miércoles, 7 de agosto de 2024

La desunion de una familia

 



Hace unos meses conversaba con una vecina que es adulto mayor. Le decía que a pesar de tener 75 años se le veía muy conservada y fortalecida. Pues resulta que semanas después le detectaron cáncer en los ganglios. Como es propio se somete hasta ahora a una criminal quimioterapia y ahora último a una radioterapia.  A pesar que lo tomo al inicio con tranquilidad y salía a hacer sus actividades con normalidad y comía para estar fuerte el cáncer la ha ido consumiendo y se ha vuelto una enfermedad rebelde.


Sus dos hijos que radican en EEUU llegaron a ayudar a su madre y padre más anciano. Y aunque al principio se encargaban de los servicios y cocinaban y atendían a sus padres, pronto los compromisos de una vida hecha en EEUU se han interpuesto ante la urgencia de cuidar a la madre enferma que no mejora. Siempre en las madrugadas llega la ambulancia de ESSALUD a recogerla y llevarla al hospital a someterle a los procedimientos médicos pertinentes. El mal debe ser tan fuerte que lleva días sin presentar mejoría a pesar de la fortaleza que le pone, como lo demuestra en los mensajes de WhatsApp a sus vecinas y amigas entrañables. En varios de los mensajes dice" estoy cansada" a una de las vecinas.

Las cosas se han salido tanto del control de los hijos que deben regresar a trabajar a los EEUU y resolver sus compromisos impostergables que en una decisión cargada de mal agradecimiento y frialdad han depositado a su padre anciano en un casa de reposo de San Borja y se han regresado a su país de residencia, dejando a su suerte a la pobre madre enferma y envuelto en su desesperación y soledad senil al pobre padre.

El pobre anciano les dio educación profesional y una vida atinada en una casa en Surco, construida gracias al dinero que el padre abogado consiguió en sus múltiples trabajos en la selva y como alcalde de su tierra. No es cualquier hombre. Pues hasta de buena fuente se que el señor escribe y siempre ha tenido el sueño de publicar y ser reconocido. Cuando las vecinas lo han ido a visitar el reclama que quiere ver a su esposa, que el tiene su casa, que es una injusticia lo que le están haciendo. Que en los últimos momentos de su mujer el quiere estar a su lado y no postergado en un asilo.

Incluso mucho antes de ser llevado a esa prisión de soledad el pobre señor en su desesperación y descontrol se fue a pedirle ayuda a una  vecina dirigente con la cual en otros años defendían los intereses de la urbanización, pero los hijos lo interceptaron y el casi llorando fue arrestado y regañado por sus crueles hijos. Diss después sería internado sin su laptop y su ropa adecuada como si fuera un paquete viejo del cual hay que deshacerse. Ante la inevitabilidad de la vejez y la cercanía de la posible muerte debe sentir que sus hijos lo han traicionado y no lo quieren como a un padre.

Es un hecho que a los hijos tal tragedia les duele en el corazón, pues la aparición del cáncer desune familias y demuestra ante la adversidad como es realmente una persona. Y los hijos no están a la altura de honrar a sus padres. Esto debe ser la realidad de muchas familias, donde la enfermedad o la pelea por el dinero destruye el cariño y el afecto que existe entre parientes que han sido en el pasado unidos por el amor y la calidez de un hogar. Al hijo se le conoce en los días finales de sus padres.

Esta situación de separación debería ser como la que veo con un pariente enfermo de demencia senil. Un tío que siempre fue un hombre autosuficiente ahora es un anciano tullido que recibe a pesar de su inconsciencia todo el amor y cuidado de sus hijos y nietos. Que les cuesta a estos hijos que trabajan de lo que sea en EEUU emplear a una enfermera experta en geriatría y dejar a su padre en su hogar que el construyó con todo su esfuerzo? Pero no es demasiado pedir a estos tipejos que lo que desean es vender esa casa y comprarse un departamento en Miraflores con vista al mar. Es un hecho que cuando uno llega a anciano se vuelve una carga para los hijos, pero hay que demostrar fuerza y fe para que tu egoísmo no te desenmascara como un mal hombre o mujer. 

lunes, 5 de agosto de 2024

La enfermedad del capitalismo

 



Es un hecho a no dudar que la vida en este sistema es ingrato e injusto. Que el capitalismo es salvaje, abusivo y explotador. Que la realidad en la que vivimos es oscura, absurda y autodestructiva. Hay desempleo rampante a todo nivel, pobreza estructural, enfermedades  y epidemias, contaminación y guerras fratricida. Hay la sensación que el mundo no tiene sentido, y que en el momento inesperado podemos perder todo lo que tenemos. Hoy la naturaleza se descontrola, y las ciudades se vuelven medios donde cunde el accidente y la criminalidad. Así vivamos con todas las entrañas, la vida es corta y lo que llega es la muerte.


Por eso, el capitalismo que es la ontológia que determina desde la economía y desde el trabajo la existencia de los hombres, es una forma de relación social vertical y deshumanizante que ya nadie soporta, pero que a la vez es imposible superar desde la inmanencia de las multitudes. Hay, odio, resentimiento y descontento generalizado y esa es la razón de que nadie aguante más. No sólo hay injusticia con el capitalismo, sino que además fomenta la demencia y la perversidad más oscura y violenta. El mal es un hecho o accidente que hace del hombre un ser despreciable, y asqueroso. Es un corolario o efecto secundario del capitalismo que este distorsiona la mente y destruye vínculos de sociabilidad. Que el mal más oscuro de la vida es ser una persona que soporta hasta la locura la inmoralidad de la vida y sociedad. Y que a veces, no, muchas veces produce personas que no quieren ya vivir en el sistema y que solo lo parásitan o solo lo quieren destruir.

Hoy este gran descontento con la realidad no es más signo de tristeza o desconsuelo, sino de pereza o inacción. Ser libre es decidir no hacer nada con tu vida y negarte a darle un sentido tu mismo a la vida,  con tus actividades incorregibles o irresponsabilidades. El hombre pulsional o el hombre sin esfuerzo es la base social de la enfermedad del capitalismo: el comunismo. Y esta falsa alternativa sigue viva y capturando conciencias por el gran desamor y dolor que el sistema capitalista provoca en las personas. Se es comunista porque el mundo es difícil y porque es a la vez ingrato y destructivo. Los comunistas han tomado la decisión de atragantarse con ilusiones y doctrinas de odio y radicalismo porque así le dan sentido a su vida sin tener que mezclarse con la sociedad a la que llaman burguesa y que tanto odian. Pero tal camino es la vez el escenario de los que justifican sus más terribles complejos. Son personas que no buscan ennoblecerse y autosuperarse, son personas que no se conocen así mismos y culpan a los otros y a la burguesía de sus avatares y desilusiones.

Por esa razón el esclavo, aquel que no le busca un sentido a su vida y  no se esfuerza por sonreirle es un problema para el sistema. Nadie quiere darse cuenta que a pesar de la dominación y adormecimiento el hombre es portador de la suficiente plasticidad y resiliencia para sacarle agua a las piedras. Que a pesar que para nadie la vida es un paraíso la sociedad sigue avanzando gracias a que la inteligencia se anuda con la persistencia y la fortaleza. La sociedad capitalista sólo premia al que lucha y sigue avanzando, al que tiene una vida activa y crea valor y propiedad. Negarse a vivir y buscar justicia sin medir las consecuencias es ser una amenaza a sí mismo y a la vida del prójimo, al que se llama individuo; como si serlo fuera un engaño o una ofensa al que piensa que se puede liberarse de la realidad de la matriz. La única realidad que cuenta es lo que haces con tu libertad, pues sólo estamos de paso. Uno es perfectamente capaz de hacer su vida un infierno o un cielo.

Pero en sí necesitamos escapar al mundo del capital y del dinero, pero no por programas y propagandas que son el camino seguro al infierno y a la miseria generalizada. Lo único real es la iniciativa privada y como la relaciones con las demás personas. Las configuraciones sociales que articulemos serán nuestro mundo inminente el que importa en realidad. El mundo objetivo y del trabajo está ahí asimilando nuestra energía y calidad. Puede parecernos algo que nos ata y explota, pero de algo hay que comer. Necesitamos valor para armarnos una vida normal, honesta y feliz. Quien halle con que financiarse un mundo de la vida, proteger una vida cotidiana es lo suficiente valiente para generar sentido para el y para los demás. Nos hacemos complicada la realidad, porque nuestros lazos rotos y el no aceptar por inmadurez el sistema capitalista nos agravan una vida que tomamos como un problema indescifrable. Cada persona si es madura debe asumir la suficiente responsabilidad social e individual para reclamar derechos. En sí hay que aprender que somos libres para edificar el mundo que queremos para nosotros en base a nuestros esfuerzo y pensamiento. 

Pero el hombre, como diría Erich Fromm, le tiene miedo a su libertad, no sabe que hacer con ella, y muchas veces la pierde por utopías donde desea el paraíso y lo que legítima es la locura política. El hombre del comunismo es doblemente esclavo. Ha repudiado su individualidad y a la vez es un dependiente existencial de un Estado que se enriquece de su miseria y estupidez. No quiere conocerse, es adicto a sus necesidades y pulsiones. No quiere renunciar a sus adicciones e ilusiones de esclavo. Termina mal, sin autodominio y con la conciencia de que perdió el tiempo con su vida. Por eso se entrega a la violencia y a la destrucción. Porque desconoce olímpicamente las reglas sociales de la realidad y al no aceptarla solo quiere ver arder el mundo como sosiego a su gran rabia y locura.

Mientras exista esta vida reaccionaria, este no a mi propia vida, el capitalismo seguirá siendo más salvaje y difícil de domesticar. Este hombre reaccionario del comunismo reforzará el control de la tecnología sobre la subjetividad, y nos entregará una vida cada vez más averiada y descompuesta.  Me pregunto, que le estamos dando a las siguientes generaciones? Con qué derecho arruinamos el ambiente de crianza y desarrollo a los que llegan? Es un brutal egoísmo no valerse por si mismo y querer controlar el genio y la inventiva.  Mientras subsista el desmoronamiento del mundo moderno y de la razón, estas narrativas comunistas y fascistas seguirán siendo la amenaza a un mundo o sistema de cosas nuevo. Sino nos deshacemos de estas amenazas con ls polémica y la guerra cultural no bastará con preocuparse en uno mismo y crecer, sino intervenir y no dejar que nos roben a nuestras naciones y el futuro de nuestros hijos. A luchar contra la realidad para ponerla a nuestro servicio. Día con día hay que obligar a la vida a que tenga sentido y reír. No dejemos que nuestros demonios nos arrebaten la libertad. 

lunes, 29 de julio de 2024

Poder y economia.

 



La construcción del poder político en el Perú bloquea el normal desarrollo de las actividades económicas de la sociedad civil. Aunque a pesar de los desaciertos y escándalos del poder político la economía peruana en cuento a microempresarios y demanda interna sigue floreciendo con resiliencia y vigor, lo cierto es que la actual dirección criminal del poder politico desincentiva las actividades privadas y el normal concurso de las finanzas privadas. Pues el Estado que está bajo su poder no asegura el ciclo de vida de la economía y su acumulación, porque la política amenaza con sus leyes y apoyo político que florezca una economía criminal e ilegal que amenaza la estructuración institucional de la propiedad privada.


No existe solo este bloqueo institucional de la política. Sino que además el poder político construye sus tentáculos en la legislación y con sus clientelas en el Estado toda una coraza de procedimientos y mafias públicas que intenta apoderarse criminalmente de las ventajas económicas de la producción nacional. A los políticos les conviene que la economía no siga cauces institucionales y de prosperidad, sino que la economía persista en la debacle y la informalidad. Ahora la clase política no busca el bien común, sino que busca el atraso y la rémora de la economía.

