viernes, 19 de marzo de 2021

Historia de dos madres adolescentes.

 





En un colegio en Lomas de Carabayllo estudiaban dos jovencitas. Frisaban ya en los quince años y como toda joven cita tenían sus enamorados del mismo colegio.. Sacaban malas calificaciones ambas y pasaban el año plagiando y dar uno que otro sustituturio. Eran felices saliendo a discotecas con sus amigos y libando licor y consumiendo ya de cerca la marihuana. Para ellas todo era andar relajadas y no comprometerse con nada del mundo. Solo vivían a ser jóvenes sin obligaciones y responsabilidades.


Una de ellas llamada Felicia venía de una familia descompuesta, donde todos los días el padre que era un chófer borracho imponía su ley con violencia a su esposa e hijos. Felicia recibía las reprimendas de sus padres por su comportamiento tan poco sensato y narcisista.
- No hay que desaprovechar Dios me ha hecho bella - se decía Felicia cada vez que se miraba al espejo y se preparaba para irse con su patota de amigos. No sabía lo que le esperaba.  Era ella una morocha muy fina de cuerpo y con unos ojos saltones almendrados y con una ganas de agarrar su mochila y hacer su vida

Mientras que la otra amiga, llamada Lucero era más tranquila y le gustaba leer historias de romances. Ella pensaba en su chico todo el tiempo como un príncipe azul, y cuando salían a discotequear su chico era de tomar mucho y de enfrascarse en peleas callejeras por el territorio del barrio. Lucero no tenía padres solo dos abuelos que la querían mucho, y que trataban de aconsejarla, para que madure y se haga una profesional. Oídos sordos por ahora era lo que delataba Lucero que salía con Felicia los fines de semana a las discotecas del Ovalo Puente Piedra, un día salieron con un grupo grande de muchachos a bailar a la casa del líder de una pandilla juvenil. En esa noche ellas estaban con sus enamorados y pronto de las risas pasaron a tener sus primeras experiencia sexual. No era lo que esperaban un momento de fulgor y romanticismo sino de mucho dolor y violencia. Mareadas como estaban solo sentían las asestadas de sus cuerpos y todo era acompañado de gritos y una música estridente.

Pronto toda la casa se volvió una orgia y prácticamente ambas fueron violadas por todos los muchachos de la fiesta. Asustadas y adoloridas por el ultraje cometido se quedaron dormidas. A la mañana siguiente una pegada al lado de la otras desnudas entraron en conciencia. Buscaron sus ropas en la inmundicia de botellas y puchos de marihuana y salieron juntas de ese antro, pues la puerta estaba entrecerrada.  Llegaron ambas a sus casas y durmieron otro rato con sus ropas vomitadas y echas jirones. Ya conscientes sintieron asco y se bañaron ambas en sus respectivos hogares,  pensando en la experiencia tan sórdida que habían vivido.

Cuando se encontraron en un parque cercano a su colegio, luego de llamarse por celular, platicaron preocupadas por las consecuencias de esa noche. Cuando entraron al colegio nada había pasado, así que olvidaron aquella noche y siguieron su vida como si nada. Justo en una clase de orientación familiar escucharon de los anticonceptivos por primera vez. Habían tenido sexo sin protección y con una manada de pandilleros. Pensaron quizás no nos pase nada.

Cuando se acercó la fecha de su periodo no les venía. Se llamaron preocupadas y se compraron con engaños la prueba de embarazo. Ambas estaban embarazadas. Y ahora que hacemos se decían. Los abortamos? Se decían. Pero de donde sacamos la plata. Llamaron a sus parejas luego de un día más de colegio y no se sentían responsables de haber concebido un hijo. Ambos pandilleros pronto abandonarían el colegio y se harían delincuentes comunes.

Cuando paso el tiempo y la noticia ya era algo imposible de ocultar, Felicia recibió los golpes de su padre a correazos y fue echada de su casa ante la indiferencia de su madre que sólo pensaba en su marido. La dejaron sin nada en la noche. Se le ocurrió ir a donde su tía Soledad y ver si la podía recibir, siquiera por un tiempo, abortar y regresar al colegio. La señora Soledad recibió a su sobrina y al verla ligeramente panzona, la reprendió con autoridad y le dijo que se quitara de la cabeza esa idea idiota de abortar.

- Tu vas a tener y criar a ese hijo y su padre le haremos juicio de alimentos. Esta dicho.
- Pero así ya no podre estudiar, recibir las burlas de mis amigos.
- eso lo entiendo.  Tendrás esa criatura y te conseguiré un trabajo para que ambas criemos ese bebito. Tendrás que ser madre y ahora responsable.

