Jesús afirma es el camino, la
verdad y la vida. En un contexto histórico donde estas categorías querían decir
cosas distintas a las enseñadas hoy.
Cuando Jesús dice el camino es la
práctica de hallar un mundo dentro de uno mismo, y amarlo con todo el ser. El
camino es el amor, el viaje de vivir, y experimentar la creación. El amor, hacia
uno mismo, luego hacia las cosas que hacemos y con quienes interactuamos, Actividad
que vive el regalo de estar vivos. Si
nos conocemos y somos auténticos seres
humanos conscientes de su propia virtud divina, y de sus tormentas podremos ser sinceros, alegrarnos, reírnos, llorar
y ser más fuertes. Es un caminante que nunca se detiene en su propia actividad personal.
El propósito de ser feliz y hacer feliz es todo hacia a fuera.
Verdad es iluminación. Todo lo que está oculto, será
llevado al des ocultamiento. Pero iluminación no es verdad en el sentido de la
modernidad, verdad que corresponde con el dominio sobre las cosas y sobre
el hombre. Verdad significa abrir los
ojos y darse cuenta que solo esta uno y el universo imparcial, que el mundo es
una construcción inteligente que no puede ser alterada so pena de sufrir las
penalidades del desamor y los conflictos. La verdad interior nos hará libres y
nos sanara. Fluir sobre el mundo y adaptarse a el.
En Jesús vida quiere decir
expansión de sí mismo, de acrecentamiento del conócete a ti mismo, del sentir
que nos recorre, pero a la vez quiere decir estar con los demás desde aquello
que sabes hacer y respetar y entender. La vida es un viaje de autodescubrimiento pero encaminado
hacia la vida que se nos ha dado, sin detenerse, donde todo es aprendizaje,
aplicación y recompensa. Esta concepción es libertad del espíritu volcado sobre
el mundo. No hay que ser santos o ser lo que otros dicen que somos. No hay explicaciones
ni mandatos solo se tú mismo, imperfecto y a la vez consciente de la totalidad
maravillosa.
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