miércoles, 24 de febrero de 2021

En los descaros hay secretos.




Lo que narro pasó en el año 2007 cuando contaba con 28 años y había hecho mis primeros pininos como consultor de líneas de base social. Un amigo a quien estimo mucho me recluto para una consultora, que quedaba cerca de mi casa en surco, justo llegando a Chacarilla. Teníamos que armar un plan de relaciones comunitarias, y dar forma final a los datos y la información cualitativa de la LBs. Como recién me había iniciado en labores técnicas y prácticas de informes sociales, mi amigo Tesio me destino a que reordenara la información que nos había llegado, y que trabajáramos en las instalaciones de la Consultora, pues así lo había requerido el supervisor del proyecto, y la directora ejecutiva de la institución. 

En esos tiempos había salido fresquecito de la maestría de estudios políticos, y mas que iniciarme en la labor de investigación donde nunca le  bese el culo a nadie para hacerlo, me introduje a  la labor técnica, para ejercitarme en la realidad de los instrumentos sociales y poder darme la chance de viajar y trastocar mis conocimientos adquiridos. Reconozco que al hacer una labor operativa harto tediosa y aburrida, me di de bruces con que lo aprendido de los textos sociales no es útil sino sabes aprender a interiorizar el armazón técnico que hace posible los diagnósticos y las intervenciones racionales en la realidad. 

 A mis 28 años recién saíaa lo que era un correo electrónico, ni un celular sino uno de esos guerreros tenían. No contaba como guardarropa con jeans todos desgastados, polos, y dos camisas toneras de salsa, y un par de zapatillas tipo Juanito alimaña. A pesar de eso no me chupe y seguí adelante con la chamba. Se me cedió una laptop Toshiba las más guerreras y un espacio en la oficina contigua a la de la Directora Doris… Iba todas las mañanas ha calentar el asiento, y de paso escribía algunos versos mientras de rato en rato reordenaba los informes y redactaba la LBs tal como me lo señalo Tesio. El me paraba fastidiando con la secretaria, una señorita muy amable que siempre me traía café porque cabeceaba, y de cuando en cuando rozaba su vestido con mis hombros.

Esos años al salir de la maestría hice contactos de trabajo, y aunque mi intención era ser admitido en el IEP o en GRADE o en  CEDEP la vida me llevo por donde el mercado de los especialistas sociales era más fecundo: la labor ambiental y de relaciones comunitarias. Durante una semana muriéndome de frio, pues la ventana de la habitación daba a un patio de comida de los residentes en el edificio.  Al llegar a las 1pm  de la tarde embalaba y me pedía un buen plato de comida criolla, sobre  todo el olluquito con pollo que tanto me agrada. Hasta ese momento trabajaba con Tesio, pero el más iba a visitar a los clientes de la Consultora y hacerles llegar los alcances de avance del trabajo. Nuestro supervisor un señor alto, medio curtido y espaldón con lentes me corregía a  cada rato y hasta me trataba con cierto menosprecio por las fachas de chichero con las que iba. Yo trataba de ser amigable, pero el muy  cortante y déspota me decía lo puntual y me pedía resultados.  Yo le seguía la corriente y a todo lo que no sabia, le decía “entiendo, entiendo, entiendo”

Una mañana, ya contando tres días de estar loreando con la secretaria de su ropa, y de su novio que siempre llegaba tarde, se presento el supervisor con una dama muy alta, rubia, blanca como la luz de los cisnes, y con un porte de señora que llamo de inmediato mi atención. Yo pensaba que era su esposa, y entre mi pensaba “que le habrá visto a este viejo rezongón”. Mientras la admiraba con mis ojos inyectados de curiosidad pude ver de refilón que vestía un conjunto ocre, y llevaba un chal de tul rodeándole su finísimo cuello. Tenia una mirada fija y enigmática, y toda ella, con su cartera y su aire de señora me sobrecogieron por unos segundos.  Se me acerco y me dio, la mano, y ni siquiera se la apreté, solo atine a decir…”Buenas me llamo Ronald… para servirle”--- Me han dicho caballero que usted esta armando nuestro estudio, lo queremos ya, pues el cliente desea iniciar operaciones en poco tiempo, asi que por favor dese prisa, que para eso lo elegimos.--- De inmediato mi….Dra. no se preocupe, hare todo lo que usted me diga.--- Al hacer esto tartamudeé, pues su mirada ensombreció mi comprensión, y ella llevo sus manos hacia abajo como prestando atención no a mis palabras, sino a otra cosa….. Cuando íbamos a seguir hablando, el supervisor le dijo algo y salieron raudos hacia su oficina.

