jueves, 24 de enero de 2019

Casarse con el acertado, divertirse con el equivocado.





Hace muchos años Rodrigo salía de una academia para preparase para economía y reingresar a la universidad, luego de ver frustrada sus esperanzas como literato en el Averno. 

Era una noche de Junio, algo fría, y Rodrigo todo tenso y preocupado se precipitaba a la Avenida Tacna para chapar su combi hacia Miraflores, y luego hacer escala hacia Chorrillos donde vivía en los Cedros de Villa. 

Pero como siempre en horas de agitación emocional acostumbraba entrar a las Nazarenas y rezarle al Cristo Moreno para que la vida le respondiera un poco. Tenía muchos problemas en su hogar, y había estado trabajando por un sencillo en almacenes de reciclamiento en la Victoria, y había escapado de alcohol y las drogas. Mientras rezaba pedía por un futuro mejor y porque se le presentara la virgen, o la vida le diera alguna sorpresa real en esa noche invernal, donde empezaba a garuar, y los murmullos de los ambulantes y la congestión vehicular los atormentaban sobre manera….

Cuando chapo su custer hacia Miraflores con la idea de hacer durar un café en el Haití y escribir algunos versos para su novia del Callao, se sintió completamente ensimismado en sus pensamientos palaciego. Cuando se sentó en la parte delantera y miraba con atención a la Lima de los años 2000, recibió un pellizco y un hola de alguien que también se sentaba cerca suyo. Era Laura, una colega de Literatura que había conocido en la Universidad San Marcos y que curiosamente estaba en la custer camino a su hogar. Se saludaron, y se acurrucaron en los asientos de al frente para conversar.

--¿Qué haces por acá Rodrigo? Sé que te gusta lo popular pero a estas alturas de la noche.
-  No para nada es que he salido de una academia, pienso reingresar a economía.
-- Y ¿porque ah? Si tú escribes chévere.
---Pues del verso no se vive, se come algunas carnes pero eso es otra cosa mariposa..
--- Jjajjaja otras carnes, no entiendo tu doble discurso..—La empujo para desequilibrarla—
---Tu entiendes unos versitos traviesos y tengo un polo o un almuerzo gratis---
--¿En qué te has convertido?, sé que te gustaba ser bohemio, pero puto no…
---Puto no, y además me moriría de hambre….
---Con esos músculos y esos hombros que a todas les gustaban no cre. Deberías aprender a bailar para mis tías, ellas pagan bien…
--¿Que dices? Laura, yo solo bailaría para mi novia, ella sí que me quema hasta los huesos.
--- Y es verdad que tuviste un affaire con la jefa de prácticas de Historia de Filosofía. Esa odiosa
---Puros cuentos, solo era una amiga…
.
Mientras íbamos charlando Rodrigo pudo notar que cruzaba las piernas e inquieta jugaba con su cabella castaño. Laura era una tuca muy arrebatada, en muchos pasajes de la conversación lo empujaba con el hombro, y le jalaba los cachetes, y  hasta cuando frenaba la custer en seco, pues eran unos pilotos de la fórmula uno en la avenida Arequipa, se hacia la que perdía el balance y se tiraba encima de Rodrigo, soltando una risita desembozada que empezó a descentrarlo un poco. Trato  de mirar un poco la calle, y luego continúo.

