Burocracia y educación
La pregunta que preocupa a intelectuales, político y público en general, es porque a pesar de existir recursos fiscales y condiciones legales para echar a andar y culminar un proyecto de infraestructura o un servicio público, como salud y educación, se tienen obras y gestiones públicas completamente paralizadas y con pésimo servicio? Será solo la falta de buenos profesionales? Será la política? Será la Corrupción? En qué medida todas estas razones hacen del proceso estatal una remora que perjudica nuestra salud económica y desarrollo humano? Tratemos de echar luz.
Una primera razón de que proyectos enormes y servicios se ofrezcan de mala calidad se debe a la existencia de un Estado en demasía burocratizado, atestado de oficinas que relentizan los procesos de decisión pública, lo que hace que proyectos de desarrollo como los mineros o la cobertura de salud no se ejecuten con eficacia. La existencia de excesivas normas y procedimientos insalvables hacen que la formación de empresas, y la gestión de servicios públicos sea de la peor calidad, y perjudiquen a los ciudadanos. No es extraño decirlo, pero existe un razonamiento de que un Estado burocratizado es una forma de resolver problemas de desempleo, clientelas y prebendas que se hacen cargo de poblaciones de profesionales que no pueden rendir con eficacia en el sector privado. La mala política hace del Estado una agencia de empleos para partidos y grupos de interés, sin meritocracia y eficacia, lo que se traduce en mala gestión y abuso para la sociedad. A los políticos, a esta casta de demagogos que tenemos no les conviene un Estado simplificador y gestor, pues así, no pueden infestarlo de impresentable y hacer prosperar sus mafias y empresas delictivas. No importa el ciudadano y sus necesidades, lo que importa es un pueblo empobrecido y genuflexo, que rinda pleitesía a Anti héroes y malos líderes que les beneficia que todo siga igual. En este sentido, la formación adecuada de una política publica que conecte con el desarrollo humano, pasa por reformar el Estado y reducir los presupuestos para pagar planilla. El trabajo no le pertenece al burócrata,. Si no desean ser expectorados deben trabajar y hacer más sencilla la vida a los contribuyentes y sociedad. Se necesita la fiscalización de una real carrera pública, que no de trabajo al fracasado o mafioso.
Una segunda razón de que el Estado no funcione a pesar de los recursos fiscales se debe a la existencia de una corrupción que debilita la institucionalidad e infla los presupuestos para dar de tragar a servidores o funciónarios que son un verdadero problema para el erario nacional. Muchos partidos políticos y grupos de interés, postulan a los cargos públicos no para servir al ciudadano, sino para capturar el tesoro público y robarnos, literalmente. Este problema se constata en todas las tiendas políticas, no importando si se esmeran en convencernos de lo contrario. La razón de que no disfrutemos de buenas obras de infraestructura, carreteras sólidas, buenos hospitales y servicios de salud, buenos colegios e infraestructura en general se debe a que estos burócratas relentizan los proyectos y en base a revisiones y adendas favorecen a malos postores y entregan concesiones a mafias y delincuentes, que en contubernio con ellos hacen del Estado un botin. Se pierde en corrupción mucho dinero del presupuesto nacional, lo que perjudica a la sociedad peruana. Como salir de esto? En primera instancia con una legislación con penas más radicales, si es preciso la muerte. Y como segunda razón una suerte de vigilancia interna remunerada, que denuncie a los malos elementos. Aunque en realidad lo sostengo, la corrupción está tan normalizada en el Estado, en sus programas sociales y servicios públicos que con la clase de políticos que han capturado nuestro voto y a la sociedad es en el corto plazo algo difícil de remediar. Se necesita voluntad política radical y un soporte jurídico que no sea penaluzabie.