Desde ese día llegaba más temprano, y abría la oficina con la secretaria que media cucufata, me insinuaba que me gustaba la Dra. Elizabeth… No para nada, no me agradan las estiradas, además fíjate con las justas ando---- Si pero esos hombros, y esos brazos que tienes son tu mejor traje de gala---- Ya, señorita la mercadería no se toca, a trabajar,

Si la chamba duraba unas dos semanas, con interpretación y todo, y además un plan de riesgos, que ni sabia que era, yo la complete en una semana. Durante esos días, cansado y con las justas para el menú, bajaba al patio de comidas y a las chicas de la rotonda les ponía la cara de puchero, y las fastidiaba y me daban mi buen bisteck a lo pobre con su juguito de maracuyá. A esa hora ella que nunca venia a la oficina, pues la consultora le pertenecía a su marido, un tipo muy galante y planchadito que de seguro era un potentado, salía a almorzar a otro lugar en su camioneta kia del año. Yo solo la veía pasar y mi boca se abría de par en par. Ella solo me saludaba,  pero me daba cuenta que ya no venia en ropa exclusiva, sino con unos pantalones ajustados, y unas blusas tan radiantes que me dejaban sin palabras. Pude ver que no solo era alta, sino que poseía una curtida figura, un cabello largo y brillante, y una presencia de Doña, que impactaba a cualquier truhan como el que les cuenta esta anécdota.

Un día mientras me enfrascaba en que cuadrara unos datos en el documento, ella apareció y con la excusa de ver mis avances, agarro una silla y se sentó junto a mi, a revisar la redacción de la LBs. Mientras le explicaba el contenido, ella había cruzado las piernas, y su cabello largo y rubio caprichosamente rozaba mi cuello, poniéndome algo nervioso. Baje la mirada intimidado, y ella volteando hacia la secretaria acerco su rostro hacia la laptop, como quien no ve con certeza el contenido, y su perfume y su rostro pequeño y dulce cerca del mío, preguntaba cosas inverosímiles, mientras sin advertirlo toco varias veces mi mano que sujetaba el mouse…--- Bien hecho joven, como se llama?--- Ronald----Me gusta su trabajo, pero por favor venga sin zapatillas, es usted una persona con presencia, debería aprovecharla---- La verdad no me importa eso mi…Srta Elizabeth, lo importante es la mente., Y decía esto llevándome mi el índice derecho a la cabeza--- Bueno, cada quien a lo suyo.----- la secretaria, embobada esa tarde comió conmigo, arroz con pollo y me confiaba que la Doña preguntaba detalles sobre mi, que no tenían nada que ver con la chamba,-- No se que les ha hecho pero sonríe y hasta se para viendo en el espejo, eres un pillin---- Pillin, espérate que venga su firme, me sacan a patadas,, además, ella es una dama que se va fijar en este gordito que con las justas habla de temas que a nadie le interesa--- A mi se mi interesa, eres culto, pero a la vez vistes como un chichero.


Tenia algo de razón, y como presentí que la cosa iba en serio, fui a unas tiendas de Polvos Rosados y con argucias me apodere de dos camisas, y una chaqueta de cuero, y Salí pagando todo a mitad de precio. Acabada el trabajito había que Imprimirlo y corregirlo a mano, para estilizarlo y darle un acabado profesional. Tesio que ya no venía, me encargo que le pidiera una impresora a la gringa,, y que viniera a su casa para culminar con ese trabajo…. Llegue a la oficina en Chacarilla y le solicite una impresora… Al escuchar mi solicitud, la misma Dra. Elizabeth se desvivió por buscar conmigo en los cachibaches de esa oficina tan poco espaciosa, el dichoso aparato. Cuando hallo, la canon, me pidió que la ayudara a sacarla de debajo de un escritorio, entre cajas y chucherías… Estábamos los dos arrodillados y metidos en un estrecho espacio, casi a oscuras, y no se como vi que ella  vestía una blusita casi como un top, que dejaba ver su delicioso ombliguito. Me paralice, y me iba a salir, pero ella se me acerco, y me beso el hombro y luego con su cabello rodeándome el rostro me mordió ligeramente el cuello. Me miro un segundo interminable, y con eso mirada fija  y aguileña que ve una presa, me cogió del rostro con sus dos manos y me dio un chape de aquellos, y mi boca era para ella un manjar que había que succionar. Le respondí el beso, pues me empilo, y sentí con los ojos cerrados toda su fuerza y ese aroma de mujer que me acaloro el cuerpo… Mi mente deseaba recorrerla con la perdición mas embriagadora, pero me contuve pues me asalto el juicio de perjudicarme. La  retuve, y ella en mi rostro me dijo:  “ Tienes miedo, acaso no eres hombre, yo acá hago y deshago, asi que demuestra que esos músculos no son por las puras y haz lo que todo perro saber hacer”---- Soy un perro, pero no soy hueso de su altura Dra. Quizás en otra ocasión--- y le guiñe el ojo, llevándome la impresora, y una calentura. Baje las escaleras, y le decía a mi animal,  “quieto loco, quieto loco, ya se que tu eres comunista”.