--- A donde vas  Laura ¿que tu no vives por Chacarilla?---
--- Si claro aún vivo con mis cucufatos padres, pero ya me libre de ellos, En una dos días me caso con un príncipe holandés…
--- Así que bueno Laura, tu eres una mujer power, lo vas volver loco a ese gringo—
---Power jejejejeje que es eso. Poder.  Pero si soy una chica muy delicada y dulce…
---No tengo pruebas. A Ver--- Y le zampo una mordida en el antebrazo, dejándola incólume, pero de pronto su mirada cambio de súbito. Era profunda y silenciosa, como si se aproximara una tormenta.
--- Sabes, Patrick es bello, me gusta presumir que tengo un gringo, y que me va a llevar a conocer el mundo, pero es frio. Ni en el cine hacemos nada.
--- Es que has estado rodeada de poetas y pelucones, además tú eres media hippie. Siempre me gustaron tus diálogos muy eróticos ¿Eres así de verdad?
--- No lo sé ¿dime tu? Que ves a primera vista---La miró, tragó un poco de saliva, pues su presencia de pronto se ilumino y dejo libre su blanquecino cuello, mientras lo miraba fijamente y su boca rosadita se abrió levemente, esperando una respuesta inteligente. Se relajó un poco y abriendo las piernas de modo despreocupado.
----Lo que tengo que decir, no se dice con palabras, se lo que piensas, pero no lo que sueñas..
--- Y ¿que propones? Sabes.----Mirando hacia otra parte y fingiendo estar taciturna.----Estoy impresionada con mi nueva vida, pero sé que abruptamente seré otra persona.
--- Pero si tú eres una mujer radiante, inteligente, muy astuta, que lo tiene todo—Y pudo ver en sus ojos dilatados por la rabia, que no estaba de acuerdo con él---
--- Tengo que ir a un salón de belleza donde está mi aburrida madre, y preparar mi cabello, para mi Patrick, ni jalarlo sabe---
---¿Que? No chavo nada, pero si quieres te acompaño, yo bajo en el parque Kenneddy
--- Ya que no propones yo dispongo--- Bajaron justo en Miraflores, hacia la bajada Balta y en medio de un frio que desfigura el rostro ella lo tenía de frazada tigre. Llegaron a la playa desierta, y  entre rocas congeladas y un mar encabritado, ella empezó a aligerarse de ropas, y Rodrigo pudo ver un cuerpo tan blanco y perfecto, que la sangre se le acaloró, y estupefacto la inventiva de poeta se le despertó.

Mientras ella indecisa se helaba de frio con la brisa marina, y una lagrima incomprensible le agitaba el rostro, Rodrigo se acercó sigilosamente, se sacó la chompa, y el polo, y por detrás la cogió de la cintura, y empezó a decirle suavemente al oído:
--- No sé qué sueñas, pero hare por órdenes sagradas hacer soñar a tus sentidos----
--- A ver si me vuelves un ángel o un demonio----
---- Solo déjate llevar cierra los ojos, y despéjate de todo lo que te fastidie el alma. Todo lo que escuches de mi será una resonancia a tu mundo interior, Yo no estoy solo soy un guía, que promete deleitar esos parajes olvidados  de tu piel.
----Espero que me serenes, pues el fuego que llevo dentro Rodrigo, no sabes,---Y de súbito su cuerpo tenso se inclinó sobre su torso y sentío su respiración muy cerca de su cuello.
--- Olvídate del cuerpo, déjame sentir más que tu piel, tu alma.   Cierra lo ojos, y trata de entrar en tu cuerpo físico obsérvate a cada región de tu organismo, relájalo, y luego trata de sentir porque estas viva. No pienses solo estate ahí, y olvídate de todo lo exterior, incluso de mis palabras cargadas de dinamita pura.
--- Esta bien, mi maestro, luego te daré un regalo….
---Ya estas dentro de ti, agradece, y esa respiración contrólala, Ahora olvídate de tu cuerpo, y percibe la brisa marina, el aroma del mar, los sonidos lejanos del remanso de las olas, siente la luz de la oscuridad golpeando tus ojos, siente las piedras en donde estas parada, trata de escuchar todo a tu alrededor, olerlo y sentirlo. Incluso siénteme a mi como si no estuviera aquí contigo. Ya estas más tranki?.
---Si mis pensamientos se han aquietado, y solo te huelo a ti, me gus…
---  Serénate, y vuelve a la concentración. Ahora visualízate en un lugar donde te sientas libre, tu misma sin presiones. Imagina que estas en una playa mansa, y  estas reposando en  la arena, y el sol y la naturaleza es solo testigo de tu mágico perfume. Siéntete ahí, y abandónate a las fuerzas del universo. Y ahora que abras los ojos lentamente desea que en ese escenario aparezca  lo que más requieres, lo que te hace falta para estar viva.

Laura completamente alelada, abrió esos ojazos verdes, y muy lentamente dio vuelta sobre sí misma, y se acercó a Rodrigo quien con el torso desnudo la contemplaba impertérrito, y le dijo estas palabras:

--- Quiero que seas mi despedida de soltera. Ahora te hare soñar--- Y mientras decía eso se cargó sobre Rodrigo tumbándolo sobre las piedras y empezaron a besarse ferozmente en una algarabía de caricias y acometidas que el caos del mar era un universo muy lejano para este mundo de energías revueltas. Ya Rodrigo muy sensorial todo el tiempo había dejado al descubierto su animal salvaje, y eso había destapado una fiebre de emociones remotas en Laura que descontrolada sometía maquinalmente a Rodrigo como si fuera una fiera.

