jueves, 25 de marzo de 2021

Rivalidades por Alexandra.

 



Hace como dos años publique una ficción sobre mi encuentro con dos chicas del colegio Santa Maria en un microbus. Las había llevado a una playa en Magdalena y luego las embarque en un taxi mientras no dejaba de pensar en Alexandra, una de ellas...


Mi sorpresa fue mayúscula cuando uno de mis amigos de Lasalle me invito a pasar el verano del 96 en su casa de playa en Punta Negra., y la halle veraneando en plena playa. Se había vuelto luego de dos años de nuestro accidental encuentro en una mujer muy bella, un rocío del mar en épocas doradas. No me le acerque y creo que ella no me reconoció. Pero toda esa tarde de verano en la playa no deje de pensar en ella. Mi amigo decía que la conocía y que podía presentarmela.  No le creí pues era muy tímido para semejante princesa.

Recuerdo que en la noche luego de veranear ya dos días y no tener más rastros de ella en la playa, fuimos con mi pata a una discoteca y mi asombro fue verla en la pasarela que habían montado en el centro de la pista de baile, en un bikini de infarto, mostrando un cuerpo que revolvió mi mente en un santiamén. Habian otras chicas pero ella destacaba por una dulzura casi virginal y por una aura resplandeciente que hizo temblar mis sentidos llenos de locura. Por momentos alucinaba su cuerpo desnudo con el mar y yo buscandola entre las olas para ser solo una unidad empalagosa de fluidos y estremecimiento.

Ella no me recordaba. Aquella tarde en el mar había sido solo una travesura de las tantas que esta sirena provocaba.  No merecía tal hermosura ni en mis sueños más eroticos. Así que aproveche mi momento de diversión y empecé a conocer a las amigas de mi anfitrión, que me ponía las chelas y los puchos. Me quedé impresionado con la gentita del sur. Cerca de mi estaban las hermanas Cayó, leslie Stewart, y otras figuras de la farándula que jalaba harta coca. Aunque Restrepo decía que era un infundió yo si veía deslizarse la merca por entre las manos de sus amigos y hacer extravagancias por el efecto de los estupefacientes. Bueno yo bailaba una que otra salsa que ponían con la prima de Restrepo,  y bebía con moderación. Pronto la fiesta se mudo a una casa de playa de unos de los amigos de Restrepo. Todos fuimos en auto y en compañía de bellezas que me hurgaban con extrañeza mi presencia súbita. Era solo un flaquito con buena ropa y una mirada subliminal.

Cuando llegamos empezó la juerga. Todos los mayores bebían y bailaban en grupos con las chicas, roceando el licor de boca en boca. Estos tucos eran de armas tomar. Pues sacaron pastillas de extasis y más licor de la cocina. Me anime por presión de Restrepo a probar el extasis. Y cuando ingreso en mi organismo me exalte tanto que empecé a bailar sin fijarme con quien una salsita de Eddy Santiago, cogiendola de la cintura . La sensación que se apoderaba lentamente era de una alteracion electrizante. Mientras ya no coordinaba movimientos y solamente abrazaba a esa chica todo el tiempo en que tronaba la musica, pude notar que su rostro estaba cubierto por su enorme cabellera castaña. No sabía quién era esa chica, ni ya reconocía lo que mis instintos hacían en aquel momento. Solo se que después de tres o cuatro piezas ella me dio un beso en el rostro desapareciendo entre los cuartos oscurecidos. Jamás supe quien fue. De pronto se me vino las ganas de devolver. Corrí hacia la playa y entré las olas frías vomite toda aquella noche llena de alcohol y drogas.

No sabía dónde estaba Restrepo. Por ubicación llegue a su casa y el no estaba. Me pude escabullir por la terraza que da al mar y dormí en mi cuarto no se cuantas horas. Cuando desperté mi amigo comía una pizza en el comedor. Al verme despierto me hizo unas señas para que me le acercara.  Comí con el varias rebanadas y de la nada al verme profundamente a los ojos.

- vaya que si te lo quedaste ayer
- si que fue una noche donde no me pude percibir.
- Ella me ha estado llamando al fono por ti.
-quien es ella?
- la chica con la que estuviste parado como un árbol. Alexandra me dijo que no la soltabas y que le gustó tu aroma a niño bello.
-en verdad te dijo eso? O me estas jodiendo?
-Naca la pirinaca.  Ella es mi amiga y prima de Tota, el gordo del colegio.
- Ese huevon donde esta, no recuerdo haberlo visto ni en la discoteca ni en la casa de la juerga.
- El estuvo con su novia en uno de los cuartos jalando de la buena.
- no me importa solo me gustaría disculparme con tu amiga,  estaba drogado seminconsciente, no era yo.
- Vaya que eres un colegial aun, yo que tu voy de frente. Ahora es un chica segura.
- pero la has visto es una mamá cita, cuantos cuervos devén estar detrás de ella.
- yo creo que deberías intentarlo ella jamas se deslizó de tu apretón, estoy seguro que le gusto.

En ese instante aún pude percibir el olor de su perfume de hembra en mi cuerpo. Quería estar con ella. Pero no sabía si aquella vez en la playa de Magdalena lo recordaba. Preferí aquel día no salir a tonear en Waykiki. Estuve en la terraza despejando mi mente y recordando embelesado lo que hubiera pasado con Alexandra. Quería desnudarla, arrinconada y verla volar. Pero era un chiquillo enjuto y llene de inseguridad. El sol del crepúsculo y las olas que llegaban a mis pies me produjeron somnolencia. Dormí como una hora hasta que alguien me despertó de improviso. Era ella. Era Alexandra.

- no te asustes mejor es que te deje dormido. Tuve miedo que el mar te jalara.
- No no Alexandra- me quede silenciado de súbito.
- como sabes mi nombre seguro Miguel el de tu colegio Lasalle te dijo como me llamaba. Pero tu como te llamas?
- yo,yo, carajos me llamo Rodrigo.
- jajaja no te me chivees no soy un tiburón. Que haces aquí? Tan sólito.
-- Pensando solo eso en el mar.
-' eso es para los melancólicos. A mi me gusta la alegría. Hazme la taba por la playa ahora esta desierta.
-- ya vuelta.
- acaso eres charapa  jajajaja.

Caminando en la orilla del mar ambos iban silenciosos mirándose de reojo. A tientas ella le iba tocando la mano y jugueteando con sus dedos. Ella lo miraba y su cabello simulaba una sonrisa casi imperceptible. Rodrigo se sentía absorto como dominado por una fuerza que lo enmudeció y lo hacía temblar.
- te gustaría ir a la fiesta de mañana en mi casa ? Va haber de todo desde comida hasta de la buena.
-- Ni más el extasis. Solo con mi chela.
-- si que te pego duro la pastilla. No me soltabas por nada. Me deje porque temía que te volvieras violento.
-- la verdad que no te quise hacer pasar esa vergüenza. Lo que no entiendo es porque me diste un piquito.
-- yo no te di ningún beso. Estas drogado aún.jajajaja .
-- bueno no se, ya se acerca la noche y su friecito hace, que tal si nos guardamos para mañana.-- le dijo a Alexandra.
-- acompáñame un ratito más, si que hace frío. Se me ha vuelto la piel de gallina- y como pidiendo un abrazo se sentó en la arena. Lo jalo a Rodrigo a la arena, y el entendiendo el doble sentido se abrazaron sin decirse nada, tal como fue la noche de la fiesta previa. Se despidieron casi sin preferir palabra. Ella le guiño un ojo una sonrisa tan elocuente que Rodrigo solo atino a sonreír y bailotear entre fantasías.

Al día siguiente todo transcurrió con normalidad.  Restrepo no se hallaba en su casa y pronto se haría de noche. Llego el atardecer y Rodrigo se vistió con su mejor camisa y su mejor Jean. El era delgado y con mediana talla. Lo que resaltaba de él eran sus ojos almendrados y su cara sonrojada por el calor. Veía la TV mientras se hacía más de noche. Cuando ya dieron las 11 de la noche cerre las puertas de la casa y se  deslizó hacia la playa en dirección a la casa del otro día. Resultaba que era la casa de Tota, el primo de Alexandra, aquel abusivo tuco que le tiraba agua a su uniforme y que de vez en cuando llegaron a los golpes en Lasalle.

Cuando llego la fiesta estaba en todo su esplendor. Me precipitó desde la playa hacia el enorme jardin y me salió al encuentro Restrepo algo excitado por la marihuana que había consumido. Me presento a unos amigos y pronto ya estabamos cheleando en la sala central. Rodrigo esperaba a ver a Alexandra por algún sitio pues era su casa. Pero al que vio a lo lejos fue a la Tota, quien era el centro de la atención de todo el mundo. Ahí Rodrigo pudo comprobar que su enamorada resultaba ser la amiga de Alexandra en aquella playa de Magdalena.

Ella si pudo reconocerlo y le dijo al oído algo que altero de pronto a su novio. Busco entre la gentita con sus ojos a Rodrigo, y en cuanto lo hallo se fue en contra de el como un loco. Se desató una pelea entre ambos medio borrachos,  que solo fue contenida por la aparición nítida de Alexandra. Ahi supo que lo dicho por Restrepo era verdad. Rodrigo no tenía nada que hacer ahí. Se tropezó varias veces y se fue por el jardín hacia la playa. A lo lejos- mierda vuelve te has metido con mi prima-.

No le hizo caso. De pronto una pesadumbre se apodero de él e ingreso a la casa de Restrepo con las pocas fuerzas que le quedaban. Se acostó en bóxer en su cama y pesadillas de rencor acumulado se apoderaron de él. La pelea en casa de Akexandra no había pasado de algunos empujones y puñetazos, pero la rivalidad era fuerte, debido a que en el colegio varias veces había salido a favor de los amigos a los que maltrataban la patota de la Tota. Todos ellos eran tucos y el solo un advenedizo de los Barrios Altos que no estaba de acuerdo con él racismo de ese colegio. En sueños venía a su cabeza la hermosa Akexandrs, pero también venían imágenes de una golpiza.