Pues en el desastre y la miseria sus negocios mercantilistas y criminales florecen y se apoderan de la sociedad. A ellos les interesa que la sociedad caiga en la  desmoralización y en la ilegalidad, pues así no tienen oposiciones institucionales a su legado criminal y político. Hoy la política en el Perú es sinónimo de negocio y delito.

Así como a la extrema derecha y a los empresarios mercantilistas que los respaldan les conviene que la sociedad se desmantele y nada florezca, es sobre todo al último desarrollo de la izquierda caviar y de radicales con la formación del chavismo a la que más les conviene la declinación y miedos de la sociedad y del Estado a los que llaman mundo burgués.

Ya no es sólo robar al Estado lo que se persigue, sino capturar permanentemente el poder político para generar una suerte de oligarquía comunista donde prevalecerán poderes oscuros como el narcotrafico, la minería informal y el terrorismo. Aunque existan elementos politicos que nos dicen que la izquierda es sinónimo de justicia y solidaridad, este voluntarismo democrático esta siendo eclipsado por una marea de demagogos del discurso de la pobreza que buscan apoderarse de la producción nacional. No hacen política para hacer prosperar a la nación sino para volver a la sociedad una suerte de poblaciones dependientes del Esrado y de su caridad.

En estos últimos años la mala derecha mercantilista como es el fujimorismo, APP, Avanza País y casi todos los sectores que están instalados en el congreso de la república, coquetean peligrosamente con la izquierda radical en la conducción de la legislación congresal.  Saben que la izquierda busca la dictadura y la destrucción de la sociedad peruana, pero no les importa esta amenaza, pues a ellos también les conviene una sociedad llena de ignorantes, empobrecidos y apáticos.

Mientras subsista una cultura política que no gobierna para la sociedad en realidad, siempre el comunismo será una realidad y una pesadilla. Tal vez la fuerza de los extremos se deba a que la sociedad peruana es profundamente conservadora, y no exista una comunidad de liberales que hagan prevalecer la moral cívica en la conducción del Estado. Es la falta de auténticos liberales en la cultura peruana lo que facilita la destrucción de la democracia peruana, y de que no se entienda que la actividad privada de la economía y las libertades civiles, deben defenderse de cualquier injerencia mercantilista y delictiva. No tenemos una fuette cultura cívica democrática porque nuestro tejido social es profundamente autoritario.

La principal razón de que estemos capturados por una casta política que desea destruir la economía privada y que busca instalar una economía criminal es que el peruano no cuenta con una cultura integrada. A pesar de que nuestra principal potencial es la diversidad cultural, lo cierto es que la dificultad de la geografía y los diferentes matices de la nación bloquean la decían de una conciencia colectiva promedio. Ni el sistema educativo ni la academia ni los medios de información buscan difundir valores comunes. Ha sido sin embargo, la bonanza del mercado la que ha generado conexiones culturales y la que ha hecho posible el resurgimiento de las culturas y festividades patronales. Pero como dije es el mal duagnostico, y la mezquindad de nuestra cultura la que facilita que estemos capturados por una casta política corrupta y sinvergüenza.

A pesar de que la casta política avanza indetenible en su propósito de destruir a la sociedad peruana, existe una fuerte ética del trabajo, y una cultura microempresarial, en el entramado cultural que habla de la resistencia de una digna subjetividad que solo quiere vivir y experimentar que es la felicidad y el amor común. Es de parte de esta cultura noble que solo persigue calidad de vida de donde deben emerger liderazgos civiles y políticos que busquen la moralizacion y la democratizacion de nuestra cultura. Son estos líderes quienes deben enfrentarse a esta suerte de cultura criolla que a lo único que ha conducido es a más miseria y resentimiento. Es necesario la derrota de estos insectos y ladrones para que todo el potencial de esta subjetividad nacional se haga del control del Estado y establezca el buen gobierno y el progreso. 

sábado, 27 de julio de 2024

Etnicidad y cultura autoritaria

 




Tenemos democracia pero carecemos de una cultura democrática para afianzarla. La violencia, la falta de formas y modales, la vulgaridad y la delincuencia son rasgos de una cultura autoritaria que atraviesa a toda la sociedad peruana. Pero este rasgo autoritario es la reacción de las conciencias a una vida que es ingrata y salvaje. Nadie en su sano juicio quiere darle legitimidad a una sarta de políticos que lo único que hacen es hacernos denostar de la democracia. Nadie quiere arriesgar lo poco que la realidad nos da como parte de nuestro esfuerzo y sacrificio.

Aprovechándose del descontento e inmoralidad de la sociedad peruana se levantan personalidades y culturas subterráneas que no desean esforzarse, que han nacido cansados y hartos de la vida. Aquellos que justifican su atraso y vuelven su profesión de vida que aunque trabajamos y demos valor a la democracia siempre seremos pobres y esclavos. Es ahí donde la cultura autoritaria de nuestro tejido social halla el discurso de sentido político para explicarse el porqué de su fracaso e infelicidad. Y dan su vida su arenga y  creencia a un discurso de la pobreza que encumbra trúhanes y políticos criminales.

Nuestro autoritarismo no es sólo la respuesta fuerte de la ley para reacomodar las instituciones democráticas y estas salgan ilesas y funcionales. Sino que además es un ethos, una intersubjetividad  construida históricamente y que se alimenta de la falta de valores y el odio generalizado. Es una cultura que se ha profundizado en la persona y en su lenguaje y que sin dificultad promueve la violencia intrafamiliar, la delincuencia y la trasgresión a todo nivel.

Se supone que la democracia como cimiento para la mejora de las condiciones de vida debería hacer retroceder a esta personalidad autoritaria y antagonista, pero no lo hace porque solo exporta el lado individualista racional de la persona para hacerse de una vida, y no se preocupa por el lado del sistema educativo que forma una razón sustantiva y participativa, con valores cívicos. Esto último no existe, por la responsabilidad infausto de los creadores o diseñadores del sistema educativo. Hay un profundo desconocimiento de lo que es la peruanidad y por eso la cultura no esta armada de ese amor a la nación. Existe un sentimiento leve, pero no un respeto a todo lo que significa la vida nacional.

Es el consumo y la cultura de la mass media la que deshace los motivos civilizados y culturales que la educación podría dar. Pero es también el cinismo de la personalidad autoritaria que ya no quieren hacerse responsables de ningún compromiso. Y tampoco, como es comprensible, de lo que le pase al prójimo. Es más el cinismo otorga una vida a todo aquel personaje que transgrede las leyes y normas del Estado. Y es casi como un placer ser violento y autoritario. Por eso no sólo el descontento de quienes sudan la gota gorda por predominar de modo honrado, sino el divorcio de cada vez más sectores de la sociedad hacia la barbarie y la vulgaridad. La persona se siente desfallecida por eso su reacción es violenta e impositiva. Casi nadie deja de anomizar la realidad social porque se ha racionalizado como un lenguaje social para obtener posición y medios mercantiles de vida.

Estamos comentando el perfil de una cultura urbana casi  criolla diría que se disuelve en las ciudades democráticas, se supone. Pero esta también presente como un registro cultural que se imbrica en el entramado social la presencia de la etnicidad. Ahora la persona no sólo soporta la soledad a la que el sistema de trabajo nos condena, sino que grandes porciones de la población reclaman respeto a sus diferencias etnico- culturales, y a veces el reconocimiento es tanto que los demás componentes de la educación racional y colectiva quedan en entredicho cuando la discriminación y el rechazo cultural de las ciudades no permiten la integración cultural. No sólo a la democracia le importa como mero formalismo la integración de ka nación pues no sabe como hacerlo. Sino que además las múltiples culturas no desean ser parte de la nación y sus deberes, aunque si reclaman con voz autoritaria sus derechos. He ahí donde también sin educación el pluriculturalismo es solo búsqueda de las necesidades más básicos y no una búsqueda de racionalización.

Hay como un apartamiento reciproco que a lo único que conduce es a una involución social y económica de las naciones culturales y se troca en descontento y resentimiento. El Estado abandona porque sus políticos e intelectuales no saben como integrar conservando sus culturas, ni tampoco se visualiza una evolución positiva de las culturas étnicas, lo que se traduce en pobreza y desmodernizacion. Cuándo algo estalla los incendiarios aparecen para empeorar la atrofia cultural y oponernos a la globalización  de la economía

Y hay un componente que empeora la ausencia de una real articulación de nuestras culturas. Que aunque hay una fuerte ética del trabajo que mejora la cálidas de la vida de quien la lucha, subsiste soterradamente un trauma histórico sexual que ha  condicionado la construcción de la cultura autoritaria, donde la represión y el odio por no ser aceptado en sus ilusiones conduce a la locura como a la barbarie. Aunque en estos últimos tiempos el poder del dinero compra afectos y cuerpos, siempre existe la sospecha de que una mentalidad acomplejada nos puede quitar el motivo de nuestros desvelos y romances. Es este rasgo psicosexual de la cultura autoritaria la que en mi opinión no deja barrer con el racismo tanto de piel como étnico. Nuestro problema no es sólo un criollo que transgrede para prevalecer, sino de una ciudadanía étnica que transgrede para ser reconocido. Aunque este reconocimiento el lo entienda como búsqueda y conservación de su etnicidad, la verdad es que en última instancia la forma de felicidad y actividad es individual.

Creo que el desarrollo de la economía y del sistema educativo a su modo rompen los entramados del autoritarismo y el racismo. Pero aun faltaba mucho para generar una personalidad que no sólo se reconozca en su cultura sino que además no escape al desarrollo de sus capacidades individuales . La etnicidad es la base, la individualidad sin desvincularse de la cultura es de la realización. Nadie puede escapar a la idea y hecho que la vida es un experimento  solitario y social donde lo que se acumule implica felicidad como fracaso. Nuestra cultura peruana es rica en matices, pero aun no halla un propósito más allá del individuo. Nos falta soñar como nación y eso es algo que nos mantiene desarticulado a pesar de nuestros logros económicos. Hoy existe la necesidad de que el poder desarrolle una política educativa y social donde a través del mercado se de valor a la riqueza de nuestra diversidad y además se potencie a una persona que no tenga límites.  Hay que recordar que no todo es necesidad y materia sino además búsqueda espiritual. Y eso es algo de lo que estamos lejos y que solo pocos empiezan a husmear.

jueves, 25 de julio de 2024

Dulce venganza




Cuando deje de verla fue porque mi espíritu ingreso en la oscuridad. Nunca me dejó de interesar, pero ella tenía sus propios intereses, sus propia oscuridad y me desagrado por completo. Me empecé a interesar por una compañera de universidad y ella se puso celosa. No podía evitarlo; toda la pasión que le tenía se vino a bajo cuando me enteré que era una escopeta de dos cañones. Que servía al poder y a la vez me sonreía aún con cierto interés.


Cuando la deje parada en el tercer piso con la palabra en la boca, ella nunca más quizo saber de mi. Solo supe que José mi compañero de salón estaba detrás de ella. Y que aunque habíamos prometido bajo pacto de sangre que jamás nos partiriamos a ninguna mujer el uno al otro, el se sintió tentada a humillar esa inteligencia de mujer en la sordidez de una cama. No lo quise reconocer,y cuando me enteré me aleje de esa mal amigo que solo buscaba saciar sus propias inclinaciones, sin importarle que yo me había salido del camino con una anterior enamorada que el tuvo. Supe por boca de una amiga de ella que a la genia le desagradaba totalmente mi causita, y mi corazón aun atribulado pot ella descanso en paz.

Nunca tuve más valor para acercarme a ella. Tal vez palabras que nunca debí dejar salir de mi boca llegaron a sus oídos. Mi rabia por su conducta solicita ante el poder, y el cariño que aún le tenia me estrangulada la conciencia y el corazón. Pero todo se acabó cuando una noche enteré borracheras de amigos, uno de ellos había testimoniado ver con otros que el decano se la había chifado a la genia, y que todo había resultado un escándalo para los estudiantes. Esto ya había pasado muchos años después que la dejara, pero siempre en mis sentimientos la recordaba como esa mujer que le quito las cadenas a mi mente con su calor de mujer. Cuando fui profesor de la Richi jamas me la cruce. Era como si el destino conspirara para que no volviera a verla. Solo se que hoy es una terapeuta reconocida y que esos largos cabellos castaños que tanto me gustaron son hebras canas y plomizas. Ha cambiado mucho me dicen.

