Perú: Límites del cambio estructural
En este artículo desarrollo la
idea de que la sociedad peruana requiere de reformas sociales urgentes en su
estructura político-económica, pero que no se cuenta con las fuerzas
científicas y cognoscitivas para dar ese salto cualitativo en la estructura
profesional. No es sólo un asunto de voluntad política o de mezquindad social
lo que bloquea el cambio estructural, sino un más profundo desconocimiento
técnico y social de cuál serían las cirugías operativas que tendrían que
ejecutarse en la sociedad, evitando de este modo el caos o la ineficacia
institucional. El modo como ha crecido el país en estos casi 15 años últimos de
revolución capitalista ha sido desordenado y ha desperdiciado energías,
evitándose la planificación sistémica y la introducción de reformas de segunda
generación que hagan gobernable la democracia, y den legitimidad al Estado
peruano. La ausencia de una clase dirigente ha descuidado el desarrollo de un
conocimiento técnico y social que traduzca el dominio de nuestras elites
económicas en dirección y monitoreo estable de la estructura social. Lo que
hemos visto es el disfuerzo organizativo de copiar y traslapar a esta realidad
tan compleja diseños e ideas institucionales que lo único que causan sólo son
resultados temporales, y a larga provocan más alteraciones y desórdenes
socio-culturales. Y esta mala costumbre de copiar y adulterar diseños
organizativos es un accionar histórico y genético que complica más la figura de
nuestros desaciertos sociales.
Vivimos una época de cambio
social y de agotamiento de toda una forma de construir política y economía. No
sólo el viejo Estado populista fue desmantelado y con él ideas anticuadas de
regulación social – que retroceden hasta el Keynesianismo económico- sino que
el eficaz como autoritario Estado neoliberal ha entrado en franco deterioro.
Los prolegómenos de una sociedad nueva se avistan en la cultura y en las
profundas mutaciones mentales que ha experimentado el Perú en todo su
territorio, pero estas alteraciones no han ido acompañados de procesos totales
de renovación política y económica. El empuje de la sociedad popular por un
Estado que garantice la igualdad de oportunidades, libertades básicas y
desarrollo de talentos ha hecho que el desarrollo capitalista haya operado en
la sociedad algunos tímidos como insostenibles cambios tecnocráticos, como
organizativos. Pero estas cirugías sociales han sido discretas y
propuestas de un modo tan inconsecuente
que la gobernación del territorio se hace una tarea complicada. Tanto la clase
política que ha capturado a la democracia liberal, como las elites económicas
han puestos sus esperanzas en que la acumulación privada de los medios
productivos en el Perú permite el florecimientos de nuevos agentes económicos,
y con ellos el paradigma liberal cobre su viabilidad y sostenibilidad total.
Sin embargo, es la mezquindad de bloquear desde la leyes, como desde el
accionar del Estado todo intento de complejizar o diversificar la estructura
productiva, lo que hace que sea más importante la vigencia de una hegemonía
caduca y parasitaria, que el potenciamiento socio-industrial del país. Además
que no se cuenta con una capa de profesionales competentes con que iniciar este
salto cualitativo en la economía productiva.
De un modo propedéutico enumero
cuales serían los cuellos de botella estructural que no permiten al país dar un
salto cualitativo en su formación social.
11. Como
ya observe más arriba no se cuenta con una clase dirigente en el Perú. Lo que
existe es una clase política que no permite la reforma del Estado y de sus
principales organizaciones de la sociedad civil, pues se halla capturada por
poderes oscuros y crimionales. A pesar de las notables recomendaciones de la
academia en relación a la organización de un Estado más territorial, denso e
imperceptible, lo que experimentamos es un Estado burocratizado que no tiene el
pleno dominio soberano de su territorio. Es decir, los servicios gratuitos y
básicos con los que cuenta el Estado no llegan a todas partes del país, lo cual
se traduce en pobreza y la casi nula movilización de los indicadores del
desarrollo humano. El estado está capturado por poderes feudales y estamentales
que obedecen a la reproducción de mafias internas, y que obedecen a actores
políticos empresariales que hacen de la política un negocio. Su propósito es el
poder económico que genera el Estado, y no la ejecución pragmática de políticas
públicas en favor de la población. En cuanto al empresariado, se obstinan en
controlar e inhibir el desarrollo de agentes económicos de mayor valor
agregado, pues de otro modo perderían el poder oligárquico y rentista del país.
Lo que vemos es la completa ausencia de una dirigencia capitalista que
involucre al conjunto de la nación, y que entienda su papel de dirección
fundamental de la sociedad peruana.
2. 2. No
se cuenta con una real economía política del desarrollo social del país. Lo que
se ve es un Estado concesionando y garantizando la labor de industrias
extractivas en todo el territorio, permitiendo la refeudalizacion de la
economía agraria, y no resolviendo el problema del minifundio agrario. Como no
hay un real catastro u ordenamiento territorial del país es poco lo que se hace
para planificar el desarrollo económico, distribuir las fuerzas profesionales,
y demográficas en torno a centro urbanos de producción, ya se agroexportadores
o extractivos. Lo que hay es una escandalosa formación de ciudades que siguen
al capital pero cuya arquitectura y desarrollo infraestructural es casi nulo o
muestran poca calidad arquitectónica. Ahí donde el Estado ha retrocedido en su
labor de financiar el desarrollo de nuevos agentes económicos las ONGs combaten
la pobreza social, y desarrollan capacidades profesionales, tratando de
remercantilizar la mano de obra y de volverlas a relaciones de mercado. Su
objetivo es intervenir en poblaciones empobrecidas para movilizar emprendedurismos económicos y
así empoderar a las poblaciones y así romper el ciclo brutal de la miseria
social. El problema de las ONGs es que su intervención es local y no regulada
por las instituciones del Estado. En su terquedad por empoderar a la población
desde diversos temas de desarrollo tanto económico, político como cultural
generan más una heterogeneidad estructural, lo que a la larga reproduce las
desigualdades y hace insostenible el progreso cultural de la nación peruana. Lo
que hasta cierto punto se entiende como economía política es un conjunto
caótico de estrategias técnicas que favorecen la coyuntura y los intereses a
corto plazo, pero que no visualizan el desarrollo a largo plazo y de modo
planificado.
