jueves, 25 de marzo de 2021

Rivalidades por Alexandra.

 



Hace como dos años publique una ficción sobre mi encuentro con dos chicas del colegio Santa Maria en un microbus. Las había llevado a una playa en Magdalena y luego las embarque en un taxi mientras no dejaba de pensar en Alexandra, una de ellas...


Mi sorpresa fue mayúscula cuando uno de mis amigos de Lasalle me invito a pasar el verano del 96 en su casa de playa en Punta Negra., y la halle veraneando en plena playa. Se había vuelto luego de dos años de nuestro accidental encuentro en una mujer muy bella, un rocío del mar en épocas doradas. No me le acerque y creo que ella no me reconoció. Pero toda esa tarde de verano en la playa no deje de pensar en ella. Mi amigo decía que la conocía y que podía presentarmela.  No le creí pues era muy tímido para semejante princesa.

Recuerdo que en la noche luego de veranear ya dos días y no tener más rastros de ella en la playa, fuimos con mi pata a una discoteca y mi asombro fue verla en la pasarela que habían montado en el centro de la pista de baile, en un bikini de infarto, mostrando un cuerpo que revolvió mi mente en un santiamén. Habian otras chicas pero ella destacaba por una dulzura casi virginal y por una aura resplandeciente que hizo temblar mis sentidos llenos de locura. Por momentos alucinaba su cuerpo desnudo con el mar y yo buscandola entre las olas para ser solo una unidad empalagosa de fluidos y estremecimiento.

Ella no me recordaba. Aquella tarde en el mar había sido solo una travesura de las tantas que esta sirena provocaba.  No merecía tal hermosura ni en mis sueños más eroticos. Así que aproveche mi momento de diversión y empecé a conocer a las amigas de mi anfitrión, que me ponía las chelas y los puchos. Me quedé impresionado con la gentita del sur. Cerca de mi estaban las hermanas Cayó, leslie Stewart, y otras figuras de la farándula que jalaba harta coca. Aunque Restrepo decía que era un infundió yo si veía deslizarse la merca por entre las manos de sus amigos y hacer extravagancias por el efecto de los estupefacientes. Bueno yo bailaba una que otra salsa que ponían con la prima de Restrepo,  y bebía con moderación. Pronto la fiesta se mudo a una casa de playa de unos de los amigos de Restrepo. Todos fuimos en auto y en compañía de bellezas que me hurgaban con extrañeza mi presencia súbita. Era solo un flaquito con buena ropa y una mirada subliminal.

Cuando llegamos empezó la juerga. Todos los mayores bebían y bailaban en grupos con las chicas, roceando el licor de boca en boca. Estos tucos eran de armas tomar. Pues sacaron pastillas de extasis y más licor de la cocina. Me anime por presión de Restrepo a probar el extasis. Y cuando ingreso en mi organismo me exalte tanto que empecé a bailar sin fijarme con quien una salsita de Eddy Santiago, cogiendola de la cintura . La sensación que se apoderaba lentamente era de una alteracion electrizante. Mientras ya no coordinaba movimientos y solamente abrazaba a esa chica todo el tiempo en que tronaba la musica, pude notar que su rostro estaba cubierto por su enorme cabellera castaña. No sabía quién era esa chica, ni ya reconocía lo que mis instintos hacían en aquel momento. Solo se que después de tres o cuatro piezas ella me dio un beso en el rostro desapareciendo entre los cuartos oscurecidos. Jamás supe quien fue. De pronto se me vino las ganas de devolver. Corrí hacia la playa y entré las olas frías vomite toda aquella noche llena de alcohol y drogas.

No sabía dónde estaba Restrepo. Por ubicación llegue a su casa y el no estaba. Me pude escabullir por la terraza que da al mar y dormí en mi cuarto no se cuantas horas. Cuando desperté mi amigo comía una pizza en el comedor. Al verme despierto me hizo unas señas para que me le acercara.  Comí con el varias rebanadas y de la nada al verme profundamente a los ojos.

