domingo, 7 de abril de 2019

Anécdotas sobre la idea de nación, Burlas y confesiones.






Una tarde de invierno regresaba de Huánuco acerca de una chamba, y me llamaron mis amigos pequeños. Dos yuntas celebres a los que ese lazo de la amistad y la transferencia de espíritu sembraron en mi muchas veces tremendas alegrías. No soy de enseñar, no determino un curso, yo no le digo a las personas como vivir, o como deben organizarse las formas del poder. Desde que escribo siempre he sido reacio a toda forma de obediencia o dirección ortodoxa, así como siempre he sido independiente. Cuando llego el momento de hablar, luego de haber acumulado y escuchado, y sentido tantas cosas increíbles, frecuentaba con unos patas una legendaria taberna del centro de Lima. A veces la ponía, y otras me hacia el misio y tomaba gratis. Lo interesante era que ahí siempre los veía a estos dos rebeldes. Uno era un suicida, un Tristán capaz de hacer de su vida una tragedia. Un día lo sobrecogí y lo convertí en aquello que lo limitaba. Se volvió un mujeriego. No le dije que eligiera eso, solo lo libere para que se asumiera. El otro era un morenaje violento, cargoso, y grotesco. Siempre me sangraba, pero era gracioso y de frente. Era un pandillero que no estudiaba, entonces lo levante, lo puse en su sitio y lo hice un líder de aquellos, alguien que mecha por sus ideas. No le dije que se volviera socialista pero se forma para ser un político.
Una vez con este zamborja nos mechamos de juego, yo hace tiempo que no disfrutaba una pelea, y fingía que no sabía pelear. El me tumbo, pues las pesas te quitan equilibrio, y me puso la pierna en la cara. Me moleste, y le voltee el brazo, lo rendí hacia afuera, y le puse la rodilla en la cara, y le iba a sonar, pero nos cagamos de risa. Esa noche estábamos tan ebrios que las ideas de mi boca de loro salían, y en medio de cuatro patas y un supuesto editor, con anteojos duros, lle puse la chapa de Richard Aguilar. El pata no tenía correa, y me dijo “tu mama”. Me moleste pues solo judía, y le dije  se disculpara sino le pisoteaba la cara en el piso. Lleno de miedo se disculpó y siguió el bebercio. Cuando se fue, lo tome fijamente de la mano, y le dije que nunca más se porte así, pues sino lo vuelvo tuerto… Ahí medio ebrio, mi amigo el geógrafo me conoció como era en realidad. Y los otros dos solo me rezondraron. Siempre me decían para liderar, para que me meta y de línea, pero yo me rehusaba a tener que mentir, y responsabilizarme de gente entre los que había buenas intenciones y reales mercenarios a los que detestaba en serio. Si yo me metía sabía que crecía y me envolvían con patrañas o poder. O todo lo contrario si veía que engañaban al pueblo, era capaz  de volverme un jacobino, haciendo gala de todos los recursos para con el terror que sirvan al pueblo. Por eso nunca me metí, pues soy una persona muy amable y afectuosa, que esconde una sed de justiciero capaz de hacer temblar a los pendejos.

Bueno un día me llamaron, a que viniera a una conferencia de la Antonio Ruiz de Montoya. Cuando llegue acababan de empezar una conferencia sobre los elementos nacionales en los valses más emblemáticos de Zambo Cavero, y Chabuca Granda. Y en enfoque era psicoanalítico. Escuche la charla de los invitados, y como percibí esa idea eurocéntrica de Benneditt Anderson que la nación es una comunidad imaginaria. Cuando entonaron los valses del zambo cavero que me sabía desde que jugaba a la pelota en las húmedas calles de Barrios Altos, Yo para joder, me ponía la mano derecha al pecho, y los cantaba  media voz, sonriendo de modo burlón. Luego aunque no tenía idea de la canción de Chabuca Granda sobre la nación, también la entonaba y al final aplaudí y vocifere que ¡Viva el Perú!. Nadie decía nada pues mi expresión era la de una persona intransigente y que no aguantaba moscas.

