sábado, 13 de mayo de 2023

La politica y los politicos.




En los últimos meses la aprobación de la sociedad hacia los políticos  es nefasta. Y al parecer tal adjetivacion es apropiada porque los intereses personales se imponen sobre los públicos. Hay una sensación que los políticos, los burócratas y los técnicos asumen los cargos de poder del Estado para tener acceso a grandes fortunas y no para gobernar en bien de la población. Es tal la percepción de que el que gobierna tiene fuertes limitaciones técnicas y morales para que la sociedad sea la más beneficiada.

La política esta desacreditada no por si misma  sino porque su virtud social y su poder intrínseco están capturados por personajes que han invertido en ser políticos para granjearse un pingue botín. La privatización de la política ósea para fines particulares es una correa de devolución de favores para aquellos que han apostado porque el político obtenga el poder público. La política esta anulada en su papel benefactor no sólo por intereses privados sino además por poderes delictivos, que prefieren que la sociedad se desdibuje a perder ellos la prosperidad de sus negocios. Y la política es un negocio cuando el poder que ostenta se usa para asegurar la vida financiera de aquellos que ingresan al poder para servirse de él.

Y es aún más la sensación de descontento en la población cuando los que llegan al poder legislan leyes y hacen reingenieria política para asegurar la reproducción de un sistema político enfermo. Es la debacle del Estado la mejor garantía que otros como los políticos de turno lleguen en el futuro a capturar el poder y la sociedad sea la más perjudicada. Y es que sin pobreza y desmoralización no hay campaña política  no hay renovación de compromisos que facilitan la aparición de nuevos delincuentes de saco y corbata. Si los políticos son el problema y la sensación de que el sistema politico favorece solo a los que se corrompen, entonces estamos llegando a reconocer la crisis de un modelo de racionalidad política que ya no da para más.

Como liberar a la política del control de los políticos? Como hacer que los mejores se interesen en la política? Como renovar el sistema de partidos políticos para que canalice solo los intereses de ka población y no aventuras personales? Por lo pronto, queda afirmado que el modo como se ha construido el sistema político, ha favorecido que se parásite el Estado por mafias permanentes, y a la larga un Estado privatizado no favorezca los intereses de la sociedad, que queda perjudicada por el modo como se ha construido la sociedad. Un Estado deficiente es la puerta abierta para ataques mortales en contra de la sociedad y sus instituciones vitales.

El Perú es un país donde habíamos conocido corruptos que roban al Estado, pero no habíamos conocido corruptos que nos quieren robar el país. Por lo general, la desaprobación de los políticos es debido a que personajes muchos de ellos impresentables hacen uso de su poder público para asegurarse de fortunas. Esta clase de políticos no destruye el sistema económico, y las libertades civiles que lo hacen posible, porque dependen del dinero que produce una economía de mercado. En cambio los políticos últimos, muchos de ellos provenientes de las categorías populares o defensores de el,  se corrompen porque es un requisito de ideologías trasnochadas destruir el Estado para mantener subyugada a la sociedad y manipularla. Es necesario corromperse para debilitar el poder eficaz del Estado, para asi mantener en la pobreza y desmoralización a las personas. Unos son delincuentes que hacen posible las libertades de mercado para fagocitarlas y condicionar fortunas. Mientras que los otros destruyen sociedades para convertirse en nuevas oligarquías que empobrecen a la sociedad.

A mi juicio el único modo sino el más contundente modo para renovar la política es construir un sistema educativo que supere y anule la cultura criolla trasgresora y edifique personas con valores y enorme ganas de superación y de servicio al país. Aunque esto es una salida a largo plazo, por lo pronto me preguntaran a corto plazo, cual sería la solución? Diría que el descontento con políticos pusilánimes trae el resurgimiento de movimientos éticos de personalidades que ingresan a la política para apostar por la mejora  y desarrollo del país. Los ideales reflotan cuando la noche es más oscura. Incluso los reales poderes soberanos surgen cuando la política es amenazada por los intereses más aberrantes. Una sociedad no debe permitir que sus libertades civiles sean coercibidas, y si reacciona frente a las desmoralizaciones que en ellas se presentan reclaman para sí el poder activo y soberano de construirse un futuro prospero y en paz. Siempre la cara oscura del mal atrae las bondades más soberanas.

Lo propiamente político no es practicado en los escenarios políticos, pues dicha practica esta capturada por los políticos personalistas que privatizan la esfera pública. Esto hace que se próvoque un divorcio entre la sociedad civil y los representantes políticos, que legítima el delito y hace que se tome la decisión por parte del ciudadano de a pie a vivir aislado de la esfera pública y concentrado en sí vida privada. De esta actitud de apartamiento se alimenta una economía de acumulación y de servicios que se siente desafeccion por la política. Lo propiamente político lo practican innumurables decisiones individuales por prosperar, y no la esfera pública capturada por los políticos que no buscan el bien común, sino el bienestar de sus negocios personales.

Este desenlace en el cual los políticos monopolizan la política para sus sesgados intereses privados, ha echo que las economías delictivas empreserialicen el Estado en la búsqueda de arrebatarle al Estado su violencia legítima y su estado jurídico poniéndolo al servicio de proyectos delictivos donde se corroe el poder político. No importa la sociedad civil o la acumulación privada sino el control absoluto de las energías estatales para hacer de lo público un espacio de dinero ilegal donde florece el delito y la anarquía social. Hoy la sociedad queda expuesta contra el nivel de delincuencia política que se avizora en el horizonte. Hoy como nunca la democracia no se enfrenta a una fuerza corrupta sino a delincuentes ideológicos que lo único que buscan es deshacer los fundamentos del cuerpo político para generar una nueva oligarquía que empobrece y somete a ka desolación a los pueblos. Frente a los problemas del cambio climático y las crisis intestirciales del capital nuestra sociedad tímidamente soberana está ante la amenaza de recaer en un nuevo género de barbarie social. Una cosa es un delincuente en democracia que parásita el Estado y otra muy distinta un delincuente político en dictadura, donde destruye la capacidad instalada de la economía para desactivar al capitalismo de los pueblos. 

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