En cuanto a Lucero sus abuelos comprendieron las vicisitudes de su nieta y le dijeron que la apoyarían pero que siguiera estudiando. Ella no quería regresar al colegio, pero tampoco quería trabajar. Algún príncipe azul de sus novelas volaría un día por ella.

Desde la noticia del embarazo de ambas en esta zona de Lomas de Carabsyllo se corrían chismes y discriminaciones. Ser madre era una tarea difícil, que te arrojaba rápidamente a las fauces de la pobreza y el estigma social. Pero poco a poco al tener a sus hijos, ambos hombrecillos, se saludaban y se hallaban en el mercado haciendo las compras y presentando a sus bebés como si fueran hermanos. Ser ambas madres desde muy jóvenes seria una historia totalmente diferente .

Felicia  de ser una chica desobligada se convirtió en alguien responsable y trabajadora. En cuatro años después de trabajar en el puesto de jugos de su tía, mientras ella cuidaba a su criatura, pudo ampliar el negocio y servir almuerzos y postres. En cambio Lucero, aprovechándose del gran amor que sentían los abuelos por su nieto, seguía ella en discotecas y descuidando a su bebe. A los tres años de tener su bebé, volvió a reincidir en la misma falta y ahora con un ratero. No le importaba lo que le dijeran ella seguía viviendo la vida alegre, llegando de madrugada y borracha.

Felicia no se comprometió más con ningun hombre solo le importaba trabajar para su niño, y poder reunir dinero para estudiar en las noches su secundaria y poder luego cumplir una carrera de educación. Pronto Lucero perdió a su pareja en un ajuste de cuentas y volvió a salir con un chico que deseaba algo serio con ella. Era ingeniero más maduro y trabajador, y pronto de haberse fijada en la sensualidad de Lucero , se fijo en la luchadora y cándida Felicia.  La empezó a ver con admiración y respeto. Y pronto esa percepción se convirtió en un interés amoroso.

Lo que no sabia era cómo terminar con la empalagosa Lucero, y sus gustos. Ya se había dado cuenta del carácter de esta chica y se había desilusionado pronto de ella. Y no sabía como acercarse a Felicia,  pues podría verse como una traición. Un día en una reunión por el cumpleaños de una de sus hijos de Lucero, se le acercó a Felicia y le confesó sus sentimientos hacia ella. Felicus toda avergonzada se fue de la reunión a pesar que era la madrina.

Luego de ese día Martin buscaba con más insistencia a Felicia en su puesto de comidas y jugos. Mientras degustaba un postre jugaba con bromas y pronto en ella surgió un sentimiento de cierta correspondencia. Martin era guapo y gracioso y luego de decirle que había terminado con Lucero, Felicia se decía para sus adentros ¿ porque no? Pero era algo aún prohibido. El enamorado de su amiga no, eso era una falta. Martin le contó que Lucero venía borracha a buscarlo y que siempre para dormida cuando el ls buscaba. Estaba harto de ella.

Un día que Lucero se entero que Martin casi ayudaba en el puesto de Felicia, se fueron a las greñas y se pelearon ante la vista de comensales y transeúntes. Este escándalo terminó con la amistad de ambas amigas. Una salió adelante y pronto estudiaría Educacion; y la otra seguía en una actitud inmadura e irresponsable. Ya ni sus hijos le importaba. Se busco otro y dejo a sus hijos con sus amables abuelos que cuidaban muy bien de ellos.  Si bien Felicia no aceptaba aún a Martin, pronto su apoyo y galantería producirían un interés amoroso en ella. Peri esto es harina de otro cisral.

Esta es una historia de dos amigas que luego se distanciarian.  La pobreza hundió a una de ellas. Mientras que la otra supo ser resiliente y luchar por un mundo mejor para sí y su familia.

1 comentario:

  1. Felicitaciones, bro ��. Un relato que tiene varias aristas, pues lo enfocas desde el lado antropológico sin perder la pluma y el estilo literario.
    En ambas protagonistas, Felicia y Lucero, se refleja una sociedad resquebrajada por la injusticia social de una Nación indiferente y que avanza galopantemente sin la mínima atención a factores esenciales de un país como lo son la Economía, Educación y la salud mental de familias disfuncionales. Estas deberían reinsertarse a un país con igualdad de oportunidades.
    Un abrazo, y que sigan los éxitos, amigo ��

    ResponderEliminar

La desunion de una familia

  Hace unos meses conversaba con una vecina que es adulto mayor. Le decía que a pesar de tener 75 años se le veía muy conservada y fortaleci...