domingo, 1 de enero de 2023

Transformacion y evolucion.




Cuando hablamos de transformación en sociología estamos admitiendo que los procesos colectivos y coordinados son los agentes que cambian la historia de los pueblos. Toda transformación es un proceso gobernado por una fuerza ideológica irracional que conduce a las personas a lograr ideas fuerza y cambios estructurales, siempre y cuando los conduzca un ánimo autocratico o una actitud revolucionaria. Digamos que las luchas colectivas tienen impacto en la cultura de las personas y producen a la larga grandes cambios racionales en la sociedad.

Muchas veces estos cambios transformadores son confundidos con procesos de movimientos de masas como la dictadura del proletariado donde el comportamiento ideologizado de la acción colectiva trae la destrucción de un orden de cosas y la imposición por la fuerza de un estado social donde reina el caos y la anarquía. Con esto quiero decir que toda transformación revolucionaria es en el fondo la llegada de un accidente impuesto pot las contingencias de la realidad  y no el proceso histórico de una subjetividad donde prime una conciencia colectiva. El vulgo y la violencia son los agregados de multitudes donde lo que existe es la destrucción y la entropia de los pueblos.

Cuando convoco al término evolución, digo que los cambios se producen por acumulación o mutaciones feroces, donde la centralidad de las alteraciones es llevada a cabo pot la voluntad individual de los agentes. Las sociedades no son entendidas como sujetos racionales o espirituales que se desplazan en los intersticios de la historia, sino cambios fragmentarios que se sustentan en la acción individual. Puede haber procesos de masas, pero los impactos y las conducciones son propias de liderazgos y jefaturas particulares. Los cambios no son necesariamente racionales, sino redes cubrimientos objetivos donde el genio o la adaptación de los más fuertes y aptos gobiernan las fuerzas de la sociedad. Hoy vivimos socializaciones donde la construcción de la persona es de una fuerte atomizacion y aislamiento ontológico, donde la realidad es construida pot los lazos sociales donde la importancia es dada a los micro acciones individuales que edifican de forma indirecta un orden social. No hay una subjetividad o  sistema andando en los caminos de la vida  sino acciones o decisiones particulares que muchas veces crean realidad social sin que sea un proceso consciente.

Las personas no evolucionan de forma consciente sino que son sobrepujadas por las fuerzas coercitivas de la sociedad a tener que acomodarse constantemente al cambio brusco y accidentado. Se llega a pensar que los Estados de conciencia de la persona tambalean ante los obstáculos y adversidades que impone el mundo y su lógica trágica. Para imponerse como individuo y no perder en el proceso la autosuficiencia se requiere no caer en los impulsos e instintos primarios y evolucionar racionalmente con ganancias y pérdidas. Se llega a pensar como Luhmann o Foucault, que la desaparición del hombre lo convierte en nodos de un gran sistema de redes, donde es un apéndice de fuerzas globales u holisticas que sobrepasan todo plan individual. A veces no sabemos pot donde nos lleva la vida  simplemente nos levantamos e intentamos ensayar un proyecto de vida.

Al recorrer ambos términos, transformación y evolución, lo que intento es discutir la idea que la historia no es un proceso gobernado por las conciencias colectivas o individuales  sino por fuerzas ontológica que se nos imponen y escapan a nuestro control. Y sin embargo, existe suficiente libertad para construirse un destino al cual no podemos asegurarle un fin adecuado. El tiempo de la transformación se ha agotado por la inmensidad de la maquinaria que la desborda, quedando solo espacio de acción limpia a la constante evolución de las voluntades individuales  aunque no se sepa a donde llegamos con lo que practicamos y hacemos. 

La sociedad ha perdido la conciencia de su proceso ahistorico y envolvente, porque las voluntades individuales le quitan legitimidad a las instituciones que los gobiernan. Se privatiza la vida social y cada quien es arrastrado por la división social del trabajo pata poder imponerse en un rol social y obtener recursos sociales. El individuo ha venido a reproducir el orden social, pero sin que pueda variarlo a su voluntad. La vida cotidiana que ostenta es aún un mundo donde se deja margen de maniobra a los individuos  pero donde cada acción o reacción no importa sino para reproducir el orden tiránico. Evolucionar en este mundo es no perder el control de su propio sutodessrrollo  cuando las grandes mayorías han perdido todo control de sus vidas contingentes. Transformarse es el enorme descontento masificado pot un mundo donde la persona está completamente sola y es explotada o se autoexplota. Lleva a la protesta el desprecio por una vida insignificante, sin saber nunca que tal protesta ya no tiene impacto sobre un sistema de realidad desconocido e inconmensurable. Las multitudes son las subjetividades que dicen crear la historia , cuando en realidad son toleradas porque grandes cambios no logran. En específico, los grandes movimientos sociales producen cambios culturales qur son succionados por la lógica del sistema y por consiguiente los neutralizan. La historia consciente da paso a la multiplicación de estímulos  con atribuciones globales.

Por eso se sostiene  que los cambios son raros en la sociedades tecnológicas de hoy en día. Y que el orden social es significativamente conservador. Las alteraciones que vivimos son producidas por la técnica que se impone sobre las personas y las cambian casi sin rechazo. En una realidad social la voluntad de vivir es precariamente una vida que es bombardeada y subyugada por el sistema de consumo. Prácticamente, no existen más que actividad resolutiva donde al hombre se le obliga a evolucionar o mutar para mejor. El gran problema es que las resistencias al cambio son gigantescas y no todos están dispuestos a evolucionar. En las masas no hay cambio sino berrinche, donde el poder colectivo prueba el polvo de una historia sin historia. Las personas construyen biografías, pero rara vez se puede decir que las masas hacen la historia con sentido. Por ahora lo que tenemos son individuos cansados y asfixiados, y el mundo es conducido por la fuerza de la creatividad individual, sin que esto signifique ser feliz, más si hacer trascender un legado. 

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