De súbito se despertó y vio en el jardín una silueta que se deslizaba rápidamente sobre el jardín. El creyó que eran unos ladrones o Restrepo mareado. Pero esa sombra en la penumbra de la noche se echo en su cama y empezó a besarle. Era Alexandra no había duda. Su perfume era inolvidable.  Sólo supo que ya desnudos llevaron sus cuerpos extasiados al mar en esa noche donde la Luna alumbraba tenuemente.  El cuerpo de Alexandra era exuberadamente delicioso, una gota de rocío en un fuego fatuo. Caramelos y caricias iban y venían. Y las curvas se acopladas con desparpajo y hambre de emociones infinitas. Ella era un volcán y el un tigre saboreando sus proezas y lo afortunado que era en aquella madrugada. Ella envolvió y siempre le exigía mayor locura en sus asestadas de hombrecillo desesperado por ella. Cuando todo se detuvo y la espuma del mar bañaban esas osamenta liquidadas por el fuego del amor,  ella solo atino a decir:

-- ¡olvidame!-- cuando Rodrigo escucho ese susurro final solo dijo lo que ella quería escuchar.
-- OK linda fue corto pero eterno.
---' jajajaja nunca tendrás una mujer como yo.
---- es cierto, pero yo conoceré el amor.
--- es una broma?
-- en lo absoluto. Adiós mi corto verano

Ella escucho esas palabras con total frialdad y se alejó entre las sombras de la playa. Rodrigo jamás volvería a saber de ella. Fue un encuentro que jugo al romance insultando a la pasión. De este modo viviría sus amores extraños Rodrigo, sin saber con quién se acostaba y a quien despedía.



domingo, 21 de marzo de 2021

Una aventura de ayahuasqueros

 


 


Mientras dietaba hace cuatro años en la tierra colorada conocí a un amigo limeño de los shipibos. Se llamaba John y era un tipo como de unos treinta años un tanto fornido y medio morocho el puta. Ya Walter el shipibo que me acogía en su casa me había dicho que el era un dietador de plantas maestras, y que más que ser un curandero era un aprendiz de curanderos que tenía actitudes un poco incorrectas para curar.

Lo conocí mientras no se hallaban los padres de Walter en casa. El maestro José semanas antes que llegara yo a Pucallpa para dietar lo había curado con ayahuasca de unas malas energía y vibraciones causadas por sus malos aprendizajes y andanzas en la vida. El quería poder y aprendía de un modo incorrecto el oficio de curandero, creyendo que el libro sobre los ocultismos le daría el control sobre las energías de las plantas. Hacia un ingreso desmesurado de información sobre sistemas de sanación y de ocultismo de todo el mundo, por videos y textos secretos, sin darse cuenta que eso entorpecía la pureza del oficio de curandero.

 

Por alguna razón había empatía entre nosotros. Discutíamos sobre los Incas y la vida de Jesús. Para ellos Jesús era un curandero, el maestro de maestros. Y como ellos John que era un tipo en el fondo bueno, pero con miedo, deseaba aprender mejor el poder sobre las dietas de plantas para curar. Por alguna razón no sabía, ni tenía la sensatez para controlar un poder que en el fondo era muy peligroso, y con el que ningún ego o soberbia es buena. Lo escuchaba y teníamos cierta cercanía porque los dos éramos bocones y cada uno en lo suyo poseía buena información. Yo no leía hace mucho tiempo, como parte de una dieta mental, y él leía y devoraba todo lo que se relacionara con brujería y magia. El libro en el fondo no te da el control sobre nada. Es muy vertical a veces, pues te da lo que funcionó en la experiencia de algún otro que deseo comunicar lo que aprendió. Son solo orientaciones, guías normativas que hay que comprobar con la propia experiencia. Hay que ser empíricos radicales, sobre todo en todo tipo de aprendizajes como el shamanismo donde hay que saber controlar mucha energía y poder de curación.

 

Bueno yo seguía dietando pero ya podía asearme. Me daba como tres duchas diarias, y salía a caminar por todo la comunidad de San Juan, para jugar con los niños y ajetrearme con las imágenes de paisajes y de la vida en comunidad. John venía poco a la casa, pero ya oportunamente sabiendo que no estarían los maestros, vino un día miércoles en la noche para tomar ayahuasca con Walter. Ya me había dicho con anterioridad que le proveyera de mapachos (Tabaco) y agua florida para la ceremonia.  Noches antes Walter me había contado que el se había tomado otra planta, pseudo ayahuasca (alucinógena) con un pata de otra parte de la ciudad, y que lo que buscara era abrir los chakras, para tener la visión de los shamanes shipibos y así diagnosticar mejor. Ambicionaba poder curativo sin haber puesto en paz el alma…

 


Esa noche vino a  la casa, y dejo en penumbras la cabaña, mientras los hijos de Walter y su esposa ya se habían quedado dormidos. Se apuraron cada uno un trago de ayahuasca, y luego de conversar sobre sueños y ajetreos de brujos vino la mareación…  Sus canticos, icaros y oraciones eran en shipibo y en castellano… Walter se quedó semi-dormido, y John le provino un golpe de mente; se mareo tanto, que le entro miedo y empezó a devolver en el baño de la casa. Yo lo ayudaba, y aunque era pesado lo esperaba. Se empezó a asustar y por celular empezó a  llamar a sus maestros diciendo que los brujos le habían golpeado la ceremonia. SE estaba quedando dormido, y a la vez el cuerpo se le enfriaba. Nos pidió en medio de la noche que lo acompañáramos a la casa del tio de Walter, para que le cerrera la mareación y lo enderezara.

 

En medio de los ladridos de los perros y de charcos de barro y terrales llegamos  a la casa del tio de Walter. Nos recibió callado y medio dubitativo, lo soplo a John, y la mareación y las ganas de vomitar no le dejaban. Le aconsejo que se mojara, y con el agua se despertara, y perdiera un poco el miedo. No lo dejaba el problema. Walter y yo lo sosteníamos en medio de una noche virgen de estrellas a John quien aterrado cantaba oraciones a Jehová para que no perdiera el valor. No había quien condujera el motocar del maestro. Sabía hacerlo el hijo de Walter,  Enrique, pero era una adolescente de 14 años. Luego de tanto rogar y ya atemorizados Walter y yo por lo que le pasara a John, fuimos más al fondo de la comunidad de San Juan a buscar a Oliver, primo de Walter, quien si podía manejar el motocar y llevarlos a un maestro de más nivel que lo enderezara de verdad. Oliver salió de su maloka, en la noche y le llevamos rápido por la carretera que conducía a la ciudad de Pucallpa, a una comunidad barrial de la Hoyada donde había un curandero que si lo podía enderezar.

 

John lo eligió por su supuesto maestro, y abrigado y temblando en la madrugada llegamos a la Hoyada donde el shaman Víctor nos recibió y con mis mapachos lo enderezaron en medio de icaros y oraciones oscuras. Conocí a Oliver y le conté mientras esperábamos a John y a Walter mis sueños y aspiraciones luego de la dieta…. Amaneció y salió enderezado y más recuperado. Decidió John quedarse en la casa de Víctor. Le había agarrado miedo a la cabaña de Walter, donde había dejado sus demonios y diablos.

 

Nos contó al otro día que al marearse y entrar en el climax de las visiones y aperturas de conciencia como que una botella se quebrara, e icaros malignos de brujos en la oscuridad de la noche lo maldecían e insultaban. Aterrado nos contó que se le iba la respiración, y que los huesos se le rompían. Cerrado en que los brujos querían matarlo, me contó que cuando veían a un dietador los brujos ignorantes los soplaban para matarlos y que el oficio de la magia blanaca que cura a través de las plantas se olvidara. 

Se regresó a la Lima en avión y me deseo que me mejorara. Yo con mis achaques lo ayude como a un hermano, y le desee que se hallara en este  el oficio de las energías limpias y oscuras. John tiene el don del curandero,  tiene el mariri de las plantas en el centro del pecho, pero aún no maduraba y no dejaba atrás los problemas que lo acechan y carcomen. Yo salí de la oscuridad pero el conocerlo me ayudó a mí mismo y respetar este el saber de mares de los curanderos… Quien entiende las junglas no debe buscarlas en lo evidente, objetivo y manipulable de las comunidades. Sino en los saberes que están más allá de los lenguajes y la razón. El verdadero control no es racional, y hay que tomar cosas como la ayahuasca para darse cuenta que el ser humano vive honrando falsos saberes de sectas

A veces hay que ser fosforito

 




Un día un amigo que no aguanta pulgas estaba medio movido porque su enamorada lo había terminado. Quería tomarse unas helenas y charlar de cualquier huevada que lo mantuviera entretenido. Me contó que llamo a su causa un geógrafo que siempre andaba con gringas y que siempre se prestaba para sajironear por ahí. Lo llamo y creyendo que estaba en Berlín, resulto que estaba en un bar muy conocido de Guzmán Blanco. Llego con los ojos somnolientos y los cabellos medios erizados por el broncón que tenia adentro. Al llegar su pata de veinte años y un grupo de europeos y peruanas lo recibió con sonrisas y muestras de afecto. El geógrafo hablaba de algo así de sus andanzas en México y Japón, la comida, los tragos y las mujeres. Había un francés muy jovial que lo secundaba con ironías finas y gratos versos ilustrados. Junto a el se hallaba una chica que al parecer era peruana pegada a su brazo, completamente embobada. Bueno pensaba mi amigo el puta es agradable y muy positivo, además le gustaba filmar documentales en el Amazonas.

 

 Luego había un alemán alto y curtido, que hablaba de Machupichu, y de la buena comida peruana. También otra peruana estaba como chicle a su lado, besándolo en el cuello mientras todos cheleabany alguno que otro se pajareaba un porrito. Y había una tercera pareja de un español con una pintora a la que mi amigo reconocía por fotos. Todos se sazonaban y piteaban, y era todo risa y conversaciones sobre cultura y arte. Hasta que el francés empezó a hablar de los pisados, y de un reportaje que había visto en TV, donde se burlaban del cosito y Nadine. Porque son pisados los peruanos, dime Cesar? El que no tenia pareja dijo porque las ven como la madre que no han tenido o que los ha maltratado. Entonces el alemán replico acá los hombres no han madurado nada, a lo que las chicas asintieron con un si muy sonoro. 

Mi amigo solo observaba y escuchaba con atención hasta que su amigo Cesar le pidió la palabra presentándolo como una eminencia. Ya ya Tragón voy a dar mi opinión. Creo que El cosito, como Cristián Suarez, o el novio de shakira se dejan pisar, porque llevarle la contraria a sus parejas es perder. Siempre les dan la razón y a todo les dicen entiendo, entiendo, pero siempre hacen de las suyas, aun cuando sus mujeres siempre lo saben todo. Al decir esto medio ebrio los europeos y Cesar cayaron y las damicelas pero sobre todo la pintora cuzqueña lo insultaron de machista y misógino. El se quedo cayado, pero percibió que la pintora le había mentado la madre.

 

 Lo paso por alto, pero cuando cambiaron la conversación la pintora fuera de si volvió a mandarle una indirecta como si fuera un maleante. El que no quería ser ofensivo con una dama distrajo su atención en otras mesas y vio en una de ellas a tres borrachitos que insultaban por xenofobia a los europeos. Eran tres viejecitos jubilados a los que mi amigo llamo la atención y les grito que no sean resentidos y que los dejaran en paz. Los europeos menos las chicas y el español agradecieron el gesto. Entonces como ya mi amigo estaba picado contó una historia. 

