En defensa de la sociologia
En los límites de este artículo se expone la historia de un drama, y como ese drama administrado al interior de los espacios de poder político y social del país han definido el progreso o no de la sociologia. Se sostiene sin ánimo de ser una tesis académica, que la no tecnificación de la sociología en la cultura peruana, y su conversión de herramienta ideológica y panfletaria están llevando a la dilusion de la carrera profesional sociológica. Y que aún cuando tenga un porvenir académico y de gestión social, la terquedad de no saber luchar por un campo institucionalizado de trabajo en el mercado profesional, han llevado a que el discurso social no haya, a su vez, definido un objeto de estudio claro. Se dirá que la sociedad es su campo de acción, verdad a medias e irresponsable. La poca ambición de los actores individuales en el escenario de un capitalismo desorganizado, y de una sociedad moderna aún con poca racionalidad para definir instituciones sociales, han hecho que en vez de luchar por una realidad social que sublime el caos social, han trastocado el saber social en una suerte de proclama y pastoral de la revolución que entierran en la ignominia y en la inutilidad del pensamiento social a todas las disciplinas que luchan por defender la sociedad peruana de la instrumentalizacion del capital.
No sé ha buscado por la casi carente institucionalización de la sociología en el mercado peruano hacer de los puntos de la investigación académicos las vigas maestras de un saber tecnificado del Estado, y de la racionalidad empresarial. Por lo general, el profesional sociológico ha sido arrastrado por la experiencia de su precariedad laboral ha diversas facetas técnicas de la gestión social o publica sin demarcar con su importancia holística y sello analítico rutas que conviertan la teoría social en saber aplicado. Lo que ha primado es una técnica que acepta a su modo la estructuración del Estado y la empresa privada, sin delinear con rigor y ambición políticas un campo de la realidad tecnificado donde la sociología procese el poder y lo resignifique como cumbre política y científica del poder social. La sociología peruana carece de la fuerza pensante necesaria para traducir la comprensión de los saberes culturales de la sociedad en una disciplina que organice desde el Estado y la empresa toda nuestra experiencia de modernidad. Por lo tanto, la mediocridad y ese desliz de la supervivencia, han entregado a los cuadros de la sociología a reproducir un campo de usos y saberes donde prevalece el asistencialismo y la absurda revolución.
No niego para nada que ser rebelde es tener la sensibilidad para hacer de la solidaridad orgánica un realismo del poder. Pero, en nuestro espacio de formación profesional hacer la revolución o convertirse en un ejército de activistas que cree a ciegas, que la mayor expresión de la teoría es la violencia organizada, conducen a muchos jóvenes a la realidad del desperdicio de sus vidas y a ser un personaje que se vuelve una carga o problema social. Con el tiempo ese vigor de la imaginación panfletaria y declarativa se convierte en una trauma existencial para si mismo, lo que deviene en pobreza y falta de honestidad para hacer de la vida un propósito significativo. Una promesa que fue vendida como un ideal desde el principio, termina siendo un infierno vendido como un ideal. Por ahora, ser un sociólogo que vive en la rebeldia es un desproposito para volver el díscurso de la miseria en un buen negocio. Y vaya que no faltan los muchos que se han vuelto ricos despotricando en contra de lo existente. Esa ideoligizacion de la sociología es lo que infecta la imaginación para la ciencia creativa y la aparición de nuevos caminos en la reflexión social. Incluso los que no han luchado por combatir este descredito social, son los que en los vericuetos de la profesión se contentan con repartir regalos y hacer chocolatadas. No es una vergüenza ser el vehículo de la caridad, pero el sociólogo no ha tenido la ambición desde los departamentos de relaciones comunitarias o de responsabilidad social de proponer mecanismos innovación social que enseñen que invertir en la sociedad es un costo productivo que afianza la confianza en la empresa. En estos escenarios de gestión la reflexión es muy operativa y con baja calidad en la investigación. La vida mes gana y dejan de escribir.
Cómo se advertirá mis juicios incandescentes lo que buscan es llamar la atención de una problemática que de no ser atendida puede acabar en la extinción de la disciplina. Hoy con la tecnologízacion de la realidad moderna, en épocas de redes e inteligencia artificial un diagnóstico es conseguido con un click de distancia, lo que hace que la racionalidad y sensibilidad del profesional sea desplazada al paro total. Cómo dije anteriormente no se ha sabido desarrollar esas dos vigas maestras de la disciplina: la investigación y la técnica social. Y como en el mercado laboral se compite con otras profesiones que le quitan espacio laboral al sociólogo, es difícil convencer que la verdad de la profesión pueda dirigir con soberanía científica nuestra expresión particular de sociedad en proceso de desarrollo.