Pero como dije el desquite era necesario. José no se la esperaba. Pero su ex enamorada Rafaela lo había terminada porque le había sido infiel muchas veces y porque se había templado de un estudiante de la Católica. José sufría mucho a pesar de que se lo merecía. Pero era tarde para recapacitar. Ella se Lucía de lo más campante con su enamorado en la facultad, pero lo hacía por venganza, por una dulce venganza.

Resulta que ella era también amiga mía  una bonita y refinada mujer. Nos caianos como amigos pues habíamos pasado muchas aventuras y juergas con José, y Rafaela me veía como a un hermanito muy culto. Resultó que un día la vi en el centro engujandose las lágrimas. Me vio y corrió a abrazarse de mi. Resulta que su actual enamorado le había sido infiel y ella se sentía destrozada, y en ese momento yo era el mejor amigo en quien reposar su afecto.

Decidimos tomarnos unos rones. Así de chabacana era Rafaela, chevere como hermosa. Y empezo en sus sonrisas y gestos un relativo interés hacia mi. Claro yo para esas cosas siempre he sido un quedado. Y ella me lo hizo ver aquella noche fría de Julio, burlándose de mi inocencia pero diciéndome claramente y sin tapujos que le hubiera gustado tener sexo de venganza conmigo. Me lo dijo tan literal que mi respuesta fue " hubiera? tal vez podría ser". La tome del brazo y nos precipitamos a la calle ebrios y también hambrientos de comernos. Llegamos a un hotel y al desvestirse me dijo que esperaba fuera un rico revolcon el que nos daríamos. Y así fue. Ella era delgada pero muy caliente. Sentí su perfume y sus respiro como quien ingresa en una selva de delicias. Yo sentí que cometía un delito en contra de mi amigo. Pero a la vez era rico saber el sabor de la venganza. Rafael era voraz en la cama y una hora me tenía seco y jadeando de amor. Todo el recinto olía a su perfume tan envolvente que no pide soportarlo y me causó estornudos. Ella solo se río, y enseguida se vistió y se esfumó de la habitación. Había cumplido su venganza y no me quería para más. Me quedé estupefacto una hora desnudo, me vestí y salí de ahí.

En los días siguientes me sentía con un fuerte remordimiento. No podía verle la cara a José. Y el parecía darse cuenta  de mi fastidio y me preguntaba que me pasaba. Nada , le decía sufro de insomnios porque no tengo dinero y no hay buenas prácticas pre profesionales. Ah bueno será eso, sigamos trabajando. Nada se supo hasta que una tarde en la Ong que trabajábamos Rafaela se presentó y para dañar lo le dijo que había tenido sexo conmigo. De inmediato fue contra mi y después de sacarnos la mugre, con sangre incluida, vimos a Rafaela disfrutar tanto el evento que gritaba "!matense, matense!". José y yo nos dimos cuenta de su proceder entonces la cargamos y la arrojamos a la fuente del jardín que orlaba aquel caserón.  Ella gritaba y nos insultaba pero era por las puras, nuestra risa era generalizada y salimos por ahí por unas chelas. José y yo seguiríamos con nuestras aventuras. Aunque ahora no sé nada de él. Todos maduramos y la vida separa a los mejores amigos. 

miércoles, 24 de julio de 2024

Un alma en pena.

 



Era un alma que buscaba a gritos un espacio. Una mujercita seca de cuerpo y algo mayor que se había divorciado hace algún tiempo por la infidelidad de su marido un subalterno de la policía. Lograron construir una casa en una asociación de policías, y al poco tiempo el hombre quiso un hijo que ella no pudo darle. Resulta que un día el hombre se cansó de la esterilidad de su mujer y le sacó la vuelta con la empleada de la casa. Con la que hasta ahora esta.

 

 

Ese engaño y el hecho que no tenía familiares en Lima, la sumieron en una profunda soledad y desesperanza. Mayor y sin saber cómo defenderse en la vida, solo contaba con la pensión que le obligó a su ex nacido pagarle. Le dijo que mientras ella estaba viva esa casa solo sería para ella y no para su mujer e hijos. Se puso fuerte pero le dolía en el alma no poder tener hijos y el no gustarle a otro hombre. Su soledad se incrementaba porque tuvo que tragarse el dolor del engaño y la sensación implícita que era una mujer que había fracasado y no servía para nada.

 

Pronto el tiempo sanaron las heridas, aunque no siempre faltaban los abusos económicos del ex marido. Pero en líneas generales la Señora Doris intento sobre ponerse y ver lo que la vida le tenía deparada. Se hizo amiga de muchas vecinas e ingreso en la política vecinal y municipal. Era asidua concurrente de los claustros municipales en Surco, y de alguna manera con su honradez y su conocimiento de leyes empezó a forjarse un futuro de líder político. Era muy justa y honesta y aunque pudo ser sobornado para que no persiguieron la corrupción en el distrito ella era honrada e intachable.  Junto con otras vecinas de su asociación se peleaba por obras y mejoras al ornato público.

 

Pero a pesar de todas esas amistades, eran solo amigos políticos, pero no amigos de carne y hueso. Logró a pesar de ella hacerse íntima de 4 vecinas con las que salía al mercado o paseaban a ka hora de comprar el pan. Pero ella quería más. No había día que no intentará escurrirse en el almuerzo de una amiga o tomar loncha con alguna conocida. Se sentía sola y con depresión. Necesitaba calor humano y con quien hablar de sus vacíos y dolores internos. No había un compañero con quien reír y amar de un modo ya más calmado y protocolar. No había día que no saliera a la calle a escapar de los recuerdos y de la soledad. Pero era infructuoso un hondo pesar se iba agigantando en su corazón y una desesperación y estrés se apoderaba de sí mente y pensamientos. Algunas amigas la acompañaban, pero no le ofrecían la intimidad que ella deseaba para aplacar sus nervios y emociones encontradas. Lo único que le quedaba era ahogarse en el silencio de su casa cada noche e intentar dormir aún rara vez lograba conciliar el sueño.

 

De tanta tristeza e insignificancia en su vida su estado de ánimo le venía costando problemas de salud. Al principio eran sólo achaques y temporales dolencias hasta que un día le detectaron una displacia en el útero. Ella no le dio importancia, pero si era consciente que su desánimo y baja autoestima le habían traído esta mala fortuna. Recurrió a métodos naturistas y si bien no abandonaba sus controles médicos empezó a irse mejor. Y esto ella lo confiaba a sus vecinas. Pero eran solo ligeras mejorías.

 

Un día su esposo le reclamo una parte de la casa y como ella no cedió el insulto y se lo aguanto todito. Ese coleron enervaron su padecimiento médico y al siguiente control le dijeron que tenían que vaciarle el útero. Ella compungido terminó en el hospital y se le aplicó la cirugía respectiva. Sus mejores amigas y gente que la destacaba como una buena vecina fueron a visitarle y dejarle regalos y presentes. Se recupero y esa sensación de triunfo la hicieron más fuerte.

 

Aunque era una sobreviviente de una fuerte enfermedad pronto al llegar a la hondura de su hogar la pena la sobrecogió de nuevo. Un buen día fue donde el psicólogo y trataba de sobreponerse y quererse a sí misma, pero era tarde la sensación de una fuerte insignificancia la devoraban por dentro. Hasta que un día el cáncer regreso. Ella no lo pudo resistir y se asustó sobremanera. Lloro amargamente y era como si Dios ya no tuviera nada para ella en este plano. Un día de emergencia la llevaron al Rebagliati y se apresuraron sus mejores amigas y conocidos. Ella estaba sedada y con fuertes analgésicos. La enfermedad ta era terminal. No podía hablar y parecía estar inconsciente, ni saber lo que pasaba.

 

Una noche solitaria de marzo su corazón, su pobre corazón no pudo resistir y abandono este plano sin haber dejado hijos o un legado. Sus amigos la velaron y la enterraron. Llegaron sus familiares de provincia y hasta el ex marido estuvo en el entierro. Dosis era una buena mujer, pero producto de lo injusta que es la vida y su ingratitud partió sin haber acariciado la felicidad. Su esposo un buen día vino con su mujer e hijos y se apodero de la casa que era de la señora Dora. Fue como si su alma no hubiera existido para él ni para nadie. A veces te dicen que la soledad es necesaria para construirte un mundo propio, pero a veces no es cierto cuando la vulnerabilidad y la sensibilidad de un alma no está preparada para luchar en este mundo tan salvaje y sin sentido.

martes, 23 de julio de 2024

"Caracas, Caracas..."

 




Una noche estuve tan molesto con un maestro shipibo porque me dejó fuera de una ceremonia de ayahuasca, por irse a la selva a atender a un enfermo muy grave que le habían encomendado. Había estado ansioso y a la vez animado por tomar por segunda vez este brebaje, y al no hallarlo en su casa de Cantagallo me fastidio todo el sueño que tenia de liberarme de mis demonios. Había estado unas horas antes en la plaza de Armas de Lima, esperando a un amigo que se quizo a collerar, y tal vez el también tomar. Pero el tampoco asistió al encuentro. Bueno, cuando ya no me quedaba más que regresarme a mi casa a llorar, decidí ir de cazeria, y volver a la plaza de Armas.


Al regresar la noche era fría pero animada. La arquitectura colonial y las luces de muchos lugares le daban un sello místico al cercado de Lima. En todas las bancas y en el mismo graso muchas familias y jóvenes disfrutaban de la plaza, conversando o tal vez comiendo un postre limeño. Mientras esperaba en mi banca que algo travieso ocurriera se me acerco un caramalero a ofrecer sus productos y a quejarse que un tuco más allá en otra banca lo había arrochado. Lo comprendí al pobre y mientras le daba una propina por sus caramelos le dije que se bañara y vendiera sus caramelos con mayor higiene. El algo inquieto por el consejo solo atino a darme las gracias y acercarse a otras bandas y ofrecer sus caramelos.

Es curioso pero se acercó a una de las bancas donde descansaban dos chiquillas que antes ya les había tirado lente. Eran muy jóvenes y de buena figura. Mientras las veía no me daban sajiro y me sentía limitado, pues ni un guiño de sus ojos se acercaban a mi atenta mirada. En una de esas la mirada de una que parecía la mayor me miró, pero lo hizo con una indiferencia que mi orgullo lo atravesó de dolor y pena. Me dije: ya habré perdido el toque estaré muy viejo. Pero no era así. Sentí que se reían de mi, y justo cuando me animaba a presentarme ante ellas se acercaron dos tiburones a los que ellas esperaban y se las llevaron de ahí. Eso era tenían compañía esa noche, por eso no me hacían caso, me dije para mis adentros.

Cuando todo parecía que sería una noche aburrida no se como del fulgor de las multitudes surgieron dos sirenas. Se sentaron en una de las bancas más lejanas de la mia, pero pude percibir que no sólo eran dueñas de unos cuerpazos, sino que eran una mujeres muy guapas de rostro. Al parecer no eran peruanas, pues no todos los días se ven esos ángeles bajar a la tierra, entonces mi corazón empezó a latir más rápido cuando una de ellas se encontró con mis miradas y flecho mi corazón. No se como me las arreglaría para acercarme a donde esos manjares.