- vaya que si te lo quedaste ayer
- si que fue una noche donde no me pude percibir.
- Ella me ha estado llamando al fono por ti.
-quien es ella?
- la chica con la que estuviste parado como un árbol. Alexandra me dijo que no la soltabas y que le gustó tu aroma a niño bello.
-en verdad te dijo eso? O me estas jodiendo?
-Naca la pirinaca.  Ella es mi amiga y prima de Tota, el gordo del colegio.
- Ese huevon donde esta, no recuerdo haberlo visto ni en la discoteca ni en la casa de la juerga.
- El estuvo con su novia en uno de los cuartos jalando de la buena.
- no me importa solo me gustaría disculparme con tu amiga,  estaba drogado seminconsciente, no era yo.
- Vaya que eres un colegial aun, yo que tu voy de frente. Ahora es un chica segura.
- pero la has visto es una mamá cita, cuantos cuervos devén estar detrás de ella.
- yo creo que deberías intentarlo ella jamas se deslizó de tu apretón, estoy seguro que le gusto.

En ese instante aún pude percibir el olor de su perfume de hembra en mi cuerpo. Quería estar con ella. Pero no sabía si aquella vez en la playa de Magdalena lo recordaba. Preferí aquel día no salir a tonear en Waykiki. Estuve en la terraza despejando mi mente y recordando embelesado lo que hubiera pasado con Alexandra. Quería desnudarla, arrinconada y verla volar. Pero era un chiquillo enjuto y llene de inseguridad. El sol del crepúsculo y las olas que llegaban a mis pies me produjeron somnolencia. Dormí como una hora hasta que alguien me despertó de improviso. Era ella. Era Alexandra.

- no te asustes mejor es que te deje dormido. Tuve miedo que el mar te jalara.
- No no Alexandra- me quede silenciado de súbito.
- como sabes mi nombre seguro Miguel el de tu colegio Lasalle te dijo como me llamaba. Pero tu como te llamas?
- yo,yo, carajos me llamo Rodrigo.
- jajaja no te me chivees no soy un tiburón. Que haces aquí? Tan sólito.
-- Pensando solo eso en el mar.
-' eso es para los melancólicos. A mi me gusta la alegría. Hazme la taba por la playa ahora esta desierta.
-- ya vuelta.
- acaso eres charapa  jajajaja.

Caminando en la orilla del mar ambos iban silenciosos mirándose de reojo. A tientas ella le iba tocando la mano y jugueteando con sus dedos. Ella lo miraba y su cabello simulaba una sonrisa casi imperceptible. Rodrigo se sentía absorto como dominado por una fuerza que lo enmudeció y lo hacía temblar.
- te gustaría ir a la fiesta de mañana en mi casa ? Va haber de todo desde comida hasta de la buena.
-- Ni más el extasis. Solo con mi chela.
-- si que te pego duro la pastilla. No me soltabas por nada. Me deje porque temía que te volvieras violento.
-- la verdad que no te quise hacer pasar esa vergüenza. Lo que no entiendo es porque me diste un piquito.
-- yo no te di ningún beso. Estas drogado aún.jajajaja .
-- bueno no se, ya se acerca la noche y su friecito hace, que tal si nos guardamos para mañana.-- le dijo a Alexandra.
-- acompáñame un ratito más, si que hace frío. Se me ha vuelto la piel de gallina- y como pidiendo un abrazo se sentó en la arena. Lo jalo a Rodrigo a la arena, y el entendiendo el doble sentido se abrazaron sin decirse nada, tal como fue la noche de la fiesta previa. Se despidieron casi sin preferir palabra. Ella le guiño un ojo una sonrisa tan elocuente que Rodrigo solo atino a sonreír y bailotear entre fantasías.

