lunes, 29 de julio de 2024

Poder y economia.

 



La construcción del poder político en el Perú bloquea el normal desarrollo de las actividades económicas de la sociedad civil. Aunque a pesar de los desaciertos y escándalos del poder político la economía peruana en cuento a microempresarios y demanda interna sigue floreciendo con resiliencia y vigor, lo cierto es que la actual dirección criminal del poder politico desincentiva las actividades privadas y el normal concurso de las finanzas privadas. Pues el Estado que está bajo su poder no asegura el ciclo de vida de la economía y su acumulación, porque la política amenaza con sus leyes y apoyo político que florezca una economía criminal e ilegal que amenaza la estructuración institucional de la propiedad privada.


No existe solo este bloqueo institucional de la política. Sino que además el poder político construye sus tentáculos en la legislación y con sus clientelas en el Estado toda una coraza de procedimientos y mafias públicas que intenta apoderarse criminalmente de las ventajas económicas de la producción nacional. A los políticos les conviene que la economía no siga cauces institucionales y de prosperidad, sino que la economía persista en la debacle y la informalidad. Ahora la clase política no busca el bien común, sino que busca el atraso y la rémora de la economía.

Pues en el desastre y la miseria sus negocios mercantilistas y criminales florecen y se apoderan de la sociedad. A ellos les interesa que la sociedad caiga en la  desmoralización y en la ilegalidad, pues así no tienen oposiciones institucionales a su legado criminal y político. Hoy la política en el Perú es sinónimo de negocio y delito.

Así como a la extrema derecha y a los empresarios mercantilistas que los respaldan les conviene que la sociedad se desmantele y nada florezca, es sobre todo al último desarrollo de la izquierda caviar y de radicales con la formación del chavismo a la que más les conviene la declinación y miedos de la sociedad y del Estado a los que llaman mundo burgués.

Ya no es sólo robar al Estado lo que se persigue, sino capturar permanentemente el poder político para generar una suerte de oligarquía comunista donde prevalecerán poderes oscuros como el narcotrafico, la minería informal y el terrorismo. Aunque existan elementos politicos que nos dicen que la izquierda es sinónimo de justicia y solidaridad, este voluntarismo democrático esta siendo eclipsado por una marea de demagogos del discurso de la pobreza que buscan apoderarse de la producción nacional. No hacen política para hacer prosperar a la nación sino para volver a la sociedad una suerte de poblaciones dependientes del Esrado y de su caridad.

En estos últimos años la mala derecha mercantilista como es el fujimorismo, APP, Avanza País y casi todos los sectores que están instalados en el congreso de la república, coquetean peligrosamente con la izquierda radical en la conducción de la legislación congresal.  Saben que la izquierda busca la dictadura y la destrucción de la sociedad peruana, pero no les importa esta amenaza, pues a ellos también les conviene una sociedad llena de ignorantes, empobrecidos y apáticos.

Mientras subsista una cultura política que no gobierna para la sociedad en realidad, siempre el comunismo será una realidad y una pesadilla. Tal vez la fuerza de los extremos se deba a que la sociedad peruana es profundamente conservadora, y no exista una comunidad de liberales que hagan prevalecer la moral cívica en la conducción del Estado. Es la falta de auténticos liberales en la cultura peruana lo que facilita la destrucción de la democracia peruana, y de que no se entienda que la actividad privada de la economía y las libertades civiles, deben defenderse de cualquier injerencia mercantilista y delictiva. No tenemos una fuette cultura cívica democrática porque nuestro tejido social es profundamente autoritario.

La principal razón de que estemos capturados por una casta política que desea destruir la economía privada y que busca instalar una economía criminal es que el peruano no cuenta con una cultura integrada. A pesar de que nuestra principal potencial es la diversidad cultural, lo cierto es que la dificultad de la geografía y los diferentes matices de la nación bloquean la decían de una conciencia colectiva promedio. Ni el sistema educativo ni la academia ni los medios de información buscan difundir valores comunes. Ha sido sin embargo, la bonanza del mercado la que ha generado conexiones culturales y la que ha hecho posible el resurgimiento de las culturas y festividades patronales. Pero como dije es el mal duagnostico, y la mezquindad de nuestra cultura la que facilita que estemos capturados por una casta política corrupta y sinvergüenza.

A pesar de que la casta política avanza indetenible en su propósito de destruir a la sociedad peruana, existe una fuerte ética del trabajo, y una cultura microempresarial, en el entramado cultural que habla de la resistencia de una digna subjetividad que solo quiere vivir y experimentar que es la felicidad y el amor común. Es de parte de esta cultura noble que solo persigue calidad de vida de donde deben emerger liderazgos civiles y políticos que busquen la moralizacion y la democratizacion de nuestra cultura. Son estos líderes quienes deben enfrentarse a esta suerte de cultura criolla que a lo único que ha conducido es a más miseria y resentimiento. Es necesario la derrota de estos insectos y ladrones para que todo el potencial de esta subjetividad nacional se haga del control del Estado y establezca el buen gobierno y el progreso. 

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