jueves, 28 de marzo de 2019

Vargas Llosa. Retrato de un escritor frívolo.






El ataque lucido a los posmodernos que nuestro premio Nobel  era la crítica al enrevesamiento y depravación que estos Postestructuralistas habían regado por las letras del mundo. Al desmitificar al indigenismo de Arguedas como el trauma de un niño que idealizaba a un indio que  eligió  migrar a las ciudades, pensaba comprende las contradicciones de nuestro espíritu. Por último, su veneración a los principales pensadores liberales del S XX,  apostaba por hacernos entender que cada persona con su ingenio y especialización debe adaptarse al libre mercado, nockeaba a los  populistas del mundo.
Error. Aunque en su literatura  no se siente al Perú en la sangre, creí  se había olvidado de esa torpeza de dar más peso a la belleza de las palabras que al mensaje serio. Su psicología  es la del  poeta hippie que no escapa a la severidad de su padre. Escenas de celebrar como un prodigio impresionista y dadaísta los films de Madeinusa y la Teta asustada  rebelan el perfil de un apátrida, posmoderno  y chupamedias del Capitalismo. Expresan el racismo de un cine que es un insulto a la psicología golpeada y roída en el ancestralismo de las comunidades campesinas.

Nuestro escritor cosmopolita más que peruano, se rebela como el mercenario de la pluma y el lobbista de un neocolionalismo a la española. Ver en cable,, a vizcarra, muñoz y vargas llosa rindiéndole pleitesía regia al Presidente de España y al mantenido Rey Juan Carlos raya entre  la sumisión escolastica y la negociación con un  Estado fallido, acostumbrado a que los alemanes y los nórdicos tengan que cargar con su improductividad.

Verlo  disertar en contra de AMLO— sabe que España juega para los gringos- al comentar que resulta una huachafada que el Hispanismo  pida perdón a los pueblos originarios a los que masacro en el pasado, es  el servilismo de un bufon que no entiende que Europa modernista a la que endulza ya murió. Su realismo mágico, arielismo encubierto, es solo  palabra divertida,  las fantasias  de la academia por alentar el consumismo con una literatura que se dice reivindicativa. Su amistad con los zurdos de cafetin  comulga con los negocios de los eternos señorones que están aterrados porque tratan de no ser barridos por el imparable Confucionismo Chino. El narcisismo y la desobligación de los arrendatarios y los renegados pide la restauración de la Corona, y alientan nuestro fin como nación. La Chama lo pinto de cuerpo entero.

  

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