Al día siguiente todo transcurrió con normalidad.  Restrepo no se hallaba en su casa y pronto se haría de noche. Llego el atardecer y Rodrigo se vistió con su mejor camisa y su mejor Jean. El era delgado y con mediana talla. Lo que resaltaba de él eran sus ojos almendrados y su cara sonrojada por el calor. Veía la TV mientras se hacía más de noche. Cuando ya dieron las 11 de la noche cerre las puertas de la casa y se  deslizó hacia la playa en dirección a la casa del otro día. Resultaba que era la casa de Tota, el primo de Alexandra, aquel abusivo tuco que le tiraba agua a su uniforme y que de vez en cuando llegaron a los golpes en Lasalle.

Cuando llego la fiesta estaba en todo su esplendor. Me precipitó desde la playa hacia el enorme jardin y me salió al encuentro Restrepo algo excitado por la marihuana que había consumido. Me presento a unos amigos y pronto ya estabamos cheleando en la sala central. Rodrigo esperaba a ver a Alexandra por algún sitio pues era su casa. Pero al que vio a lo lejos fue a la Tota, quien era el centro de la atención de todo el mundo. Ahí Rodrigo pudo comprobar que su enamorada resultaba ser la amiga de Alexandra en aquella playa de Magdalena.

Ella si pudo reconocerlo y le dijo al oído algo que altero de pronto a su novio. Busco entre la gentita con sus ojos a Rodrigo, y en cuanto lo hallo se fue en contra de el como un loco. Se desató una pelea entre ambos medio borrachos,  que solo fue contenida por la aparición nítida de Alexandra. Ahi supo que lo dicho por Restrepo era verdad. Rodrigo no tenía nada que hacer ahí. Se tropezó varias veces y se fue por el jardín hacia la playa. A lo lejos- mierda vuelve te has metido con mi prima-.

No le hizo caso. De pronto una pesadumbre se apodero de él e ingreso a la casa de Restrepo con las pocas fuerzas que le quedaban. Se acostó en bóxer en su cama y pesadillas de rencor acumulado se apoderaron de él. La pelea en casa de Akexandra no había pasado de algunos empujones y puñetazos, pero la rivalidad era fuerte, debido a que en el colegio varias veces había salido a favor de los amigos a los que maltrataban la patota de la Tota. Todos ellos eran tucos y el solo un advenedizo de los Barrios Altos que no estaba de acuerdo con él racismo de ese colegio. En sueños venía a su cabeza la hermosa Akexandrs, pero también venían imágenes de una golpiza.

De súbito se despertó y vio en el jardín una silueta que se deslizaba rápidamente sobre el jardín. El creyó que eran unos ladrones o Restrepo mareado. Pero esa sombra en la penumbra de la noche se echo en su cama y empezó a besarle. Era Alexandra no había duda. Su perfume era inolvidable.  Sólo supo que ya desnudos llevaron sus cuerpos extasiados al mar en esa noche donde la Luna alumbraba tenuemente.  El cuerpo de Alexandra era exuberadamente delicioso, una gota de rocío en un fuego fatuo. Caramelos y caricias iban y venían. Y las curvas se acopladas con desparpajo y hambre de emociones infinitas. Ella era un volcán y el un tigre saboreando sus proezas y lo afortunado que era en aquella madrugada. Ella envolvió y siempre le exigía mayor locura en sus asestadas de hombrecillo desesperado por ella. Cuando todo se detuvo y la espuma del mar bañaban esas osamenta liquidadas por el fuego del amor,  ella solo atino a decir:

-- ¡olvidame!-- cuando Rodrigo escucho ese susurro final solo dijo lo que ella quería escuchar.
-- OK linda fue corto pero eterno.
---' jajajaja nunca tendrás una mujer como yo.
---- es cierto, pero yo conoceré el amor.
--- es una broma?
-- en lo absoluto. Adiós mi corto verano

Ella escucho esas palabras con total frialdad y se alejó entre las sombras de la playa. Rodrigo jamás volvería a saber de ella. Fue un encuentro que jugo al romance insultando a la pasión. De este modo viviría sus amores extraños Rodrigo, sin saber con quién se acostaba y a quien despedía.



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