Un quiñe a un pegalón
Un buen
día me hallaba por la plaza Manco Cápac, en dirección a las agencias de
transporte a la selva. En mi locura pues los palos de poder me hacían soñar con
Inkas y roales ancestrales le hablaba al Inka, y prometía justicia para sus
tierras. Tenia que recoger una encomienda de toe y sanangos y luego salir hacia
28 de Julio. Yo desde muy pequeño conocía esos lugares pues a mi viejo desde
siempre le gusto el tacacho y los Juanes. Recogí mi encomienda viendo varios
palomillas en la zona, y guarde mis cortezas en mi mochila. Rumbo a Paseo de la
república me pare a esperar mi combi y como demoraba no pude dejar de escuchar
a una mamacha que lloraba en plena calle cuidando su carretilla de panecillos
serranos.
Me conmovió de tal modo la indiferencia de los mirones y el llanto de la
mamacha que me acerque a comprarle unas rosquillas y de paso calmarla. "
que pasa madrecita ¿pirqué lloras cálmate, que te han hecho?" no nada
papito, nada solo que no vendo nada desde muy temprano y no tengo para darle de
comer a mis guaguas", " ya, ya madre cita te compro esto y te dejo
estos soles para ahogar tu preocupación, ya pero no llores" y le pase mi
mano por el rostro en jugándole las lagrimas.
De improviso un gordo borracho se
me acerco y me increpo que dejara a su mujer , empujándome. "Es usted el
marido de esta mujer le ha pegado? " " si y que? No cumple como le
digo entonces le doy su golpe para que aprenda" su cinismo me llego de tal
modo y como había dietado sanangos
"así que te gusta ser profesor, te voy a enseñar la tabla del 4" y
enseguida cogiéndolo de su chompa le zampe cuatro puñetazos y cuando ya estaba
en el piso lo agarre a patadones. No se porque la mamacha lo defendió interponiéndose, y la cosa quedó ahí. Sólo se que al salir de ahí, había mucho
mirón como si se tratara de un show.
Justo pasaba mi combi y me puse a comer
mis rosquillas, cerca a un caballero que me dijo algo cruel pero cierto: joven
esto de la violencia en contra de la mujer no se va a acabar con educación,
leyes duras, pena de muerte o cualquier medida democrática. Al león hay que
hablarle en su lenguaje" El que tenga oídos que oiga.
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