Llegue donde Tesio, y ya embobado y en la luna de Paita le conté algo de lo sucedido, y el se reía y me decía “huevon, te la hubieras chifado, ahora no te va a pagar”--- Pero nada tiene que ver--- Tu no la conoces ella siempre logra lo que desea--- Y su esposo?--- Ese aprista nunca esta en el país, y mira se parece a ti, solo te falta el bigote y unos lentes.  Mañana le damos este documento y zas chamba acabada, y yo hablo con ella para que te considere.---- Ya Tesio, pero no la vayas a fregar, mira que esa ñorsa la deje con el fuego en la mirada---- jajajjajaja no te preocupes, ya no te va a molestar..


Estuvimos trabajando por espacio de seis horas corrigiendo el documento. Me subí a mi custer y cuando pasaba por Chacarilla, medio taciturno, la Doña subió al bus y se sentó a mi lado sin que lo notara. – Hola poca cosa--- Doña, que hace acá no tiene su nave---- me quise confundir con los de tu calaña,, acá vuele a hombre--- Y le sentí un tufo, mientras  se me acerco a olfatearme, y se recostó en mi hombro, y su mano la llevo cerca de los encantos. La escena era  libertina, pero a ella le importaba un pito---- sabes he recomendado al Directorio que el servicio se cancele, tu no me caes bien, si hubieses sido hombre, me hubieras levantado en peso desnudado ahí en el escritorio y me hubieras echo ver las estrellas. No te vamos a pagar, a menos….----Usted está mal, y sumamente mareada, y su esposo?---- ese mujeriego no le importo, y mi hijo es igual que el, debe estar en Piura corriendo olas---- Que quiere que haga, la llevo a su casa, usted no debe mostrarse a si, es usted una Doña de alcurnia--- Si llévame, tomemos un taxi, y luego me haces una LBs especial para mi sino ya sabes, no hay plata----No, Elizabeth, la dejo  en su puerta y luego me voy--- Como quieras, pero llévame..

Bajamos del bus, y se le salió el taco, lo recogí, y la mirada de chismosos y cucufatos se apodero de la escena. Tomamos un taxi, y ella haciéndose la ebria, pues ya me daba cuenta que no lo estaba tanto, se echo sobre mi, y yo no se porque también la abrace con ternura… El taxista, un zambo medio hablador,  “Me decía en son de broma… buena joven esa rubia hay que darle. Adonde la llevamos usted dirá”…. Ya, morenaje…. ¿A dónde Dra?---- Ella saco una tarjeta, y de inmediato estábamos en Monterrico.  Bajamos del carro, y el zambo todo pendejo me hacia la señal con la mano de  buena faena. Era ya de noche, y ella abrió la puerta, y me jalo de la camisa hacia su jardín, y con engaños, pues me decía que veía con las justas. Entramos en su sala, llena de muebles y decorados que jamás en mi vida había visto, y unos cuadros de estilo archivístico, le daban un tono de encanto al escenario. Yo pensaba fugar, y dejarla acostada en su mueble. Lo iba hacer, pero ella reacciono y me dijo “sino haces lo que los animales hacen, no hay pago, te jodo en tui carrera, y nadie mas te va a contratar”---- Pero la moral Doña, su esposo---- te voy a decir un secreto, - besándome el oído--- El deseo no tiene clases sociales cariño, todo lo que ves no sirve sino aplacamos nuestra ira, y sabes ayúdame a estar viva otra vez… Me jalo con toda sus fuerzas, y en verdad lo que me dijo me calo en el alma.