Escuche toda la charla, y debatí con la psicoanalítica sobre las ideas de Polo Campos en esos valses que el gobierno de Velasco le encargo componer, y como sus argumentos siempre, siempre dan al corazón, dijo que sus símbolos expresan de modo estentóreo los deslices y violencia de un macho que no tenía seguridad de su propia intimidad. La nación es un invento fálico para esconder un miedo terrible a una falso ego. Yo le respondí que esa posición no era conectora y si muy general, pues una idea no tiene nada que ver con la persona que la escribe o desarrolla, que su aplicación o asumirla si denota como es la persona, pero ideas, y versos no dicen nada de una persona, sino algo muy en potencia. Y como yo conocía a Jung, dije que esa posición es deslucir la necesidad de la unidad nacional es la marca de una persona desarraigada, que vive enferma de ideas, pero que vive en las montañas como un lobo estepario. En otras palabras,, # Son gente desterrada”…. Se molestó la Dra, cuyo nombre no me acuerdo, y me dio a entender que yo pensaba que entonces la logoterapia no desbloquea a las personas que están llenas de fantasía. Si le afirme, pues las personas adoran sus mentiras, y solo si hay arrepentimiento pueden sincerarse,  pero a la mayoría le gusta ser esclava, ahí está el placer susurre. El auditorio voltio, pues prácticamente había dicho que las verdades de los objetivistas son verdades de convenidos,  y que esa era una reunión de cultistas jugando a ser ciudadanos del mundo.

Termino la conversa, y la gente me miraba de reojo. Alexis y Miguel estaban a mi lado y me acolleraban. Me acerqué a unos amigos antropólogos, y me recibieron con una sonrisa, sobre todo Raúl  y  Marita que siempre han sido bastante humanos y cancheros. Cuando salía, una chica que no recordaba de antropología me converso, y me dijo que le sorprendió que me bajara a una Sexóloga declarada, y me invito a que la acompañara a tomar su ómnibus en Brasil pues por ahí es casi Breña. Me despedí de los chicos que seguro se iban a Quilca a poetizar a alguna metalera, y acompañe a esa muñequita que antes ni bola me daba, hasta Brasil donde yo también tomaba mi micro para Surco. Conversamos raramente de lo que pienso de las mujeres, así de fresa. Y como parecía que era un intolerante exprese muy ralamente ideas que no tenía fijas, pues en esos años el Feminismo no era tan fuerte como era ahora. Solo dije que ante la ley somos iguales, pero que las diferencias entre los genero solo son asuntos de carácter casi  personal, no legalizados hasta el detalle exagerado,  y que los conflictos que suceden son manifestaciones de personas que no han madurado para asumir las providencias del amor individual. Que el ego, y ningún poder accesorio te hace fuerte ante la pasión del amor. Cuando mencione esto, sentí un click , y ella se apartó de mí, cruzo la calle y su beso fue tan frio que supe que me habían grabado. Bueno le grite “me citan AH!”
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Solo sé que por defender a la nación pase como un machista ingenuo.  Esas ideas han sido abandonadas hoy en día al recorrer tantas veces la oscuridad, porque si la ley hoy es solo una salida provisoria, pues rebela una ausencia no de amor, sino de pasión real. Recordé la estrategia de la película “Propuesta indecorosa”  con Demi More, y Robert Recfford. El casi corrompe al amor de esos invencibles con una noche salvaje de sexo consentido por un millón de dólares, porque sabía que el sexo insaciable rompe ahora si cualquier ideal de amor que las escuelas pudieran enseñar. Al final es una cosa de piel, y a más belleza-atractivo mayor insatisfacción, como también vacuidad espiritual.  Y para el hombre a menos sexo consentido, mayor poder y violencia para comprarlo.  La civilización encubre y ya no sublima esta vergonzosa realidad que es la que alimenta la violencia y a la vez el tremendo negocio de la sexualidad casual. Bueno como dice  Rubén Blades…”Decisiones, cada día”


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