Cierto día un Cocama salió a dietar por seis meses dejando a su mujer e hijos en su maloka cerca al Amazonas. Cuando ya estaba flaquito y comía solo pescado y plátano asado, cerca a las orillas de una quebrada, se concentro con su cashibo para ver como estaba su familia. Y vio s sus hijos jugar fuera de la maloka sin el cuidado de su esposa. Se concentró mas y busco su energía y la hallo siendo le infiel con un mestizo que comerciaba con su comunidad. El cocama se aguanto la rabia pues ya quedaban seis días para cerrar su dieta. Al regresar le saco al fresco su infidelidad, y ella muy ladina lo negó hasta el final, sabiendo que su marido tenia habilidades de ver a distancia. El cocama la boto de la maloka y la dejo sin sus hijos." 

Al oír esta historia la pintora se erizo y le dijo maricón de mierda. " si muy listo y como no puedo pegarle a una mujer por muy mal educada que sea, tu novio va a pagar pato. Agarro la botella vacía de Cristal y se la rompió en la cabeza al pobre español, que quedo desmayado. Los borrachitos aplaudieron y el todo campante vocifero por eso los Incas perdimos con los españoles.

Un quiñe a un pegalón

 


Un buen día me hallaba por la plaza Manco Cápac, en dirección a las agencias de transporte a la selva. En mi locura pues los palos de poder me hacían soñar con Inkas y roales ancestrales le hablaba al Inka, y prometía justicia para sus tierras. Tenia que recoger una encomienda de toe y sanangos y luego salir hacia 28 de Julio. Yo desde muy pequeño conocía esos lugares pues a mi viejo desde siempre le gusto el tacacho y los Juanes. Recogí mi encomienda viendo varios palomillas en la zona, y guarde mis cortezas en mi mochila. Rumbo a Paseo de la república me pare a esperar mi combi y como demoraba no pude dejar de escuchar a una mamacha que lloraba en plena calle cuidando su carretilla de panecillos serranos. 

Me conmovió de tal modo la indiferencia de los mirones y el llanto de la mamacha que me acerque a comprarle unas rosquillas y de paso calmarla. " que pasa madrecita ¿pirqué lloras cálmate, que te han hecho?" no nada papito, nada solo que no vendo nada desde muy temprano y no tengo para darle de comer a mis guaguas", " ya, ya madre cita te compro esto y te dejo estos soles para ahogar tu preocupación, ya pero no llores" y le pase mi mano por el rostro en jugándole las lagrimas. 

De improviso un gordo borracho se me acerco y me increpo que dejara a su mujer , empujándome. "Es usted el marido de esta mujer le ha pegado? " " si y que? No cumple como le digo entonces le doy su golpe para que aprenda" su cinismo me llego de tal modo y como había dietado sanangos 

"así que te gusta ser profesor, te voy a enseñar la tabla del 4" y enseguida cogiéndolo de su chompa le zampe cuatro puñetazos y cuando ya estaba en el piso lo agarre a patadones. No se porque la mamacha lo defendió interponiéndose, y la cosa quedó ahí. Sólo se que al salir de ahí, había mucho mirón como si se tratara de un show. 

Justo pasaba mi combi y me puse a comer mis rosquillas, cerca a un caballero que me dijo algo cruel pero cierto: joven esto de la violencia en contra de la mujer no se va a acabar con educación, leyes duras, pena de muerte o cualquier medida democrática. Al león hay que hablarle en su lenguaje" El que tenga oídos que oiga.

 

Recordando a Fernando




Antes cuando tenia un inconveniente me iba al mar a escuchar el resonar de las olas. No se porque una mañana de Diciembre cuando ya mi Cuca estaba enferma de cáncer me fui hacia Punta Rocas... Era una mañana fría y muchos surf con sus tablas practicaban su deporte favorito cerca del oleaje mas bravo de esa parte del sur chico.... Baje por las inmediaciones de la plaza de Punta Negra con un pata que siempre me acompañaba a tomarnos una chelas, y que era del Agustino, pero vivía en Surco de pura suerte. Tenía ganas de un tronchito y vi a una niñita vendiendo golosinas y menjurjes cerca de la plazuela despejada. Me acerque y cuando cruzaba la pista pura trocha uno motociclistas pendejeos casi me meten la moto, pero si la botaron a la paisanita con todo y sus cositas al suelo.. Vi y tenia una herida, que sangraba, la lleve a una tienda con Pepe, el del Agustino, y justo había un pastor alemán en la puerta medio cachorro; lo que hice fue recordar secretos de mi barrio, y le hice que el can le lamiera la herida un ratito, luego la señora de la bodega trajo agua oxigenada, y le vende la herida.... Se paro pues los niños tienen poder de recuperación y se fue lejos de la plazuela...

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Ya alegre me salí hacia la playa, que es enorme y muy brava, y caminaba por los chalets aún vacíos, cuando cerca de la punta que da con San Bartolo, mi pata me dice que las motos esas que casi nos arrollaron estaban cerca de nosotros estacionadas en una casa buenaza de tres pisos donde en la terraza había una lora brava entre surfs y tucas, libando licor y marihuaneandose.... 

Pepe y yo fuimos y me senté en una de las motos, porque a mi me gustas las Harley Davidson mas que las cañas y prendi un tronchito haciendole siiiiisiiiii a una gringa que pasaba con su firme hacia la casa.... El muy salsa me dijo "Que te pasa imbecil.." y la gente que estaba en la terraza me gritaba que me saliera... Salió el dueño de la moto hacia el borde y me dijo..."Oe huevetas que haces en mi moto, sal a barrer el mar, o a cuidarme mi casa"---- 

Pepe me miro y con una piedra que tome del suelo le ralle su moto...Bajo el gringo y cuando se me venían entre tres.... Pepe grito "Que nadie se meta, mierda de uno a uno"....Me baje de la moto, y el gringo que venía con la baja guardia lo peche y me le fui pa las piernas, lo derribe y le zampe una patada en la cara, que quedo reducido en unos segundos.... Tenia una lata de cerveza creo de Pilsen creo y se la arroje en su cara burlándome.... " eso es para que tucos de concha de sus mare respeten a las cholitas y a los vecinos de esta playa...Oe y tu novia esta buena, deben andar con hombres"... Pepe se río conmigo y nos fuimos hacia la arena a tomarnos un sixpack que le habíamos requisado".... Pepe me dijo esos tucos se creen dueños del mundo, pero tu en el fondo eres como ellos.... "No, no cuño solo me gusta el lujo como a todos"........Esa mañana nos metimos al mar, y me dio gripe al volver, pensaba en mi tia cuca y su mal....

Malas prácticas médicas.

 



Una vez un tío mio le practicaron una mala cirugía a la vegija, que lo dejo con incontinencia urinaria. Entonces un primo que vivía con nosotros y que era abogado fue a visitarlo para quejarse y el urólogo se molesto y dijo que el único responsable era el tío por no seguir las recomendaciones medicas y que el había firmado el papel de responsabilidad jurídica que lo hacia a el unico responsable de lo que pasaba. 

Mi primo que era de Barrios Altos pago los exámenes de rigor con un medico de confianza y arrojo que había habido mala practica medica. Se volvió acercar donde este prestigiado urólogo y enseñándole un certificado de rigor le advirtió que pagara una indemnización negociada o lo llevaba a juicio, perdiendo posiblemente su licencia y prestigio. El urólogo volvió a molestarse y dijo que no le podían hacer nada pues el tío era un bipolar y que mi familia era de un barrio seguro de gente de mal vivir.

Mi primo no dijo nada pero al otro día volvió al consultorio con Calin, un falte que protegía a la familia y que era bastante intimidante. Que dice charlatán o deposita o lo llevo a juicio. El medico pálido de miedo abrió su compu y le hizo una transferencia bancaria a una cuenta que Calin silencioso le entrego. Así me gusta doctor y como lo veo medio desmejorado le puso en su escritorio una tarjeta de un curandero muy bueno que ya lo estaba aliviando al pobre tío. Salieron de ahí raudos y verificaron en el banco si el matasano había pagado. Si lo había hecho. Esa tarde mi primo jugando lota con los de la cuadra me confeso que el urólogo ya tenia malas practicas y que se lo merecía. Nos reímos y dijimos nadie se mete con los Barrios Altos. Calin nos saludo montado en su bicicleta nuevecita

Dos viejecillos van por la calle.


En República Alemana de San Juan de Miraflores vivían dos viejecillos que pasaban los 80 años. Eran amigos desde chiquillos, de la escuela, del colegio y de la misma carrera universitaria. Ambos eran contadores y habiendo tenido hijos cada uno lograron solventar la educación de ellos en una universidad privada.


Habían sido graduados de la universidad técnica del Callao. Con méritos suficientes por espacio de casi 45 años trabajaron en la misma empresa y sufragado los estudios de sus hijos y construir sus casas en el barrio de Alemana.

Uno de ellos se llama Don Aurelio y el otro Don Acudió, ambos de 86 años. Don Aurelio era más bajo pero macizo con una pelada pronunciada y con cataratas en los ojos que le dificultaba la visión. Había sido muy deportista en su juventud. Mientras que Don Acudió era alto y desgarbado con una cabellera blanca y unos ojos incisivos en una cara arrugada pero con ciertas llamas de juventud y fulgor.  Ambos se reunían en un restaurante a tomarse su pisco acholados y sus tamales de chancho y reírse de sus recuerdos y de cómo se iba muriendo la gente de su generación. Ellos eran de una salud inquebrantable aunque de problemas un tanto diferentes en su hogar. Hay que recalcar que ambos eran viudos. Don Aurelio perdió a su corazoncito Doña Amalia a los 82 años. Y don Acudió perdió a su esposa Doña Micelina a los 84 años. Lloraron la partida de sus compañeras pero les quedaron sus hijos y los nietos que ya habían llegado hacia poco.

Don Aurelio luego de dejar a su nieto de seis años en el colegio, se iba a leer su periódico de la mañana y hacer sus quehaceres en el hogar. El había perdido a su hija y al esposa de ella en un accidente automovilístico por una borrachera en la panamericana sur. El tenía una pensión nada valiosa pero le servía para su nieto y el cuidado de su corazón y riñones. Siempre que recibía a su nieto en el colegio el le daba un abrazo tan efusivo que lo llenaba de vida, para seguir más y ver por el futuro de su nieto Francisco.
Hacia sus trabajitos a veces e iba mensualmente a visitar el sepulcro de su esposa para recordar y conseguir fuerzas. A veces sentía que le faltaba la respiración y la angustia se apoderaba de él porque pensaba en la muerte y en un pasado rico de bendiciones pero que era solo eso pasado.

