Vargas Llosa. Retrato de un escritor frívolo.
El ataque lucido a los
posmodernos que nuestro premio Nobel era
la crítica al enrevesamiento y depravación que estos Postestructuralistas
habían regado por las letras del mundo. Al desmitificar al indigenismo de
Arguedas como el trauma de un niño que idealizaba a un indio que eligió migrar a las ciudades, pensaba comprende las
contradicciones de nuestro espíritu. Por último, su veneración a los
principales pensadores liberales del S XX, apostaba por hacernos entender que cada
persona con su ingenio y especialización debe adaptarse al libre mercado, nockeaba
a los populistas del mundo.
Error. Aunque en su
literatura no se siente al Perú en la
sangre, creí se había olvidado de esa
torpeza de dar más peso a la belleza de las palabras que al mensaje serio. Su
psicología es la del poeta hippie que no escapa a la severidad de
su padre. Escenas de celebrar como un prodigio impresionista y dadaísta los
films de Madeinusa y la Teta asustada
rebelan el perfil de un apátrida, posmoderno y chupamedias del Capitalismo. Expresan el
racismo de un cine que es un insulto a la psicología golpeada y roída en el
ancestralismo de las comunidades campesinas.
Nuestro escritor cosmopolita más
que peruano, se rebela como el mercenario de la pluma y el lobbista de un
neocolionalismo a la española. Ver en cable,, a vizcarra, muñoz y vargas llosa
rindiéndole pleitesía regia al Presidente de España y al mantenido Rey Juan Carlos
raya entre la sumisión escolastica y la
negociación con un Estado fallido, acostumbrado
a que los alemanes y los nórdicos tengan que cargar con su improductividad.
Verlo disertar en contra de AMLO— sabe que España
juega para los gringos- al comentar que resulta una huachafada que el Hispanismo
pida perdón a los pueblos originarios a
los que masacro en el pasado, es el
servilismo de un bufon que no entiende que Europa modernista a la que endulza
ya murió. Su realismo mágico, arielismo encubierto, es solo palabra divertida, las fantasias de la academia por alentar el consumismo con
una literatura que se dice reivindicativa. Su amistad con los zurdos de cafetin
comulga con los negocios de los eternos
señorones que están aterrados porque tratan de no ser barridos por el imparable
Confucionismo Chino. El narcisismo y la desobligación de los arrendatarios y
los renegados pide la restauración de la Corona, y alientan nuestro fin como
nación. La Chama lo pinto de cuerpo entero.
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