El duende
Había un duende que tiraba
piedras a la puerta de mis tíos. Al perecer el duende vivía en el horno de la
cocina y quería que se fueran. Mi tío
prendió la luz de la cocina y grito “¡carajo que quieres!” pero todo era
silencio. Hizo esto dos veces más pero
el duende seguía tirando piedras. Mi tío dijo “esta vez lo sorprendo”. Se
escondió debajo de la mesa y vio como algo brillante bajo del horno. Lo cogió con las manos y grito: “prendan la
luz”. Mi tía prendió la luz y lo que tenía entre las manos se desvaneció.
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