Don Acadio tenía dos hijos. Una mujer llamada Abigail y un hijo casado llamado Pedro. Ambos no se podían ni ver entre sí y sólo esperaban la muerte de Don Acadio para hacerse de la casa de cuatro pisos. Pero no hacían más que hostigar y maltratar a su padre a pesar que Don Acadio cuidaba con el mayor de los amores a su nieta Sabalina, que era hermosa y que era la viva imagen de su abuela. Tenía solo tres años y ya cantaba Karaoke y bailaba las viejas guardias de su abuelo.

Don Acadio un día fue arrojado a la calle por sus hijos. Y a pesar que el abuelo pidió la intervención de la policía no tuvo más remedio que llegar llorando a la casa de su compadre con todas sus chivas. A pesar que les reclamo y pretendió hacer entrar en razón a sus hijos estos se valieron de argucias ilegales a para apoderarse de la casa. Don Acadiio no podía creerlo. Después de haber criado con todo su cariño a sus hijos en ese instante los sentía irreconocibles y perfidos.  Su compadre Don Aurelio lo recibió pero le aconsejo que le metiera juicios a sus ingratos hijos.

- no vale la pena. Apesar que son unos desagradecidos son mis hijos y no haría nada contra ellos.
- pero no volverás a ver a tu nieta. Ni eso te dejaran hacer.
- espero que Dios ablande sus corazones y pronto no sea más que un malentendudo- y decía esto mientras mascullaba con su dentadura postiza el pan con chicharrón de Don Aurelio.

Don Aurelio había conocido a una trabajadora social que hacía reforzamiento de capacidades a los ancianos del barrio de Alemana. Les dirigía charlas sobre empoderamiento y liderazgo e intentaba convencerlos que no eran ancianos inútiles y con baja autoestima sino alguien que vivía una etapa más de la vida donde podían ser útiles y autosuficientes A ambos la charla e invitación de la joven Soraya les cayó con una levantado de ánimo, pues conocieron a otras ancianos y ancianas y departiendo fines de semana e viajes subvencionados por una ONG sin fines de lucro. Ambos amigos empezaron a hacer ejercicios y practicar el tai Chi en zonas de campo abierto. Ahora tenían más amigos y podían manifestar sus sentimientos y dolores sin vergüenza y con mucha empata.

Cuando Don Acadio fue echado de la casa que con tanto sacrificio le había costado, se entero que sus hijos la habían vendido y que se habían repartido el dinero sin considerar al padre. Se fueron de Alemana para no saber más de ese viejecillo que tanto amor y consejos les había dado. Nunca supo porque se  comportaron así con el. Sus sentimientos afloraron y en charlas grupales lloraba emotivamente recibiendo el consuelo de sus nuevos amigos.

Ambos Don Aurelio y Don Acadio volvieron a sentirse útiles en los talleres de carpintería que aprendieron de esta ONG y ganaban su dinerito para salir de viaje o simplemente tomarse su pisco acholado. No esta demás decir que se fijaron en dos ancianas del grupo menores en 10 años que ellos, que también habían recibido el desprecio de sus hijos y que en esta asociación de adultos mayores habían encontrado consuelo y autoestima.

Un buen día Don Aureluo y Don Acadio invitaron a ambas ancianas a su casa en Alemana. El amor entre estas parejas fue el resultado de la compañía y la comprensión de sentimientos. Ya no era algo alborotado o intenso, sino un cortejo de caballeros ante damas con toda una historia que contar..Ya no ere ese clásico irse a vivir juntos sino un más venerable silencio de miradas y entendimiento puro.  Aprendieron jardinería y muy pronto los cuatro ancianos empezaron a vivir juntos en la casa de Don Aurelio, donde el consentido era Pancho.

Sus siguientes años fueron sosegados y sin contramarchas. Murieron con la mente en paz y de un modo valiente. En toda República Alemana fueron queridos y buscados por su consejo y experiencia. Y esta es la historia de resilencua de dos viejecillos que lograron reconstruir sus vidas e irse en paz con Diios Padre. En su última voluntad  desearon que sus hijos se volvieran a unir y que Pancho ya con 18 años se volviera en exitoso hombre. Las ancianas se ocuparon de el como se lo habían prometido a ambos amigos. En el velorio de ambos compañeros no se aparecieron sus hijos pero si toda la multitud del barrio, hasta los rateros.  Fueron enterrados con olor a multitud en el cementerio Del Angel. No dejaron más que un ejemplo de vida. 

sábado, 20 de marzo de 2021

Las travesuras de un profesor

 



Hace como 11 años mi amigo Braulio  fue catedrático de realidad nacional en la universidad de Lima. Le enseñaba a los cachimbos los pormenores de la problemática social con una sencillez y estilo crítico que atrapaba de principio a fin a sus estudiantes. Braulio  era de 28 años pero ya sabía por sus lecturas filosóficas y sociales desenvolverse en un salón de clases e impartir lecciones que seducían y promovían el comentario entre el alumnado

A pesar que movía salones de hasta 40 chicos había  puesto especial interés en hacer un buen papel, pues lo supervisaban debido a su juventud y rostro de niño. El se desplazaba con naturalidad en el salón y se daba unos discursos casi poéticos que atraían la atención de los jovencitos, pero sobre todo de las jovencitas que ya lo miraban con cierta curiosidad amatoria.

Pero no todos sus alumnos eran disciplinados. Habían tres jovencitos.  Dos chicos y una chica que casi nunca venían a clase. El profesor Braulio los perdonaba pues a pesar que era una regla moral  no inmiscuirse con ninguna muchacha la chiquilla era hermosa como una rosa en el desierto. Venía con unos shorcitos que hacían tambalear de dulzura al profesor. Ella que se llamaba karen se había dado cuenta de la mirada llena de erotismo e inquietud que le lanzaba Braulio así que de la nada venía con unas falditas y unos shorts tan provocativos que lucían sus bien contorneadas  piernas, sobre todo cuando las cruzaba.

Pronto las clases se volvieron más interesantes que atrajeron la atención incisiva de otra muchacha. Era tímida y reservada en su forma de ser y de vestir. Valeria era alta y de figura bonita, con unos ojazos que ocultaba tras unos empañados lentes que hacían presumir su inteligencia. 

El profesor hacia preguntas para medir que tanto habían aprendido las clases. Y escogía a cual quier chico o chica con la finalidad de escrutar sus opiniones y sentido crítico. Cuando le tocaba a  karen se quedaba muda como una roca y se engreia con el dando chupadas a su caramelo de turno. Cuando le tocó a Valeria ella se sabía dirigir a la pregunta con autoridad y sentido crítico seguro. 

En las pruebas semanales que tomaba dándoles separadas de textos de sociología y antropología notaba el talento y la buena performance de Valeria para las letras. Ni un solo error ortográfico y una letra cuya belleza despertaba admiración. En cambio cuando leía con dificultad las pruebas de Karen notaba su displicencia y su poco interés por el curso. Siempre la desaprobaba y se fijaba en el besito dibujado que le ponía detrás de su hoja de pruebas. Besos que pronto se volverían insinuaciones. Y jugueteos prohibidos. 

Cuando Braulio descansaba en la sección de profesores de la universidad Karen venía a reclamarle porque la desaprobaba. Y cuando estaban solos ella se acercaba más de la cuenta a Braulio y el podía sentir en su berrinche el aire perfumado de su cuerpo así como sus miradas fingidas de heroina, pues en realidad poco le interesaba el curso. Un día que el profesor estaba esperando su siguiente lección en el salón de profesores valeria se adentró súbitamente a dejarle una merienda de regalo por considerarla la mejor alumna de realidad nacional. 

- no te preocupes, no es necesario. Tus méritos me son suficientes señorita para admirarla y decir que sea más exigente cada día Valeria- cuando la tuteo pudo ver como se sonrojaba y una sonrisa íntima de curiosidad se dibujaba en su rostro. Ella se precipitó hacia a fuera llena de vergüenza.

A Braulio luego de sus clases le gustaba comerse unos helados en el macdonalds cerca de la universidad. Un día cuando le despachaba su helado, vaya sorpresa Karen estaba detrás suyo también dispuesta a comprarse un helado. 

- que hace por aquí señorita?

- comprándome un helado. No sabe como me gusta endulzarme mis labios de sabores deliciosos.

- bueno yo ya tengo el mio, tengo que retirarme.

- Espere profesor no me deje sola me pueden raptar y que seria de mi sin un hombre como usted.

- usted con sus bromas. Debería preocuparse en mejorar sino la voy a jalar.

- jaleme a un parque me gustaría contarle como me ponen sus ojos cuando me mira las piernas. Estoy ttemplada de usted- he hizo esto dándole una lamida lenta y erotica a su helado.

- no juegue conmigo señorita. Usted es una personita un poco compleja. Me tengo que ir.

- ya caerá mi profesor. 


Las últimas semanas del ciclo fueron maratones y el profesor Braulio pudo comprobar que sus alumnos habían sentido un especial interés por la realidad nacional del país. Dado el hecho que muchos de ellos eran limeños y de familias de solvencia económica.  Ya solo tenía que soportar los besicos volados de Karen y lo que le escribía en sus pruebas. Y sentirse halagado por Valeria pues sus comentarios en su prueba era elegantes y llenos de reflexión e interés por las ciencias sociales. 

Aprobó a todos menos a Katen. El día del susitutorio la atrevida señorita vino en minifalda con un vestido que se le miraba hasta el alma. Le cedió la prueba y le advirtió que se limitará a contestar con responsabilidad sino la desaprobaba.  Estuvieron así unos treinta minutos hasta que de la nada Karen se acercó a Braulio a dejarle la prueba y se sentó en todo el escritorio, dispuesta a seducir al profesor.

- no sabe como me pone Braulio. Quieto besarle y conermermelo en la playa. Porque no hacemos una travesura. Seria chevere que nos encuentren desnudos cachando. 

-que hace señorita, no no por ahí no- no pudo resistirlse ya que de alguna manera el profesor pensaba en Karen todos los días. Su belleza salvaje y esos ojazos de sirena lo consumieron en besos y caricias interminables que no llegaron al fuego de la sexualidad. Sólo estaba ella sentada en las piernas de Braulio besándola, mientras que el deslizaba sus manos por las piernas de aquella tremenda niña.

- no me va desnudar?, sino grito.

- no lo harás. Esta bien ni te reprobare pero lo que paso aquí tiene que terminar. Esta mal que a sus 17 años usted haga esas cosas.

Katen toda molesta pero consiguiendo lo que quería saluo del salón. Braulio se había salvado del acoso de esa menor de edad y se dispuso a cobrar su sueldo del mes y decidir salir de la Unuversudad de Lima, pues no quería pasar por algo similar con alguna alumna. 

