lunes, 1 de marzo de 2021

La formacion social de lo publico.




Nuestro sector publuco carece de legitimidad y no ejerce real soberanía en el territorio del país. ¿A que se debe esto? La desafección cívica y la desacreditación de la política son fenómenos que van de la mano con la formación de lo publico. El deterioro de la democracia liberal es en realidad la poca injerencia de lo público en el bienestar de las personas. El pueblo adolece de condiciones de vida aseguradas por un sector publuco que no tiene la suficiente fuerza politica y organizativa para proteger la formación de sus ciudadanos. Lo que vemos ante la retirada de la publico es una privatización peligrosa de la vida social que le quita legitimidad al Estado y favorece la fragmentación política.

¿Pero que es lo publico? Según la sociología es un sistema de instituciones y organizaciones burocráticas y sociales que se encargan de la formación social de sus ciudadanos. En la medida que la persona puede encargarse de si mismo, el sector público contribuye al crecimiento y desarrollo de la vida privada de los ciudadanos sin interferir en las cuotas privadas de la persona. En otras palabras, el Estado protege la vida cotidiana de las personas sin darle más obligaciones que cumplir deberes y respetar derechos.

¿Pero cómo garantizan la normal evolución de la vida privada? Proveyendo de derechos sociales al pueblo y al individuo como los servicios de educación y salud universal. Sin embargo la privatización de lo público ha dejado que estos servicios sean deficientes y no posean cobertura publica, y muchas familias inviertan en la salud y educación de sus menores, y los jóvenes, provocando una regresión del Estado a asegurar solo el control del orden público o a ser un garante y protector de las libertades de empresa que privatizan la vida cotidiana y menoscaban la conciencia colectiva de la sociedad. 

La regresión del Estado a su labor policiaca ha facilitado su deslegitimación. En la medida que la labor desarrollista de lo público se denigra y es conducida por los grandes intereses se afecta el control democrático de las actividades de la economía y los caminos prohibidos de las economías delictivas. Con esto quiero decir, que el pueblo no ejerce una vigilancia eficaz sobre las actividades del Estado, al haber una sociedad civil poco desarrollada y se genera una sociedad donde el sector privado manipula a lo público, con el resultado que la sociedad Sufre el impacto del caos y la anarquía sociocultural. El mercado se convierte en la orientación social del pueblo y este es penetrado por la medida monetaria,  causando que se desmantele de la vida popular y su conciencia cívica.

Cuando lo público es colonizado por los intereses privados se produce pobreza estructural y grandes desigualdades. Es obligación del Estado equilibrar los poderes privados y generar bienestar social. Pero ahí donde no hay planificación y el sector privado impone su ley de sociedad de mercado, el pueblo interioriza la norma económica y promueve sus actividades por fuera de las leyes. El crecimiento de la informalidad económica parece confirmar este razonamiento.  La informalidad es el síntoma de una cultura popular que se desmarca de los valores públicos del Estado y solo se preocupa de su autodesarrollo.  Esta ha sido la forma en que lo privado ha buscado prevalecer sin ninguna injerencia de lo públic,  por lo cual se produce una degeneración de la democracia liberal a la que nadie otorga validez. 

Todos los problemas sociales que vemos todos los días en los medios son el resultado de  la penetración de lo publico por lo privado. Al perder soberanía el Estado la sociedad cae bajo la entropía de la cultura cívica y se genera, además una cultura transgresora e informal que consume pero que no conoce de deberes. Incluso el ciclo de la pobreza estructural no es tratado por el Estado sino asistencialmente, permitiendo la entrada de los programas de desarrollo de las ONGs que llenan el vacío que el Estado provoca. Aunque no hacen un mal trabajo las diferentes formas de intervención socioeconómica en su afán de romper la pobreza mental de los desposeídos lo que hacen es fragmentar los territorios y crear nuevas jerarquías de explotación. Uno de los fenómenos negativos que han provocado las ONGs son la protesta activista e ideologizada de las comunidades indígenas y campesinas ante la inversión privada. Dar herramientas de ciudadanía se ha trocado en violencia y no inversión cuando lo que aqueja es la miseria y el desempleo. 

La formación social de lo publico ha sido un camino que el mercado no ha permitido que se de. Lo que ha existido y existe es una enorme privatización de la vida social, generando pobreza y subdesarrollo. ¿Como remediar esta carencia de Estado? Creemos que la formación social de lo público tiene que reclamar para sí el control efectivo de la sociedad y del orden público. Esto quiere decir, que debe haber inversión social en salud, educación, infraestructura y tecnología, sin que se escatimen esfuerzos de crear una sociedad civil educada, sana y trabajadora. Si solo aseguramos una educación que de más peso al conocimiento científico e innovador podemos estar seguro que el capital dará trabajo a más peruanos. Los talentos que el sector educativo podrían forjar aumentarían a la inversión privada a crear empleos de calidad y a inyectar más dinero a la educación. No se debe temer el aspecto crítico de la ciudadanía si es que las cosas se hacen bien. Por ahora la élite capitalista no arriesga porque el Estado no cierra brechas ni se preocupa de brindar una educación dirigida a los sectores potenciales de la economía peruana. 