Se me ocurrió hacerme pasar por un borracho y con el paso destartalado y sin equilibrio me fui acercando a ellas que cotorreaban sin darse cuenta de mi. Cuando estuve a un metro de ellas me arroje al suelo y con la voz más desfachatada posible les dije: " De allá señoritas me han dicho que soy la persona más fea de esta noche. Ustedes creen que soy feo, pues si de vuesa merced sale tal dureza entonces me dará un ataque cardíaco y moriré al pie de semejantes angeles" Ellas atinaron a reírse y me dijeron que si estoy feo, pero gracioso. Entonces me senté en medio de ellas y empecé a recitar los versos más halagüeños que se me ocurrieron y pude ver que sus ojos brillaban por los halagos y los piropos precipitados. Empecé a hacerme el ciego y a jugar que toqueteaba sus cuerpos, y decia: " estos no son de verdad, necesito más pruebas" Y ellas como les gustaban jugar con la travesura acercaban sus cuerpos al mio, y la verdad del frío que había yo ardía de placer.

Luego de tanto jugueteo, me propusieron que nos fuéramos a una discoteca en Miraflores. Yo accedí, pero no tenía muchas fichas. Así que llegamos a una discoteca de las calle de las pizzas luego de haber estado jugando a las chapados en la custer y nos pusimos a bailar música trans. Yo no tenía que moverme mucho, el espectáculo lo hacían estas dos chamas espectaculares. Sus cuerpos con la estridencia eran un mazazo de lujuria, y todo un bastidor en movimiento. No tuvo que pasar mucho tiempo para sentirme caliente con todo lo que me hacían sentir. Y les propuse seguirla con rones en un hotel. Pero ellas en su desbandada me pidieron que les comprara crack o fentanilo en la plaza Kennedy. Yo que estaba más movido que pollo a la brasa fui tras esas drogas y logre adquirir el crack en bolsitas blancas. Me gaste 700 soles de golpe. Pero valió la pena,  ellas de inmediato me propusieron seguirla en un hotel cercano.

Cuando estuvimos ahí combinaron los tragos con los cristalitos de la droga y embalados los tres ingerimos ese veneno destroza cerebros. Sentí de inmediato un jaqueca y unos mareos tan intensos que de la nada me puse a temblar. Pero a mis chicas el efecto del crack era de una euforia tal que se sacaban la ropa, como si un ardoroso calor las invadiera. Nos reíamos de cualquier tontería y nos hacíamos pogeo al son de un ritmo trans estridente que me destruía los nervios. No sé cómo de estar casi privado ellas empezaron a desnudarme y a tentarne a que las tocara. Yo estaba duro y vulnerable, pero al verlas desnudas y unas sirenas no tuve más impulso que embriagarme en su cuerpo y sentir su placer de hembras. Todo lo que sentí fue una épica surrealista de cuerpos. Era máquinal y a la vez sádico. Podía oír los rumores de aquellos cuerpos ardientes, y su calor interno, pero no podía sentir el placer de un modo cálido, sino con una frialdad y una violencia que era rara para mí mente en aquel momento. Ellas solo reían y me devoraban. Yo solo me dejaba llevar y veía como impresionado todas las locuras que salían de aquellos extraordinarias bellezas.

De pronto, un sonido fuerte sonó en la puerta. Era el muchacho de la administración que nos gritaba que había redada en el hotel. Según supe luego iban detrás de unos micro comercializadores de drogas y pensaban que era yo el hombre que las vendía. El muchacho de pura buena gente me aviso y con lo poco que pude escuchar me vestí lo mejor me pude, me eche agua a la cara y salí casi desnudo de esa enredadera. No se como me deslice por el techo, y un poste y logre tomar un taxi. No me importo para nada aquellas chicas. De seguro estaban drogadas y pronto inconscientes. Yo en mi perplejidad trataba de ponerme fuerte y no dormirme. Cuando veía por la ventana, ya había amanecido. Llegue a casa, y como ya no tenía dinero le di mi esclava de oro que tenia en mi muñeca izquierda. Y lo siguiente que recuerdo fue un insulto del taxista.

Llame a la puerta de casa. Enseguida me abrieron y como iba descompuesto me sacaron al fresco en donde había estado?. Yo en mi inconsciencia me apreturas contra mi madre molesta y me puse a llorar, diciendo: " no quiero más esto madre, solo quiero una vida, ser libre". Lo siguiente que recuerdo es que me desmaye y estaba durmiendo en mi cuarto. Mis padres jamás supieron que me drogue y que había estado en una orgia; simplemente consideraron que era una más de mis mataperreadas.

Al despertar luego de estar dormido 10 horas, sólo quería comer algo y no sólo algo sino mucho. Baje a la cocina y trague fruta y panes. No estaban mis padres ni mis hermanos, todos tenían una vida, menos yo. Ahí me di cuenta que yo mismo me saboteaba, que no podía seguir asi. No se porque sino que es por lascivia no podía sacarme esos cuerpazos de Venezuela de la mente. Prendí el televisor y una música de fondo en un reportaje, sonaba, " Caracas, Caracas, pero que lindas muchachas las que viven por ahi". Solo atine a reírme. Pero fue la risa más espasmodica que salio de mi sucio y libidinoso cuerpo. Adiós Caracas



viernes, 12 de julio de 2024

Ayahuasca

 



Supe de este brebaje en mis informes de la selva. Como todos, pensaba que era una droga o una pócima peligrosa. Desde Lima se lee la realidad del país con prejuicio y desdén. Pero cuando un paisano que se había casado con una achuar me contó de sus propiedades y beneficios no lo creía. El decía que podía sanar dolores y problemas psicológicos y hasta sanar algunas enfermedades orgánicas, según la fuerza del curandero que te guía. Bueno, yo escuchaba y no daba crédito a estas fantasías de los peruanos. Pero era testigo de que los achuares para cazar tomaban otros brebajes para mimetizarse con la selva y ella les diera buenas piezas de caza. Se escuchaba a fantasía y como limeño centralista solo me divertía


Pero cuando fueron pasando los años y la depresión me embargaba, y tenía que recurrir a drogas medicadas que me mantenían somnoliento y malgeniado recordaba lo que decían aquellos achuares. Y empecé a averiguar en Internet lo que hacía  y pude informarme de los beneficios de las drogas psicodélicas para la depresión severa y para los problemas de adicciones. Me seguía zambullendo en la mitología amazónica y me tope que este brebaje es un reencuentro de tu ser contigo mismo, que durante el trance viajas a tus planos y dimensiones de conciencia y tu cerebro experimenta un reseteo y una potenciación; era como renacer. Pero también me tope con los peligros que acarrea para otras condiciones psiquiátricas como la bipolaridad y la esquizofrenia.

En estas últimas enfermedades psiquiátricas el cerebro sufre una suerte de distorsión de la realidad y el hombre con esquizofrenia nunca pisa la realidad con madurez y con sentido racional. Es como si estuviera dormido en sus prejuicios y creencias enfermas. Y recuerdo esto porque tenía un amigo que tenía esquizofrenia paranoide y se logró mejorar tomando la ayahuasca en tres ceremonias. Los médicos no le daban esperanzas y los consideraban un loco de remate. Pero el en su interior luchaba contra sus demonios internos y deseaba despertarse de la oscuridad. Así que se armo de valor y por medio de una shaman consciente se mejoro tanto, que pudo continuar con su carrera profesional y tener familia.

Bueno regresemos. Me sentía aturdido por la depresión crónica que no me dejaba escribir y pensar al nivel de un verdadero intelectual. Tenía problemas severos de conducta con mis familiares y tenía el comportamiento de un ermitaño. Por años antes de hacer la maestría o licenciarme trabajaba de almacenero en el puerto del Callao y mi pensar era el de alguien frustrado y con mucha violencia. Había logrado descartar las visiones resentidas del marxismo, pero en sí los desafíos de la vida los sentía el doble y me alteraban.  Me sentía sobrecogido por los desaires de mujeres de las que me templaba, y a la vez me sentía conmovido por una misión histórica de ayudar a mi prójimo. Era testigo de la escasez y pobreza de los obreros que trabajaban conmigo, pero no estaba de acuerdo con las manipulaciones del sindicato y su eterna lucha con el capitalismo. Mi misión era salvificar conciencias no masas ni muchedumbres.

A pesar que la juventud me protegía soy de confesar que esas drogas medicadas por años no dejaban que me diera a mi lado bohemio y chupístico. Con amigos de los almacenes nos chúpabamos la quincena y escuchaba su lado cómico como trágico. La simpleza de la calle a veces es un buen remedio para el mundo más complejo de la hipocresía profesional. Como obrero y amigo me sanaba con la alegría folclórica del hombre de calle. Viví con ellos muchas aventuras como peligros.

Pero como iba narrando los deslices de la depresión me hacían un ser aislado y violento, que no me dejaba tener una relación romántica estable. A veces en prostíbulos y con conquistas del salsódromos hallaba a flor de piel una instantánea sinceridad y afecto, que no hallaba con mujeres de más estatus social. Pero esas visitas a lugares hediondos y embriagándome con pura chela o cañazos fueron enfermando mi cuerpo. Hacía pesas y me gustaba lucir una figura curtida y fuerte. Pero el modo descuidado en que las hacia, por la búsqueda de sacar los más altos pesos sin preparar el cuerpo me trajeron lesiones y problemas con la columna. Era difícil admitirlo pero sin el deporte intenso que practicaba me era complicado expulsar de mi esas noches de lujuria y locura bohemia que viví. Lo más rallado es que lo hacía solo o con personas que eran solo amigos de una noche.

Como en otro escrito que narre, me enferme de cáncer y pude superarlo hacia el 2018. La sensación de vivir una vida desordenada y sin sentido real, a pesar de que había regresado a la vida académica con la maestría y amigos de la facu, me hicieron que todo se desplomara en el acto, sintiendo no sólo la incomprensión de los amigos, sino también de mi familia. Estuve solo pata luchar contra el cáncer. Tenía techo, comida y medicinas, pero no tuve la motivación ni las arengas necesarias para escapar con hidalguía de la enfermedad. Sólo se que escuche la sabiduría de los shipibos y la fuerza de la fe y deje de tenerle miedo al cáncer. A pesar que hizo estragos en mi ser corporal mi temple y persistencia y esa amistad de barrio con Jesús, me hicieron que me repusiera gracias al altísimo. Pero faltaban otras luchas.

Sanar fue un acto de despojarme de todos aquellos hábitos y pensamientos que me habían enfermado. La depresión y esa visión de pensarlo todo como Vallejo desde la tristeza poética, me habían conducido hacia una descomunal patología. Era necesario reiniciar mi mente y limpiarme de todo aquello que obstaculizada mi ser espiritual. De cierta manera ya estaba dispuesto a recibir la ayahuasca, pues en el camino de la sanación había trabado conversación con muchos sabios del mundo alternativo y espiritual, y todo era cosa de aplicar y despertar mi sol interno. Pero escuchar a mi guerrero interior no fue cosa de una noche. Numerosos escollos no dejaron que terminará por reestructurar mi conciencia y despertar a la luz. La ausencia de dinero y la soledad afectiva de una mujer interrumpían que me acercara a los bravos de la selva. Pero al fin llego la noche.

Todo estaba listo para mi experiencia con la ayahuasca, hasta que una descoordinación de último momento ocurrió. El maestro Hernán tuvo que viajar de último momento a Pucallpa y me dejó sentadote esperando por el. Así que decidí averiguar me de otro shamán que pudiera atenderme la urgencia de liberar mi mente de los demonios de la depresión. Y la halle. Resulta que una shamana llamada Doña Asencia vive en el Rímac, cerca a los solares de Luna Pizarro. Llegue a su casa una noche de Mayo, gracias a una previa coordinación con su hijo Juan. Le informe de todo lo que había tenido que soportar con el cáncer y las constantes depresiones y como si fuera un calzado que ajusta bien, esa misma noche experimenté mi primera ceremonia de ayahuasca.

