martes, 16 de mayo de 2023

Democracia o barbarie




Nuestra democracia se deteriora rápidamente. No sólo es incapaz como sistema político de procesar las necesidades y urgencias de la ciudadanía, sino que al ser capturada por intereses particulares la amenazan en su decadencia permanente. Asistimos no sólo a una corrupción pública que debilita el accionar del régimen democrático, sino que se ciernen sobre su funcionamiento delincuentes que quieren destruirla. Esta destrucción se presenta como un cambio radical por parte de actores políticos que buscan restringir la iniciativa privada y la libertad dizque para combatir la pobreza y poner los recursos de la nación al servicio del pueblo. Es la ideología la que se troca en propiedad del Estado de una nueva monarquía que espanta la inversión privada y ahoga la actividad social de generación de la riqueza en la rémora absoluta de la capacidad productiva del país.


La democracia no consigue volver versátil el Estado para procesar las demandas de desarrollo de la población. Esto es producto de una construcción histórico ontológica que no se condice con el ordenamiento territorial y con el modo como se ha construido la cultura. Es una complicación histórica tratar de gobernar un territorio tan accidentado como el Perú. Somos una cultura fragmentada y ahora capturada por la desafeccion cívica las que hacen que la democracia no tenga el poder legítimo para tener autoridad soberana sobre nuestra sociedad.

El jaque logístico y político ante las movilizaciones políticas en el sur del Perú, y el fenómeno natural del niño costero han echo que el Estado sea sobrepasado por un sinnúmero de poderes locales y regionales que han fomentado la división política como la rémora pública. Al mostrarse el Estado ineficaz en su tarea de resolver los problemas de la sociedad y defenderla es vaciada la democracia  de su sentir público y esta se diluye rápidamente en un montón de fórmulas vacías de poder soberano.

La democracia y las leyes que la formalizan no son lo suficientemente validas para evitar la división política y para gestionar el progreso social del Perú. El poder público es invadido por empresas privadas que asaltan los recursos del Estado, y a la vez la población preocupada en resolver sus cuitas personales permiten el socavamiento del Estado de derecho, lo cual se traduce en delincuencia política y a la vez modorra estatal.

Es el fundamento emancipador del individualismo que hace posible la democracia la que debilita la protección legal y factica de las libertades civiles. Sin este fundamento individual y sin la iniciativa privada que hace posible la libertad económica es imposible la reproducción de la sociedad. Pero ahí donde no hay economía social de mercado ni libertad para que la actividad humana pueda crear progreso personal, es sumamente fácil hacer que el egoísmo y la ignorancia destruyan las bases cívicas del régimen de poder. Es el retiro del Estado de sus tareas progresistas la que hace que el modelo educativo no consiga fomentar una cultura cívico social. Es el socavamiento de las voluntades cívicas por el impacto de los medios de comunicación y las tecnologías de la información lo que ha generado una lenta pero potente disolución de las culturas populares y su sociabilidad. Este fenómeno esta consintiendo la aparición distorsionada de empresas delictivas a todo nivel que fortalecen las mafias locales del Estado y que con tal de reforzar el saqueo de los recursos públicos, son capaces de diluir la democracia y con ella destruir la sociedad liberal.

Es la disolución de la democracia provocada por este fenómeno de egotismo ontológico la que acelera su inoperancia ante tanta necesidades sociales. Y la que empuja a las libertades civiles a buscar su propio autodesarrollo sin que el Estado intervenga. Esto último permite que discursos radicales y delincuenciales usen los mecanismos de la democracia para ponerla en cuestión y destruirla. Ahí donde el poder civilizador de la democracia no es lo suficiente para permitir el desarrollo económico esta entra en discurso para disolverla. Es por otra parte, el efecto psico-cultural de la democracia liberal al manifestar una odiosa explotación como soledad visceral la que también facilita su destrucción acelerada. Por poderes alternativos que en su búsqueda de una comunidad ética facilitan la interrupción de los fundamentos democráticos, acelerando la vulgaridad, el robo y la violencia,

Sin un poder soberano que proteja las libertades civiles están entran en dilución. Lo que fomenta no solo un funcionamiento maligno de la democracia sino que además hacen prosperar una realidad donde el abuso y la violencia conviven con la privatización de la cultura. Es un acto de educación popular hacer que la cultura democrática mediante el sistema educativo y la propaganda creen cuidado sobre los valores civiles, pues sin ellos es imposible la realización individual y la formación de una sociedad desarrollada y en paz. Es necesario sanar la cultura de las amenazas particulares que se ciernen sobre la democracia, todo cuanto mas problemas ontológicos como las pandemias o el cambio climático predestinan su colapso. Sin un orden democrático que es perfectamente corregible lo que nos espera es el tribalismo y la barbarie, donde el mas taimado y egoísta en nombre del cambio puede atentar contra la sociedad, creyendo buscar una utopía,

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