Lo público es la manifestación representativa de la voluntad del pueblo. Así, no exista un clima de sociedades civiles informadas y participativas la reingeniería social que se opere en los circuitos del Estado debe responder al clamor de crear una cultura popular a la que se den oportunidades y florezcan las tradiciones  y matices de la vida cotidiana. La cultura y los saberes populares deben ir atados a una economía pujante y creativa de servicios y negocios florecientes. Por ahora, esta cultura popular se ha descompuesto debido a los anti valores que el mercado ha reforzado. Pero si subsisten rutas colectivas y emprendimientos sociales que deben ser financiados por el Estado y la banca privada. La demanda de una mayor calidad de vida  empuja al pueblo a crear unas formaciones económicas que ingresan en relaciones de mercado sin que el Estado intervenga o regule su oficio.

¿Pero cuál es la sociohistoria de esta retirada de lo publico en favor de lo privado.? La respuesta podemos ubicarlas en la llegada masificada de la modernización desarrollista de los años 60s y 70s que empujaron a la sociedad a una exigencia de bienestar y progreso social. El populismo de aquellas épocas permitió que el sector público ingresara en la formación de la sociedad y su economía. Al hacerlo respondía a la politización de la sociedad y sus protestas. Generando un robusto sector público que intervenía la economía  para crear desarrollo y acumulación. El problema se generó cuando la escandalosa politización creaba rebelión y protestas por imponer el socialismo, produciéndose un divorcio entre las expectativas de la gente y un Estado que intentaba crear una formación industrial en poco tiempo.

Con los ajustes estructurales de los 90s se tuvo que despolitizar la sociedad y generar un desmantelamiento del sector público que había colonizado la vida cotidiana y provocado rutas subversivas y violentas que amenazaban la soberanía del Estado. Se desactivó el Estado con las privatizaciones de las empresas públicas y se generó mucho desempleo y pobreza para desactivar la creciente politización. Al hacer esto, miles de familias fueron arrojadas a las economías informales y el autoempleo para sobrevivir y sus imaginarios culturales se volvieron hacia la desafección cívica, internalizando la sociedad de mercado y un capitalismo salvaje. Ahí donde el estado retrocedía aparecían las ONGs y la empresa privada para generar un tímido empleo. La idea de lo social y colectivo quedaron afectadas y se confundieron con la anomia y la desviación criolla. La desafección cívica o lo apolítico inundaron las mentalidades sobre la política y los políticos desde entonces. La pastoral del autodesarrollo creo un camino privado y personal de autodesarrollo pero sin ir acompañado de cultura ciudadana e información educativa. 

Al retroceder la formación social de lo público y ser colonizada por la lógica del mercado, se creó un individualismo tan trasgresor y mezquino que el tejido de las culturas populares que antes iban asociadas a pujantes economías se fue desdibujando siendo invadidas por la crisis de las familua y la delincuencia.  La informalidad y la delincuencua crearon una economía que intercambiaron lazos, neutralizando valores de solidaridad orgánica y civismo. El desorden público y la privatización asaltaron los poderes del Estado para favorecer intereses particulares y favorecer a la delincuencua de gran calado.  El Estado y sus recursos son un botín de personajes que buscan enriquecerse ilícitamente. 

La formación social del pueblo quedó divorciada de la formación privada de la economía, convirtiendo a las personas en mercancías que se arrojaron a la demanda de mayor calidad de vida y una forma de sociedad donde dominan las masas y el imperio del consumismo. Las culturas populares retrocedieron o se transformaron en sociedades de masas, donde el trabajo dominante es el comercio, las microempresas y una forma de economía de la subsistencia que da respiro a las personas.

Hoy con la pandemia hemos visto la intervención del Estado para proteger al pueblo. Lo ha hecho para combatir el virus y proteger la salud del pueblo, pero en un medio donde la cuarentena han quebrado empresas y los sectores de bandera del país. Los pequeños empresarios han perdido mucho con el cierre de los locales y la vida cotidiana ha sido invadida por la enfermedad y el confinamiento. El estado ha tratado de ayudar a las economías familiares con bonos a los hogares empobrecidos y programas de reactivación de la economía, pero lo ha hecho cuando las demandas de la población son mayores y no se ha controlado la virulencia de la enfermedad. Creemos, finalmente, que cuando la sociedad está en peligro las mixtura publico-privada es la forma en la cual se debe enfrentar la amenaza y arriesgar. Hoy nuestra formación social vive cercada por el mercado y la respuesta de los emprendedores.

 

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