Anécdotas sobre la idea de nación, Burlas y confesiones.
Una tarde de invierno regresaba
de Huánuco acerca de una chamba, y me llamaron mis amigos pequeños. Dos yuntas
celebres a los que ese lazo de la amistad y la transferencia de espíritu sembraron
en mi muchas veces tremendas alegrías. No soy de enseñar, no determino un
curso, yo no le digo a las personas como vivir, o como deben organizarse las
formas del poder. Desde que escribo siempre he sido reacio a toda forma de
obediencia o dirección ortodoxa, así como siempre he sido independiente. Cuando
llego el momento de hablar, luego de haber acumulado y escuchado, y sentido
tantas cosas increíbles, frecuentaba con unos patas una legendaria taberna del
centro de Lima. A veces la ponía, y otras me hacia el misio y tomaba gratis. Lo
interesante era que ahí siempre los veía a estos dos rebeldes. Uno era un
suicida, un Tristán capaz de hacer de su vida una tragedia. Un día lo sobrecogí
y lo convertí en aquello que lo limitaba. Se volvió un mujeriego. No le dije
que eligiera eso, solo lo libere para que se asumiera. El otro era un morenaje
violento, cargoso, y grotesco. Siempre me sangraba, pero era gracioso y de
frente. Era un pandillero que no estudiaba, entonces lo levante, lo puse en su
sitio y lo hice un líder de aquellos, alguien que mecha por sus ideas. No le
dije que se volviera socialista pero se forma para ser un político.
Una vez con este zamborja nos
mechamos de juego, yo hace tiempo que no disfrutaba una pelea, y fingía que no sabía
pelear. El me tumbo, pues las pesas te quitan equilibrio, y me puso la pierna
en la cara. Me moleste, y le voltee el brazo, lo rendí hacia afuera, y le puse
la rodilla en la cara, y le iba a sonar, pero nos cagamos de risa. Esa noche estábamos
tan ebrios que las ideas de mi boca de loro salían, y en medio de cuatro patas
y un supuesto editor, con anteojos duros, lle puse la chapa de Richard Aguilar.
El pata no tenía correa, y me dijo “tu mama”. Me moleste pues solo judía, y le
dije se disculpara sino le pisoteaba la
cara en el piso. Lleno de miedo se disculpó y siguió el bebercio. Cuando se
fue, lo tome fijamente de la mano, y le dije que nunca más se porte así, pues
sino lo vuelvo tuerto… Ahí medio ebrio, mi amigo el geógrafo me conoció como
era en realidad. Y los otros dos solo me rezondraron. Siempre me decían para
liderar, para que me meta y de línea, pero yo me rehusaba a tener que mentir, y
responsabilizarme de gente entre los que había buenas intenciones y reales
mercenarios a los que detestaba en serio. Si yo me metía sabía que crecía y me envolvían
con patrañas o poder. O todo lo contrario si veía que engañaban al pueblo, era capaz
de volverme un jacobino, haciendo gala
de todos los recursos para con el terror que sirvan al pueblo. Por eso nunca me
metí, pues soy una persona muy amable y afectuosa, que esconde una sed de
justiciero capaz de hacer temblar a los pendejos.
Bueno un día me llamaron, a que
viniera a una conferencia de la Antonio Ruiz de Montoya. Cuando llegue acababan
de empezar una conferencia sobre los elementos nacionales en los valses más emblemáticos
de Zambo Cavero, y Chabuca Granda. Y en enfoque era psicoanalítico. Escuche la
charla de los invitados, y como percibí esa idea eurocéntrica de Benneditt
Anderson que la nación es una comunidad imaginaria. Cuando entonaron los valses
del zambo cavero que me sabía desde que jugaba a la pelota en las húmedas calles
de Barrios Altos, Yo para joder, me ponía la mano derecha al pecho, y los
cantaba media voz, sonriendo de modo burlón.
Luego aunque no tenía idea de la canción de Chabuca Granda sobre la nación, también
la entonaba y al final aplaudí y vocifere que ¡Viva el Perú!. Nadie decía nada
pues mi expresión era la de una persona intransigente y que no aguantaba
moscas.
