Análisis del film “La
llegada”.
La comunicación y la miseria de Occidente.
Para entender ésta película uno rememora la arenga de Kant en
la Paz Perpetua para que las naciones de Europa se entiendan y lleguen a un
estado universal donde se abandone la minoría de edad y se instale la razón
autoconsciente. O si no el consejo de Jurgen Habermas en su opus magnum La
razón comunicativa, donde nos dice que la modernidad es un proyecto incompleto
porque Occidente no se ha entendido. Que los problemas del mundo se resuelven
dialogando y desarrollando una ética del discurso, principios elementales para
llegar a acuerdos y establecer el bienestar del Estado, que al final somos
todos nosotros. La miseria de Occidente es que enseña que encima de la palabra
esta la guerra y la confrontación. Su proyecto racional y el sueño de sus hijos
bastardos como Estados Unidos ha sido corromper tras su arrogante razón
instrumental el ciclo de la vida en la tierra. Ellos son los irresponsables que
no han entendido los límites de su técnica y de su formalismo moral.
La llegada empieza con los recuerdos de madre de Louise Banks
(Amy Adams). La llegada de su bebe, como juega cuando ella es una niña y esta
disfrazada de vaquera. O la llegada del cáncer que acaba con su vida y ella
esta al pie de la cama llorando mientras su hija, calva por las quimioterapias
yace inerte y no se puede hacer nada. En la película no se ve al padre de la
niña, por lo cual se sobreentiende que hay un conflicto conyugal, o tal vez que
el lazo íntimo antes de que llegue el papel del padre es un lazo maternal, como
nos dice el psicoanálisis.
Luego vemos que Louise resulta ser una profesora de lingüística
en la universidad. Y que el día en que esta llevando una de sus clases acontece
la llegada alienígena. Doce naves que se
ubican en lugares estratégicos de la tierra, suspendidas en el aire y en forma ovoide. Se
ve luego el aparente caos que esta visita provoca en la tierra, mientras Louise
prosigue con su rutina y la universidad luce desierta y se escucha que la
población en el mundo ha abandonado sus actividades públicas y se mantiene
comprando alimentos y combustible, para aislarse ante cualquier improvisto. El
caos es la ausencia de control. Una cultura como la Occidental ha odiado la
ausencia de control, a pesar de su premisa comunicativa ha vivido temerosa del
accidente y de lo que le resulta un misterio. Por eso el lenguaje es la
presencia de un imperativo por nombrar lo desconocido y protegerse de aquello
que merodea allá afuera y que resulta ininteligible. El concepto ha violentado
la vida, y la ha tratado de aprisionar en el derrotero de la teoría. Todo lo
que es Occidente: Atenas e Israel padece del mal atrapar la realidad para
transformarla y volverla en objeto de dominio.
Al parecer Louise prosigue con sus actividades en su
despacho, y se presenta el Coronel Weber (Forest Whitaker), quien le pide que
traduzca una conversación entre un humano y unos sonidos desgarradores
alienígenas. Al principio no se llega a un acuerdo, pero finalmente la recibe y
camino a Montana en un helicóptero conoce al físico teórico Ian Donnely (Jeremy
Renner), quien al leer el libro de Louise observa la idea de que el fundamento
más esencial de una civilización no es el lenguaje sino la ciencia. Premisa que
se vera fallida y que en la película remite al belicismo y al desplazamiento
megalómano de una tecnología militar que no comprende la presencia de la misión
alienígena. Ye en el campamento de
Montana que se ha instalado cerca a la nave se ven los sumos cuidados
que los militares y científicos despliegan con la comitiva que va a ir a
comunicarse con los extraterrestres. Con trajes aislantes y vacunados contra
agentes infecciosos o bacterias alienígenas la comitiva con Louise y Ian
ingresan en la nave donde la gravedad es casi cero y los instrumentos de video
y de comunicación sufren distorsiones.
Al principio la comunicación es nula con los alienígenas que
son como calamares gigantes (Hectápodos), por lo cual Louise apelara luego a
enseñarles a los alienígenas por medio del lenguaje escrito en una pizarra
acrílica, sus identidades tanto de ella como de Ian. Increíblemente los
alienígenas se comunican a través del trazo en humo que arrojan de uno de sus
tentáculos de un lenguaje en base a círculos que no terminaban de cerrar. Poco
a poco la comunicación, y el aprendizaje y descodificación del lenguaje de los
heptápodos permite saber el porque habían llegado a la tierra, y que interés tenían
en una nuestra civilización. Mientras la comunicación parece prosperar, en los
otros lugares de la tierra donde están estas naves ovoides se declaran ultimátum tanto de China, Rusia y Sudán para
iniciar hostilidades con los alienígenas. Sus científicos y militares no habían
podido descifrar los motivos de su llegada, razón por la cual la misteriosa
visita preocupa y crea el caos en todo el planeta, con situaciones de saqueos
generalizados y declaraciones de toques de queda.