Un buen día sábado estaba en el salón de profesores a dejar las notas al coordinador del área de realidad nacional, cuando un grupo de muchachos de su curso lo llamaron a lo lejos. Eran como unos diez quienes lo rodearon y lo invitaron a un fin de semana en un club de Chosica Al principio no quería aceptar pero ante los ruegos de todos ellos se convirtió en uno más del grupo. 

Un día Sabado de Agosto llegaron en una movilidad privada a un club de Chosica. Eran como unos 25 chicos. Al bajar de la movilidad se asombro al ver en ropa de baño a Karen, que al parecer había venido un día antes. También estaba Valeria, pero de ella no esperaba mayor peligro a pesar de las tantas tartas de chocolate que había recibido de ella..

Todo transcurría normalmente. Jugaron fulbito, voley y se lanzaron a la piscina. Empezaron a tomar cerveza todo el día al punto que Braulio ya pucadito veía a Karen tan hermosa que pensaba fantasías con ella. Muchos de los muchachos estaban borrachos, y Valeria estaba  privada en el suelo. 

Por ayudarla la subió a su cuarto y mientras habría la puerta con las indicaciones que les habían dicho sus amigos sintió un beso tierno de ella en la boca. La dejo acostada en su cama y salió sonrojado. Atrás de él estaba karen que lo había visto todo. Se acercó a él también algo picadita y le dijo:

- así que no era la única. Jajaja- en cuanto dijo esto ella se desnudo frente a él y lo miro secamente. Cruzaron miradas y como si el lenguaje no sirviera para nada entraron en la habitación de Karen. El momento fue dulce con ella y se apodero de él tal vértigo e intensidad que melodías secretas salían de su cuerpo. La belleza de Karen era radical de tal modo que en ese mismo momento cada vez que le asestaba su animal de fuego podía ver como sus gestos eran de una oscuridad placentera. Lo hicieron en todos los rincones del cuarto y cuando ya descansaban en la cama ambos desnudos y más jóvenes que nunca, pudo escuchar algo macabro de ella.

- la perra de Valeria esta al lado. Porque no te la cachas. Sería morboso y rico para mi que lo hagas.

- estas seguro que nadie se daría cuenta- verborreo Braulio. Pero sería algo como una falta, pues sería contra su voluntad.

- contra su voluntad jajajaja. Hemos quedado con ella  te espera desnuda en su cuarto- la revelación lo dejo sorprendido. Nadie se daría cuenta que tal aventura. Así que se deslizó por el vestíbulo desnudo hacia el cuarto de Valeria. Aun se podían escuchar risas en la piscina y ligeros gritos de placer en el ambiente.

Cuando ingreso al cuarto de Valeria ella estaba desnuda entre sábanas blancas. Su rostro era de vergüenza pero también de una insaciable curiosidad. Braulio se lanzó a quitarle las sábanas y cuando ya estaba encima de ella le prometió que seria dulce y envolvente.

- es mi primera vez- pudo oír de los labios de Valeria.

- no te preocupes seré suave y dulce contigo.

Cuando el animal travieso de Braulio rompió el himen de Valeria se produjo un salto en ambos cuerpos. Hacerle el amor a una virgen era toda una experiencia para el. Solo veía con la luz tenue de la luna que ella hacia gestos de placer y a la vez de un íntimo delirio. Le hizo el amor con procacidad y con muestras de cariño por todo la cama. Cuando ella le pidió no seguir le dijo:

- me hubiera gustado que fueras solo mio, pero así tenía que ser para tenerte.

- no me lo esperaba de ti Valeria. Solo puedo decirte que esta travesura es solo una experiencia más. Conocerás a un hombre de tu edad con el que serás feliz.

- si mi profesor ahora váyase, solo quiero estar conmigo misma- al escabullirse del cuarto sintió que empezó a llorar levemente. 

Regreso al cuarto de Karen pero ella no estaba. Así que se dirijio a su cuarto a descansar. Ya todo afuera era una locuaz orgia en la piscina. Se durmió y al otro día como sino pasará nada chaparrón la movilidad y regresaron a Luma. Braulio no se subió. Con la suya chapo su custer y regreso a Lima. Ya el vínculo con la Universudad de Lims era cosa del pasado como aquellas chiquillas que pisaron fuerte aquell fin de semana. 

Solo recordaba como fueron el encuentro de miradas con aquellas chicas. Era una despedida final y concluyente.  Ellas quedaron en el baúl de sus recuerdos. 


viernes, 19 de marzo de 2021

Historia de dos madres adolescentes.

 





En un colegio en Lomas de Carabayllo estudiaban dos jovencitas. Frisaban ya en los quince años y como toda joven cita tenían sus enamorados del mismo colegio.. Sacaban malas calificaciones ambas y pasaban el año plagiando y dar uno que otro sustituturio. Eran felices saliendo a discotecas con sus amigos y libando licor y consumiendo ya de cerca la marihuana. Para ellas todo era andar relajadas y no comprometerse con nada del mundo. Solo vivían a ser jóvenes sin obligaciones y responsabilidades.


Una de ellas llamada Felicia venía de una familia descompuesta, donde todos los días el padre que era un chófer borracho imponía su ley con violencia a su esposa e hijos. Felicia recibía las reprimendas de sus padres por su comportamiento tan poco sensato y narcisista.
- No hay que desaprovechar Dios me ha hecho bella - se decía Felicia cada vez que se miraba al espejo y se preparaba para irse con su patota de amigos. No sabía lo que le esperaba.  Era ella una morocha muy fina de cuerpo y con unos ojos saltones almendrados y con una ganas de agarrar su mochila y hacer su vida

Mientras que la otra amiga, llamada Lucero era más tranquila y le gustaba leer historias de romances. Ella pensaba en su chico todo el tiempo como un príncipe azul, y cuando salían a discotequear su chico era de tomar mucho y de enfrascarse en peleas callejeras por el territorio del barrio. Lucero no tenía padres solo dos abuelos que la querían mucho, y que trataban de aconsejarla, para que madure y se haga una profesional. Oídos sordos por ahora era lo que delataba Lucero que salía con Felicia los fines de semana a las discotecas del Ovalo Puente Piedra, un día salieron con un grupo grande de muchachos a bailar a la casa del líder de una pandilla juvenil. En esa noche ellas estaban con sus enamorados y pronto de las risas pasaron a tener sus primeras experiencia sexual. No era lo que esperaban un momento de fulgor y romanticismo sino de mucho dolor y violencia. Mareadas como estaban solo sentían las asestadas de sus cuerpos y todo era acompañado de gritos y una música estridente.

Pronto toda la casa se volvió una orgia y prácticamente ambas fueron violadas por todos los muchachos de la fiesta. Asustadas y adoloridas por el ultraje cometido se quedaron dormidas. A la mañana siguiente una pegada al lado de la otras desnudas entraron en conciencia. Buscaron sus ropas en la inmundicia de botellas y puchos de marihuana y salieron juntas de ese antro, pues la puerta estaba entrecerrada.  Llegaron ambas a sus casas y durmieron otro rato con sus ropas vomitadas y echas jirones. Ya conscientes sintieron asco y se bañaron ambas en sus respectivos hogares,  pensando en la experiencia tan sórdida que habían vivido.

Cuando se encontraron en un parque cercano a su colegio, luego de llamarse por celular, platicaron preocupadas por las consecuencias de esa noche. Cuando entraron al colegio nada había pasado, así que olvidaron aquella noche y siguieron su vida como si nada. Justo en una clase de orientación familiar escucharon de los anticonceptivos por primera vez. Habían tenido sexo sin protección y con una manada de pandilleros. Pensaron quizás no nos pase nada.

Cuando se acercó la fecha de su periodo no les venía. Se llamaron preocupadas y se compraron con engaños la prueba de embarazo. Ambas estaban embarazadas. Y ahora que hacemos se decían. Los abortamos? Se decían. Pero de donde sacamos la plata. Llamaron a sus parejas luego de un día más de colegio y no se sentían responsables de haber concebido un hijo. Ambos pandilleros pronto abandonarían el colegio y se harían delincuentes comunes.

Cuando paso el tiempo y la noticia ya era algo imposible de ocultar, Felicia recibió los golpes de su padre a correazos y fue echada de su casa ante la indiferencia de su madre que sólo pensaba en su marido. La dejaron sin nada en la noche. Se le ocurrió ir a donde su tía Soledad y ver si la podía recibir, siquiera por un tiempo, abortar y regresar al colegio. La señora Soledad recibió a su sobrina y al verla ligeramente panzona, la reprendió con autoridad y le dijo que se quitara de la cabeza esa idea idiota de abortar.

- Tu vas a tener y criar a ese hijo y su padre le haremos juicio de alimentos. Esta dicho.
- Pero así ya no podre estudiar, recibir las burlas de mis amigos.
- eso lo entiendo.  Tendrás esa criatura y te conseguiré un trabajo para que ambas criemos ese bebito. Tendrás que ser madre y ahora responsable.

En cuanto a Lucero sus abuelos comprendieron las vicisitudes de su nieta y le dijeron que la apoyarían pero que siguiera estudiando. Ella no quería regresar al colegio, pero tampoco quería trabajar. Algún príncipe azul de sus novelas volaría un día por ella.

Desde la noticia del embarazo de ambas en esta zona de Lomas de Carabsyllo se corrían chismes y discriminaciones. Ser madre era una tarea difícil, que te arrojaba rápidamente a las fauces de la pobreza y el estigma social. Pero poco a poco al tener a sus hijos, ambos hombrecillos, se saludaban y se hallaban en el mercado haciendo las compras y presentando a sus bebés como si fueran hermanos. Ser ambas madres desde muy jóvenes seria una historia totalmente diferente .

Felicia  de ser una chica desobligada se convirtió en alguien responsable y trabajadora. En cuatro años después de trabajar en el puesto de jugos de su tía, mientras ella cuidaba a su criatura, pudo ampliar el negocio y servir almuerzos y postres. En cambio Lucero, aprovechándose del gran amor que sentían los abuelos por su nieto, seguía ella en discotecas y descuidando a su bebe. A los tres años de tener su bebé, volvió a reincidir en la misma falta y ahora con un ratero. No le importaba lo que le dijeran ella seguía viviendo la vida alegre, llegando de madrugada y borracha.

Felicia no se comprometió más con ningun hombre solo le importaba trabajar para su niño, y poder reunir dinero para estudiar en las noches su secundaria y poder luego cumplir una carrera de educación. Pronto Lucero perdió a su pareja en un ajuste de cuentas y volvió a salir con un chico que deseaba algo serio con ella. Era ingeniero más maduro y trabajador, y pronto de haberse fijada en la sensualidad de Lucero , se fijo en la luchadora y cándida Felicia.  La empezó a ver con admiración y respeto. Y pronto esa percepción se convirtió en un interés amoroso.

