sábado, 10 de abril de 2021

No predicar con el ejemplo




Una vez Rolando salía de su hogar en los Barrios Altos rumbo a su universidad donde estudiaba Derecho. Se hallaba en su primer año de estudios y las buenas notas no lo acompañaban . Lo curioso era que el era empeñoso y pronto detecto las utilidades de ser abogado. Se dio cuenta que hablaba muy bien y que podía ser un líder que podría representar a sus amigos lúmenes de su barrio. El mismo había participado en unos asaltos a mano armada pero ahora quería dejar esa vida y aprovechar los estudios para ser un gran profesional.


Un buen día iba en microbus a la universidad y se sentó junto a él un padrecito mucho mayor que el. Veia que leía con insistencia un libro estampado de reojo y que cada vez que leía algo interesante se tocaba la cabeza y asentía de una forma por demás ridícula. Rolando curioso se presentó y le preguntó que era aquel libro. .

-- Muchacho debes saber que es el mismísimo Lenin que me habla y que la lucha de clases es el motor de la historia y que nosotros somos el proletariado que esta dispuesto a luchar por la revolución mundial. ..
-- Y ¿ donde quedan mis amigos rateros y la gente de donde vengo?
-- ellos son el lumoenproletriado gente que pertenece al ejército de reserva industrial. Gente que no sirve y que no entiende de conciencia de clase.

Rolando escuchaba atentamente lo que decía aquel señor, aunque por dentro quería darle un puñetazo. Se daba cuenta por sus gesticulaciónes que era alguien perturbado y fanático. Así que decidió respetarlo y esperar a ver que sacaba para sus amigos lúmenes. El señor lo invito a una de sus reuniones políticas en el centro y luego, porque tenía prisa de bajar se despidió de Rolando.  El joven pensó que podría sacar de alguien que a leguas se ve que es un adoctrinados. No lo pensó más y llegó a la unuversudad donde lo esperaba el conocimiento y sus amigos.

Cierto día que también se dirigía a la unuversudad se sentó junto a él otro sujeto más emperifollado y con unos aires de rey que resaltaban su mirada algo estirada y con poses de señor mandon. También leía un libro con bastante asuisidad y pronto Rolandi se presentó e intrigado le preguntó de qué trataba el libro.

-- es ^ el llamado de la tribu" de Vargas Llosa, un libro que habla sobre el mercado y los liberales.
Rolando que ya había escuchado sobre los liberales totalmente entusiasmado empezó a escuchar la perorata de aquel caballero.

-- muchacho debes saber que en América Latina debe haber un área de libre mercado sin aranceles y tontas restricciones. Que el que quiera ser libre debe trabajar y ofrecer sus servicios en la leyes del mercado de la oferta y la demanda. Y que aquel que es pobre es por su culpa, por no querer esforzarse. 
-- y que opina de los lúmenes.
-- ellos son una amenaza a la propiedad privada y según mi opinión no debe haber ninguna política pública para ellos, son sólo desechos.
-- pero son seres humanos.
-- si pero son un gasto fiscal innecesario. El mercado debe eliminarlos. No hay como regenerar a los ladrones.

Cuando Rolando escucho, aquellas palabras contra sus amigos quizá vociferar un insulto pero se aguanto por ser un señor mayor. Este caballero bien planchadito le invito a una de sus reuniones políticas y se bajo, pues debía trabajar en su empresa. Rolando siguió su camino hacia la universidad e iba pensando las comparaciones entre ambos tipejos y pudo darse cuenta que ambos desprecian  a los pobres. No tenía necesidad de asistir a ningún lado,  no iba sacar nada para sus hermanos de barrio.

Un buen día esperaba a su enamorada en un restaurante y se iba demorando. Mientras pensaba en ella, vio entrar por la puerta a aquellos maestros del microbus.  Resultaba que eran amigos y estaban algo picaditos,  y lo estaban tanto que no lograron reconocerlo cuando pasaron por su lado. Se sentaron ambos camaradas y pudieron un buen desayuno sin escatimar en el precio de la merienda. Quizás se dijo, escucharé una confrontación de mentes.

Llego su enamorada y pidió unos jugos con sanguches. Tenían planeado ir a la costa verde. Pidió silencio a su chica pues quería escuchar la charla de aquellos caballeros.

-- vamos cumpa a las Cucardas, hay unos lomazos- decía el comunista.
-- esperare comemos algo y funcionamos más que un chiquillo-- mascullaba el liberal

Y mientras se reían de sus lujuriosos palabras y de todos los potos que habían visto en la oficina, la enamorada de Rolsndo decía sigilosamente que asco, viejos de mierda.les gustan las prostituta.

Pronto los viejos mareados salieron del restaurante e iban cantando una melodía de Silvio Rodriguez.  "Días y flores" Rolando y su enamorada salieron bien comiditos y se fueron a la costa verde a caminar. Estaba desierta la playa en aquel abril del 99, y entonces aprovecharon para flirtear. Rolando dijo como un toro" matemos al capitalismo"  y se entregaron ambos muchachos a la pasión.

Pronto Rolabdo se dio cuenta que el farfulleo de aquellos señores solo era puro blufeo adoctrinado,  que en realidad eran amigos e iguales. Solo se entristeció un poco, pues no sacaba nada para sus lúmenes de los ;Barrios Altos.

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