Louise y Ian no son escuchados por el coronel Weber quien al
recibir ordenes superiores de la CIA y del gobierno declaran también iniciar
hostilidades con los alienígenas. Ya para eso Louise a través de visiones
sensoriales de su pasado con su hija y vida conyugal, parece entrar en
comunicación extrasensorial con los alienígenas. Pero en la última visita que
hacen en compañía de Ian se produce una explosión y son sacados violentamente
de la nave, que se retira de Montana unos metros más arriba como en son de
retirada. Las últimas formaciones que los heptápodos habían trazado
significaban que su visita deseaba dar un arma o regalo a la humanidad y
ayudarla en contra de una gran enfermedad que iba a asolar la tierra en 3000
años. Pero todo esto es visto por Louise cuando llega a ingresar al interior de
la nave alienígena e interactúa lingüísticamente con el heptápodo. En una
apertura de su conciencia a niveles superiores de comprensión de su pasado, presente
y futuro, en un entendimiento del mundo cuántico y de toda una simbología de
figuras e imágenes que no se condicen con la miseria de la humanidad obtiene una comunicación directa con los alienígenas. Los gobiernos no
pueden comprender el motivo de la visita y deshacen e interfieren la comunicación
internacional entre científicos y políticos, que no llegan, paradójicamente, a usar la mayor arma
que la vida les ha dado: el lenguaje. El lugar donde mora el ser. El uso, o la
forma en que hablamos y usamos el lenguaje determinan nuestros procesos de
producción de conocimientos y saberes. Aprender un idioma es recibir en la
mente el reservorio cultural que una civilización ha producido en su derrotero
histórico. No hay en realidad una unidad
lineal del lenguaje sino que todo es circular, como una serpiente que se muerde
su cola.
Louise logra evitar que el desenlace sea la guerra en contra
de los alienígenas cuando se roba el celular del agente de la CIA, Dan Ryder
(Larry Day) y se comunica con el líder militar chino Gral Shang (Tzi Ma). Con el
número que ella logra recordar de una escena futura en que el líder chino Shang
le enseña en su celular y le dice que decir,
uniendo el presente y el futuro de un modo circular, como un eterno retorno sin
tiempo. De este modo se evita la guerra y se llega a comprender el motivo de la
visita de los extraterrestres, pero mostrando una civilización donde las peores
profecías y representaciones mesiánicas generan el caos y el desgobierno
global. A pesar que se trabajaba en un equipo global para entender la llegada
de estas gigantes naves se corrompe la comunicación y se muestra el pobre nivel
de conciencia que posee la humanidad occidental. Un problema en la
comunicación, el uso que le damos al lenguaje, los modales o formas que
establecemos al comunicarnos son vitales
para resolver problemáticas que afectan a todo el planeta.
Louise ve su futuro en pantallazos de vitalidad, su futuro como
madre, y su relación con el padre de su futura hija Hannah (Abigail Pniowsky)
en Ian. A pesar que sabe de un modo intemporal en su interioridad lo que será su
vida, estamos para vivirla de un modo trágico, voluntad de vivir, como diría
Shopenhauer. Y bueno se ve como enseña en cátedras el lenguaje de los
visitantes extraterrestres y como se le agradece por su valor e intrepidez. El
tiempo no es anterior a la existencia, sino que es una percepción personal que
se halla adentro de nosotros. La interioridad de cada uno de nosotros es un
tesoro de aprendizajes y saberes que debe expulsarse en la sociedad y tener el
valor de vivirla en colectivo. Comunicarse en un plano elevado de conciencia
remite a hacer relativos y motivo de mutación al espacio y al tiempo; pues sólo
el amor une a veces lo que la subjetividad no es capaz de aprovechar en el
tiempo que cada uno de nosotros tiene para vivir. En ese sentido esta entrega
de Denis Willeneuve resulta espectacular para quienes enlazan emociones con
experiencias trascendentales de la vida. Y no hay que dejar de mencionar la
banda sonora que te hace sentir la falta de gravedad y la fuerza de lo extraño
que resulta el registro alienígena. La comunicación requiere de intiución no solo es algo pensado de manera estrategica. Si la que salva el planeta es una Mujer cientifica, Villeneve como Director de este film al igual que en Blade Runner 2049 esta insinuando algo que por oposición al cienciologo de Tom Cruise, que es: la mujer encierra un algo que no es comunicado en la realidad. No es solo intelecto o cuerpo, hay un algo espiritual que la torpe idea de belleza y atractivo esta oscureciendo de modo nefasto para el proposito de vida de toda dama. Su ser interno esta siendo reemplazado por solo superficialdad, poder y sexualidad sin ataduras. El espiritu no es bello. Pero a mas belleza y atractivo mayor sera la falta de una real pasión y amor que niegan no necesitar. Eso acarrea el odio y la locrura del control a la belleza. Louise no es asi, Como tampoco la hija de Declard. su imaginación y lo que encierran es la medicina para el mundo....
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