Lo que no sabia era cómo terminar con la empalagosa Lucero, y sus gustos. Ya se había dado cuenta del carácter de esta chica y se había desilusionado pronto de ella. Y no sabía como acercarse a Felicia,  pues podría verse como una traición. Un día en una reunión por el cumpleaños de una de sus hijos de Lucero, se le acercó a Felicia y le confesó sus sentimientos hacia ella. Felicus toda avergonzada se fue de la reunión a pesar que era la madrina.

Luego de ese día Martin buscaba con más insistencia a Felicia en su puesto de comidas y jugos. Mientras degustaba un postre jugaba con bromas y pronto en ella surgió un sentimiento de cierta correspondencia. Martin era guapo y gracioso y luego de decirle que había terminado con Lucero, Felicia se decía para sus adentros ¿ porque no? Pero era algo aún prohibido. El enamorado de su amiga no, eso era una falta. Martin le contó que Lucero venía borracha a buscarlo y que siempre para dormida cuando el ls buscaba. Estaba harto de ella.

Un día que Lucero se entero que Martin casi ayudaba en el puesto de Felicia, se fueron a las greñas y se pelearon ante la vista de comensales y transeúntes. Este escándalo terminó con la amistad de ambas amigas. Una salió adelante y pronto estudiaría Educacion; y la otra seguía en una actitud inmadura e irresponsable. Ya ni sus hijos le importaba. Se busco otro y dejo a sus hijos con sus amables abuelos que cuidaban muy bien de ellos.  Si bien Felicia no aceptaba aún a Martin, pronto su apoyo y galantería producirían un interés amoroso en ella. Peri esto es harina de otro cisral.

Esta es una historia de dos amigas que luego se distanciarian.  La pobreza hundió a una de ellas. Mientras que la otra supo ser resiliente y luchar por un mundo mejor para sí y su familia.

jueves, 18 de marzo de 2021

Anecdota de un chofer.

 



Cuando me hallaba trabajando en Cañete para una empresa de gas conocí a un amigo que era el chófer del ómnibus que la empresa había contratado para recoger a las personas y vecinos de San Vicente de Cañete e Imperial. Mientras recogimos a personas mayores y dirigentes vecinales trabamos conversación y nos contábamos anécdotas suyas y las que a mi me habían pasado en mi visita a este bello valle.

El me contó que mientras trabajaba de jardinero para un general del ejército en su casa de verano en Cerro Azul, la mujer del general le había tirado sájiro.  Ella era una mujer aún joven y hermosa que no le había dado hijos al oficial. Mientras Ernesto limpiaba la piscina para esra señora pudo notar que a pesar de sus cuarenta y tantos en ropa de baño era muy hermosa y sexy. Ernesto pensaba que esa demostración de belleza eran nada más que ligerezas pues era su casa y que el como empleado no debía más que acostumbrarse a su chamba en ese chalet. Pero se equivoco cuando en varias oportunidades en vez de enviar a su empleada del hogar, le mandaba a que le trajera bebidas congeladas de la cocina. Como era algo nada difícil Ernesto lo hacía complacido.

Se acercaba a la señora a dejarle sus bebidas y licor en las rocas y se iba sin coincidir miradas con la Doña. Una vez muy tarde ya le pidió que la acompañará hasta que regrese su esposo y tenia miedo de estar sola. Ernesto accedió y mientras los minutos pasaban ella empezó a preguntarle cosas y detalles de su vida y como es que aprendió el oficio de jardinero.

- lo aprendí de mi padre Doña
- el debió ser alguien muy galante y trabajador pues hay que tener manos cariñosas para saber de plantas jajaja
- es sencillo cuidar plantas, hay que notar cuanto tiempo se las riega y cuando pueden sufrir de alguna plaga.
- ¿ Tienes novua?- esa pregunta estremeció a mi amigo.
- si señora ella me espera siempre en mi hogar nos vamos a casar.
- Huy que pena tan joven y ya tan anticuado. Por esas manos deben pasar más mujeres.
- a que se refiere Señora?
- Tu sabes que estamos solos y el puta de mi marido ha de estar con su amantes, y pensé en distraerme un poco contigo.
- no señora piense bien las cosas yo respeto mucho al que me da de comer, seria una traición.
- pero una rica traición, algo prohibido, no te hagas que ya te visto mirar mi cuerpo.
- lo he hecho pero siempre sabiendo que estoy haciendo algo incorrecto.
- tu no harás más que lo que yo quiero- y se arranco la parte que soportaba los pechos y lo incitó a Ernesto a retozar con ella.
- No señora usted esta mal yo respeto al general el me va a ayudar a estudiar.
- te niegas perro- y tapándose los pecho le dijo maquinalmente - vas a tener que cachar conmigo cuando yo lo quiera no será ahora pero será luego. Date por despedido sino lo haces pues puedo mentirle a mi marido que te sobrepasaste conmigo.
- no señora no haga eso, el trabajo lo necesito.
- entonces piensa bien tu elección la podemos pasar muy bien.

Salió de la escena y se perdió en la inmensa mansión totalmente irritada.
En los días próximos el general ya ni venía y Ernesto tenía que cobrar y no veía que le depositaran. Le daba miedo preguntarle a la señora pues estaba muy distante con el o podía seguir con sus amenazas. Ya era quincena y no veía dinero.

Una noche cuando ya se retiraba con la suya vio bajar al General de su maserati con un joven como de su edad. Le pareció raro lo que pasaba así que escondido en el jardín pudo comprobar que el general era gay, pues le dio un beso al muchacho y otras cosas más que Ernesto prefirió no mirar. El general despidió al joven y entró por la cochera con su carro.
Ernesto espero con prudencia unos minutos y luego se fue, sin atajarlo para que le pagará su sueldo.

Al día siguiente, regreso a trabajar y otra vez la doña en un bikini de infarto lo asedio en la piscina. Se le acercó con unas copas por detrás suyo mientras el trabajaba en el jardín, y con sovresalto pero ya sin tantos reparos apuro una copa de champán con ella.
- Que elegiste quedarte en la calle o retozar conmigo en la cama de tu patrón.
En ese momento Ernesto lo pensó varias veces. Una mujer sola, bella y con un marido gay debe ser una gran oportunidad.
- gracias por la copita mi dama,-

Cuando le quito entregar la copa a Doña Renata ella lo empujó a la piscina, se desnudo de su bikini y fue tras el en el agua que recibió los perfumes sedientos de dos almas jovenes dispuestas a hacer el delicioso acto de lo prohibido. Mientras Ernesto era invadido por los dulces labios de Renata y ya eran una unidad de piernas entrelazadas, llegaba a su memoria la traición que le hacía a su jefe. Pero no podía más, la intensidad de aquel cuerpo de vampiresa lo sedujo a hacerla gritar de placer, mientras su espalda recibía los arañazos de sus manos y un alarido de melodías escasas.

Salió de la piscina y jalando del brazo se fueron a la alcoba principal a revolotear todo con la lujurua electrizante de aquella hembra. Hicieron el amor por varias horas y Ernesto se sentía consumido y devorado hasta el límite de la muerte. Cuando ya todo no era más que un bello fresco de cuerpos extasiados, Renata sacó de su gabeta ahí cerca el sueldo de Ernesto y lo despidió con un beso, mientras esa osamenta perfumada de dolor desaparecía en la ducha.
Ernesto supuso que algo raro pasaba en esa relación con el general. Que había sido consentida por el mismo general. Tomó el dinero. Se escabullo por el jardín y no volvió nunca más. Pudo comprobar que era algo armado por ambos, pues se le deposito su liquidación y hallo este trabajo de chófer de ómnibus interprovinciales desde donde mi contó su anécdota.

- que desperdicio de hembra. Te hubieras quedado a seguirla con esa tía ricotona.
- Ganas no me faltaron pero supuse que el tema era algo sombrío y peligroso. 
- si entiendo lo desesperada que habría estado aquella mujer..  bueno sigamos amigo hay que seguir recogiendo a los vecinos.
- claro cumpa luego yo facturó bueno por la empresa.

Nos despedimos al terminar la jornada y me pareció lícito contar esta historia en un momento donde solo es un giro extraviado de mis recuerdos. 

miércoles, 17 de marzo de 2021

Fútbol, deporte y sociedad peruana

 

 



Resumen:

 

En los límites de esta propuesta se reflexiona sobre los procesos de socialización que diseñan al disciplina deportiva con el objetivo de suscribir la idea de que estructuras reificadas y mercantilizadas no consiguen desarrollar individualidades deportivas exitosas, pues la cultura del deseo y de avaricia que desperdigan en el escenario del individualismo puro a lo único que conducen es a la coacción de una cultura del deporte competitiva acorde con nuestras especificidades culturales.

 

 

Este ensayo que se disfraza de cuestionamiento constructivo, pero sin  dejar el alegato despiadado, me parece que puede contribuir a despejar el escenario de invectivas y comentarios ácidos que se han venido tejiendo alrededor de los magros resultados del deporte social, y ofrecer a partir de los datos dispersos y agresivos, una síntesis rescatable de las interacciones entre la disciplina deportiva y las condiciones sociales en la cual esta se gesta. El propósito es desarrollar la hipótesis que el condicionamiento de la desestructuración social que padece la experiencia social peruana, aunado al peso arrollador de estructuras cotidianas que cohíben y desorientan la acción exitosa,  está dibujando el posicionamiento de un ciclo perverso de fracasos deportivos, que reflejan el poco compromiso dinámico de la individualidad con metas gratificantes y decorosas en términos nacionales, lo cual se explica por el pobre desarrollo de una cultura deportiva.

 

En los límites de este ensayo creo que una sociología del deporte que centre su análisis en el fenómeno futbolístico es clave, porque se concentra en el proyecto de desarrollar automatismos y resultados colectivos todas las eternas falencias que existen para condicionar la aparición de proyectos comunes que representen el reflejo periódico de una textura social orgullosa de su autenticidad y riqueza sociocultural. No hay que dejar de lado el resultado profesional de las demás disciplinas deportivas, pero creo que fijar la reflexión de la sociedad en proyectos de reeducación cultural que introduce el entrenamiento atlético y psicológico, puede ayudar a entender porque la cultura mediocre de las personalidades típicas no es vulnerada, en este caso, por la incentivación y crecimiento de naturalezas deportivas exitosas[1].