Rodrigo también delirante, la apretó contra su piel, y muy lentamente mirándola fijamente, pero con seducción la calmo y la desvistió sigilosamente con la boca, pero sin perder un centímetro el contacto con esa boca que miraba el deseo y esa mirada ponzoñosa que pedía más veneno.
--- Quiero acercarme a la muerte contigo. Laura…
---Ya basta de recorrerme con tu boca, me estas volviendo loca, quiero tu fuego ya!  Si no te arrastro al infierno.

Rodrigo solo la miraba fijamente como un jaguar, y la besaba intensamente, acercándose a veces a su boca, y otras a las regiones más radiactivas de su piel, pero sin imprimir fuerza o animo de violencia. Ese juego de irse y venir con dulzura diabólica hacía del cuerpo de Laura un campo de explosivos intensos a punto de quemar todas las coordenadas del espacio. Rodrigo estaba tan concentrado en destruir su mente y volverse un vicio para esa osamenta sagrada que no advirtió que ella furiosa por el reto de sumisión que le ponía, pulso el GPS de su celular regado en las piedras ardientes, que ya estando en ella, acometiendo como una fuerza descomunal de lavas fugitivas, a los diez minutos se estaciono una camioneta como a 100 metros de esa escena solitaria de intimidad autista. Cuando Laura casi envuelta en la malicia más vivaz de retorcerse de deseo, un hombre alto cogió del hombro a Rodrigo y de un certero puñetazo lo separo de Laura que desnuda y deletérea a la vez se estrangulaba en un néctar de impulsos prohibidos.

Al reaccionar se cubrió con lo que pudo visualizar, pues hasta sus dulces ojos verdes habían vuelto a sus orbitas, y como si hubiese sido presa de una violación indomable se inclinó sobre los brazos de ese desconocido y actuó una parodia tan realista, que Rodrigo lleno de ironía y violencia pura se le fue encima a esa figura desgarbada, y le asesto un gancho izquierdo tan potente que lo derribo en las piedras, y su rostro se descubrió con la luz del auto.  Era el mismísimo prometido de Laura, irritado y con el rostro desencajado por los celos. Laura se apresuró a estar con su legal, pero Rodrigo también irascible la cogió del brazo y jalándola sobre su pecho desnudo le asesto un beso con un mordisco tan apasionado que Laura toda rendida y convulsionando fantasías, solo puedo respirar el aliento de un poeta herido que se había vuelto también demente por esa sangre de hembra tan ardiente.  Cobro honra en ese espacio tan gris e inhóspito, se puso el pantalón, y sin ser devorado por el frio, todo silencioso pero a la vez consciente de su felonía se alejó por el puente rumbo al parque Kenneddy, donde meditabundo y a la vez sosegado comió una empanada de queso y apuro un vaso de chicha,  chapo su custer y se alejó hacia Chorrillos cayendo en un dormitar profundo.

Despertó esa mañana en su cuarto con el olor hiriente de Laura en su piel curtida, y al prender la TV presencio una boda majestuosa en el canal de Youtube que lo dejo con la boca abierta, y la respiración congelada. Habían pasado tres días y era Laura en un vestido rojo resplandeciente casándose con un gringo alto y pálido, riéndose entre si de lo más jubilosos. Mientras notaba en el beso apasionado que se daban las huellas de su golpe furtivo, y una ligera hinchazón de su beso agresor, prendió su celular e irónicamente un mensaje de un numero desconocido lo sereno:
 
--- Casarse con el acertado, divertirse con el equivocado, Que dices?—Rodrigo sonriente pero a la vez desmoralizado voltio sus ojos almendrados hacia la TV y la mirada de Laura tenía un toque de melancolía y de real esperanza. Supo que alguna otra vez se la encontraría. Y como es la vida, pues en ella no hay accidentes. 

Cada vez que Laura rozagante y más señora que nunca retornaba a Lima, le mandaba un mensaje discreto y ellos se volvían a perder entre licores, drogas y  colisiones envolventes, para rememorar la energía erótica de dos líneas separadas de la vida, que en el tiempo solo se hallaban para ser héroes discretos de una tragedia donde el amor  casi nunca vence al poder. Al salir de hoteles discretos y cerrando ella la puerta le dejaba una nota donde de modo comico y la vez sabio, siempre le decía:
--- “Nuestro amor es un instante que busca la eternidad. Tu siempre seras el acertado”


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