Mientras me leía con el tabaco la shamana que solo comprendía shipibo, por intermedio de su hijo Juan, me invitaban a formarme como curandero, ya que habían detectado en mi la estructura energética, la potencialidad del curandero. Antes el maestro Hernán me había dicho lo mismo, pero al enterarme de la odisea que es enfrentarte al  camino del shamán, descarte tal posibilidad. Así que me puse cómodo en una alfombra tejida por la shamana y empezó el show astral. Me hicieron tomar la dosis de esa noche y el saborcito era como una chicha amarga y seca. Al principio no sentía nada, pero a eso de las 12 pm mi cuerpo se extrapolo y me sentí muy sensible, como si mi energía se saliera de mi ser y contaminara toda la habitación.

Recuerdo que mis sentidos se agudizaron y era como si cada sonido que escuchaba tuviera un resonar en mi corazón. Juan me decía concéntrate,  pero era difícil. Sentí la necesidad de vomitar, pero poco a poco se aplacaba, al tiempo que un enorme calor y frío me hacían temblar de pies a cabeza. Tuve la necesidad de decir algo y lo dije: " siento un amor incondicional que sale de mi" . Y en ese momento, mientras la shamana icareaba como si fuera un jaguar que cantaba, tres sombras negras salieron de mi cuerpo. La shamana redoblo el canto y se acercó a imponerme energía, pero también la sentía afectada. Se alejó de mi y tuve la necesidad de hablar y retar a los demonios de mi interior: " se que te alimentas del dolor y la tristeza, pero otra vez las alegrías triunfaran" y toda la casa hecha de madera, barro y calamina empezaron a batirse como si fuera un sismo, y mis oídos sentían hablar a los gatos y perros y mi corazón como una melodía remota me inundaban de una paz y serenidad asombrosa. Veía todo celeste y fórmulas matemáticas y letras, pero todo muy borroso. La señora Asencia se acercó y me señaló con un ademán que me durmiera, que la ceremonia había culminado. Mientras intentaba dormir escuchaba a doña Asencia dormir y quejarse como con dolores. No pude dormir esa hora que me separaban del alba y le conté todo lo que había sentido a Juan. El asombrado me despacho de la casa y me dijo que me mantuviera en contacto, que algo de la biblia vivía en mi. Cogí el corredor morado en Tacna, luego de haber grabado en mi grabadora profesional los icaros de la shamana. Y los iba escuchando mientras una sensación de alegría y paz se apoderaron de mi.

Sudaba mucho para ser Mayo, así que al llegar a casa, y dejar a mis padres sorprendidos por mi inhabitual decisión de tomar ayahuasca, me puse a dormir hasta la tarde. No se porque en los próximos días ya no pude trabar conversación con Juan y su madre, pero después de meditarlo mucho y ver como la había dejado a la pobre Doña Asencia, me di cuenta que lo mío era bravo sanar. No sólo era una depresión constante, sino todo un espíritu del inframundo había nacido conmigo. Y era la razón de que nunca hubiera estado completamente  seguro de mis decisiones y de cómo llevar mi vida. 

No lo pensé mucho y otra vez trabe comunicación con el maestro Hernán, pero sus viajes de sanación y mi falta de dinero para buscarlo en la selva pospusieron la segunda ceremonia para Enero del 2019. En todo el año 2018 gracias a mi cercanía con los apristas pude publicar mucho y producir pensamiento; y los Estados depresivos y de angustia desaparecieron de mi mente y emociones. Me volví muy prolijo y sociable, con amigos y contactos que me dejaron buenos dividendos. Pero aun faltaba luchar más. Si bien la ayahuasca me había hecho más racional y astuto, el efecto era temporal. Se requería vencer de raíz el susto que mi oscuridad habían provocado en mi interior.

Llego enero del 2019, y en una noche calurosa di rienda suelta a mi segunda experiencia con aquella planta sagrada que tanto me ha enseñado. Esta vez no era un mar de dudas y preguntas. Las instrucciones del maestro Hernán y la compañía de otros ayahuasqueros que tomarían conmigo me dieron mucha seguridad. Esta ceremonia sería más reveladora.

Tome la pócima como a las 11pm, y empecé a sentirme mareado una hora después. Esta vez si sería más potente porque el maestro iba acompañado con su hijo. Los dos al tomar ayahuasca conmigo leían mi mente y ahuyentaban cualquier mala presencia astral que estuviera por ahí. Ellos se encargarían de limpiar el río de mi mente y reestructurar mi conciencia. Era épico lo que veía y sentía. Empecé a temblar otra vez, pero como si una fuerte fiebre se apoderará de mi cuerpo. Esta vez se me había advertido que viera lo que viera no hablara alto. Mientras tiritaba de calor y frío veía pantallazos de letras y fórmulas matemáticas incomprensibles. Cuando cerraba los ojos pude ver a mis padres y hermanos, rostros de dementes y asesinos que se dibujaban y desdibujaban. Veía también árboles frondosos y mujeres desnudas que reían. Vi un bebe, a Jesús y la palabra amor escrita en el cielo. Todo esto que veía y sentía se daban en una atmósfera de ensueño y calor humano.

 Los otros ayahuasqueros vomitaba en cubetas pero yo no. A pesar que sentí la necesidad de vomitar no lo hice. El maestro Hernán y su hijo vinieron muchas veces a mi a imponerme energía y a soplaron, pues sentía que me desmayada. Pero la energía del maestro Hernán impedían que me durmiera; era como si su fuerza me restablecerá el ánimo y la vida. Ahí me di cuenta la fuerza energética de aquel shipibo. Es una lástima que halla muerto hace un año. Terminó la ceremonia como a las 4 am, y mientras loreaba y estaba aun mareado, el maestro Hernán me decía que necesitaría 2 ceremonias más para curarme. Que el susto ya me lo había curado, pero que había una presencia oscura que había nacido conmigo que debía desterrar de mi ser. Le dije con un abrazo gracias. Que estaba toda una vida en mi mismo. Que esta vez so botaría toda la sabiduría que había acumulado. Le dije que volvería la próxima semana, pero esta vez el temor a salir de la oscuridad en la que había narrado y creado me hicieron retractarme de mi decisión. Tomaría tres veces más y sentí y vi muchas cosas más, pero nunca más pude exteriorizar lo que la fuerza del muralla Hernán logró en mi. No volví a verlo sino otras dos veces más para pedirle medicina para mi padre, y nunca presentí que serian las últimas veces que lo vería vivo.

El me enseñó a no temer y una sabiduría milenaria que abraza mi corazón. El me golpeó el interior para que dijera palabras que nadie dijo, y hasta ahora solo hasta ahora no las he dicho. La realidad a veces pide no un hombre revolucionario como el pedía y aconsejaba, sino que cada mente y espíritu hallen su propio camino. Ahora que he tomado cinco veces, puedo estar en paz con mis vacíos y demonios. He tenido el cuidado de no expulsar de mi lo mejor de mi mismo. Tal vez, vuelva pero por ahora vivo la vida normal que vivo. Quizás la filosofía del guerrero no sea para mi, quien sabe.  O es que llegare tarde a la batalla.  El cosmos amazonico es alternativo a Atenas e Israel.

PD. Asegurarse de tomar ayahuasca con un verdadero shamán. Que tenga varios años dietando plantas y que sea un buen guía espiritual. 

martes, 25 de junio de 2024

Memorias desde el subsuelo

 



I

No sé cómo empezar esta historia que huele a testimonio religioso. Me vi envuelto en una oscuridad desde joven que estrujo mi corazón y poco a poco me fue enfermando. Era un toro. Hacía deporte en el gimnasio, viajaba sin parar por trabajo, tenía varias mujeres y me gustaba la noche tanto como las labores intelectuales. Esta noble actitud de escribir era el oxígeno de mi alma, pues sólo vivía sin control tan solo para escribir más y más profundo. No era yo sino el conocimiento quien se apodero de mi.

Cuando ingrese a la universidad había llegado en la flor de la edad. Hambriento de saber y con ideales bien puestos, no me importaba más que ser un ideologo a la antigua. Pero por una extraña actitud que la provocó el desamor, me volví un poeta de versos apátridas y sociales. Alguien quien sufría para arrancarle al lirismo los versos más sagrados y rebeldes de mi juventud. El amor de una mujer me estímulo la escritura, pero también la pasión de las ideas me empujaron a la política y al ensayismo.  Recuerdo que mis versos hablaban de esa mujer cuya belleza me embrujo y me pisoteo el corazón. A la vez la fuerza del intelecto me arrojo a devorar los sistemas filosóficos y sociales más complejos. Me los compraba fuera de la universidad o en el centro. Y leía todo de todo solo por afinar mi estilo de poeta y ensayista.

Pero como les dije, era poeta por desamor y por sensibilidad. En los buses camino a casa me bajaba en los cafetines de Miraflores y en hojas bond dobladas invitaba a mi alma al lirismo y al sufrimiento más heroico. Esta mal que lo diga pero rozaba el cielo con mis versos. Todo el santo día y aun cuando no escribía la música del alma me imprimía el amorío con la poesía. Si hubiera seguido siendo poeta quizás me hubiera vuelto borracho o un estúpido sensible. Pero mi alma vigorosa ansiaba las alturas. Vote por los versos lo que tenía que votar y hasta allí. Un buen día deje de remar en el mar del lirismo y me volví filósofo.

La filosofía llegó a mi desde la adolescencia. Recuerdo que mientras mi hermano Fernando jugaba a la pelota en las canchas de Lasalle, yo me subía a la biblioteca de ese amado como odiado colegio y devoraba libros de cuentos e historia de la iglesia. No se como un día llego a mis ojos el anticristo y los demás libros del bigotes Nietzsche, y un baldazo de sabiduría profana me golpeó la mente. Era la prosa de un ser que te invitaba a potenciar y a vivir la vida con honestidad y sin resentimientos. Quien no se conoce a sí mismo corre el riesgo de ser un esclavo. Lo leí tanto que pronto mi fe en la Iglesia se desdibujo. No quise confirmarme y me puse por primera vez con autodominio de mi propio espíritu. Luego del bigotón llegó Kierkeggatd, Blondel, Hamelin, Sorel, Bergson y muchas otras novelas que esa biblioteca me abrió la cabeza. Pronto en mis sueños deseaba ser un Raskolnikov y matar a la vieja usurera o tal vez viajar a Machu Pichu y recitar la canción del pirata de Espronceda.

Recuerdo que cuando colegial teníamos una profesora de literatura llamada Dora. Ella y sus lecturas de literatura peruana y mundial me estimularon el deseo de ser escritor y vivir de la pluma. No sabía que solo los miserables pueden narrar pero no comer bien. Me anime a escribir unas coplas y cuentos y muy pronto gane un premio de literatura de Adecore. Me sentí lleno de júbilo y orgullo. Mi regalo fueron dos novelas y un bolígrafo bañado en oro. Cuando uno es joven las ideas enamoran al hombre con la vida. Pero cuando la vida prosigue las ideas pueden arruinar una vida o volverte loco. No me daba cuenta de ello, y seguía con mis expectativas de ser un gran pensador 

En esos años fueron las señales de mi enfermedad existencial, que ha hecho de mi vida un infierno. Aunque me bañaba y jugaba a la pelota muy temprano en el colegio una actitud extraña y mórbida se apoderaron de mi ser. Empecé a silenciar y a vivir aislado. Un rencor y desmotivación me fruncieron el ceño y no deseaba hablar con nadie, no siquiera con mi familia. Lloraba y me ponía violento. Decía disparates y podía caminar cuadras enteras cavilando ideas erradas o absurdas. No se que me pasaba. Pronto mis padres me llevaron al psiquiatra y ya esta era yo un loquito prematuro. Me acuerdo que en el viaje de promoción no tenia amigos. Todos tenían su collera menos yo. No tenía con quien tomarme una foto o con quien mataperrear en alguna discoteca. Llegue de ese viaje y como nadie vino a recibirme una sensación de insignificancia sobresalto mi pecho. Era la primera vez que experienciaba  mi soledad y estaba muy asustado.