 

En sus orígenes históricos el desarrollo del deporte se asoció a una práctica de disciplinar el cuerpo para fines bélicos, en contextos históricos donde el grado de civilización escaso condicionaba que el imperio de la violencia bárbara exigiera la necesidad de movilizar a las poblaciones sociales en función de una estructura militar con que controlar los motines y maniobras desestabilizadoras de los enemigos internos y externos del embrionario Estado. En cierta medida también la necesidad de disponer de grandes proporciones de fuerza de trabajo – movilizar productivamente la sociedad en su conjunto- predispuso que los pocos adelantos tecnológicos legitimaran el uso de oficios y cuerpos adiestrados en trabajos pesados e infrahumanos, lo cual evidenció una disciplina indirecta y esclavista del cuerpo que iba en contra del bienestar del organismo, dados la poca existencia de una seguridad alimentaria masificada. Es con la aparición de la estructura estatal más estable, con el control aristocrático del excedente social, y con el surgimiento de enclaves cortesanos, que desarrollaron hábitos y costumbres elitistas y disforzadas, que el cuidado del cuerpo es liberado de sus matices subhumanos y esclavistas, y es asociado al nacimiento de una disciplina deportiva y ritualezca que es empezada a sentirse como una actividad autónoma, un fin en sí misma. Es en la sociedad griega donde la génesis de los juegos olímpicos, con manifestaciones ceremoniales y estéticas, otorga un carácter nuclear a la actividad deportiva relacionando el cultivo del alma y la sabiduría a un desarrollo corporal y hedonista de la estructura fisiológica, con una añadido de ribetes exhibicionistas e individualistas, que aún no permitían la evolución de una mentalidad deportiva en sí misma.

 

Es con la aparición de la sociedad moderna en un contexto de tensión entre la lógica privada y los esfuerzos socialistas que la insurgencia paulatina del disipamiento deportivo iría dándole al deporte los rasgos de una industria del entretenimiento sobre bases disciplinarias, presuntamente puritanas, que subordinaban la consecución de laureles deportivos a la constante burocratización de la corporalidad del deportista. Es tal vez una paradoja aparente el hecho de que el fin recreativo del deporte y la formación rigurosa del deportista este entrelazados inicialmente en el escenario de una cierta coherencia socializadora; si bien la práctica socializada del deporte, en especial el fútbol anima reuniones y da cohesión social, la verdad es que este fin sólo lúdico no llega a inscribir al talento deportivo al interior de una cierta mentalidad competitiva, porque este siguiente aprendizaje es el que da validez a una cierta profesionalización del deporte que sólo se adquiere cuando los marcos de socialización logran ensamblar exitosas individualidades[2].

 

 Es la contradicción que existe en ver sólo la práctica del deporte como una recreación ocasional al interior de una determinada tradición subalterna lo que obstruye el desarrollo de una mentalidad del éxito en cuanto a resultados deportivos. Es decir, el entrelazamiento del deporte en un mundo festivo y consumista bloquea la entrega de la existencia singular del deportista a una adecuada secularización de la instrucción y del aprendizaje de ciertas técnicas y procedimientos disciplinarios, aún cuando el aprovechamiento de la imaginación y riqueza técnica es el producto de una vida insertada en un mundo rico en sabidurías tradicionales. Según lo dicho esto se constata abiertamente en la práctica del fútbol donde en cierto momento de control del conocimiento imaginativo del fútbol está imbuido de una metafísica romántica y artística del deporte, pero es cuando los resultados eficaces del deporte exigen una mayor disposición atlética del jugador y el aprendizaje de recursos tácticos y de posicionamiento estratégico que se subordina el despliegue de la fantasía futbolística en función de la consecución de logros deportivos[3]

 

Tal vez las sociedades que organizan su cultura popular en función del nacimiento y profesionalización de genialidades deportivas son aquellas que ostentan un grado civillizatorio sumamente rico en disposiciones organizativas que les permiten brindar condiciones sociales para que la riqueza técnica del jugador no se divorcie de su actitud competitiva que debe expresar la disciplina deportiva. Aquella organización social que no construya una infraestructura social acorde con el reconocimiento institucional de sus potencialidades deportivas no conseguirá que la práctica del deporte introduzca en las mentalidades colectivas una sabiduría del cuidado del cuerpo a través de la salud deportiva. En líneas generales, el paso de un prototipo del deporte romántico e influenciado por el carácter festivo de las cultura populares, a una racionalización de las condiciones sociales del deporte en manos de los agentes privados ha hecho que la industria del deporte este controlada por una exigencia administrativa y procedimental que sacrifica el carácter lúdico de la experiencia deportiva a una cuestión de resultado eficientista que sólo consiguen aquellas estructuras sociales que logran constituir una experiencia civilizada de organización deportiva a salvo de las confusiones simbólicas de la complejidad capitalista[4].

 

En función de lo expresado en líneas más arriba arrojamos la hipótesis de que nuestra sociedad no consigue resultados deportivos laudables - aunque si algunas experiencias aisladas- porque el carácter anómico y empobrecedor de la conciencia colectiva desanima y sirve como obstáculo para el desarrollo de racionalidades organizativas que sostengan e incentiven el crecimiento de una planificación deportiva estable que respalde el despegue de singularidades competitivas. Creemos, por lo tanto, que dejar que los éxitos deportivos lleguen como resultado de experiencias aisladas y sacrificadas, más que demostrar la magia de voluntarismos individuales – que a pesar de todas las inclemencias inscriben su nombre en la pobre historia del deporte – lo único que se evidencia es la precaria organicidad y el abandono material del deporte por parte de la sociedad, el Estado y la empresa privada. Una de esas experiencias deportivas aisladas que ha resultado  exitosa ha sido el futbol peruano con su llegada al mundial Rusia 2018, y su subcampeonato en la Copa América Brasil 2019.

 

Empresa privada y deporte:

 

Para el personaje de a pie no es un secreto de que el deporte, sobre todo el fútbol, mueve millonarias cantidades de dinero. Que la industria del deporte que apasiona a multitudes concibe crecientemente flujos de inversiones destinados a crear y fortalecer una industria que amasa utilidades jugosas y paga millonadas por descubrir y desarrollar talentos deportivos que reproduzcan y den legitimidad al espectáculo deportivo. No sólo se globalizan corporaciones empresariales especializadas en organizar las sociedades en función del crecimiento de identidades deportivas, sino que además alrededor de la empresa futbolística se teje una cultura e imaginarios simbólicos que integran poblaciones y configuran referentes idóneos para diseñar personalidades afines con la reproducción mediática del deporte. En especial la empresa privada utiliza las disposiciones exitosas de figuras deportivas con la finalidad de agenciar y construir estereotipos de consumo que faciliten la venta de sus productos y el arraigo de una cultura de estilos de vida apegados al deporte. No sólo es un cometido de la política nacional desarrollar una saludable organización proclive a ocasionar una cultura y una industria  del deporte – fiel reflejo de su desarrollo humano y civilizatorio-  sino que además el agente privado invierte en este fenómeno de masas, porque en relación a la moda y el erotismo y otros, el deporte sirve para legitimar un estilo de consumo que cohesiona identidades y construye una cultura nacional pero en diálogo con la globalidad[5].

 

A excepción de los otros dispositivos culturales que bordean con la desviación cultural, inclinados a desarrollar subjetividades transgresoras y patológicas, la identidad del deportista respira un escenario de promoción del bienestar cultural y material, que asegura el equilibrio emocional y reconforta la salud individual. Más allá de que exista un creciente fenómeno de pandillaje juvenil asociado a una etnocultura de tribus y barras bravas que crían una cultura del delito mafioso e incontrolable, y más allá de que las personalidades del deportista alcancen espectacularidad y bochornoso libertinaje bohemio – gracias a la inmediata movilidad social que significa la profesionalización del deporte – creemos que  la proyección competitiva y de mentalidad ganadora que ofrece la práctica del deporte otorga  validez a la constitución de una psicología del porvenir y de la completad realizadora que no deja  de aprovechar la empresa privada[6].

 

Es con todo acierto la incompatible relación que se teje entre la lógica de la  mercantilización del deporte y las ramificaciones públicas de la política estatal, en materia de promoción del deporte, las que están obstruyendo el desarrollo de condiciones ideales para la explosión de la genialidad y creatividad del deportista. No sólo no existe una congruente y sólida política deportiva en el escenario nacional, sino que además la disposición monopólica y aristocrática de la inversión privada – que ve el deporte desde el punto de vista estricto de la rentabilidad corporativa – paralizan el apropiado desarrollo de una cultura del deporte con arraigo subalterno que logre establecer la creencia ciega en el éxito y la gloria deportiva. Es tal vez la separación abismal que existe entre una gramática de la pobreza, mediocre y derrotista, y la escasa valoración de singularidades con sólida voluntad de poder, que buscan escapar del empobrecimiento desmercantilizado, lo que facilita el fracaso de toda iniciativa organizacional desde el Estado – a través de los sectores democráticos de la sociedad civil -  y la que apertura el apoderamiento gansteril de los consorcios privados que sólo promueven la aventura del éxito deportivo en la medida que ello le sufraga enormes riquezas económicas y asegura su control monopólico.

 

A no dudarlo, el escaso compromiso de los empresarios privados por institucionalizar reglas transparentes para el desarrollo de una política deportiva, que surta beneficios tantos privados como sociales, el hecho de que se manejen las endebles administraciones deportivas del Estado en función de criterios   de rentabilidad y de eficiencia económica – sin considerar los contextos de significado fervoroso que arrastra la práctica del deporte en las mentalidades colectivas- facilita el modelamiento irreparable y particularizado de una empresa deportiva que debe combinar apropiadamente el desarrollo de una política pública democrática y heterodoxa en materia de deporte, con escalonadas inyecciones de capital privado que respeten y promocionen el origen popular de la vocación por el deporte.

 

El inmediato acaparamiento caudillesco de los lobbys deportivos por parte de una clase empresarial que desestructura y manipula irresponsablemente los referentes sociales, de donde el deportista adquiere su creativa quimba y estilo futbolístico, genera que la profesionalización de la experiencia deportiva sea cultivada y reservada a ciertas capas elitistas, que cuentan con los medios económicos para desarrollar una simpatía y disciplina asociada a una mentalidad competitiva. No quiero negar que la práctica del deporte tienda a una monopolización antidemocrática por parte de los sectores con estilos de vida oligárquicos – casos que pueden ser relevantes son el tenis, la natación, etc – pero en sí el impacto de una cultura del consumo en los sectores populares y mesocráticos disminuye la expresión de una coherente profesionalización del deporte, porque esta es percibida como un lujo narcisista del cuerpo, incompatible con la ética del trabajo y de la espiritualidad que olvida la conciencia de lo psicosomático y que esta muy difundida en la cultura conformista y holgazán de la pobreza social. Aun así creemos que  la definición patrimonialista, oligárquica y gamonal de los sectores empresariales internos, que visualizan el tejido social como una despensa de recursos inagotables, susceptibles de explotación y manipulación, sin ninguna consideración ética que valga, coopera (además de otros factores implícitos) para que no exista una adecuada industria y organicidad deportiva con un aprovechamiento responsable del capital humano de los mundos subalternos. Es el carácter particularista con que se ayuda a la formación y posterior explosión competitiva del deporte lo que bloquea el control comunitarista y democrático del deporte, lo cual daría un respaldo tradicionalista a la mentalidad ganadora del deporte, para no verla como una empresa solitaria o una quimera sin oportunidades. El colgarse con desparpajo de alguna hazaña deportiva en la cual sus mezquinos subsidios no tienen nada que ver, demuestra crudamente el abandono y los desencuentros que existen en la sociedad para avivar y enriquecer con laureles deportivos las enormes contradicciones sociohistóricas que padece nuestra realidad asistemática[7].

