jueves, 25 de julio de 2024

Dulce venganza




Cuando deje de verla fue porque mi espíritu ingreso en la oscuridad. Nunca me dejó de interesar, pero ella tenía sus propios intereses, sus propia oscuridad y me desagrado por completo. Me empecé a interesar por una compañera de universidad y ella se puso celosa. No podía evitarlo; toda la pasión que le tenía se vino a bajo cuando me enteré que era una escopeta de dos cañones. Que servía al poder y a la vez me sonreía aún con cierto interés.


Cuando la deje parada en el tercer piso con la palabra en la boca, ella nunca más quizo saber de mi. Solo supe que José mi compañero de salón estaba detrás de ella. Y que aunque habíamos prometido bajo pacto de sangre que jamás nos partiriamos a ninguna mujer el uno al otro, el se sintió tentada a humillar esa inteligencia de mujer en la sordidez de una cama. No lo quise reconocer,y cuando me enteré me aleje de esa mal amigo que solo buscaba saciar sus propias inclinaciones, sin importarle que yo me había salido del camino con una anterior enamorada que el tuvo. Supe por boca de una amiga de ella que a la genia le desagradaba totalmente mi causita, y mi corazón aun atribulado pot ella descanso en paz.

Nunca tuve más valor para acercarme a ella. Tal vez palabras que nunca debí dejar salir de mi boca llegaron a sus oídos. Mi rabia por su conducta solicita ante el poder, y el cariño que aún le tenia me estrangulada la conciencia y el corazón. Pero todo se acabó cuando una noche enteré borracheras de amigos, uno de ellos había testimoniado ver con otros que el decano se la había chifado a la genia, y que todo había resultado un escándalo para los estudiantes. Esto ya había pasado muchos años después que la dejara, pero siempre en mis sentimientos la recordaba como esa mujer que le quito las cadenas a mi mente con su calor de mujer. Cuando fui profesor de la Richi jamas me la cruce. Era como si el destino conspirara para que no volviera a verla. Solo se que hoy es una terapeuta reconocida y que esos largos cabellos castaños que tanto me gustaron son hebras canas y plomizas. Ha cambiado mucho me dicen.

Pero como dije el desquite era necesario. José no se la esperaba. Pero su ex enamorada Rafaela lo había terminada porque le había sido infiel muchas veces y porque se había templado de un estudiante de la Católica. José sufría mucho a pesar de que se lo merecía. Pero era tarde para recapacitar. Ella se Lucía de lo más campante con su enamorado en la facultad, pero lo hacía por venganza, por una dulce venganza.

Resulta que ella era también amiga mía  una bonita y refinada mujer. Nos caianos como amigos pues habíamos pasado muchas aventuras y juergas con José, y Rafaela me veía como a un hermanito muy culto. Resultó que un día la vi en el centro engujandose las lágrimas. Me vio y corrió a abrazarse de mi. Resulta que su actual enamorado le había sido infiel y ella se sentía destrozada, y en ese momento yo era el mejor amigo en quien reposar su afecto.

Decidimos tomarnos unos rones. Así de chabacana era Rafaela, chevere como hermosa. Y empezo en sus sonrisas y gestos un relativo interés hacia mi. Claro yo para esas cosas siempre he sido un quedado. Y ella me lo hizo ver aquella noche fría de Julio, burlándose de mi inocencia pero diciéndome claramente y sin tapujos que le hubiera gustado tener sexo de venganza conmigo. Me lo dijo tan literal que mi respuesta fue " hubiera? tal vez podría ser". La tome del brazo y nos precipitamos a la calle ebrios y también hambrientos de comernos. Llegamos a un hotel y al desvestirse me dijo que esperaba fuera un rico revolcon el que nos daríamos. Y así fue. Ella era delgada pero muy caliente. Sentí su perfume y sus respiro como quien ingresa en una selva de delicias. Yo sentí que cometía un delito en contra de mi amigo. Pero a la vez era rico saber el sabor de la venganza. Rafael era voraz en la cama y una hora me tenía seco y jadeando de amor. Todo el recinto olía a su perfume tan envolvente que no pide soportarlo y me causó estornudos. Ella solo se río, y enseguida se vistió y se esfumó de la habitación. Había cumplido su venganza y no me quería para más. Me quedé estupefacto una hora desnudo, me vestí y salí de ahí.

En los días siguientes me sentía con un fuerte remordimiento. No podía verle la cara a José. Y el parecía darse cuenta  de mi fastidio y me preguntaba que me pasaba. Nada , le decía sufro de insomnios porque no tengo dinero y no hay buenas prácticas pre profesionales. Ah bueno será eso, sigamos trabajando. Nada se supo hasta que una tarde en la Ong que trabajábamos Rafaela se presentó y para dañar lo le dijo que había tenido sexo conmigo. De inmediato fue contra mi y después de sacarnos la mugre, con sangre incluida, vimos a Rafaela disfrutar tanto el evento que gritaba "!matense, matense!". José y yo nos dimos cuenta de su proceder entonces la cargamos y la arrojamos a la fuente del jardín que orlaba aquel caserón.  Ella gritaba y nos insultaba pero era por las puras, nuestra risa era generalizada y salimos por ahí por unas chelas. José y yo seguiríamos con nuestras aventuras. Aunque ahora no sé nada de él. Todos maduramos y la vida separa a los mejores amigos. 

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