Bueno por esas de la vida recibí tratamiento y como era joven los síntomas de la enfermedad psicológica no eran sino trazos molestos. Ingrese a Aduni para prepararme para la universidad. En mi locura me había trazado la misión de ser un Quijote y ayudar a mi país. Aunque siempre tuve ese potencial ignoraba que el discurso de los pobres era el negocio de las almas más hipócritas del Perú.

No me importaba nada más que escribir. En el primer año de universidad me compraba muchos libros y hacia yo solo las asignaciones grupales. Hice amigos en una collera muy linda con la que bajábamos a los huecos discotequeros de Pando. De algún modo que no esperaba esta collera eran todos de billete, y llegaron a mi vida para sacarme mis prejuicios en contra de los pitucos.  El mal sabor de Lasalle aún me sobrecogió por tiempos. No sé cómo pero deje que la frescura y jocosidad de este grupo me envolvieron mis ser. Pronto ya estaba emborrachándome y bailando la mayonesa y los cuentos de la cripta. Era feliz sin saberlo y lo fui más cuándo acerque a este grupo a la invisible. La joven que fue la razón de mis desvarío y oscuridad. Ella me quiso querer, pero no conseguí atraparla. Nunca lo entendí  ni como la amaba con fricciones enloquecidas varias noches. Y la perdí porque siempre en la vida mi benevolencia tenía la cara de un niño muy inmaduro. Ella quería un hombre y solo era un jovencito con sueños de infante. Pronto me di cuenta de este defecto, pero no podía con mi naturaleza me odiaba y a la vez estos sentimientos encontrados me hacían escribir las locuras más geniales. Le agradecí en mi interior haber sido rechazado, pues gracias a la tristeza era alguien devorado por el intelecto. Años después me daría cuenta que ka tristeza o su experiencia destruyen el cuerpo más que las drogas.

Pasaron los años y poco a poco me iba afianzando como sociólogo. Recuerdo que en plena universidad me internaron en un establecimiento de salud mental. Estuve diez días dopado y a la usanza de otros dementes que chillaban y gritaban. No era seguro estar en ese arrabal de la inexistencia pero me lo merecía, pues me había vuelto muy violento con mi familia y amigos. Nadir de la universidad supo lo que me pasó. Solo se que desaparecí y que por el afecto que me tenían los profesores pude terminar la carrera de sociología sin querer graduarme.

II

Ya en casa estaba completamente anulado. Era la primera vez que odiaba los libros. No me deshice de ellos, pues muy en el fondo deseaba volver a saber más y más. Pero por ahora todo lo dejaba a que el tiempo curará las heridas. Me recuerdo que esperaba a las 9 pm todas las noches de Radio mar y me embelesaba con las salsas sensuales.  Pronto fueron las baladas y el rock en español, hasta que llego a gustarme toda la música tropical. Aun no se me ocurría danzarla pues era muy severo conmigo mismo, pero las cantaba. Pronto era un especialista en la salsa y su historia. En aquellas noches en mi cama me preguntaba en qué andaban mis amigos o Angie, y soñaba con mi futuro como pensador y político.

Como en mi casa las cosas no sobran. Pronto me tuve que dedicar a trabajar de lo que sea. Mi fuerza y vigor me hicieron que trabajará de estibador en el puerto del Callao. Y vivir una vida de simplezas junto a personajes sin cultura o educación, pero con el optimismo de la juventud. En esos interminables almacenes pude ser testigo de lo que hace falta el trabajo y comer bien. Yo dedicaba mis centavos para mis chucherías y gustos. Pero ahí los muchachos aunque eran fuertes no tenían siempre para comer y ni para vestirse. Yo les ayudaba en lo que podía. Así como había indigencia había también irresponsabilidad. Me recuerdo que nos emborrachábamos con el dinero y pronto había criaturas a quien les faltaba un plato de comida. Ni siquiera el poder de los sindicatos eran lo suficientemente fuerte por abogar por los estibadores.


Tenía 22 años cuando saqué mi bachillerato automático. Juntaba dinero poco a poco para estudiar ingles o matricularme a una maestría. Aunque me gustaba la sencillez de una vida de estibador tenía que regresar a lo mío y luchar por mis ideales. Ahora más que nunca que vi la pobreza y los desvelos de los trabajadores. En esos años me di cuenta que un sindicato sin ideologías de por medio era más eficaz y sensato, que uno que se creía herramienta de la revolución. El discurso de la pobreza o el voto del que elige sin un sol en los bolsillos.

Bueno, logre amasar un capital respetable. Salí de trabajar en el puerto y me puse a estudiar ingles y Alemán. Solo lo hice por unos meses. Mi objetivo real era estudiar una maestría y volverme un gran investigador social. Aunque eso no fue como yo lo creía, pronto me halle en el postgrado de ciencias sociales estudiando ciencias políticas. Fue una buena inversión durante dos años. Pues a pesar que leía mucho era prisionero de muchos prejuicios que la maestría y los debates lograron superar. Hice buenos amigos y contactos. Y pronto me halle trabajando para las consultoras Walsh Perú y Social Capital. Más en la primera que en esta última.

El resultado de viajar y recolectar información sensible a cada rincón del país donde me mandaban hicieron que el lenguaje abstruso e intelectualista que sufría mi prosa se volviera poético y la vez lucido. Esos años casi llegando a los 30 años logré componer muchos ensayos sobre varias dimensiones de la realidad. Y me sentí aunque solo un tanto realizado. Por esos años llegaron las noches de bohemia y sexo desenfrenado. Seguía en mis controles con el psiquiatra y tomaba mi pastilla para el balance mental. Pero a la vez tomaba mucho y probé algunas veces la marihuana y el éxtasis. Me gustaba la noche y como este loquillo era de buena lengua y de presencia pronto en soledad conocí una mujer más bella que la otra. Esos amores cuyas historias no tienen final y cuyos sabores se iban con una buena ducha fría condimentaron mi hedonismo por la vida. El sexo no era para mi un sabor cada vez, una aventura pata la piel, sino una forma de conocer los misterios del saber. La mujer es ese otro mundo donde habita la salvación como la más conmovedora locura. Es aquella cueva donde la belleza es la más primordial moral. Claro que esto sucede si es que te libras de los peligros de la muerte. Tanatos es el otro rostro del paraíso. Cuando se una una sola carne con la mujer se sabe bien que es ser Dios.

Viaje por muchos lugares del Perú, en función de consultor. Era un especialista en relaciones comunitarias y estudioso de conflictos. Esa especialidad me valió para conocer el corazón holístico de una cultura y me topaba con historias y bitácoras con las que escribía y tenía temas para mis ensayos. Lo que no me gustaba era que como era difícil hallar información de los problemas de socio conflictividad tenía que tomar cervezas con los entrevistados o asistir a sus fiestas y eso me hacía que me dejara llevar por cada tentación.

Empecé a sentir los primeros fastidios de una enfermedad que se me haría una bola de nieve incontrolable. Seguía tomando mucho, teniendo sexo y comiendo manjares en todo lugar. Los médicos me prescribirán tratamientos y cuidados hasta que me sanara, pero como era un joven irresponsable no hacia caso. Hasta que una noche mientras tenía sexo me dolió tanto que fui corriendo al baño y expulse semen con sangre.

Me asuste mucho y regrese a Lima. Fui donde un buen médico y pronto controlo la infección. Pero yo seguía teniendo molestias . No sé como empecé a sapear la posibilidad de la medicina alternativa y los misterios del shamanismo. Había escuchado a un charapa de los Achuares hablar del mal de ojo y del daño. Escuche también de la ayahuasca y desde Lima era algo peligroso y cosa de charlatanes. Trabe amistad por redes con un shipibo de mi edad para que su padre me curará. Y también con otras dos shamanes shipibos que vivían en lugares lejanos de la selva. Cuando termine mis labores y consultorías amase un buen dinero para alejarme unos meses a la selva. Me decidí por Pucallpa y cuando ya las molestias eran jodidas viaje en abril del 2014.

Mientras transcurría el viaje me distraía por los variopintos paisajes de la sierra y selva y me dejaba arrullar por la belleza de mi país. No se si era esa tranquilidad o alguna otra cosa pero no sentía la enfermedad.  Eran 20 horas hasta Pucallpa y cuando llegué no sabía a lo que me enfrentaba. Solo se que mi encuentro con esos verdes y celestes me hicieron inspirarme en la profundidad de nuestros territorios. La familia que me acogió me contó que un búho había visitado su casa y eso era signo de alguien enfermo vendría en los próximos días.

III

Los aires nuevos y cálidos de Pucallpa me llevaron a quedarme unas dos noches en la ciudad y disfrutar de sus adalides antes de enfrentarme al retiro de la dieta. De día me visitaba a Yarinacocha y el lago. Caminaba mucho por la zona comercial de Coronel Portillo o me quedaba mirando el río Ucayali y toda la constelación de embarcaciones . Comí juanes, tacacho y pescados asados hasta que en las noches trababa conversaciones con los lugareños o tomarme alguna selfi con alguna chica oriunda del lugar.

Cuando una tarde me vinieron a recogerme, tocaron la puerta de mi habitación y conocí por primera vez a Teddy, el hijo del maestro Hernán, que me cogió las maletas y rápidamente estábamos encima de la moto taxi de uno de sus cuñados. Le dije que por teléfono que su voz era muy joven, mientras su linda como joven señora Aurelia me curioseaba con la mirada. Eran dos jóvenes de buena actitud y con una sonrisa en el rostro todo el tiempo. Eran una pareja shipiba ideal.

Mientras viajábamos en el moto taxi me refrescaba con el aire cálido de los caminos y escuchaba de refilón las preguntas de Teddy sobre mi mal y como lo había contraído. Le dije que en parte era descuido mío, como de la negligencia de los médicos. El me dijo antes de llegar a la comunidad  que su padre me curará en un mes. Llegamos a la maloka de esta pareja shipiba. Tenían 4 hijos aún niños y perros y gatos, así como muchas aves de corral. Su terreno era grande, solo estaba cercado y su cabaña consistía en dos ambientes  bien hechos de madera. No tenían más que agua potable y lo que era el baño era un silo que yacía hacía el fondo del espacio. Además tenían una cabaña grande donde improvisadas un negocio de discoteca. Que valgas las verdades no me dejaban dormir.

Cuando llegue me senté en las sillas rústicas del patio y vi llegar al maestro Hernán. Me saludo con una sonrisa de oreja a oreja. Y me pregunto que es lo que tenía. Le dije que tenía un mal crónico en la próstata y que no se me pasaba con nada. Me dijo unas cosas más y se alejó hacia su casa. Vendría en la noche a curarme. Durante toda esa tarde llamé a mi madre y algunos amigos y me puse a escribir en mi bitácora algunos pensamientos que la selva me producía. Le di un dinero para la medicina y me dijeron que me darían renaquilla y que me fumarían en la noche.

El sol de la selva más la humedad son detalles con los que no congeniaba, pues soy de un clima templado. Pero el rumor del viento por los arbustos y la calidez de los comuneros, pues todos me saludaban hacia acogedor aquel lugar. Llegaron con la medicina y me dijeron que solo iba a dietar boquíchico agua de plátano, y bellacos asados. Que no debía bañarme ni usar jabón, kolinos y shampoo. Que solo me podía bañar con agua. Hice caso pero me moría de hambre, así que a veces me compraba galletas de soda. No me daba cuenta el daño que me estaba haciendo. Dietar plantas con embrujo es como dejar que una almita ingrese en tu ser para curarte. Y que uno debía ser respetuoso de la dieta no solo para sanarse sino para liberarse de las malas energías.

Llego la noche y saqué mi linterna. La comunidad tenía luz, pero no alumbrado público. La parejita de shipibos veía Esto es guerra en su televisor y algunos shipibos niños se colgaban de la ventana para ver este programa tan popular. Yo me endilgaba con el frescor de la noche pero no con los zancudos, que en el momento menos esperado me pinchaba los pies y los brazos. Cuando estaba echándome el repelente llegó el maestro Hernán.