Escuche toda la charla, y debatí
con la psicoanalítica sobre las ideas de Polo Campos en esos valses que el
gobierno de Velasco le encargo componer, y como sus argumentos siempre, siempre
dan al corazón, dijo que sus símbolos expresan de modo estentóreo los deslices
y violencia de un macho que no tenía seguridad de su propia intimidad. La
nación es un invento fálico para esconder un miedo terrible a una falso ego. Yo
le respondí que esa posición no era conectora y si muy general, pues una idea
no tiene nada que ver con la persona que la escribe o desarrolla, que su
aplicación o asumirla si denota como es la persona, pero ideas, y versos no
dicen nada de una persona, sino algo muy en potencia. Y como yo conocía a Jung,
dije que esa posición es deslucir la necesidad de la unidad nacional es la
marca de una persona desarraigada, que vive enferma de ideas, pero que vive en
las montañas como un lobo estepario. En otras palabras,, # Son gente desterrada”….
Se molestó la Dra, cuyo nombre no me acuerdo, y me dio a entender que yo
pensaba que entonces la logoterapia no desbloquea a las personas que están llenas
de fantasía. Si le afirme, pues las personas adoran sus mentiras, y solo si hay
arrepentimiento pueden sincerarse, pero
a la mayoría le gusta ser esclava, ahí está el placer susurre. El auditorio
voltio, pues prácticamente había dicho que las verdades de los objetivistas son
verdades de convenidos, y que esa era
una reunión de cultistas jugando a ser ciudadanos del mundo.
Termino la conversa, y la gente
me miraba de reojo. Alexis y Miguel estaban a mi lado y me acolleraban. Me
acerqué a unos amigos antropólogos, y me recibieron con una sonrisa, sobre todo
Raúl y
Marita que siempre han sido bastante humanos y cancheros. Cuando salía,
una chica que no recordaba de antropología me converso, y me dijo que le sorprendió
que me bajara a una Sexóloga declarada, y me invito a que la acompañara a tomar
su ómnibus en Brasil pues por ahí es casi Breña. Me despedí de los chicos que
seguro se iban a Quilca a poetizar a alguna metalera, y acompañe a esa
muñequita que antes ni bola me daba, hasta Brasil donde yo también tomaba mi
micro para Surco. Conversamos raramente de lo que pienso de las mujeres, así de
fresa. Y como parecía que era un intolerante exprese muy ralamente ideas que no
tenía fijas, pues en esos años el Feminismo no era tan fuerte como era ahora.
Solo dije que ante la ley somos iguales, pero que las diferencias entre los
genero solo son asuntos de carácter casi personal, no legalizados hasta el detalle
exagerado, y que los conflictos que
suceden son manifestaciones de personas que no han madurado para asumir las
providencias del amor individual. Que el ego, y ningún poder accesorio te hace
fuerte ante la pasión del amor. Cuando mencione esto, sentí un click , y ella
se apartó de mí, cruzo la calle y su beso fue tan frio que supe que me habían grabado.
Bueno le grite “me citan AH!”
.
Solo sé que por defender a la
nación pase como un machista ingenuo. Esas ideas han sido abandonadas hoy en día al
recorrer tantas veces la oscuridad, porque si la ley hoy es solo una salida
provisoria, pues rebela una ausencia no de amor, sino de pasión real. Recordé
la estrategia de la película “Propuesta indecorosa” con Demi More, y Robert Recfford. El casi corrompe
al amor de esos invencibles con una noche salvaje de sexo consentido por un millón
de dólares, porque sabía que el sexo insaciable rompe ahora si cualquier ideal
de amor que las escuelas pudieran enseñar. Al final es una cosa de piel, y a más
belleza-atractivo mayor insatisfacción, como también vacuidad espiritual. Y para el hombre a menos sexo consentido,
mayor poder y violencia para comprarlo. La
civilización encubre y ya no sublima esta vergonzosa realidad que es la que
alimenta la violencia y a la vez el tremendo negocio de la sexualidad casual.
Bueno como dice Rubén Blades…”Decisiones,
cada día”
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