lunes, 17 de mayo de 2021

Algo sobre mi abuela.

 



Mi abuela es una mujer de carácter alegre y deshinbido. Apesar que siempre ha soportado los rigores de la pobreza nunca la he visto asumir su vida como una tragedia. Ella es para mí un consuelo y una energía de mujer que en mis crisis existenciales ha sabido apoyarme  y sacarme del abismo con su positivismo. 

Nunca tuvo una vida fácil. Era hija engreída de mis bisabuelos y desde muy joven quedo embarazada de dos niñas. Una de ellas la mayor es mi madre. Tuvo  que migrar a Lima en los 50s con mi tío abuelo Victor y mi bisabuela. Nunca tuvo estudios pero el hecho de que siempre fue la engreída de su padre le choco para adaptarse a la realidad de la supervivencia. Así con todo supo sacar a seis hijos y luego a un séptimo hijo, mi tío Miguel.

Luego de tener a mi madre y a mi tía abuela se conoció con mi tío abuelo Juan. El desde su humildad y caballerosidad se hizo cargo de mis tíos y tuvo con mi abuela cuatro hijos. Entre ellos mi finada tía Eleana, que se convirtió en mi segunda madre. Es una lástima que se enfermara de cáncer a la sangre y que desde las rejas del 2 de Mayo, le pedía a mi madre que cuidara a sus hijos, ya que lo que tenía era mortal. Fue muy triste para mí abuela la partida del tío Juan , pero aún así pudo sacar adelante a sus hijos,  pese a los abusos y la crueldad de su hermano, que siempre le reclamaba que se haya llenado de hijos. 

Pasaron los años y mi abuela seguía siendo una mujer muy bella que no aparentaba su edad. Mis tíos crecieron y muchos de ellos se volvieron profesionales. Mi madre se caso y luego acogió en mi casa a mi finada tía Eleana, que fue mi segunda madre.  Muchos de mis tíos hicieron sus vidas y mi abuela empezó a sufrir de nuevo miseria. Dejaron los Barrios Altos y llegó a las Torres de Limatambo. Luego por una disputa entre hermanos se mudo a la ciudad satélite Santa Rosa y luego a la casa de una de mis tías.

Con el tiempo mi último tío Miguel empezó a trabajar y junto con las ayudas de los hermanos sacaban adelante a la abuela. Mi familia se mudo a Surco, cerca de la casa de mi abuela. Siempre la visitaba y trataba de que perdiera esa actitud dramática y a la vez preocupada que demostraba. Su calor y confianza siempre han sido para mí una energía que me ha regocijado y dado esperanza. Aunque hay reconocerlo la familia de mi abuela no es muy unida y hay disputas ridículas, cada uno a su manera han ayudado a mi abuela.

Ahora aunque ahora esta luchando por su vida, yo prefiero recordarla como una dama cantante y positiva que siempre aplaudía mis azotes de bailarín e intelectual desorejado.  Mi abuela se hace querer a donde quiera que vaya, y no puede permanecer en su casa encerrada. Ama el aire de la calle y estar de aquí para allá haciendo amigos. Incluso se va hasta a Huaral a visitar a sus primos de sangre. Yo no se de donde saca tanta energía, solo se que yo la quieto tal como y prefiero recordarla ahora que no la veo hace más de un año, es con su sonrisa halagüeñas y sus cabellos blancos y con una sabiduría de la comida y de la vida que siempre he sabido destacar en mi abuela.

Ahora que esta enferma y no puedo visitarla un dolor muy grande se apodrra de mi corazón. Este virus maldito me ha llevado de una parte de mi familia a la que tanto quiero. Lo lamentable es que mi abuela falleció hace algunos días atrás, y lo que me deja es una gran frustración por no poder ayudarla y estar junto a ella. Jamás volveré a ver los cabellos blancos de mi abuelita Maria. 

La desunion de una familia

  Hace unos meses conversaba con una vecina que es adulto mayor. Le decía que a pesar de tener 75 años se le veía muy conservada y fortaleci...