sábado, 6 de marzo de 2021

Los deslices estructurales que enfrenta la resolucion de conflictos

 



Cuando se habla de conflictos socio-ambientales generados por la introducción de capitales privados en zonas de recursos naturales se viene a la cabeza de la opinión pública los serios daños ambientales que la explotación minera-y petrolera generan a los sistemas de vida productiva rural o urbano, y como amparados en una reglamentación estatal que promueve el desarrollo de actividades extractivas como forma de aumento de la productividad nacional, no se ve de manera real lo que viene sucediendo en la manifestación álgida de un conflicto y cuáles son los actores y sus intereses reales a la hora de resolverlos y convertirlos en oportunidades para el cambio y el progreso.

En primera instancia, El estado en rol promotor de atraer la inversión privada no ha puesto reglas ni filtros especiales para seducir capitales extractivos que cuenten con antecedentes legítimos de responsabilidad socio-ambiental. En su desesperación por no entrar en procesos recesivos atrae compañías mineras y petroleras que poseen antecedentes criminales de contaminación ambiental como las chinas, que no procesan los protocolos de generación de bienestar con sus áreas de influencia social. En muchos cosas las áreas de relaciones comunitarias de diversas empresas se dedican a un tema de monitoreo ambiental, regalar  proactivamente a las poblaciones, y dividir las dirigencias locales mediante la entrega de trabajo sobrevalorado, y de este modo encontrar apoyos locales que puedan convencer a los pobladores sobre las ventajas económicas que significa la presencia de una empresa de explotación minera o petrolera. En muchos casos las áreas de relaciones comunitarias ocupadas por especialistas de las ciencias sociales, cumplen el rol de comunicar y generar acuerdos entre la población y el discurso social de la empresa. De estos acuerdos se derivan formas de apoyo al emprendimiento productivo, mejoras de infraestructura educativa así como en el tema de la salud, y construcción de condiciones sociales de bienestar para sus aldeas y comunidades. 

Pero la pregunta es ¿Por qué retornan las discordias y los desacuerdos si las empresas de un rubro eminentemente lucrativo dan condiciones más que suficientes para que el actor local consiga mejorar y desarrollarse de modo sostenible? Aquí entran a tallar dos procesos que están siendo invisibilizados por el modo abogadezco como se vienen digiriendo los conflictos en las zonas rurales sobre todo.

1. La empresa minera o petrolera tiene un objetivo lucrativo. Viene y su misión luego de comprar las tierras de las comunidades a costo elevados, es extraer el recurso, transportarlo, volverlo insumo y luego venderlo a mercados internacionales. Su apuesta por la responsabilidad social se debería quedar en pagar sus impuestos y las regalías respectivas y que ese dinero a cargo de los poderes locales se traduzca en obras de bienestar social e incremento del desarrollo humano. Ya de por si la presencia de empresa incrementa los negocios dedicados a los servicios, que la demanda laboral despiertan en las zonas locales. Por ejemplo en Oyon, una zona de sierra cercana a  Lima, la ciudad ha crecido exorbitantemente debido a la presencia de varias compañías de explotación minera. Esto ha hecho que los negocios de pan llevar, y de servicios florezcan, como hoteles, tiendas comerciales, etc. De modo indirecto el dinero presente en la generación del desarrollo está alterando drásticamente las condiciones tradicionales de vida de estas comarcas, haciendo que la modernización traiga problemas de reproducción de mano de obra para la agricultura y la ganadería, ya que las actividades productivas directas o indirectas que la minería ha ocasionado hacen que la juventud y el poco capital humano que existe se muden a la ciudad o en zonas cercanas a los campamentos y ofrezcan su fuerza de trabajo. Esto ha hecho que las empresas de la zona se vean en la necesidad de invertir socialmente en educación, salud, y capacitación de mano de obra local para conseguir la legitimidad de estas poblaciones que buscan huir de la pobreza. No es su función, sino del Estado y los poderes locales redirigir los recursos destinados al canon para resolver estas necesidades de empleo y de servicio que la expectativa de la modernización generan. Todos sabemos que los alcaldes y las autoridades regionales no tienen ni idea de como vehicular este dinero de ingresos ingentes para lograr desarrollo sostenible y quebrar la cultura de la pobreza de sus electores. La corrupción local es otro tema que no permite quebrar el ciclo de la pobreza, ya que muchas veces las autoridades locales no solo roban sino que extorsionan a las empresas con sus permisos ambientales con el objetivo de enriquecerse y dar de comer a su clientela política. La corrupción y la ausente visión del tema social bloquean la sostenibilidad de todo esfuerzo de inversión social, recreando la pobreza y haciendo de la miseria una forma de presionar y hacer negocio. Las empresas se dan cuenta que la responsabilidad social es una inversión social a largo plazo, por lo que contratan especialistas sociales para comunicar de modo estratégico sus protocolos de cuidado ambiental y sus programas de intervención social para mejorar las condiciones de vida. Pues de no hacerlo se producen los conflictos. Pero hay un problema con las empresas de este rubro. Como están repletas de profesionales que no digieren el tema social, crean áreas de relaciones comunitarias que deberían encargarse de discutir y promover las formas en que se debe conducir el desarrollo humano. Pero muchas veces estos cientistas sociales no tienen capacidad de decisión, y se limitan a usar los recursos y los presupuestos que elaboran para desactivar posibles actores de influencia negativa sobre la población, comprándolos, o cooptándolos mediante un empleo y asi desbaratar los movimientos, que en el fondo solo buscan recolocarse en la estructura política para ostentar cargos públicos a posteriori. Su trabajo se limita a comunicar y hacer extensivo de modo muy básico los proyectos que la empresa esta destinada a ejecutar para lograr bienestar, y hacerlos sostenibles en el tiempo. 


