Amores fugaces
Mi historia con Mariana, mi amiga de base en la universidad es de atracción y desaprobación. Creo que jamás logro superar que abusara de su cuerpo y belleza y que ni una pizca de sentimentalidad apareciera en mi ser hacia ella. Cómo fuera, ella fue una gran amiga de doctrina y política que cayó en mis brazos y ante mis bajas inclinaciones, porque ambos estábamos solos y ebrios. Creo que, mientras recorrí su piel, deje una huella imborrable que jamás me perdono, pues lo efímero que sucedió entre nosotros fue regado como chisme por toda la base. Y sobre todo por ese grupito de raros que tanto daño le hizo a la promoción de sociología base 98.
A ella la conocí desde los orígenes en el año 98. Era bajita, morochita y con cara de niña. Se había echo amiga de un grupo de compañeras que todos los fines de semana líquidaba en los antros de Pando, muy cerca de la universidad. En esos tiempos estaba detrás de alessandra, una mujer fatal a la que perseguía, y de la cual se rumoreaba sandeces que no creía, pues quería ligarmela. Mariana estaba con esta mujer que siempre andaba vestida de negro, y hacia la cual sentía una gran atracción. Mariana bailaba muy bien en esos antros y pronto logré su amistad.
Luego por un tiempo cada quien hizo sus amigos. Y teníamos intereses distintos. Ella ingreso a la política a las filas de Juventud Popular y yo me entregué a la lirica y al estudio frondoso de filósofos y teoría política. Recuerdo que nos encontrábamos en los antros y bajo la música trans o alguna que otra salsita bailamos de lo más sano. Ella era toda una lideresa y andaba con un joven político que ingreso a la carcel poco después. Luego de esos encuentros nos saludábamos e hicimos nuestros amigos apartados.
Es con la toma del año 2000 que su liderazgo saldría a relucir. No solo se volvió embajadora de la toma en conexión con los actores políticos foráneos que nos pudieran proteger ante cualquier represión de la dictadura, sino que pronto en medio de la estafa de los martacos se apresuró a defender los intereses de los estudiantes y a combatir a los sacos y a todo aquel que se aprovecha de esta insurrección estudiantil.
Las divisiones internas y la solidez de los martacos hicieron que la democracia de las bases se desilusionaran de la toma, pues todo estaba manipulado desde fuera. Nos iban a entregar como carne de cañon ante una posible develación por parte de las fuerzas del orden. Aunque no sucedió así muchos elementos políticos que nacieron con la toma se dieron cuenta de los intereses del FER, y de los martacos. Situación que haría que un grupo original y reivindicativo de jóvenes ganará las elecciones para el consejo de facultad, y se les amargara la fiesta a un grupo de guerrilleros de papel como fue Construir.
Con el tiempo el poder que ganó la agrupación perdio el apoyo y perdieron popularidad y resistencia de actores radicales. Y todo lo que pensamos se quedó en la utopía. Ahí fue cuando ví quebrada y alterada a Mariana, sobre todo cuando su enamorado uno de los que lidero las contiendas en la toma y uno de los organizadores de este evento le saco la vuelta con otra chica. Mariana lloro en mi presencia y ante mis consuelos surgió algo entre nosotros.
No lo supimos hasta una chupeta, una noche en el parque cívico con un líder de juventud popular. Mientras el iba y venía para traer trago yo ebrio y con los sentidos alterados me arrojaba sobre Mariana y la recorría con mis labios mientras ella se estremecía y su corazón latia más rapido. La convencí para ir al telo. Cuando nos deshicimos de nuestro anfitrión tomamos una custer hasta la avenida la marina, y ella me dijo que no podía regresar a su casa tan tarde que la acompañará a dormir bajo mi vigilancia. Cuando ingresamos en el cuarto me arroje sobre ella. Le quite la ropa y la ropa interior y pronto ya estaba besando sus ricas tetitas y su sabrosa vagina. Ella no se contenía y me la chupaba. Por un buen rato estuvimos haciendo la sesenta y nueve. La penetre y ella soltó un alarido, era virgen, le aseste varias veces por la vagina y contra natura mientras ella me pedía más duro y con violencia que ella era mi perrita. Fue una suerte que a pesar de no tener condón no pasara nada. La penetre varias veces por hora y cada vez que eyaculaba lo hacía sobre su rostro mientras ese cuerpecito de niña se tambaleaba de euforia.
Cuando fueron las seis salimos del cuarto y desayunamos en la calle. La acompañe hasta las cercanías de su casa. Me busco con un beso pero no se lo di. En el bus me decía: que he hecho, pero era tarde esa chiquita ya había pasado por las armas. Cuando regrese al salón de la base 98 algunos de ese grupo de raros que eran los intimos de Mariana Cuchicheaban y un amigo de ella me miraba con reprobación. Los días pasaron y yo olvide el asunto pero no ella. Se atrevió a hablar de mis encantos y los maricones del salón me mandaban indirectas. Lo bueno es que el secreto a voces quedó en ese grupo y nadie más supo. O quizás nadie quiso meterse.
En otra ocasión los consejeros de facultad me invitaron al chifa y mientras comía Mariana me buscaba con sus pies. Solo atiné a calentarme y acariciar sus piernas. Cuando todos nos despedimos la volví a seducir y pronto ya estábamos el uno encima del otro revolcandonos llenos de lujuria. Está vez tenía preservativo así que le di duras asestadas en su culo y vagina, mientras ella respiraba. sedienta de .placer.Ella me arañaba la espalda y yo le mordia todo el cuerpo y en movimiento excitante de mi piel desfogue en su rostro. Nos bañamos juntos no son antes hacerla volar, y pronto ya estábamos en la calle abrazaditos.
Me aleje de Mariana. Estaba seguro que si lo quisiera ella accedería a mis bajas inclinaciones y lleváramos la fiesta en paz. Pero así no lo entendió ella. Desde esa época perdí su amistad y solo se que es un gran funcionaria en el Estado y ya es madre. Siempre le desee lo mejor a la chata, pues era muy astuta e inteligente.
Comentarios
Publicar un comentario