domingo, 19 de septiembre de 2021

El fin de un lujurioso

 




Esta anécdota me la contó un amigo que sufrió de la próstata. Me contó que en uno de sus viajes al sur chico, se hospedó en un hotel de San Vicente de Cañete, para coordinar su trabajo en la zona. En las noches mientras trabajaba en su laptop escuchaba los gémidos exagerados de las mujeres haciendo el amor con sus parejas. En parte no le dejaban concentrarse en su trabajo ni a la hora de dormir. Eran tan exagerados estos gemidos que se escuchaba a las camas azotarse contra el suelo y escucharse frases eroticas subidas de tono.


"No dejaba de ser risible y a la vez molesto las diversas formas de gritos y sonidos de los catres que escuchaba cada noche. Yo intentaba concentrarme pata trabajar unos pendientes en mi laptop o intentaba dormir y era casi imposible. Hasta envidia me daba no ser uno de los hombres que tiraban esas hembras.

Cuando salía a trabajar al campo y hacia mis entrevistas y talleres me olvidaba que no había dormido bien y me relajaba los fines de semana. Cuando regresaba al hotel de los gélidos me quedaba en el lobby del hotel a conversar con la conserje del hotel y reíamos de las cosas que pasaban en aquel lugar. Me decía: " me piden el condon con espuelas".

Hasta que una noche llegaron siete ángeles. Eran una familia de hermanas, primas y padres que llegaban procedentes de Lima en una vagoneta negra. Habían hecho parada en Cañete para ir en dos días  Lunahuana de paseo. Esa noche era viernes, se registraron y luego de cruzar miradas conmigo, los padres y un bebé chillón subieron a habitaciones en el segundo piso, y unas cinco chicas se hospedaron en una habitación del primer piso, muy cerca a mi cuarto. Luego que se instalaron se oyeron sonidos y murmullos en el zaguán y eran las chicas lindas y emperifolladas,  listas para matar en una discoteca. Sentí un olor especial en el ambiente era marihuana. Las bellas mujeres estaban fumando de la buena.

Se colaron por las calles seguro a alguna discoteca de San Vicente de Cañete. Yo esa noche me dije, porque no perseguirlos y levantaremos a una de ellas, pero luego me decía era mejor descansar, pues las molestias urinarias eran ya difíciles de controlar. Tomaba mi calmante pero vada vez era más ineficaz para contener el ardor en la uretra.

Me metí a la habitación a descansar. Eran como las 2 de la mañana y yo en ropa interior, me dispuse a bañarme. Cuando de pronto oí sonidos de risas y alboroto en los pasillos del hotel. Abrí la puerta desnudo para saber que pasaba y eran esos ángeles que llegaban ebrias y drogadas. Seguro habían tenido su tono y ya era hora de dormir.. cerre mi puerta rápidamente cuando a los cinco minutos sentí un ligero toque do en mi puerta. Me asome y era una de ellas pidiendo que la ayuden que un barbajan no las dejaba en paz en su cuarto. Me puse un polo y sin pantalón me dispuse a expulsarlo del cuarto de esas chicas.

Cuando entre no había tal hombre solo cinco chicas en ropa interior viendo por o en televisión. Cuando entre cerraron la puerta. Y una de ellas me dijo: " Ests noche tu eres el indicado para satisfacernos Muéstranos tu cosa a ver si nos sororendemos". Me iba retirar e hice el ademán de hacerlo pero entre las cinco me aventaron a la cama y se me puso como un fierro apesar de las molestias. No se como en un santiamén entre las cinco chicas me la xhupaban hasta la sociedad y lleno de deseo quería matar con ellas pero solo se aprovechaban de mi pene.

Sentí mientras el placer me embargaba que las molestias urinarias eran grandes me libere de ellas y cuando estaba a punto de eyaculat una de ellas, pronunció hay sangre. Eyacule semen con marchitas de sangre. El dolor empezó a apoderarse de mi y me escape calato a mi cuarto, mientras las chicas gritaban, ya no es hombre ese pobre huevon.
Me bañe lo mejor que pude y el sueño se apodero de mi. En la mañana agarre mis chivas  y tome mi zoyuz a Lima. Tenía que ir al doctor a saber que pasaba.  Llego el día luego de muchas molestias, y me dijo que tenía la próstata inflamada. Que debía tomar antibióticos y desinflamantes.

Yo tenia que seguir trabajando en el sur. Pero cuando dijo que la cosa era cronica me asuste y decide probar suerte con la medicina shamanica. Me averigüe el nombre de tres curanderos amazónicos y luego de hacer un buen dinero viaje e Pucallpa. No sabía el infierno que me esperaba no el daño mental que tenía que soportar en estos años. Pero esto son retazo de algo más grande que contaré luego"

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