La responsabilidad social empresarial actúa de modo casi similar en casi todos los lugares donde la actividad extractiva está presente. La mirada del gerente y del rubro lucrativo es desactivar las posibles hostilidades pero no se sienten responsables de fomentar el desarrollo social de modo alternativo, pues no es su propósito. Su herramienta es la comunicación estratégica para ganarse aliados, y luego reblandecer a los pobladores con regalos e infraestructura social que muchas veces ni utilizan. Su mayor afianzamiento es cuando permiten la asesoría técnica para proyecto de emprendimiento, pues financia y capacitan. Lo han hecho con las madres, y con sectores juveniles, pero no más. Por la formación de sus gerentes y operadores empresariales no se dan cuenta del valor de gasto social como forma de lograr legitimidad en la población, pues muchos de ellos mantienen prejuicios con sus socios locales, sin establecer una discusión sobre la visión de desarrollo que tiene la comunidad. DE mas esta decir que si hay severas lesiones al medio ambiente que se invisibilizan y que son las causantes de los escenarios de conflictividad social, que solo se desactivan con las tristes mesas de dialogo que no resuelven los conflictos.


2. El otro problema, es la otra cara de la luna. Las comunidades alto-andinas, y de selva se les ha regalado tanto como forma  de supuesto desarrollo, que han potenciado la cultura de la pobreza. Teniendo condiciones para hacer sostenibles los proyectos que las áreas de responsabilidad social dirigen, muchas veces están penetrados por operadores mafiosos que manipulan los frentes de defensa para su propio beneficio político como fue la historia de Vizcarra en Moquegua, y eso hace que tejan una telaraña judicial y política para restarle legitimidad a la empresa, y dejarla mal ante la opinión pública internacional. Pues se encubren como indígenas esencialistas, campesinos empobrecidos,, y lo que hacen es extorsionar mediante la violencia para conseguir más prebendas. Esto lo vi en Chilca y Piura. Han convertido un derecho lo que es solo una subvención temporal para que ellos mismos se hagan microempresarios y rompan la cultura de la miseria que los ha determinado por siglos. Pero están acostumbrados a hacerse e las víctimas y de ese modo presionan sobre la empresa y el estado, con un discurso ecologista y folclórico que no es real, pues lo que persiguen es un interés monetario explícito. Aquí tienen mucho que ver las ONGs ambientalistas y desarrollo comunitario que vienen de tendencia izquierda. Pues sus capacitaciones empoderan jurídicamente al poblador y establecen clientelas que manipulan a la población y sus necesidades. Les hacen dirigir un  discurso de lucha de clases que distorsiona la realidad de estos pobladores, que muchos de ellos contratan abogados extorsionadores que amparados en leyes de la OIT, de que son civilizaciones indígenas hacen retroceder  los proyectos extractivos y bloquean el desarrollo de la comunidad y de las ciudades aledañas. Una escena en los hielos del Cuzco pinto e cuerpo entero la cultura de la miseria. UN niño bien enchompado sentado en el hielo pidiendo ayuda del Estado  y sus padres lucrando con esta imagen de pobreza fabricada. No esta demás decir que si hay la sensación de alteraciones culturales en la forma de vida tradicional de las comunidades rurales es porque se generan experiencias de individualidad que disienten del mundo detenido en el tiempo de sus padres, y eso alienta el consumo y el emprendimiento, pero también problema de adaptación psicoafectiva por la pérdida de la realidad que genera la modernización desordenada de estos espacios y que se expresa en forma de violencia por tratar de recobrar la tradición y da diluida