Me saludo y me pidió que me sentará a fuera. Me preguntó mi nombre y prendió su pipa. Empezó a cantar los conocidos icaros y mientras soplaba al viento se me acerco y con sus manos me imponía energía en la cabeza e y en el cuerpo. El humo del tabaco me aturdía pero a la vez me tranquilizaba . No sé porqué multitud de pensamientos llegaban a mi mente y en esa noche como de ensueño sentía la energía de aquel curandero. Terminó el ritual y me dijo que tenía una fuerte infección en la próstata que tenia susto y que solo en 45 días me sanaría. Me contó varias historias y de su familia y me dijo que debía tomar ayahuasca, pues había visto un espíritu negro en mi cabeza. No les había confiado que tenía un mal psicológico. Pero mi sorpresa fue que lo sabía. Ahí fue cuando confíe más en ellos.

Durante tres noches me repetía el ritual de los icaros y yo me sentía como transportado por los aires. Pero fueron las historias de sanación y el misterio del shamanismo y la ayahuasca los que empezaron a sugestionarme y confundirme con facilidad. Me dijeron que yo no sólo podía sanar sino convertirme en un curandero. Ya me veía dietando en plena selva, cogiendo un poder energético y me volvería en el nuevo mesías. Que locura pasaban por mi mente.

El maestro Hernán viajo a Lima. Me dijo que estuviera tranquilo y tomara la renaquilla y que de vez en cuando me fumara yo mismo y le rezara al tabaco. Yo obediente hacia lo que me decían. Pero pasaron los días y unos dolores en la sentadera y al orinar empezaron a fastidiarme sobremanera.  Quería que estuviera el maestro conmigo para tener confianza. Pues aunque estaba su hijo y su esposa yo no había venido de tan lejos por ellos. Me moleste mucho y no se porque razón esa ira recrudeció la infección y no podía mantenerme en pie. Me pudieron que descansará. Llegó el día diez en la comunidad y veía producto de la brujería de las plantas en las noches siluetas de otorongos pasear por la cocina o a lo lejos metaforsearse figuras extrañas en la oscuridad. No se si me estaba volviendo loco pero tenía visiones y sueños como profecía. Me dejó de doler y me senté una mañana a lorear con Teddy sobre los secretos del shamanismo. Escuchaba con atención y curiosidad. Por momentos quería aprender más. Me dijeron que esa noche me dejarían solo; pues iban a celebrar el santo de uno de los hermanos de Aurelia. Bueno asentí sin ningún problema.

Llego la noche y me puse a ver Esto es guerra. No había nada mejor en la televisión así que deje pasar la noche. No se como se trepo a la ventana una vecina para sapear. Era una joven bonita y curiosa. Yo que no tenía sexo hace meses me atreví a invitarle a ver juntos TV. Ella sonrió y asintió con su cabello y una sonrisita coqueta. No sabía lo que hacía. Vimos el programa y mientras pasaban los minutos me atrevía a oler su aroma, jugar con sus cabellos y tocar tímidamente sus piernas. Ella me dijo que me había visto, y que le parecía un brujo bien guapo.

Cuando sonrió  bese su cuello y lo siguiente fue una química de cuerpos electrizante. Pensé que podía hacerlo toda la noche con ella, pero un dolor insoportable se apodero de mi pelvis. Ella presintiendo lo que me pasaba y se desapareció de ahí. Me dolía toda mi zona baja y me dio ganas de defecar. Llegué con las justas al silo con mi linterna y una diarrea del demonio se apodero de mi cuerpo. Mientras me limpiaba pude ver sangre en el papel higiénico. Me sentí mal y con las pocas fuerzas que tenía llame a Teddy para que regresaran. Había rato la dieta y era como insultar a la planta. Teddy retorno de la fiesta y llamó a su padre para que me enderezaran.  En cuanto lo hicieron a distancia el dolor pasó  pero quedé maltrajeado y emocional. Teddy me hizo el mosquitero y escucho mi llanto y mis razones para curarme. El solicito y comprensivo me escuchaba y me decía que me sanarían. Al otro día me bañaban con ayahuma, fumara tabaco y tomaba más renaquilla. Ya parecía curandero. Pero no veía que la enfermedad fuera superada. Y el maestro Hernán no retornaba de Lima a seguir con mi curación.

Mi comportamiento hostil y mis dolores hicieron que durante las noches, ya en un colchón echado un espíritu demonio se posesiones de mi persona. Sentía en sueños o en estado de vigilia como la sensación de una mujer se echaba en mi y sentía su respiración. El sonido como puntillazos en la cabaña me aterrorizaron. Me arme de valor. Salí del mosquitero y prendo un mapacho. Lo fume por toda la cabaña y una sensación pesada y agresiva me embarcaron. Desperté a Teddy que dormía y el fumo su pipa. No se como mientras hablábamos y en las afueras todo sonaba y el demonio se retorcía de cólera, una silueta como de una mujer de pelo negro y demacrada se asomo por el espejo. Ahí fue donde Teddy me confesó que me habían echo daño. Era posible que una mujer desengañada me hubiera maldecido.

Me bañe por 22 días con la ayahuma, tomaba renaquilla por las noches y fumaba mapachos para sentirme seguro. Llamo el maestro Hernán y me pidió que siguiera en Lima la dieta, que cumplido el mes me la cerraría. Avise a mi hogar de que regresaba y mientras viajaba todo sucio y barbón en el camino, ideas estúpidas y delirantes llegaban a mi mente. Como que enfrentaba un desafío a mis rivales. Todos estos pensamientos eran producto de mi locura. Llegue a Lima y mi familia me recibió. Le pareció raro a mi madre que no me podía limpiar y que comiera solo cosas sancochadas. Bueno lo toleraron pero yo salía todos los días a Cantagallo a que me enderezaran, y el aire y los humores de la gente  sobre todo de las mujeres me desequilibraban.  El maestro me cerró la dieta, pero no me sentía bien. Pasaron los días y me era imposible sentarme, me dolían muchos las entrañas, la cabeza y las plantas de los pies. La prostatitis seguía avanzando a pesar que tomaba la medicina vegetalista.  Decidí trabajar como consultor para mantenerme ocupado pero al tercer día tuve que disculparme con la consultora pues me sentía realmente enfermo. Fue ahí donde mi carrera de consultor e investigador tocó fondo. Me llamaron del MIDIS y de Sechura para trabajar como analista de conflictos, pero todo eso tuve que dejarlo por esta maldita enfermedad. Así pasaron los años y me quedé sin experiencia y sin estudios.

Mi falta de paciencia y de cordura, y también sentimientos negativos interferían en el progreso de la sanación. A veces que me quedaba solo invitaba a una chica a flirtear con ella. Era un Huancaína muy joven, y como ya estaba cerrada la dieta podía de vez en cuando hacer una travesura. Seguía siendo un insensato. Ideas cada vez más extrañas y absurdas llegaban a mi ser. Como estaba con la energía de las plantas escribía super bien y con mucha prolijidad y como tenía una rivalidad con los amigos de izquierda decidí hacer mi propia batalla con los demonios de mi vida. La euforia del momento y los terrores de la enfermedad empeoraban mi salud.

IV

Cuando mi terquedad de no ir a los médicos me fulmino decidí consultar a un medico en Surquillo. Mi familia no estaba de acuerdo que yo hubiera sido engañado por charlatanes. Les hice caso no porque dejara de creer en la medicina naturista sino porque era necesario intercambiar la medicina alternativa con la convencional. Sino hubiera echo caso hubiera sido un ignorante. Me hicieron una uretrocitoscopia, muy dolorosa y humillante para un hombre. Y el doctor me dijo que estaba con heridas en la uretra y una fuerte infección. Que si no me cuidara era posible una horrible cirugía. Me receto antibióticos y analgésicos. Salí de ahí molesto y más me moleste cuando me atreví a orinar y un coágulo de sangre salió de mi pene. En ese momento no se como había llegado a esto. Estaba atrapado y no mostraba la actitud adecuada.

Resultó que no mejoraba. Las escaramuzas con mi familia y a veces la incomprensión hacia este problema tan quisquilloso hacían pensar a mis familiares que era más un tema de índole psicológico que orgánico. Me sentía solo  sin poder conversar con algún amigo de algo tan vergonzoso. Mis noches de aventuras con mujeres me habían infectado el cuerpo de bacterias, y era necesario una recuperación auspicioso. Por ahora ni con médicos ni con curandero me curaba, hasta que la incomprensión de mi familia me termino por fastidiar. Una noche arregle mis chivas y me escape de noche a Cantagallo. Me recibieron bien en esa rústica casita y las llamadas de mis familiares empezaron a llegar. Me decían que esa infección podía ser controlada con antibióticos que no creyera en charlatanes que solo me sacan la plata. Por momentos entendía lo que me dejaban como mensajes de voz, pues el maestro Hernán me había descuidado o simplemente no me conocía.

Ardía en fiebre y no estába bañado bien. Tenía que bajar a un centro comercial del chatarreo cerca a la comunidad para asearme y sentirme limpio. Como ya desconfiaba de los shipibos me fui con mi dinero a un laboratorio de peso a hacerme exámenes médicos. Arrojaron las bacterias que tenia y lo mal que me hallaba. Cuando regrese a Cantagallo le mostré estos análisis al maestro Hernán y como no sabía leerlos, concluí que debía irme de ahí. Agarre mis cosas con ayuda del maestro y tome un taxi hacia el departamento de un amigo. No lo halle y en la recepción no me ayudaron a pesar del estado en que me hallaba.

Quedaba cerca de ahí el restaurante de mi tía Charo, y con mis cosas arrastre a mi osamenta hacia ese lugar. En cuanto llegue pedí que llamaran a mi tía y a mi prima y en cosa de dos horas ellas estaban ahí. Yo estaba quebrado y desesperado. El dolor y el echo que no había comido bien por espacio de 10 días me tenían enjuto y frágil. Llamaron a mi madre y con las exámenes frescos del laboratorio fuimos donde un urólogo para que me tratarán. El doctor buena gente me prescribió diez inyecciones, otros analgésicos y profundos cuidados.

Me llevaron donde la casa de mi abuela y en un cama torio que se hacía añicos me tuvieron durante 5 días. Cada vez que tenía que ir Surco salud a ponerme el inyectable no sentía las piernas. Era como si no pasara la sangre, me dolían los huesos y sentía como sensaciones de electricidad en la cabeza  regrese donde mi casa pero estaba frente a un colapso nervioso y a delirios. Volví a escribir y lo hacía con tal brillantez que pronto en espacio de tres meses visitaban mi blog personalidades de todos los países. Y empecé a ganar un dinero con mis ideas. Recuerdo que en aquella época consumía todo tipo de pseudo ciencia o información de misterios y gnósticos. Esa especulación enriqueció mi pensar pero era perjudicial hablar de lo que no se debe hablar cuando uno está gravemente enfermo. Me recupere durante el 2014. Pero tenía severos problemas al sentarme y al caminar.

Hacía verano del 2015 me llevaron donde un caro doctor urólogo. El me sondeo y me hizo la uretrocitoscopia de nuevo. Me concluyó que estaba obstruido en mi cuello de vejiga y que tenía varias estenosis en la uretra, así como que sufría de fimosis.  Con ayuda de toda mi familia me opere ambulatoriamente una mañana de abril del 2015. Todo salió bien y me recupere rápidamente.  Pero los infiernos aún no pasaban. A pesar que el examen de patología arrojaba que no tenía nada, me seguía doliendo y me pesaba la pelvis. Orinaba sin presiones pero no podía sentarme literalmente hablando. Yo seguía comunicando me con los shipibos, y ellos me decían que tenia un tumor. Yo llegaba a la Parada y me agenciaba de hierbas y preparados. Empecé a comer sano e intentar correr. Pero el miedo de que tuviera cáncer estaba presente en mi mente y como alucinaciones pensaba que no la iba a contar.