Nos besamos con furia contenida, ye ella con sus manos delgadas pero finas me alborotaba los cabellos, y me rompió la camisa. En ese instante, volví a sentir su calor de mujer, y nuestros cuerpos ya desnudos y arañados por la química mas envolvente, se fusionaron de mil maneras pictóricas y abyectas. Su acupuntura de caricias me sobresaltaba, y mi energía de hombre, con todos sus pensamientos cultivados no valía nada en ese momento de pasión desenfrenada. La recorría con mis manos de manera sutil por toda su anatomía, y la besaba con dulzura por cada rincón donde su voz susurrante delataba una chispa de electricidad. Quería ser salvaje con ella, y ella me miraba con sus labios expandidos, y esa mirada con las pupilas dilatadas, que nunca olvidare, pero hacerle el amor era como rendirle un homenaje de ataques parciales, para llegar a la plaza principal y rompernos en mil pedazos de lujuria meliflua: donde las palabras nunca llegaran. Cuando mi cuerpo se perdía en ella, y sentía la tierra devorarme, y  a la vez crear una nueva geometría de aromas y sensaciones enclaustradas, ella pronunciaba unas frases poéticas  en griego, y cantaba con tal ardor y sentimiento que la locura me invadió, y de las caricias absurdas pasamos a la intensidad mas oscura, donde la física no ha llegado, y las ecuaciones de los ateos no han probado el néctar de lo mas nefasto…. Su placer era estar cerca de la muerte, y e n aquel mito de su piel magnetizada con conexiones ancestrales, sentí como ella abandonaba las formas y solo sentía más y más. Mis embestidas y palabras envolventes, arrancaban de su boca una sonoridad de palabras no solo vulgares, sino algo así como un intento de inventar nuevas expresiones. Era como si fuera otro pensamiento extraviado en la jungla de esa interioridad mas ignorada. Para eso momento estábamos por todos los lugares de la casa, y el vodka d su esposo estaba rociado por nuestros cuerpos. No había idea, no había realidad, estábamos solos, pero a la vez universales, empiernados, y quebrantados por el elixir de su piel. Recuerdo, que cuando se levanto desnuda, patio el cuadro de su marido en la pared, y me dijo, con la poesía mas pura:  La virginal concupiscencia solo obedece a la oscuridad, es una lastima… Y con su mano me ordeno que me fuera, y medio su cel.

En tres días nos pagaron, bueno mas a Tesio que a mi. Y yo recibí un cheque de gerencia con el que cancele mi maestría. En esos días que uno tenia moral, y escribía de planes para mi país, me fui dando cuenta que la privacidad es una estupidez. Pensé esto, pero ya estaba adicto a Elizabeth. La busque con el sentido de la aventura en mi cuerpo, y me abrió ella  misma en bata. Se sorprendió que la buscara y en plena puerta rodeándome con sus brazos me estampo un besote que me arrastro hasta la sala, y la escena de una lujuria envolvente como maquinal, rompió mis esperanzas de que algún día nos liberarnos de la cruel necesidad. El impulso no es real, si las palabras no conectan con el universo de los cuerpos. Nuestra sexualidad no requería de compromisos y plazos de vida real, era solo una bienal de cuadros surrealistas, pero que se materializaban en la concentración de un viaje a los submundos más remotos. En sus palabras de mujer atrapada entre etiquetas y sinsabores de alcurnia, pude detectar lo que sentí luego en otra  féminas condenadas a callar y ser lo que tienen que ser por desdicha o por fiel complicidad. La atracción no tiene rangos, pero no requiere ser hablada, solo besarle el alma con la alegría y el dolor mas ferviente.--- ¡Rescáteme esta noche, y luego lárgate!, nunca seré mas bella que este momento a tu lado, pero nunca renunciare a la belleza, contigo he visto que las hembras somos mas que lo que mi padre y mi esposo, este bigotón estúpido cree.---- Y que es mi Señora…--- Somos una Venus refugiada en la tierra, que alguna vez perecerá.  Gracias niño por ser un monstruo conmigo, pero las galerías y los cocteles me esperan.

Salí de ahí confuso con la camisa sin botones y su aroma de hembra en mis labios y brazos,, y supe desde ahí que las riquezas mas sagradas no están en donde  el poder nos dice…. ¿Que somos?--- ¿Quien es ella en realidad?--- Pensé mientras recordaba su sonrisa ciega, con una lagrima cayendo como un dolor rotundo por sus mejillas. Nunca mas la busqué…. Solo recuerdo que una vez en una noche loca con una gnóstica me dijo media ebria:.. “El sexo es la fuerza mas poderosa del universo” Y esa premisa, como la soledad de Elizabeth me han llevado a buscar en los perfumes mas sagrados la imagen irreverente de algo nuevo. Lo supe al estar muriendo en aquella selva. A la energía mas profunda no se llega con preguntas, y eso no se hace, sino solo sintiendo. En cada uno ese camino es distinto….A veces la locura es un buen consejo…Me dedique a amar a cada piel, pero lo hice como dejar versos en cada osamenta, y esa alquimia me quito poder. Deje esa tonta idea de extraviarme en el agujero de las galaxias, y he tratado de mil formas de que la estética perezca, y la aventura nuevamente reanime el mundo… Pero eso es una empresa fantástica…


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