Mi propedéutica es redirigir os financiamientos de las empresas hacia aquellos sectores poblacionales que requieren romper con la cultura del miseria de sus padres. Para ello debe haber talleres de capacitación en los colegios en temas de inteligencia emocional y social, asi como en tema de educación financiera, fomentar el ahorro e ideas de empresa. Eso generara una renovación de cuadros en todas las instancias productiva de la localidad. Luego debe el dinero de la empresa centrarse en fomentar los emprendimientos locales y formas elites locales que mantengan en pie el desarrollo de modo sostenible. Se debe fomentar gimnasios populares a un sol, cursos de oratoria a un sol, y asistencia psicológica en temas de violencia doméstica y alcoholismo. Para entrar en una zona de pobreza declarada no se puede entrar con dinero a regalar o con proyectos productivos que muchas veces no se sostienen en el tiempo, sino con desarrollo de capacidades, y hacer mediante la comprensión de la cultura revalorizaciones profundas que alienten al poblador. Esto es piscología y educación comunitaria de líderes, por eso los cursos de oratoria, e incidir en la educación financiera y emocional de los niños y adolescentes. 

Para terminar resolver y analizar un conflicto socio-ambiental pasa por no quedarse en asambleas donde se inserta la comunicación estratégica por actores. Eso convence si hay un interés que el poblador puede ganar. Pero por buenas amistades o porque emotivamente se siente feliz de que una empresa venga a su comunidad eso no dura. Para hacer frente a esos operadores de izquierda que les conviene mantener la pobreza de sus localidades es necesario fomentar desde la juventud planes de desarrollo realista, y que esta juventud organizada los haga gobierno. Hay que llevar la intervención de los conflicto logos a estrategia política y remover de la confianza de sus dirigidos a esos malos líderes que usufructúan con la necesidad del pueblo. Para entrar en la comunidad donde se va tejer un proyecto de extracción de minerales, petróleo o gas no basta con el protocolo comunicativo, o aliarse con los poderes locales extorsionadores, sino avanzar hacia reconfigurar la estructura política de las localidades y de ese modo mediante sesuda publicidad poner al descubierto los verdaderos interés de la población movilizada que solo está acostumbrada a pedir, como si fueran unos niños. Hay que romper mediante transformaciones en la cultura del dinero y del ahorro, charlas de motivación socio-histórica esa cultura de la pobreza que tantos réditos brindo a Sendero en años anteriores y que hoy las ONGs manipulan para meter odio y caridad a los más necesitados. No les enseñan a salir de su propia parálisis social, y eso es bajo para organizaciones sin fines de lucro que hablan de la humanidad y del sentido de la solidaridad

¨Para recapitular los conflictos socio-ambientales se resuelven haciendo un diagnóstico de correlación de poderes e influencias de la zona, así como de un diagnóstico de riesgos potenciales que deben ser contenidos. Estos documentos darán a la empresa la forma de hallar aliados o desprestigiar mediante marketing político a las clientelas locales que no logran el desarrollo. Tres niveles, comunicación a todos los niveles, reconfiguración política, y luego publicidad para informar los malos dirigentes y salidas viables para la pobreza, la anemia, y la falta de empleo, o de financiamiento para estas poblaciones.  Si me dijeran que debe hacerse con las ONGs es regularlas mediante ley, pues son un negocio vestido de ayuda humanitaria y de política ciudadana. Hay que redefinir la labor del especialista social en las áreas de relaciones comunitarias, pus debe ofrecer lecturas totales de las realidades donde interviene y no solo reproducir diplomacia menesterosa que a lo que conduce es que la población se acostumbre a pedir más.




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