Se estima que en plena segunda ola de pandemia del SAR COV 2 el empleo informal es de 80% según estadísticas del INEI. La informalidad socioeconómica no es sólo un dilema económico sino un problema socio cultural que atraviesa toda la estructura social peruana.
Han sido dos procesos históricos los que han generado este problema. Primero, históricamente el Estado y la empresa privada no han generado el suficiente empleo formal para resolver el problema de la desigualdad y la pobreza estructural.. según esto, la expectativa creciente del populismo tardío de los años 70 y 80s no fue asumida por la economía intervencionista de este periodo ni por la economía neoliberal hasta la actualidad.
El segundo fenómeno es que las expectativas abiertas por los medios de comunicación social y el precario sistema educativo , así como la precoz publicidad de ese tiempo generaron en las migraciones del campo a la ciudad una cultura que en plena modernización de las ciudades generaron una desaparición del comunitarismo de la sociedad rural. El resultado fue un individualismo degradatorio y anomico que para sobrevivir innovo formas de trabajo y de autodesarrollo que coqueteaban con la clandestinidad y segregación cultural.
Al mismo tiempo que la cultura criolla entraba en descomposición producto de la modernización de las ciudades, la sociedad rural experimentó una descampesinizacion fuerte de sus bases culturales. Se ingreso en relaciones de mercado y en una cultura donde la desviación social y la transgresión conviven con un sistema jurídico que nadie legítima ni respeta.
Estas expectativas despertada por la modernización y la sociedad de masas fueron recogidas por la juventud. Ella no dudo en hacer suyas las ofertas de trabajo y progreso que las ciudades vendían. Pero las tomaron y las desarrollaron de modo anomico y trasgresor. No es raro, en este sentido que una economía de la subsistencia se reformará y aparecieran economía informales ya de inversión y lucro por fuera del mercado formal.
El autodesarrollo y la resilencia que demostraron los migrantes para adoptarse a un contexto de discriminación y exclusión social fue la acción transgresora de la informalidad. Una sociedad criolla también fuera de legalidad por derecho elitista fue acompañada por una ilegalidad de masas donde inmoralidad y la mentira fueron recursos para poder sobrevivir.
Desde hace años se viene haciendo un esfuerzo jurídico y económico para formalizar la estructura del empleo. Pero lo que no se hace es desactivar el entramado de una cultura de masas donde conviven la delincuencia y la trasgresion. Ha sido pujante e increíble el desarrollo de microempresarios en toda la sociedad peruana. Pero aún no se sienten incluidos en los favores del Estado y en el marco cultural de la sociedad total. Lo que vemos es un autodesarrollo con rasgos de depresión y reocor enraizado.
Ni siquiera con el desarrollo capitalista se ha logrado formalizar y bancarizar al grueso de las empresas informales. Siguen existiendo modos informales de economía porque resulta más benéfico subsistir en la informalidad que tener que pagar impuestos. La informalidad es una estrategia social para acumular o también para ser penetrado por economías delictivas que lavan sus activos. Es una cultura que no ha sido alcanzada por el sistema educativo aunque sus integrantes reciben el mandato generacional de ser profesionales y gente de bien.
La modernización descompuso nuestra cultura sin poder ofrecernos modelos racionales y sensibles de vida. El abandono histórico del Estado y el comportamiento exclusivo de nuestras élites económicas ha provocado que nuestra población haya respondido con la trasgresion y la informalidad para poder predominar. No es extraño que el capitalismo sea salvaje e infrahumano en nuestra estructura social.
Hoy con la pandemia a cuestas y la grave crisis económica que ha generado en la población se observan como empresas estables y lucrativas han sido empujadas a la quiebra o a la informalidad. Se ven como la actividad comercial se hace en las calles de modo masivo.
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