sábado, 15 de enero de 2022

Una con el chullachaki

 




Habían tres amigos madereros que desde años se internaron siempre en la selva virgen. Sus nombres eran Julio, Eli y Atilio. Cierto día Atilio no se presentó al punto de reunión Julio y Eli se sintieron como desorientados por el calor. Sin embargo Atilio segundos después estaba con ellos, prestos a andar en la selva y derribar una lúpuna o cetico 


Lo que sucedió es que Atilio caminaba tan rápido, que pronto lo perdieron de vista y se sintieron con todo el calor como embrujado. Decidieron regresar y como eran dos el Chullachaki el guardián de la selva no pudo encantarlos

Sin embargo, pudieron salir de una suerte de bochorno y regresar a sus casas. Cuando vieron a Atilio deambulando en la comunidad, y les dijo que el no había estado con ellos esa mañana en la selva como de costumbre. Entonces pensaron que el embrujo del duende chullachaki los había querido embaucar. Como hace con muchos desprevenidos.  

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