Visitaba a muchos doctores, urólogos y neurólogos y me decían que tenía un problema neuromuscular. Que solo pastillas, analgésicos y relajantes podían ayudarme. Yo no estaba convencido. Quería curarme y por Dios trabajar como Dios manda. Los amigos desaparecieron y la muerte de un joven amigo me tocaron el corazón. Desde lo más profundo de mis pensamientos me sentía responsable por la partida de mi amigo Alexis.

Me enteré de la acupuntura y de la medicina china. Estuve en acupuntura con un médico japonés. Durante todo el 2016 una vez a la semana. Y también llegué donde un chino en el barrio chino. Un viejo doctor chino me leyó el pulso y me escucho lo que tenía. En su mascado castellano me dijo que tenia una inflamación severa. Tomé sus hierbas chinas por espacio de un mes, pero no sentí nada. Asimismo, por espacio de 9 meses llegaba al policlínico peruano japonés a hacerme sesiones de acupuntura. Me aliviaba el dolor pero las demás condiciones no variaban. Y estaba muy reprimido sin poder probar mujer porque me dolía más y era como retroceder. Me llene de sentimientos equivocados y deje la actividad intelectual. Se atrofia mi pensar y el miedo a morirme, pues nada de lo que me hacía me superaba el problema. Y lo peor de todo era que el maestro Hernán cada vez que lo llamaba me decía que tenía un tumor en la próstata que podía hacerse cáncer.

Me volví a comunicarme con Teddy en Pucallpa. Con transferencias a western unión me traían remedio en botellas y mis males mejoraron tan solo un poco. Empecé por perder peso y ya en el 2017 mi madre y el que escribe visitamos al maestro Hernán,  a Cantagallo. No está demás decir que para mi madre era yo un terrible problema y al escuchar al maestro decir que podía curarme de mi alma y de mi cuerpo fue como abandonar una pesada carga al mar. Decidieron acogerme en abril del 2017. El costo por el servicio sería de 2mil soles. Creo que así me cobraban pues tres años antes me habían descuidado y el maestro se sentía responsable de mi tragedia.

Viaje de nuevo a la selva en abril. El viaje fue cómodo y placentero. Recuerdo que a pesar de estar gordo estaba muy enfermo de la próstata. Me encontré en la casa del maestro Hernán a un paciente de España y una pareja mexicana. El español era un adulto de 30 años a lo mucho que venía por un problema de otitis crónica y brujería. Y los mexicanos venían por el esposo que tenía cáncer de colon. Con ellos mientras estuvieron conmigo me sentí acompañado y lleno de empata. La familia de los shipibos me entrenaba la mente para ganar y me llenaban de fuerza pata superarme. Pero cuando me decían que todo dependía de mi, era como una roca a ka que tenía que mover. Reconocí que no sólo era hipocondríaco sino que estaba cargado de muchos traumas y vacíos afectivos que ne jugaban en contra.

Volví quedarme sin bañarme o asearme no más que con agua. Comía pescados especiales para dieta y plátano asado y agua del caño. Como hacía mucho calor me refrescaba en la ducha más de una vez. Poco a poco las hierbas o cortezas que me daban me fueron dejando delgado y con problemas de estreñimiento  como las hierbas eran icareadas cada noche en grupo con el español y los mexicanos empecé a ver espíritus, visiones y tener sueños bien vividos. Luego de mejorar por espacio de 15 días mis acompañantes empezaron por irse, a seguir sus tratamientos en sus lugares de origen. Me quedé solo en la cabaña contigua a la maloka de la familia shipiba. Estar sin bañarme y el calor infernal no me permitían enfocarme para que la medicina me sanara. Me cerraron dieta y volví a comer con normalidad, pero aun no me sentía mejor. Era difícil decirlo pero mi mente enferma bloqueaba el ánimo necesario que se requería para superar la enfermedad. Por más que los geniecillos de las hierbas me animaban en sueños y visiones con un futuro promisorio mi ánimo y autoconfianza estaban por los suelos. Toda la resaca de no haber podido vivir con normalidad toda mi juventud, eran un fuerte trauma que no me dejaba vivir. Los desamores, las rivalidades intelectuales, la soledad angustiarse, la condición psiquiátrica que tenía. Y esta última que era la razón de que no podía establecer una relación normal, sino estar picando de aquí y por allá, me hicieron sentir la perdona más insignificante. Eran años de un mundo sin felicidad los que no me permitían cambiar mi realidad y poder por fin controlar el curso de mi vida.

Recuerdo que ya pasaba de tres meses de vivir con los shipibos. Y aunque paraba en Pucallpa y Yarinacocha despejándome, no me sanaba. Tenía que cohibirme el gusto de enamorar mujeres o de comer lo que me gustará pues tenía que ser cuidadoso con las hierbas. Y era muy curioso que el efecto de las plantas en mi presencia era como un imán para las mujeres. Pero no podía hacer nada pues sino me moría. Decidí regresar a Lima con mi familia. Mis hermanos estaban muy molestos conmigo pues consideraban unos trúhanes a los shipibos. Y cuando yo les decía que la culpa era mía por mi miedo irremediable no me creían. Estaba en la ruina, toda el dinero que había conseguido como consultor ya no existía. No podía trabajar pues era como un discapacitado, y estaba sin la suficiente experiencia para hacerme de consultorías. Cuando ya no podía ni caminar baje mucho de peso. El shipibo me mensajeaba por celular y me preguntaba como estaba. El me tomó cariño y en parte se sentía responsable de mis torpezas y miedos. La enfermedad avanzo tanto que no podía mantenerme en pie, y aunque me decían de lejos que debía ponerme tranquilo y me sanaría la desesperación y la ansiedad me hacían perder la cabeza. Llegaba la fecha de mis 38 años y no quería ver a nadie. Estaba resentido y golpeado en mi orgullo por los problemas que tenia. Aunque estaba muy enfermo en mi locura me ponía a aprender salsa, bachata, merengue, cumbia y lambada por mi cuenta y aprendía a meditar y hacer largas caminatas. No podía moverme mucho, pero me las arreglaba para ir donde el santísimo a rezar. Recuerdo que empecé a devorar la biblia pues mi alma no estaba en paz. Y en realidad aunque la palabra de Dios era solo para  mi otro libro, si halle sosiego leyendo la sabiduría de la biblia. Empecé a entender que no sólo rezos y solicitudes eran suficientes para sanarme, sino que había que hurgar en la interioridad leyendo la biblia. Así de alguna manera mi fe aumento y el protagonismo de la filosofía perdió sentido, o quizás era un saber del mundo que usaría para el mundo.

V

No se como ya cerca del fin de año del 2017, luego de haber sido expulsado de emergencias al Rebagliati varias veces. Pies para ellos yo estaba loco o tenia fibromialgia me tope en redes con la sanadora Lorena Castillo y sus asombrosa capacidad para sanar con las manos. Le supliqué a mi madre que llevara mi foto reciente para que me curará a distancia, y luego ir por mi cuenta. En las próximas semanas iba, y tal fue mi determinación o la suerte de que tenía aún la energía y fuerza de las plantas que la sutil energía de Lorena me fue recuperando todo el cuerpo en tan solo tres meses. Mi persistencia y mi fe me sacaron de las fauces de la muerte.

En ese lugar mientras esperaba mi turno de ser sanado, conocí la historia de superación de muchas personas. La mayoría venía por cáncer o por complicadas patologías. Lo cierto es que Lorena Castillo es un ser índigo azul. Un ser de luz que canaliza la energía de Dios y su ser es como una parabólica y la impone en los cuerpos lacerados. Yo sentía su poder y salía cada vez más repuesto de ese lugar para mi santo. Ella es como cualquier persona con problemas y virtudes. Pero lo suyo no es placebo, sino una verdadera habilidad para remitir voluntariamente cualquier enfermedad.

Volví a trabajar pero no de sociólogo. Retome las lecturas y los escritos, y fui llamado por una sección de jóvenes apristas a escribir en la prensa alternativa y en portales digitales. Pronto me volví un aportante y reconocido escritor de ensayos en donde polemizaba contra la izquierda y los conservadores. Aportaba a su causa como un amigo de los apristas y ellos no me presionaban para adherirme al partido, pero no me gustó que se fijarán porque no tenía familia o una pareja estable. Me dijeron que era un caviar o alguien que no tenía la sensatez para ser político. Bueno estuve con ellos casi un año, aportando con mi pensamiento y mis consejos de ideólogo.

Como ya estaba sano, decidí mejorar mi mente. Antes de enfermarme había procesado meses de terapia psicoanalítica  pero era una sanación por logoterapia que demora y es costosa. Decidí buscar al maestro Hernán para tomar ayahuasca. No lo halle en Lima, así que tome ayahuasca con una shamana shipiba Asencia. Esa noche que tome la ayahuasca fue muy especial, pues por mi bocata me enfrente al mismísimo demonio con mis afrentas en la misma ceremonia. Toda la casa temblaba y una presión cargosa sentí en mi cabeza. Vi muchas cosas de mi interior que me reservo, pero que me sirvieron para despertar más mi inteligencia. Cuándo quizá tomar por segunda vez con la shamsna Asencia ya no quiso ayudarme. La recuerdo con cariño, pues al terminar la ceremonia ella dormía quejándose, y me do cuenta que lo mío era muy fuerte. Su hijo quien guiaba el negocio de su madre, no me volvió a contestar el celular.

Hacia fines del 2018 tome con el maestro Hernán. Y ahí si se sintió una revolución emocional y mental de mi espíritu. Me reservo lo que vi, pero tal fue el poder del maestro Hernán que su fuerza hizo estallar todo el potencial de pensador y escritor. Gracias a él he podido escribir cientos de ensayos y relatos, y se le extraña pues tenía un calor humano y una sabiduría irrebatible. Si hubiera seguido tomando con el de seguro hubiera despertado más mi conciencia. Y tal vez me hubiera animado a ser un curandero aunque se que el camino del curandero es trabajoso y peligroso.

La última vez que he tomado ayahuasca con el hijo del shipibo ya no fue lo mismo. Me fortaleció la mente pero no se me abrió la dimensión astral. Solo se que las cinco tomas de ayahuasca que he tenido me han enseñado a ser más fuerte y sabio. Aún ahora todas las noches tomo microdosis de ayahuasca para estar sin estrés y mantenerme juicioso. Me pone fuerte y me permite dormir.

Bueno me cure del cáncer porque demostré temple y esperanza. Mi fe fue puesta a prueba. Y aunque ahora hoy en día sufro algunas secuelas, agradezco a Dios haberme mostrado los caminos y señales para curarme. No dejo de tener mis faltas, veniales y graves pero trato de no ser un hipócrita o criticón. He dejado atrás el rencor, el orgullo el resentimiento y el miedo. Y aunque no me dedico aún con fuerza a la escritura y vivo como un misántropo, trato de no ser una mala persona. El gran costo de haberme sanado ha sido perder la creatividad para ser muy versátil en mis análisis y creaciones. Y es porque mi vida se ha detenido. No todo lo cura el shamanismo sino estas dispuesto ha cambiar. Y eso es el problema aun no estoy dispuesto a cambiar o me falta valor para hacerme del control de mi propia vida. Trabajo en almacenes y de vez en cuando salgo con mujeres ocasionales y no me siento pleno. Pero se muy en el fondo que el camino del shamanismo más la brujería de escribir mejor es una aventura muy oscura con peligros.  Creo que aún sigo en la oscuridad o soy esclavo de mis propios tormentos. Lo cierto es que estoy vivo, y la vida es una experiencia de amar lo que esta vivo. He visitado cuyeros,  tarotistas y todos me dicen que todo depende de mi. Que mi futuro es grandioso pero que el miedo de lo que yo despierte no será lo mismo ni podré volver para atrás. 

La desunion de una familia

  Hace unos meses conversaba con una vecina que es adulto mayor. Le decía que a pesar de tener 75 años se le veía muy conservada y fortaleci...