sábado, 18 de agosto de 2018

Una mente brillante… El Kinico.





En mi barrio de antaño siempre que pasaba hacia el paradero a chapar mi combi para ir a Lasalle en Breña, hallaba tirado a Reynaldo, un loco en harapos que olia  peor que un zorrillo. Mientras esperaba le preguntaba en son de burla, pues hacia un frio del carajo… “Oe Reynaldo no tienes frio, se te notan las bolas…jajajaja”--- Y el todo demente, con los ojos desorbitados, me decía, y me dejaba calladito: · El frio no existe, Aleluya!, toma pa tu pipos”- Y me daba una piedrecilla que sacaba de su bolsillo.

Otro día lo hallábamos hablándole a un poste, mientras gritaba gol sin que en plena refriega sucediera algo importante… Pero que pasa Reynaldo, no hay gol, va cero a cero--- ¿Quién metió el primer cero? Y se acercaba a nosotros chibolos curiosos, y nos decía, “saben que es lo mejor de estar loco?” – No, no para nada--- Que nunca se esta solo, ya déjame de joder Visir.

Una tarde mientras hacíamos cola para el vaso de leche ENCI, riquísimo!, el bien calato con su frazada tigre, toda mugrienta y endurecida, estaba al frente, y gritaba:  ¡^Pobres de mierda, En que barrio he venido a vivir, yo que tengo mi castillo en Bruselas!. Y sacaba no se como su bolsota de leche vigor, y su pan baguete, con jamón, y comía delante de nosotros, diciéndonos, “sino trabajan no van a ser nada en la vida” Y sus genitales se veían desde el frente, la comadres, y señoras se horrorizaban y se persignaban por el alma de aquel sabio loco.

Otro dia cuando estaba por la Parada con mi madrecita, rumbo a la tienda de mi padre, lo Vimos correr con un paquete bajo el brazo, y vociferaba a los cuatro costados:   “Sendero, me persigue, Sendero me persigue” Nadie le creía. Pero de la nada una cuadrilla de rojos con sus pasamontañas lo perseguían, y  disparaban tiros al aire, para frenarlo. El loco Reynaldo era tan rápido, que de ratero bien se hubiera ganado la vida. Entre esa multitud de puestos y covachas se extravio de la vista de esos insurgentes, que cada cierto tiempo no querían pagar su luz, y nos dejaban sin luz eléctrica a toda Lima.

Con el tiempo estaba tan loco, que ni el Larco Herrera lo soportaba. Sus sabias palabras recuperaban mejor que el locazepan, y lo botaron a la calle por Conspirador. 

Bueno no se como un buen día, ya cuando era adolescente, mi padre y este flaquito lo hallamos vendiendo pantalones en Huallaga, en un puesto. Ya no tenia esa melena hirsuta y apestosa, se había afeitado, y parecí gente con su camisa y pantalón de vendedor… Mi padre, que es bien cómico, le pregunto:  “Oe Reynaldo, ya no estas loco, quien te curo?”--- Ya no conviene estar loco,  hay mucha competencia. Y los tres nos reímos, pues el  pendejo algo de lucidez tenía
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No se como Reynaldo que ya era un joven de unos 25 años, se mudo a Locumba, cerca del Cementerio del Ángel, y siempre por las noches un auto mas o menos de lujo se estacionaba en su casa de adobe, y una mujer rauda entraba a visitarlo. 

Como todos son unos chismosos en Barrios Altos y todo se sabe tarde o temprano, ese loco  hacia cantar como soprano a la misteriosa dama, en medio de una música de John Travolta, que atraía la atención de los vecinos. Esa mujer venia por la noche, tapada con lo que parecía ser una mascada para rezar, y salía por las mañanas con sus lentes oscuros, con roche,  y embalada fugaba en su caña. 

Esto se repitió con sigilo por varios años, hasta que un dia los fans de Reynaldo le tocaron la puerta, y el todo calato, con su trusa de Popeye,  en medio de una humareda de tabaco,nos grito: “ Dejen descansar al cruzado, ya les hice justicia ¡pobres de mierda, Lacayos!. Y todos se carcajeaban, pues ya sabíamos la motivación de la Doña. El capitalismo no puede con la Naturaleza….Jajajajajajajaja




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