El primer nivel de actividad laboral en que se desenvuelve el aprendizaje de la técnica y se acumula una experiencia empírica es la base social. El encuentro vivencial y participativo con las comunidades urbanas y rurales llena de una experiencia muy detallada y rica a la vida de un sociólogo inicialmente. Ya sea por la promoción social en las organizaciones sociales, como los espacios Barriales, las comunidades campesinas, la escuela, las familias y toda la red de emprendimientos, el sociólogo se empapa y es testigo de los problemas en los cimientos del sistema. Armado de una metodología comunitaria y de educación popular como líneas de base, proyectos y programas sociales, diagnóstico de percepciones a investigaciones de impacto social, el sociologo está llamado a dirigir un primer nivel de reorganizacion de la sociedad civil, y resignificar las culturas populares. En ese nivel, por último, el sociologo aglutina la experiencia necesaria para sistematizar buenas investigaciones de toda originalidad y romper los dogmatismos y las visiones estereopatizadas que la formación de pregrado afinca en la conciencia. Es aquí en el nivel de las culturas populares en donde el viaje y el conocimiento de nuevas realidades lleva la disciplina a visiones totales y dirige la imaginación hacia la creación de realidades objetivas y racionales. Es una lastima que en este nivel, se confunden gestión social con adoctrinamiento político, lo que hace de los sociólogos líderes negativos de la población, o simplemente agentes del no cambio.
El segundo nivel de la experiencia del sociólogo y al cual muchos aspiran, es el Estado. Es aquí donde la vivencia comunitaria se rehace en políticas públicas y en investigación aplicada. Aquí el peso de la formación se inclina a la conformación de una técnica que usa las herramientas de los proyectos y la gerencia para cambiar realidades acosadas por la pobreza y la disfunción anómica. Es en este nivel donde la sociologia se encuentra con la percepción tecnocratica y especializada que combaten los problemas de la sociedad. Es la complejizacion del elemento político lo que acerca al sociólogo a la administración del Estado a la delineación politica de sus decisiones. Cuando el sociólogo es técnico es porque ha recorrido un espacio grande de experiencia donde aprende a como convertir la remora social en calidad de vida, y racionalidad.moral y legal. El es quien conduce las leyes de una sociedad organizada y en buen funcionamiento. El problema que se advierte aquí es que la disciplina se deja invadir por las excesivas regulaciones y las mafias políticas que ven al Estado como clientelas partidarias. En este nivel el sociólogo se puede corromper y en vez de solucionar y dirigir, complica y abandona la gestión pública. Y está realidad es así, porque llevan al Estado una visión burocrática y cargada de legalizaciones que obstruyen y cohabitan con las figuras del estatismo y la planificación centralizada. Romper este nicho de ladrones y corruptores es difícil, y es una de las razones del freno de nuestro capitalismo en los últimos años.
Y un último nivel, es cuando la vida del sociólogo lo lleva a trabajar en los organismos multilaterales como UNESCO, FIM, BID, y sectores internacionales de investigación. Aquí el sociólogo consigue comparar múltiples realidades de países y hace de los vastos y dinámicos diagnósticos, políticas mundiales de intervención social. Es el esfuerzo de una vida organizada y visión de si mismo lo que lo catapulta a hacer del sistema capitalista un espacio realizado de vida vigorosa y sensata. Es el realismo de la ciencia más una trayectoria marcada por el optimismo y el sentido práctico lo que hace del sociólogo un consejero o consultor que puede asesorar países y cambiar realidad. Es el nivel maximo de la ingeniería social. Y no he mencionado en estás reflexiones a las Ongs, porque en estos sectores de la profesión donde la sana investigación académica se ha vuelto en el aprendizaje de una legislación y de una diatriba que en vez de hacer de compensación del Estado, son agentes obstruccionistas del progreso social. En realidad quiero creer que la cooperación internacional financia desarrollo y felicidad, pero ahi donde bloquean el gobierno y fomentan la protesta son un severo problema para instalar el sentido común.
He mencionado que la sociología cuando se tecnifica puede abrazar el poder. Y No lo considero un nivel, pues desde la base original la sociología hace política y es la ciencia más preparada para administrarlo. Aunque los sociólogos no han luchado por tal majestuoso ideal de racionalidad, se puede sostener que cuando la sociedad es organizada según el criterio humano de las cidncias sociales es cuando mayor sinergia y respeto hay entre las élites y la sociedad a la cual representan. No es un rey filósofo el que hay que despertar sino una disciplina muy particular que sostiene la sesión política en conocimiento técnico y humano. La razón de que no se haya ensayado en el Pero tal acercamiento entre la razón moderna y la racionalidad subjetiva del capital es porque el discurrir de nuestra historia de Gobernabilidad ha estado lastrada por una visión pragmatica y tecnocratica de poder. No hemos crecido y desarrollado acercando la cultura y la imaginación al político y a las élites. Y esto ha sucedido porque la sociologia peruano desde sus orígenes se decidió equivocadamente por la revolución. Ahí donde debió existir conocimiento y cultura, lo que prevaleció es un ser profesional adiestrado para obedecer y sobrevivir o para seguir un enloquecido dogma político.
La sociología no ha sabido ganarse el compromiso de la sociedad. Su conflictiva existencia con el sistema la ha hecho desprestigiarse y dejarse envolver por el dogma y la locura política. Siempre es el poder al cual se debes aspirar, pero no para destruir y arruinar a las personas, creyendolas alienadas, sino para arrancarle al capital desarrollo y prosperidad. Es una cuestión de ceguera colectiva y de instrumentalizacion política lo que apaga las pasiones filosóficas de la reflexión. Por ahora la ambición de la teoría social se halla asediada por los enemigos de la burguesía, y en nombre de ese ideal atrofiado arrastran al pensamiento sociológico a su liquidación. Es cuestión de humanismo y libertad crear nuevos escenarios de trabajo e investigación, lugares donde crezcan la sensatez y el realismo político.

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