miércoles, 15 de febrero de 2017

Lo que se ama no se ve.





No sabía andar sin linterna. Mientras me internaba en las matas y en los recovecos de la selva, para orinar o tener que jalar algún fruto o planta para tomar, me sobrecogía un miedo visceral. Veía, si es que esa es la palabra como las sombras y las figuras innombrables se escurrían en la oscuridad. En una tierra de Dioses y hombres conviviendo, mi cuerpo debilitado por la razón y la vergüenza de sobrevivir en las ciudades, sentía los sueños, y la realidad nebulezca, acorazada por miles de sensaciones y peligros que respiraban en mi nuca. Lo bello y lo extraño son lo mismo, cuando no se es más que un forastero enfermo de seguridad. En esas noches la contingencia de que la muerte llegara, así como la impresión de que naufragaba en un paraje de nuevas riquezas y dominios, me hicieron poco a poco, envolverme con la naturaleza, y conversar a gusto con ella. Lo que se piensa es temor, es algo chato, ahí cercado por miles de mosquitos, y el acoso de fieras y sombras empecé a escapar a mi indumentaria de higiene, y me deje llevar por el origen de lo que permanece y vuelve a nacer. El perfume de algo salvaje, de algo que se transmite como energías descomunales me reinventaron, me dan fuerza.

Lo espiritual y lo instintivo son lo mismo. Lo que es caliente no procede de la astucia sino del juego y del amor sincero. Lo que arde sólo es sinceridad y osadía inocente. Cuando algo te atrae, no hay cortejo ni formas, lo tomas y lo embrujas. En la selva, no hay leyes para lo distinto, uno se quema porque los cuerpos piensan y no se esconden. Lo que no tiene vergüenza posee salud, y fuerza para enloquecer. Solo hay que tener confianza para ser, lo demás aunque reticencias y simulaciones es un juego que va atrapando a la piel, y que culmina en los infiernos.  Aquí en la selva entendí esta idea esquizoide, esta propiedad natural

Una noche me quede sin amigos en mi chozita. La familia que me acogió gentilmente en Yarinacocha tenía un cumpleaños en las cercanías del puerto de Pucallpa, y me habían dejado al cuidado del terruño. Solito con mi linterna, mi perro viejo Lucas, y los gatos endiablados que jugaban a mi alrededor, me fui quedando en penumbras. Las personas volvían de los ríos y de las chacras y se escabullían en la oscuridad entre los matorrales hablando ese dialecto juguetón y amable de los shipibos. A pesar que me había puesto repelente los zancudos y los mosquitos gigantes me tenían como menú preferido. Los sapos enormes paseaban, y entre los suburbios, se sentía algún gruñido o se deslizaba alguna estimada tarántula o serpiente.

Por mi seguridad me refugie en la chozita que no estaba mal equipada. Por esas cosas del destino esa noche agarró la TV, y me puse a ver Esto es guerra y luego ALFHS. Mientras me había bañado en las sombras y me fume un mapacho para las malas energías. Me senté en la estancia en las cercanías de mi mosquitero y me puse a ver algo de Lima TV. Al sentirse el sonido en la ventana de la chozita se presentaron dos sirenas: Helly y Shirley. Eran dos jóvenes traviesas que deambulaban todo el tiempo por el lugar, muy curiosas y con ganas de quitarse la ropa. Se treparon a la ventana, y me saludaron con timidez, soltaron su cabello y mi boca se abrió de improviso… les hablé con cierto respeto, y cada cierto tiempo, en los comerciales las empecé a conocer. Me atreví a saber de ellas les sonreí y les converse con cariño….

Eran hijas de un ex militar vecino, y que no estaban con marido y que les gustaba bailar y divertirse. Eran unas niñas, pero su aroma era misterioso y encantador. Aunque se que no comprendían mis palabras, pero si mis indicios corporales de locura, mis halagos de la selva me ganaron su sonrisa, y su lenguaje a susurros, y esos ojos primigenios me permitieron jugar con las fotos. Se que tenían vergüenza, pero su interés no reside en las palabras ni en lo que se ve. Sino en la atracción directa y en lo nuevo…. Les invite a pasar a la estancia para que vean mejor la Tv, además tenía meloooo, y ellas eran mis jaguares… Lo pensaron, si es que esa la expresión, insistí y se precipitaron a mi lado…. Un aire denso se apodero del lugar.

Mientras las olía, y me tropezaba  para estar cerca de ellas, mis versos de curandero y mis arrebatos de colegial me permitieron bailar con ellas, y abrazarlas mientras afirmaba que todo lo que tocaba era de mentiras y que era muy sospechoso que fueran tan bellas. Requería más pruebas, mas evidencia, les reclamaba. Me dejaron tomar fotos mientras les besaba como prueba de científico, y lentamente los alientos se mezclaron y se aceleraron. La sugerencia de quedar en silencio y de que se fuera la luz eléctrica, de improviso, dotaron a mis investigaciones de más pruebas: “lo esencial es invisible a los ojos”. Tomamos unos siete sabores, y fumamos unos mapachos mientras las risas remotas se acallaban en búsquedas y allanamientos osados…. Su intuición infernal de saber de anatomía en la oscuridad, y ese riesgo de que lo intenso es eliminar lo seguro y todo orden consciente me permitieron sentir que lo más delicioso y a la vez inocente sólo reside en amar con todo lo que se lleva dentro… Su piel febril me comunico una gentil necesidad de hurgarlas y remecerlas, mientras sus sonidos y temblores de shipibas, y ese aroma raro pero deletéreo de sus cuerpos me secuestraba. Fue tan intenso y a la vez natural que pase bastante tiempo con ellas, mientras abrazados me quedé con un sopor inevitable. En sueños una luz dorada y un aire lejano se apartaron de mi ser. La oscuridad es una forma de vida. Sobrevivir es una linterna muy paupérrima…

Me desperté al otro día y no estaban. Me bañe, y me comí mi pescado y bellaco mañanero. Llegaron mis anfitriones.. y en secreto le narré lo acontecido a mi amigo D….. Y me dijo que no existían en la comunidad tales muchachas, tales vecinas…. Y de inmediato me preguntó si me había acercado a la quebrada y había visto algún bufeo. Recordé que unos dos días antes si había visto dos rosaditos, mientras chapoteaba en la orilla….. “te han venido a buscar las sirenas… Algo te han querido decir… que loco” dijo D…  De inmediato me cercioré de que perdí el miedo….. Me habían enseñado a ver en la oscuridad,,,, solos somos plantas descarriadas, pensé…



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