 

Estructura negativa y disciplina deportiva:

 

Las continúas desconcentraciones en plena competencia que padecen las disciplinas deportivas, cunado más se necesita de una personalidad sólida y segura de sí misma para mantener o conseguir un resultado favorable, revelan las escandalosas compensaciones psicológicas y desajustes emocionales a los que nos tiene acostumbrada la subjetividad individual en la medida que las estructuras negativas de la inacción y del empobrecimiento moral atacan y ensombrecen los impresionantes instantes de lucidez y éxito dignificante que la biografía individual se atreve a diseñar. De cierto modo la incertidumbre que golpea hasta alma más preparada, debilita los acordes de armonía que un desarrollo integral logra fortificar porque el incentivo de capital humano no depende en última instancia del estrecho voluntarismo que una conducta endeble logra desplegar, sino del desarrollo genérico que la particularidad recibe en una formación sociohistórica donde ser individuo es deteriorar los escasos enclaves de socialización que son imprescindibles para el desarrollo de una conciencia colectiva típica[8].

 

En cierto sentido  la decadencia de la formación sociohistórica, es decir, la pérdida de control sobre la reproducción social central equivale a que el impacto de una realidad licuada y con un escaso margen de maniobra de sus particularidades específicas sea incapaz frontalmente de deshacerse del impacto negativo de la mediocridad estructural, que confina los avances de realización individual a meros desenfrenos festivos y esquizofrénicos de un ethos transgresivo. El dominio de un carácter social que recoge su equilibrio emocional de conductas eminentemente transgresoras -de un registro autoritario que celebra la fragmentación de los significados, porque de ello depende el incremento de su totalitarismo sociocultural-  conduce necesariamente a que la reacción eficaz de la subjetividad no enriquezca las empresas y aventuras exitosas que se plantea, porque las envolturas conformistas de una realidad empobrecedora las desactivan en  proyectos mitomaníacos que envuelven el escenario de fantasías y falsedades subjetivas.

 

El influjo que el rendimiento deportivo percibe al relacionarse con una cultura mediocre, que enfatiza sólo la expresión de ciertos rasgos particulares de la personalidad, bloquea la transmisión de una subalternidad deportiva, convirtiendo la profesionalización del deporte en una actividad que es sólo trabajo y no una destreza personal en la que uno logra la felicidad. Es el relativo difuminamiento del ethos popular que otorgaba imaginación a la creatividad deportiva, por irse mediatizando y tornándose híbrido a consecuencia del discurso del consumo, es lo que obstaculiza que la recepción de un relato del éxito y de la calidad total, pueda estar amortiguado por un colchón de ideologías subalternas que pueden hacer posible vivir el deporte como algo pasional y no mediado por la naturaleza cosificadora del dinero. En otras palabras, el derrotismo y precariedad que atraviesan nuestras principales disciplinas deportivas es un resultado del poco compromiso y desafección que la producción de las subjetividades típicas demuestran frente a una realidad social que torna el trabajo en equipos solidarios en una rareza infectada de ambiciones monetarias y de poderío mercantil. Es el debilitamiento de un acercamiento simbólico con el medio social en el que se forma y crece, lo que obstruye la manifestación de una urgente hazaña de disciplina individual, pues el deportista se concentra para adiestrarse pero no se mentaliza para ganar, “no se la cree”.

 

Creo con firmeza que una psicología no acostumbrada a los triunfos, todo cuanto más el entrampamiento de las relaciones sociales los obstaculiza, ve con perplejidad la consecución de ciertos resultados deportivos, por que la historicidad interna de la trayectoria individual jamás ha logrado tener el control de los escenarios múltiples que lo determinan, es decir, el avance de estructuras afirmativas es complicado en un contexto en donde toda empresa genérica está condenada a la degradación ontológica. Es la actividad deportiva en estos medios desestructurados un conato dialéctico contra las murallas ideológicas que impiden el logro de la voluntad, un sacrificio solitario por superar las esferas infecciosas de una cultura anómica que “raja” perversamente de toda mentalidad vencedora que asimile convenientemente la magia de la autodeterminación axiológica. Tal vez el hecho de que el despliegue y vida del deportista esté relacionado con estilo licencioso, con un prototipo somático de capacidad sensorial, favorece la desconcentración y la irresponsabilidad deportiva. Sin embargo, creo que las tentaciones de una vida desaforada no son pretextos suficientes para desacelerar el ritmo de competencia que el perfil ganador debe demostrar en todos los aspectos de la existencia cultural.

 

En líneas generales, el predominio de un ethos negativo y profundamente ideológico, que desanima la pericia caracterológica del deportista y de toda individualidad que desee perforar la cultura del fracaso, es el principal motivo de que hasta la mejor predisposición empresarial no consiga resultados auspiciosos. Sabiéndose que la identidad general es el producto de un proceso histórico en donde hemos carecido de autonomía y autenticidad autoconformativa, entonces toda iniciativa de  devolverle al deporte la gloria de antaño pasará necesariamente por generar un híbrido organizacional que reconozca la idiosincrasia del deportista para en base a esa premisa reconocer nuestra ventajas y limitaciones, así avanzar. En tanto subsista aferrado a nuestro mundo de la vida una ideología neoliberal que promociona una plantilla del hombre cosificador y mercantilista será muy difícil confeccionar un respaldo subalternizado a los diversos proyectos de existencia deportiva, porque hay que entender que la sinergia colectiva, la mentalidad ganadora, sólo es ocasionada por una vida que tenga hambre de superación y gloria, más allá del burdo interés del dinero. De cierto modo el protagonismo de ciertas personalidades deportivas  en los últimos años, habla acertadamente de una asimilación afirmativa del discurso del éxito mercantil, pero hay que aclarar que tal destacamiento individual es el producto de la convergencia de ciertas condiciones favorables unidas a un talento cuidadoso y paulatino, lo cual está muy lejos de la realidad de las mayorías empobrecidas que ven el deporte – sobre todo el fútbol- como una oportunidad de movilidad social o de salvación económica, y no como una actividad realizadora.

 

Conclusiones: El deporte como revolución de la personalidad.

 

Es característico de la sociedad peruana no contar con la extensión de una cultura deportiva profesional. Este defecto estructural evidencia el hecho de que el proceso de personalización periférico que se desarrolla en las sociedades populares compromete severamente la expresión de una mentalidad competitiva capaz de desactivar una ideología del consumo que sólo visualiza el cuerpo como un campo de expresión hedonista y del deseo. Más allá que el deporte sea concebido sólo como una distracción, un pasatiempo barroco que endilga festividades populares, creemos que justamente la no modernización de las ideas deportivas, su no profesionalización atlética, es lo que dificulta la expansión de una individualización más racional y disciplinada, capaz de servir de cimiento psicológico a la práctica del deporte de alta competencia. No obstante la popularidad que alcanzan algunas disciplinas deportivas (como el fútbol) no se visualiza en las sociedades populares una coexistencia afirmativa entre el talento creativo que la cultura popular ayuda a germinar, y la actitud racionalizadora que un estado civilizatorio superior ubica en las subjetividades deportivas, lo cual ocasionaría la configuración de una sólida cultura del deporte como expresión real de una sociedad saludable y civilizada. Creo ciertamente que convertir la práctica del deporte en una actividad organizada y democrática que logre canalizar la riqueza técnica que aflora festivamente en las clases populares es parte de una política de Estado, cuya eficacia a largo plazo lograría movilizar a la sociedad hacia una cultura del deporte conciliada con una ética del éxito y de la iniciativa individual.

 

Si no existen medidas públicas y legislativas para convertir el deporte en una práctica fomentada descentralizadamente, que sirva para salvar a la juventud de los peligros de la pobreza y de la parálisis consumista, será muy difícil insertar en el tejido autoritario de las clases populares una ideología voluntarista que esparza una mentalidad ganadora  al fin y al cabo resultado de que las singularidades logren procesar los peligros de la complejidad organizada. El estado debe ingeniosamente mitigar los efectos dramáticos de la pobreza extrema y de la desigualdad social con el control de semilleros, de clubes deportivos, y de gimnasios populares que capten los talentos deportivos en congruencia con la empresa privada, que gestiona de la mejor manera la inversión en el mercado de los genios deportivos. El deporte no es sólo algo recreativo sino una actividad que puede cooperar en la creación  de una mentalidad con más liderazgo y efectividad, frente a la oscuridad del conformismo y de la pobreza moral.

 

 

Bibliografía.

 

  • BARBERO José martín. De los medios a las mediaciones. G Pili Barcelona. 1987.

·         BECK Ulrich. La sociedad del riesgo. Alianza editorial. Madrid. 1992

·         BERGER y LUKHMANN. La construcción social de la realidad. Amorrortu. 1975

·         BOURDIEU Pierre.  La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Madrid, Taurus 1988.

·         ELÍAS Norbert. Deporte y ocio en el proceso de la civilización. FCE. México 1992

·         GIDDENS Sociología. Alianza editorial. Madrid 1989

·         GINER, S. Sociología. Barcelona, Península. 1979

·         WEIS, K.  Sociologia del deporte. Valladolid; Miñón. 1979

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] BECK Ulrich. La sociedad del riesgo. Alianza editorial. Madrid. 1992

[2] ELÍAS Norbert. Deporte y ocio en el proceso de la civilización. FCE. México 1992

[3] BOURDIEU Pierre.  La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Madrid, Taurus 1988.

[4] BARBERO José martín. De los medios a las mediaciones. G Pili Barcelona. 1987.

[5] GIDDENS Sociología. Alianza editorial. Madrid 1989

[6] GINER, S. Sociología. Barcelona, Península. 1979

[7] WEIS, K.  Sociologia del deporte. Valladolid; Miñón. 1979

[8] BERGER y LUKHMANN. La construcción social de la realidad. Amorrortu. 1975

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