Un tercer motivo, menos visible, es la ineficacia para modernizar el Estado y que está modernización comulgue con la cultura territorial y las economías populares. No existe un verdadero e inobjetable estudio masificado desde todos los actores para construir un estado descentralizado y eficiente. Y lo peor es que nadie hacel el esfuerzo para hacerlo, pues porque no tenemos una inteligencia objetiva para realizarlo y porque existen resistencias e intereses negativos para reformarlo. Así, mientras existan miradas extranjeras e impropias para nuestra realidad, sin tener conocimiento de como readaptarlas y volverlas funcionales al ordenamiento territorial, la técnica que se necesite para traducir una compleja necesidad en política de estado será una conpleta oscuridad. Está es la razón subyacente de que no se pueda combatir a los malos políticos y a su clientela de corruptos en el Estado, que no existe un verdadero conocimiento de la cultura territorial y económica de los pueblos que se convierta en técnica aplicada y buenas decisiones. Y esto es por la pésima educación frsgmentaria y antimoderna de la escuela pública, y la desprestigiada educación de las universidades pública y privada. Nuestro saber educativo no entrega un conocimiento de gerencia y de innovación tecnológica que se concilie con el proceso de la realidad material de las culturas populares. La economía de las fuerzas laborales vive en los extramuros de quienes deberían comprometerla con el desarrollo social y económico, no solo por la dedafeccuon cívica y política, sino porque nuestra política y ejército de profesionales no conocen la realidad de nuestra culturas.
Hay un empaquetamiento de diagnósticos y falsas soluciones que han obcecado y distorsionado un real saber comunitario y técnico, lo que se traduce en caos y entropia civilizatoria. Es difícil gobernar una geografía y una idiosincrasia tan compleja como la peruana y creo que nuestro actual ejército de profesionales y políticos no están preparados para gestionarla. Creo que ni les importa. Aquí entra un detalle, mientras la educación peruana esté capturada por arraigos ideológicos y etnologicos que entregan nuestras mentes al individualismo y la irracionalidad será muy complicado ilustrarnos sobre el control cientifico y técnico de nuestro país. No es para nadie un secreto, pero existen fuerzas oscuras que les conviene destruir las vigas maestras de esta realidad y destruir la sociedad, so pretexto de una revolución o justicia milenaria, y son las responsables de una educación popular y profesional tan mediocre. Lo peor de todo, es que existen muchos oportunistas en todos lados que los apoyan.
Una cuarta razón de una pésima gestión estatal es la falta de criterio imaginativo para resolver problemas. Se podrá adiestrar a los mejores profesionales para resolver situaciones típicas en sus disciplinas, pero de lo que se trata es de formar profesionales para enfrentar situaciones atípicas y problemáticas. Desde la profilaxis médica, hasta la imaginación ingieneril no existe en nuestras ciencias y disciplinas capacidad para innovar y crear nuevas situaciones que nos permitan gestionar circunstancias difíciles. Y la razón de que no contemos con este criterio es la falta de lectura de libros desde tempranas edades. Se necesita estimular la imaginación literaria o científica desde muy jóvenes, porque es esta incentiva la que se transforma en en técnica y lesiones hábiles. Cómo sabemos, nuestros niños, jóvenes y demás edades no leen mucho, lo que implica poca capacidad de análisis, poca habilidad para enfrentar nuevas circunstancias, poca incentiva. Mientras la imaginación no se conecte con los saberes ya instalados en la vocación profesional será difícil acercar las virtudes humanas y los valores sensibles con la ciencia y las profesiones, lo que es lo mismo que experimentar una realidad vacía y sinsentido, gobernada por el individualismo técnico o decisorio. Cada generación sacrifica en los niños y jóvenes la imaginación, porque no leemos, no devoramos libros, y porque existen doctos que piensan que la eficacia es cuestión de prácticar y repetir procedimientos ya instalados. No casamos la sensibilidad con la racionalidad técnica, lo que provoca un mundo lleno de miseria y violencia administrada.