3. 3. No
se cuenta hasta cierto punto con una real reforma educativa. El sector
educacional esta secuestrado a su vez por también mafias que lucran con los
talentos del país, y que han hecho del control de las organizaciones educativas
un negocio para acumular fuerzas para empresas que buscan el poder político.
Tanto el sector privado y público de la educación primaria y secundaria esta
capturado por inversiones menores de capital que no admiten la construcción y
regulación integral de la generación de conocimiento científico y social en
todo el territorio. El caos en la inserción de la reforma educativa, con
contenidos que no se ajustan a las realidades socioculturales, y con impactos
desiguales sobre la socialización de los menores hace que la confección de
significados tanto en la familia, como en otras áreas institucionales del
desarrollo psico-afectivo del menor haga del desarrollo del carácter una
experiencia desarraigada y asocial. Un ejemplo de ello, lo resulta la
incorporación en las últimas décadas del conocimiento intercultural en el
sector educativo. A pesar que se sabe que para ingresar a la educando en otras
materias de mayor innovación y de densidad teórica es necesario el desarrollo
de una formación que tome en cuenta los afectos y las emociones del menor en relación
a su cultura u sus herencias familiares, aún se educa en todo el país sin tomar
en cuenta los saberes que se heredan de familia a familia. Este desencuentro
hace que la educación desarraigue y que se pierdan los saberes tradicionales.
No basta con enseñar con ejemplos y pedagogías interculturales haca falta
conectar las emociones de los niños/as con la generación e invención de
tecnologías oriundas. Así, los lazos de su cultura no se disolverán, y se
expandirán hacia otras identidades sin perder un ápice su orgullo con la tierra
y las idiosincrasias culturales. Otro aspecto que no se niega requiere
regulación para aprovecharlo en la dación de una estructura profesional mas
calificada y exitosa, es la reforma de la educación superior. La ley que está en
vigencia pretende ordenar un mínimo la administración y el control
presupuestario público que se destina todos los años a la universidad pública,
y así de ese modo luchar contra las mafias ideologizadas o políticas que se han
servido de la universidad como espacio de adoctrinamiento y politización.
Aunque para nada esta ley garantiza la calidad en la enseñanza, y
posteriormente la creación de mayores caudales de conocimiento científico y
social, lo cierto es que impacta sobre los responsables políticos de la crisis
de las universidades públicas: el estamento de los profesores, una generación
que se niega a morir. A larga el Perú necesita una fuerte reforma del sector
educativo si es que desea contar con mano de obra calificada que desarrollo la
formación social.
4. 4. Un cuarto aspecto que veo como cuello de
botella, es la escasa preocupación que el Estado ha lanzado para reorganizar el
tejido social de las comunidades locales tanto vecindades como rurales. Por
ahora la reforma del tejido político se debate en relación al Estado; osea es
una reforma vertical, de arriba hacia abajo. En este sector, solo se ha sabido
de la mala aplicación del proceso de descentralización que empezó en el
gobierno de Toledo, como una manera de desconcentrar el poder del Estado, y así
combatir a la dictadura que se había enquistado en un Estado centralista.
Aunque la idea respondió a una necesidad política y jurídica, pronto este
des-concentración del poder y su división democrática se revelo como un error
estructural. Se pensó que la conformación de elites locales en relación al
manejo político crearían con el tiempo elites económicas y empoderarían
sociedades civiles locales capaces de orientar en buenas decisiones el
desarrollo de sus realidades locales. Con el tiempo en vez de descentralizar y
atacar el centralismo limeño, reprodujo lo mismos males centralistas de la
ciudad capital, siendo la realidad municipal y la de los gobiernos regionales
capturadas por elites recalcitrantes y poco administradoras que se sirvieron
del erario municipal. Esto ocasionó que por un interés de mantener en la
desafección cívica a los ciudadanos, campesinos y vecinos el poder distrital y
regional no buscara la reorganización democrática de las juntas vecinales, de
los comedores, de la red de los vasos de leche, y asociaciones de comerciantes
y productores. Estos por su lado y gracias
a la gestión comunitaria han sabido salir de la crisis económica, y
organizarse mínimamente, pero hoy son nuevos problemas lo que amenazan la vida
cotidiana de los ciudadanos: la delincuencia común y organizada, la negligencia
familiar en cuanto a niños/as abandonados, la violencia vecinal como familiar,
el machismo, que no permite el empoderamiento de la mujer, y la enquistación de
mafias que se sirven de los recursos vecinales como medios de vida. Hasta ahora
no se toma en cuenta que el poder vecinal y campesino de las comunidades
cuentan como grupos de interés directo con la última palabra en cuanto al
beneficio o dación de algún proyecto de desarrollo. En vez de ello, las áreas
no son desarrolladas y tanto la empresa como el poder local se desentienden de
su rol de responsabilidad social. Prefieren la división y la represión de estas
poblaciones cuando lo que se trata es de invertir socialmente para desarrollar
una región o sacar provecho de un ingente recurso natural que se halla cerca de
esas localidades. Y porque sostengo que es un cuello de botella
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