta un cerro donde una soldadezca practicaba tiro con fusiles Akm. Ahí César me enseño su Colt 45 plateada, y Ramiro una magnum 357 con empuñadura de madera, y un rifle para matar elefantes, plateado y con una munición del largo de mi mano. Los otros dos muchachos al parecer discípulos del filósofo que no había venido con nosotros, se quedaron en el polígono de tiro y ensayaban con revólveres ruidosos a los blancos lejanos del salón, donde otros milicos también curtían sus habilidades. Como sólo éramos tres los cachacos se nos acercaban y nos veían las armas y conversaban su orígen y que tanto daño hacían a cierta distancia. Ramiro y Carlos eran dos especialistas, y a parte de ser muy eruditos en ver la historia de otro modo eran personas muy amables y con dedicación para enseñar. A lo lejos unos jóvenes dementes hacían tiros al aire, desde sus pistolas, y ametrallaban blancos que sólo en el cerro se veían.

Empezó el entrenamiento. A lo lejos se veían construcciones en cemento armado con blancos oscuros y de colores en forma de círculo. Ramiro me dijo que me achara en el suelo y pusiera la culata del rifle en el hombro derecho para aguantar el golpe de la bala al salir. Que debía agarrarle maña que no todo era fácil al principio. Sostuve el rifle de cacería y me eche al suelo areniento y acaricie el arma con mucha curiosidad. Fije la vista en el blanco lejanos unos 200 metros, y calculando apreté el gatillo y un sonido ensordecedor se apodero del lugar. Pufff muy lejos del objetivo y me dolía el hombro. Ramiro, era su turno me demostró lo puntero que era, casi en medio del objetivo. Carlos sólo desenfundo su Colt 45 y bang! En  medio de los ojos del pobre desafortunado. Eran demasiado precisos y luego de tomarnos unas aguas energizadas de aquel tiempo  me contaron que tenían preparación especial en artes marciales, y que muchos grupos de ellos en el extranjero se dedicaban a repensar las posibilidades de la naturaleza como forma de devolverle a la modernidad un componente consustancial extraviado. Hablaron de los Talibanes y del atentado a las torres gemelas del año 2001, como formas preventivas de defensa, los grupos terroristas en Japón, el ETA, los grupos terroristas de Irlanda,  y la desfiguración de la historia a causa del inventado holocausto de los nazis. Me hicieron ver no como forma de propaganda lo que era la lucha entre la naturaleza y la historia. En su opinión el triunfo de la democracia y de los aliados fue un subterfugio para tecnificar el mundo, para despersonalizarlo y quitarle toda capacidad de conexión con su sagrado origen. Aunque eran unos locos recibí de ellos un entrenamiento en básica defensa  personal, y en el manejo de  la colt 45, y revólveres calibres 23 para tiros de distancia y luego de varios retiros a Chosica, pude perfeccionar algunas habilidades con las armas. Pero en cuanto a su erudita pero extravagante cosmovisión del mundo estaba completamente desacuerdo. En principio pues notaba que todos ellos pertenecían a distintos estratos adinerados de Lima y de provincia, y porque en base a sus lecturas que las dirigía un finado filósofo que la izquierda le quito todo su apoyo, por decir que los patriotas fueron los que organizaron el atentado a las torres gemelas, y el autor de  “Deconstruyendo la juridicidad”  supe que su ontología, es decir su cosmovisión para entender este país tan complejo era la correcta pero solo en forma.  El esqueleto de sus herramientas genealógicas para sentir este país tan desgarrado y desolado carecía de la sangre y piedra de aquellos pobladores a los que ellos no habían visitado sino por turismo o investigación prejuiciadas. Bueno aprendí algo de armas, y en poco más de ese año 2001 asistí a sus conversas en la Molina, y salía de paseo con ellos en yate, y excursiones de supervivencia en Chosica y Matucana.

Ellos tenían la intención de conformar una agrupación política para las elecciones del 2006, pero se diluyeron en el camino. La desaparición del autor de “Las tierras Baldías” y la desconexión de sus principales líderes por cambios en el escenario internacional, me dejaron sin esas fiestas de gala y siempre ese deseo secreto de volver a hallar a aquella loquita de Pierina, que sólo supe años después se caso con un cortesano de Inglaterra…. Su embrujo de hechicera aun queda en mi piel, tan solo con concentrarme. Y la pólvora y las locuras de internarme en la llanura para  hacer limpieza de tanto pendejo han quedado en el pasado como etapas de una enorme inmadurez. El fierro como me decían unos poetas drogos tirados en el Callejón de las Siete Puñaladas es sólo para aquel que ya no puede volver atrás. Quien mata esta obligado a volver hacerlo. La liberación no provendrá de la mano del guerrero, sino de aquel que transmita paz interior….. La historia dirá quien tuvo la razón…..



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