Para concluir, el divorcio adrede de nuestra infraestructura técnica con las fuerzas de la imaginación y la sensibilidad es la que ocasiona una construcción de la realidad social tan caótica y con ausencia de certidumbre. Nuestro Estado capturado por los políticos y por una legión de individualistas y mediocres, que no desean que nada funcione bien para la sociedad, hace que sea difícil superar esa mala política educativa que reproduce el fracaso y la ineptitud. La reestructuración de nuestra organización social pasa por una verdadera renovación espiritual y por un reencuentro con nuestras raices, una fuerza política que empuje cambios radicales a favor del buen común. No solo hay que hacer frente a las amenazas a nuestra población, como la pobreza y la polarización ideológica sino que además se requiere reestructurar la política educativa y generar una verdadera revolución del conocimiento, pero sin caer en la incertidumbre, la insignificancia o la atomización social. Hay que gestar una educación que reforme nuestra cultura étnico cultural sin avasallarla, sin desconocerla, pero que acerque la modernizacion y la imaginación a los menores y jóvenes. De no hacerlo seguiremos cargando con vidas desperdiciadas y eso es lo mismo que la reproducción de la pobreza y la delincuencia. Acercar poesía y técnica he ahí la fuerza de lo nuevo.
Una cuarta razón de una pésima gestión estatal es la falta de criterio imaginativo para resolver problemas. Se podrá adiestrar a los mejores profesionales para resolver situaciones típicas en sus disciplinas, pero de lo que se trata es de formar profesionales para enfrentar situaciones atípicas y problemáticas. Desde la profilaxis médica, hasta la imaginación ingieneril no existe en nuestras ciencias y disciplinas capacidad para innovar y crear nuevas situaciones que nos permitan gestionar circunstancias difíciles. Y la razón de que no contemos con este criterio es la falta de lectura de libros desde tempranas edades. Se necesita estimular la imaginación literaria o científica desde muy jóvenes, porque es esta incentiva la que se transforma en en técnica y lesiones hábiles. Cómo sabemos, nuestros niños, jóvenes y demás edades no leen mucho, lo que implica poca capacidad de análisis, poca habilidad para enfrentar nuevas circunstancias, poca incentiva. Mientras la imaginación no se conecte con los saberes ya instalados en la vocación profesional será difícil acercar las virtudes humanas y los valores sensibles con la ciencia y las profesiones, lo que es lo mismo que experimentar una realidad vacía y sinsentido, gobernada por el individualismo técnico o decisorio. Cada generación sacrifica en los niños y jóvenes la imaginación, porque no leemos, no devoramos libros, y porque existen doctos que piensan que la eficacia es cuestión de prácticar y repetir procedimientos ya instalados. No casamos la sensibilidad con la racionalidad técnica, lo que provoca un mundo lleno de miseria y violencia administrada.
Para concluir, el divorcio adrede de nuestra infraestructura técnica con las fuerzas de la imaginación y la sensibilidad es la que ocasiona una construcción de la realidad social tan caótica y con ausencia de certidumbre. Nuestro Estado capturado por los políticos y por una legión de individualistas y mediocres, que no desean que nada funcione bien para la sociedad, hace que sea difícil superar esa mala política educativa que reproduce el fracaso y la ineptitud. La reestructuración de nuestra organización social pasa por una verdadera renovación espiritual y por un reencuentro con nuestras raices, una fuerza política que empuje cambios radicales a favor del buen común. No solo hay que hacer frente a las amenazas a nuestra población, como la pobreza y la polarización ideológica sino que además se requiere reestructurar la política educativa y generar una verdadera revolución del conocimiento, pero sin caer en la incertidumbre, la insignificancia o la atomización social. Hay que gestar una educación que reforme nuestra cultura étnico cultural sin avasallarla, sin desconocerla, pero que acerque la modernizacion y la imaginación a los menores y jóvenes. De no hacerlo seguiremos cargando con vidas desperdiciadas y eso es lo mismo que la reproducción de la pobreza y la delincuencia. Acercar poesía y técnica he ahí la fuerza de lo nuevo.

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